La semana comenzó llena de trabajo, Jimin se había estado movilizando de una empresa a otra con la intención de finalizar los procesos legales de los contratos, aun debía realizar un par de presupuestos que se estaban agrupando en su escritorio.

— ¿Algo más? — preguntó el jefe revisando la carpeta entre sus manos.

— Señor, tiene una conferencia a las 4 con el personal del señor Slay — dijo su asistente personal a su costado — Jimin, el señor Rossi necesita el nuevo presupuesto para el jueves, insiste en que se debe acelerar el proceso de licitación.

Jimin evitó suspirar de mala gana. Ni siquiera estaba seguro de poder hacer todo a tiempo.

— Regresaré para averiguar cómo va el proceso — respondió Jimin amablemente. 

— Si, encárgate de eso — pidió su jefe — Nolan, ¿Tengo tiempo para almorzar? — preguntó, su voz sonando esperanzada.

Nolan sacudió su cabeza ligeramente hacia un costado.

— Solo tiene veinte minutos para eso señor — respondió el asistente.

— Que se jodan — dijo el Ceo — no me importaría comer un sándwich al menos.

Jimin evitó reír, él se alejó al poco tiempo para detenerse frente a la calle a la espera de un taxi, recordó que debía asistir a una reunión en un par de horas, por lo que su hora de almuerzo también se había disminuido radicalmente. 

Maldijo entre dientes al hallarse siendo parte del tráfico, reviso su móvil por los múltiples mensajes de su trabajo, saltó entre ellos revisándolos de forma individual, Chiara estaba estresada, ella decía haber perdido un documento importante de Slay.

Minutos después ella avisó haberlo encontrado entre la pila de carpetas que tenía en el escritorio, Jimin compartió su dolor, estaba orgulloso de sus logros, pero la carga de trabajo en las últimas semanas era ridícula.

Incluso Boonie le había escrito, algo sobre haber hallado la decoración perfecta para la fiesta, una foto como evidencia de su felicidad y el increíble cansancio de Jamie a sus espaldas sosteniendo las compras. 

Sintió pena por el hombre, sabía que a Boonie le encantaba ir de compras.

Estuvo en el tráfico por alrededor de media hora, fatiga había llenado su cuerpo cuando logró acelerar el proceso con su insistencia, ni las malditas gracias que Rossi le había enviado eran suficientes para hacerlo sentir mejor. 

— Un café helado — pidió Jimin al detenerse en una cafetería. 

Necesita echarle algo a su estómago.

El sabor dulce llenando sus papilas gustativas, revisó la hora, debía dirigirse hacia la reunión, espero que el tráfico no lo absorbiera esta vez. Para su suerte, logró llegar temprano, lo que significaba que dicha reunión comenzó antes de lo esperado y terminó dejándolo tiempo de sobra para tomar un descanso ese día.

Al diablo con la pila de trabajo en su escritorio, estará allá para la mañana siguiente cuando regrese a la oficina. 

— Suenas tenso — la voz de Jungkook sonaba cansada también. 

— Tú igual — respondió Jimin moviéndose a través de su apartamento — ¿Estás en la oficina? 

— Si — dijo Jungkook no muy alegre — tropecé al entrar, tengo cajas llenas de documentos por revisar. 

— Te comprendo — lo compadeció — mi escritorio está tan lleno de documentos que realmente no tengo espació para poner nada más allí. 

Se detuvo frente al sofá para dejar caer su cuerpo, un gemido de satisfacción ahogándose en su garganta. 

— ¿Boonie también te envió fotografías? — cuestionó Jungkook, en el fondo se escuchaba que se estaba moviendo con cuidado a través de su oficina. 

— Si — respondió — Jamie no se ve exactamente feliz cargando con las compras.

— Maldición, no, claro que no lo está — se apresuró en decir — ¿Recuerdas que Boonie nos obligaba a cargar sus compras? 

Una risa se escapó de su boca, una acompañada por la risa ronca de Jungkook, suspiró al concentrarse en el tono de voz del contrario, su pene saltó en medio de sus piernas engrosándose.

Jimin carraspeó incómodo por eso. 

Había pasado un tiempo desde que se liberó.

— Estoy tan cansado — continuó hablando Jungkook — solo he estado aquí una hora y ya quiero regresar a la cama — un gemido de su parte al dejarse caer sobre silla de oficina.

Un sonido que no se escapó de los canales auditivos de Jimin, su mano ya había viajado sobre su estómago, sus dedos moviéndose ansiosamente sobre la camiseta. 

— Te entiendo — respondió Jimin en voz baja. 

Su vista al bulto bajo su pantalón. 

— Quiero regresar a casa — agregó el más alto — retirarme toda la ropa, ir a la ducha. 

Jimin usó su imaginación, la habitación del contrario, prendas cayendo de su cuerpo dejando a la vista una buena combinación de músculos, los tatuajes ocultos del más alto a la vista, no le importaría trazar con su lengua cada uno de ellos hasta que esos dedos largos se enroscaron en su cuello para mantenerlo fijo. 

Se preguntó obscenamente si la polla de Jungkook podría ser gorda y tersa o tal vez larga y rojiza. No importaba realmente, su mano libre ya estaba bajando su bragueta liberando su erección. 

Él igual abriría su boca para el contrario, mientras Jungkook lo sostendría con fuerza para abarrotar su garganta con su polla. Estaría feliz tarareando alrededor de esta con sus labios encajados chupando con avidez. 

Sus dedos yacían moviéndose en su erección, tomando parte del tronco para sacudirlo hasta llegar a la cabeza rojiza llena de líquido. 

— No puedo creer lo mucho que extraño estar en mi cama — la voz de Jungkook lo mantuvo concentrado en la acción de su mano libre.

Jimin arqueó su espalda ligeramente dejando salir un suave suspiro, el placer arremolinándose en su bajo vientre, estaba cerca, incluso si le había tomado poco tiempo, no le importaba realmente, solo quería correrse pronto. 

— Necesito más vacaciones — la voz de Jungkook se tornó un poco más ronca sin estar seguro del por qué — estaría bien quedarse en casa, en cama. 

Sus dedos se detuvieron a la base de su miembro. Su mirada fija en su propio pene que pedía atención. 

— Estoy descansando por ti — se burló Jimin, esperaba que su voz no delatara lo que estaba haciendo. 

— Hilarante — dijo Jungkook riendo de nuevo. 

Jimin tragó el gemido que quiso escapar de su garganta al escucharlo, su pene se sacudió placenteramente en respuesta.

Hubo un corto silencio del otro lado de la llamada, sin embargo, eso no detuvo a Jimin quien continuó moviendo sus dedos con fuerza. 

—¿Jimin? — le llamó Jungkook con voz suave. 

— ¿Si? — respondió enseguida regulando su respiración entrecortada.

— ¿Esto te está encendiendo?  — preguntó de repente el contrario. 

Jimin separó sus labios avergonzado.

¿Acaso lo había escuchado? Su corazón tronó con fuerza en su pecho.

— ¿Qué? ¿De qué estás hablando? — decidió ignorarlo. 

— ¿Estás en tu apartamento? 

— Lo estoy. 

— Bien — dijo Jungkook carraspeando un poco — ¿Y si intentas decirme por qué te estás masturbando? 

Si, quería que el suelo bajo suyo se abriera y se lo tragara.

— Yo no estoy...

— Lo estás, puedo escucharte Jimin — su voz sonando peligrosamente baja, como si temiera ser escuchado. 

— Lo siento, eso fue grosero — se disculpó enseguida avergonzado.

Mierda, había asustado a Jungkook o tal vez lo había hecho cabrear.

Ninguna era buena opción para él.

— ¿Necesitas ayuda? — se atrevió a preguntar Jungkook. 

Jimin se sorprendió tanto que enderezó su cuerpo y soltó su erección. No, él no necesitaba la lástima y compasión del contrario. 

— Jungkook — había amenaza en su voz.

— Fue tu idea, no mía — le recordó — no soy yo quien se estaba masturbando por una llamada.

Se mordió el interior de su mejilla al no ser capaz de pensar en una respuesta coherente.

— Bien, podemos fingir que esto no ha sucedido — soltó Jungkook de improvisto — o podría contarte mi rutina de relajación en casa, ¿Sabes lo bien que se siente moverse desnudo antes de tomar una merecida ducha? 

Jimin gruñó ante la imagen mental que apareció en su mente. 

— Si, eso es — dijo Jungkook — una merecida ducha, o tal vez quedarme en la tina por un largo tiempo. 

Sus dedos retomaron la acción de moverse contra su miembro, esta vez con más fuerza y rapidez.  Al diablo si Jungkook podía escucharlo ahora.

— Me gusta dormir desnudo — confesó Jungkook de repente. 

Jimin gimió ante la idea. 

Pero el más alto no tenía ningún problema con escucharlo masturbarse.

— ¿Sabías que la cámara de seguridad en el pasillo solo alcanza hasta la puerta? — dijo distrayendo a Jimin — mi puerta justo ahora tiene seguro, lo comprobé.

El más bajo suspiró, su garganta convulsionando ligeramente al escuchar un sonido que pudo reconocer como una bragueta siendo abierta, pero eso no podría ser posible. 

Jungkook era heterosexual. 

— Kook — gimió al escucharlo mover sus dedos contra su propia polla. 

El sonido de algo húmedo golpeando contra la carne gruesa, su mano regresando a sacudir su miembro con fuerza sintiéndose excitado.

— Si, eso es — repitió Jungkook — ha pasado un tiempo desde que me masturbé — confesó — se siente bien. 

Un gemido escapando de su garganta recorriendo el cuerpo de Jimin haciéndolo sentir ansioso por más. 

Jimin llevó sus dedos hacia su boca para humedecerlos un poco antes de retornarlos a su dolorida erección, silbó de placer al tocarse de nuevo. 

— Kook — gimió de nuevo bajo. 

Un gruñido áspero por parte de Jungkook lo hizo sentir escalofríos, parecía que el hombre no mentía al decir que llevaba un buen tiempo sin liberarse al igual que él, porque ahora parecía una carrera entre ellos. 

Una que claramente Jimin perdió sin vergüenza alguna derramándose sobre su propio cuerpo, parte de su estómago y torso. Su respiración agitada, pero feliz chocando contra su móvil. 

Lo próximo que supo es que después de un par de jaladas más, Jungkook estaba corriendo en su oficina en horario de trabajo, un tono ronco de placer al escucharlo reír al terminar. Su polla intentó regresar a la vida con ese sonido.

Esto estaba jodiendo la mente de ambos.