
48. Final
Retorciéndose Jimin lo aceptó en su interior.
Jungkook estaba quieto, sus músculos visiblemente tensados esperando a que el interior de Jimin se acostumbrara, su pecho desnudo bajando y subiendo con rapidez. Su respiración ligeramente entrecortada.
Jimin tragó con fuerza, su manzana de adán convulsionando con el movimiento siendo consciente de lo lleno que se sentía en su interior allí abajo, parpadeando empuñó sus manos en el edredón con fuerza.
Sus nudillos tornándose blancos cuando Jungkook buscó una mejor posición y agarre. El hombre tenía buen tamaño, el escozor en el borde de su esfínter y la necesidad de moverse para recibir un poco más de este.
— ¿Estás bien? — cuestionó Jungkook desde arriba.
Jimin llevó su mirada hacia él, su rostro dejando de ser impasible para mostrarse lleno de deseo puro, lo vio tragar con fuerza al encontrarse con su mirada. El hombre lo observó fijamente y Jimin sacudió sus caderas cuando creyó que el tiempo transcurrido había sido suficiente.
Como un permiso en silencio Jungkook empujó en su interior llenándolo por completo, la espalda de Jimin se arqueó en respuesta y un gemido ahogado salió de su garganta.
La preocupación reemplazó el deseo en el rostro del más alto.
— ¿Te lastimé? — preguntó enseguida.
Jimin sacudió su cabeza negativamente.
— Sigue — pidió en voz baja.
El hombre envió sus manos a las caderas de Jimin para sujetarle de allí, pronto un vaivén comenzó de su parte, su miembro entrando y saliendo cada vez con más rapidez, más insistencia, con más fuerza.
Jimin se halló haciendo ruiditos, sus manos soltaron el edredón para sostenerse de los brazos ajenos dejando sus piernas abiertas para él. Jungkook estaba empujando en él repleto de deseo puro, había algo en dejar que lo llenara y no moverse que lo hacía sentirse bien.
El cuerpo de Jimin laxo sobre el lecho mientras Jungkook lo embestía ahora con más fuerza, sudor bajó del costado del rostro del más alto, el continuo choque de piel formó ruido al poco tiempo.
— Kook — la boca de Jimin cayó abierta enseguida con los nuevos empujes.
Jungkook había golpeado su próstata, el nuevo ángulo haciendo estragos en su interior llevándolo a sentir un inmenso placer que no creyó posible. Él estaba recibiéndolo todo, aguantando los fuertes embistes del hombre mientras su agujero se retorcía entorno a la polla del hombre.
Era áspero, duro, lo suficiente como para derretir su mente y no poder pensar en algo más fuera del hombre en medio de sus piernas.
A pesar de que al observar el rostro de Jungkook lograba verlo como un amigo, la forma en que lo estaba recibiendo ahora lo hizo sonrojarse, habían sido amigos durante tantos años, lo había deseado por tanto tiempo que tal vez se había hecho ilusiones por el hombre.
Había formado expectativas imaginarias.
Pero el Jungkook real era diferente, era más de lo que pudo llegar a imaginar y la forma en que le correspondía era tan intensa que lo aterró en lo más profundo de su corazón. No creía que el amor pudiera ser así de imponente, pero lo era.
Jungkook se inclinó hacia el frente para poder besarlo con fuerza, Jimin gimió en medio del beso y las caderas del contrario continuaron martillando en su interior.
— Kook — de nuevo el ángulo era favorecedor para él.
Pudo escuchar la respiración entrecortada del hombre cuando separaron sus labios, él no estaba mejor, sus caderas terminarían amoratadas por la fuerza en los dedos de Jungkook, pero no le importó. Su corazón tronaba tan fuerte que temió que pudiera ser escuchado.
Jungkook gimió sobre él, los embistes perdiendo control y volviéndose desorganizados sin perder la fuerza. Jimin estaba encantado, él logró que el hombre olvidara todo en su mente y se dedicara también a buscar su propio placer.
Él no necesitaba mucho, ni por mucho tiempo, estaba cerca del borde, cada vez que Jungkook lo tomaba con ahínco el clímax se acercaba con rapidez. Su mano contra el rostro del hombro atrayéndolo para un nuevo beso.
No necesitó más, Jimin se corrió con fuerza en medio de sus cuerpos ya que su polla quedó allí siendo apretada, los espasmos tomando su cuerpo y Jungkook siguió embistiendo a través de su orgasmo persiguiendo el suyo mismo.
La intensidad del placer era aterradora, Jimin curvó los dedos de los pies, su boca cayó pesada y abierta gimiendo con fuerza. Una o formándose en sus labios que desenfocaron todo a su alrededor debido al placer, lágrimas en las esquinas de sus ojos.
Jungkook continuó embistiendo en su cuerpo laxo, Jimin se lo permitió. Demasiado derretido por lo que acababa de suceder entre ambos, su torso sintiéndose falto de aire al tener el gran cuerpo del hombre encima suyo, pero se halló pensando en que no le importaba.
Él quería tenerlo por mucho tiempo así de cerca, Jungkook gruñó con fuerza, silbó entre sus dientes al conseguir liberarse dentro del preservativo empujando un par de veces más dentro de Jimin.
De nuevo estaba siendo besado por el hombre, Jimin creyó que no obtendría suficiente de él, pero no tenían prisa alguna.
Él tendría mucho tiempo para disfrutar de la compañía de Jungkook. El hombre apartó sus labios para besarlo en su rostro.
Jimin suspiró a gusto.
— ¿Estás bien? — preguntó Jungkook dejando un beso húmedo en la mejilla de Jimin.
— Si — respondió con una gran sonrisa tirando de la comisura de sus labios.
La expresión de Jungkook se tornó soñadora encima suyo, un aire de superioridad llenándolo.
— Te ves como si alguien te hubiera follado por horas — se burló Jungkook.
La risa ronca de Jimin escapando de su garganta. Eso era, no había incomodidad entre ambos ni alguno enloqueciendo por haber unido sus cuerpos de esta forma.
Jungkook se movió con clara intención de salir de su interior.
— No te vayas — pidió Jimin enroscando sus piernas alrededor de las caderas contrarias.
Una sonrisa en el rostro del más alto.
— Necesito quitarme el condón Jimin — le recordó.
La idea no le gustaba, pero le permitió salir. Jungkook retiró el preservativo usado para atarle un nudo y lanzarlo hacia el cesto de basura en el rincón cercano de la habitación. Su cuerpo acomodándose al costado del contrario.
Jimin buscó su cercanía vergonzosamente demasiado rápido, pero no le importó ya que Jungkook lo atrajo sobre su pecho. Dedos recorriendo contra su cuero cabelludo regalando suaves caricias. Jimin podía escuchar el latir rápido del corazón del más alto bajo su oreja.
— ¿Sin arrepentimientos? — preguntó Jimin sobre su pecho.
— Sin arrepentimientos — respondió Jungkook estrechándolo contra su costado, su brazo rodeando el cuerpo de Jimin.
Suspirando Jimin juntó sus párpados, Jungkook jugueteó con sus dedos sobre su abdomen.
— Esto ha sido una locura — comentó de repente el más alto captando la atención de Jimin.
— Lo es — respondió con tono bajo.
— Pero estoy feliz de que todo esto haya ocurrido — admitió — incluso si lo de Sunmin no funcionó, estoy consiguiendo el amor que necesitaba.
Jimin pensó en sus palabras, sus ojos abiertos observando en sus dedos entrelazados ahora con los de Jungkook. Habían sucedido tantas cosas entre ellos, demasiado o poco tiempo para que llegaran a este punto que se tornó fijo en sus vidas.
— Te amo — dijo Jimin convencido de que era el mejor momento.
No había miedo, ni consternación acerca del asunto en ser sincero con sus sentimientos.
Jungkook hizo presión entre sus dedos y su brazo trató de estrecharlo más a su costado a pesar de que era imposible, de alguna forma lo quería encima suyo. Jimin le concedió subir la pierna sobre el muslo izquierdo del hombre.
— Lo sé — mencionó Jungkook — te amo tanto Jimin. De tantas formas.
Jimin sonrió cuando no fue visto por el contrario.
No esperaba pensar demasiado en la respuesta del hombre, sabía que Jungkook no mentiría en esto tan importante, porque el hombre le había demostrado que cada una de sus palabras había sido sincera con sus acciones en los últimos meses.
Jungkook había hecho tanto por él que Jimin se permitió sentirse mimado por él.
No había mejor sensación que el ahora, pero sabía que el futuro podría ser incluso mejor.
Un sonido perteneciente al móvil de Jimin captó la atención de ambos, el sonido no se detuvo hasta que un molesto Jungkook quien no quería romper la posición en la que estaba con Jimin tuvo que alcanzar el aparato.
— ¿Quién es? — cuestionó Jimin sin levantar la cabeza del pecho de Jungkook.
— Mierda — dijo Jungkook revisando el móvil.
— ¿Qué es? ¿Qué sucede? — preguntó Jimin ahora interesado.
— Boonie rompió su fuente, Jamie la está llevando al hospital.
Como si de un resorte se tratara, ambos quedaron sentados sobre el lecho. Sus miradas percatándose de que ambos estaban llenos de restos de semen que se estaba secando sobre sus cuerpos.
No había tiempo para sentirse avergonzados, Jimin intentó levantarse vanamente de la cama, pero sus piernas tenían otro plan. Lo dejaron caer sobre la alfombra, el cuerpo de Jungkook moviéndose para intentar ayudarlo terminó enredado entre las sábanas y cayó justo a su lado.
Una risa aflorando desde la garganta de ambos, Jungkook se desenredó para ayudar a su pareja a tomar una ducha rápida, ni siquiera revisaron la hora, solo sabían que había pasado de media noche.
De alguna forma molestos por no poder continuar entre los brazos del otro, pero felices por la noticia de Boonie.
Así que la pareja abandonó el apartamento minutos después, sus dedos entrelazados y la felicidad llenando sus cuerpos. No había más miedo en sus corazones, ningún tipo de arrepentimiento carcomiendo sus mentes.
Solo eran ellos dos contra el mundo, solo se necesitaban el uno al otro.
Y nadie podría negarlo.
FIN.
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