— ¿Le pediste que esperara? — preguntó Boonie sorprendida.
Jimin asintió suavemente con la cabeza.
— Él me reiteró que respetaría mis decisiones — respondió Jimin en voz baja.
— Vaya, estoy sorprendida por ese giro.
— Él lo comprendió, ¿Sabes? — dijo Jimin — pensé que se molestaría, pero él en cambio sonrió y me dijo que lo entendía, que no tenía intención alguna de presionarme si no estaba listo.
— Eso fue bueno de su parte.
— Lo fue — respondió el más alto — no hubo ningún momento incómodo entre nosotros después de salir de la feria, él me hizo sentir tan a gusto con su presencia todo el tiempo, que olvidé todo lo malo e incómodo que hubo alguna vez entre nosotros.
— Te lo dije, él te adora.
Jimin sonrió bajando el rostro con la intención de ocultarlo.
— Cuando regresamos al apartamento, él quiso conversar un poco más y confesó que estaba feliz con mis decisiones, admitió que quería tener la misma valentía que tenía yo para afrontar las cosas.
— ¿Y qué sucedió luego?
— Él solo me abrazó — respondió Jimin — solo me permitió estar entre sus brazos durante mucho tiempo.
— ¿Dónde está el ahora?
Jimin soltó una fuerte carcajada.
— Él estaba sorprendido por las cosas nuevas que vio en el supermercado, así que quiere hacer la cena esta noche.
— Eso es dulce de su parte.
— Lo es — respondió sonriendo — el señor panda lo comprueba.
Boonie le enseñó una expresión de confusión en el rostro.
— ¿El señor Panda? — inquirió ella.
— Oh, espera — le pidió alejándose de la sala para dirigirse con prisa hacia la habitación principal.
Pocos segundos después él estaba cargando el enorme peluche para mostrárselo a Boonie.
— ¿Estás bromeando? — dijo ella — es genial, es tan lindo y suave — dijo una vez que se acercó para tocarlo.
— Es realmente suave.
— ¿Jungkook lo compró para ti?
— No, él lo ganó en un juego de la feria.
Boonie llevó su mirada al enorme peluche.
— Le diré a Jamie que vayamos a la feria, quiero un oso como este en nuestra habitación.
Jimin parpadeó perplejo al escucharla.
— Pensé que lo querías para la habitación del bebé.
— Oye, ya hay muchos peluches en su habitación para cuando nazca, quedarme con uno de estos no será malo — rio ella en voz baja.
— Está bien — Jimin dejó el panda sobre el sofá sentado.
Boonie tomó asiento al lado del peluche, observó a Jimin dirigirse hacia la cocina por un poco de agua.
— ¿Cuánto tiempo estará él aquí?
Jimin regresó con dos vasos llenos con agua, le extendió uno a Boonie quien se lo agradeció.
— No estoy seguro, él debe regresar a trabajar.
Boonie asintió, su vista fija en la expresión apagada que adquirió el rostro del contrario.
— Tú no quieres que él se vaya — comentó tomando por sorpresa a Jimin.
— ¿De qué estás hablando? Él necesita regresar, su familia está allá al igual que su trabajo.
— Eso no responde a mi pregunta Jimin.
El mencionado suspiró, desde que Jungkook confesó todo aquello esa noche, no podía evitar sentirse culpable por haberle pedido tiempo para pensar en sus palabras.
Era consciente de que Jungkook no correspondía sus sentimientos de la forma en que quería, pero también notó la forma en que el hombre se estaba esforzando en apreciar sus sentimientos.
Todo era simplemente demasiado complicado, Jungkook había estado actuando como si toda esa noche no hubiera ocurrido, tal vez solo con la intención de no hacerlo sentir presionado.
Sin embargo, no necesitaba que Jungkook se lo recordara, su mente lo hacía por sí misma.
— No quiero que confunda sus sentimientos — dijo Jimin — él realmente está considerándolos, incluso me ha pedido un poco de comprensión en el asunto.
— Escucha — Boonie sonrió suavemente — Jungkook siempre se ha preocupado por ti, incluso ahora con la confesión parece que intenta no dejarlos a un lado.
— Sé que lo está intentando — respondió — me siento aliviado de que no haya vuelto a mencionar el tema, pero eso me hace sentir culpable también.
— Creo que solo deberías mencionarlo cuando lo hayas pensando cuidadosamente Jimin — sugirió Boonie — Jungkook te esperará.
El sonido de la puerta siendo abierta los asustó, Jungkook ingresó sosteniendo un par de bolsas llenas de compras del supermercado.
— Hey — Jungkook saludó a Boonie en cuanto notó su presencia.
— Escuché que prepararás la cena esta noche — dijo ella sonando emocionada.
— Lo haré — asintió con una sonrisa llevando las compras hacia la cocina.
Boonie le echó un vistazo a Jimin quien se dirigió hacia la cocina siguiendo al más alto, ella asintió sin ser vista recostando parte de su cuerpo contra el panda.
— ¿Estás seguro de preparar la cena? — preguntó Jimin al verlo sacar los objetos de las bolsas de papel — no tengo ningún problema en ayudarte a cocinar.
— No te preocupes — respondió — estuviste haciendo la cena estos últimos días, así que quiero hacerlo esta vez.
— Está bien.
Jimin regresó a la sala a hacerle compañía a Boonie, el más alto pasó mucho tiempo en la cocina preparando la cena sin pedir ayuda alguna, un aroma delicioso les indicó a ambos que pronto sería servida.
Esa noche fue amena, Boonie estaba emocionada hablando acerca de la fiesta que haría para el bebé antes de su nacimiento, Jungkook aceptó en regresar a Chicago para esa fecha y no perdérsela.
Para cuando Jamie vino por Boonie, Jungkook llevaba el peluche devuelta a la habitación al pequeño mueble al final de la cama, momentos después Jimin ingresó encontrando al más alto retirando su camiseta para dejarla al borde de la cama.
— De nuevo, gracias por la cena — acotó a decir Jimin desviando la mirada.
Jungkook se giró para no causarle incomodidad, por lo que el más bajo al retornar la vista solo pudo toparse con la amplia espalda desnuda del contrario.
— No tienes que agradecerme — respondió.
El más bajo se dirigió hacia el baño de la habitación para refrescar sus manos.
— ¿Jimin?
— ¿Si?
— Debo regresar al trabajo más pronto de lo que esperaba.
Las manos de Jimin se quedaron quietas bajo el flujo suave del agua, tragando saliva con fuerza pensó en cómo debería responder a ello, él sabía que su amigo debía regresar en algún momento, pero esperaba tenerlo alrededor por un par de días más.
— ¿Es así? — inquirió Jimin sacando sus manos del agua.
— Quería quedarme un poco más, pero realmente no puedo hacerlo — explicó — incluso Ira me envió un par de mensajes.
— Claro — Jimin salió del baño — está bien, si debes regresar, debes hacerlo.
Jungkook estaba usando una camiseta más cómoda.
— Escucha, sé que me pediste que esperara — le recordó — lo cual tengo planeado hacer, solo quería checar lo que está ocurriendo entre nosotros.
Acercándose hacia la cama, Jimin pensó en una respuesta adecuada, el más alto atravesó la habitación hasta detenerse al otro extremo de la cama para tomar asiento.
— Solo necesito un poco más de tiempo para pensarlo — respondió el más bajo — no quiero cortar la comunicación entre nosotros de nuevo.
— Eso es bueno saberlo — dijo Jungkook sonando aliviado.
Jimin evitó soltar una carcajada al notarlo.
— Estamos bien, no te preocupes — reiteró subiendo sobre la cama para acostarse a lo largo.
El contrario imitó la acción a su costado, Jimin giró sobre su costado para observar a Jungkook estirarse con pereza mientras bostezaba con fuerza. Inevitablemente bostezó también.
— Mañana debo trabajar — murmuró Jimin — ¿Cuándo tienes planeado regresar?
Jungkook suspiró aburridamente.
— Ya compré el boleto — respondió girando para encarar a Jimin — el vuelo es mañana por la tarde.
Tragando con dificultad, Jimin parpadeó letárgicamente pensando en lo dicho por el contrario, su mano se había movido de forma inconsciente hacia el frente para apoyar contra el rostro del más alto.
— Lamento tener que regresar tan pronto — susurró Jungkook.
— No es tu culpa, debes regresar al trabajo — dijo en voz baja imitando el tono del más alto.
Jungkook se apoyó en el contacto, un suspiro de alivio escapando de sus labios, Jimin no sentía incómodo, tampoco había tristeza en su corazón debido a la confesión, pero no podía ignorar el hecho de que ya estaba extrañando la presencia del contrario.
— Te voy a extrañar — mencionó Jimin.
— Y yo a ti — respondió dulcemente.
— Regresarás para la fiesta de Boonie, ¿No es así?
— Lo haré — su voz sonando firme.
— Esperaré por tu regreso — admitió Jimin sintiendo nervios por la reacción del contrario.
— Espero que estos dos meses transcurran rápido — pidió en modo de deseo.
— Estaré aquí — dijo Jimin sonriendo — volveremos a vernos, te llevaré a la feria de nuevo.
— Debemos conseguirle compañía al señor panda — soltó en medio de suaves carcajadas.
— Seré yo quien lo consiga esta vez.
— Sé que lo harás.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro