— Esta conversación no llegará a ningún lado — dijo Jimin.

— Lo hará si tan solo conversáramos un poco más — respondió Jungkook del otro lado de la línea.

— No, no lo haremos Jungkook — dictaminó — no tendremos esa charla, no tengo obligación en decirte todo sobre las relaciones que tenga o no.

— Lo sé maldición — su voz dejó de sonar quebrada a cambiar a un tono molesto — es solo que me sorprendió todo el asunto de Sloane y ahora te alejaste de mi — Jungkook se quedó callado unos segundos — de todos nosotros — se corrigió a si mismo.

Jimin suspiró audiblemente.

— Escucha, sé que estás realmente molesto con todos nosotros, pero renunciar a tu trabajo e irte fue demasiado.

— No me interesa si creen que mis reacciones fueron exageradas o si mis decisiones no fueron pensadas — se atrevió a decir en voz alta — tú ni ellos fueron los que recibieron miradas desaprobatorias, no fuiste culpado de algo injusto.

— Jimin.

— No, tú escúchame Jungkook — bien, ahora estaba molesto — me importa un demonio lo que hayan pensado de mi, no necesito su jodida lástima luego de rectificar que no hice nada malo.

Era más que eso.

Jimin había notado que sus sentimientos comenzaron a ser una molestia entre su relación de amistad con Jungkook, el hecho de que tenía que seguir observando al hombre ser feliz con alguien más era doloroso.

Pero más allá de eso, él no quería enredarse con la pareja por algún otro malentendido.

No necesitaba generar más problemas innecesarios.

— Esta conversación se terminó — él no dudó en cortar la llamada.

Tenía razón, no debió responder en primer lugar.

Jimin no contestó el móvil sin importar la cantidad de veces que Jungkook le llamó, ni las numerosas ocasiones que le envió mensajes a modo de ruego.

Para cuándo Jungkook desistió de esperar y se dirigió hacia el edificio, el vigilante solo pudo decirle que Jimin no estaba en la ciudad.

Esa fue razón suficiente para hacerlo entrar en pánico.

A diferencia de los nervios que estaba sintiendo Jimin al detenerse frente a la compañía de la que Bonnie le mencionó.

— ¿Estás nervioso? — cuestionó la mujer a su costado.

— Solo un poco — respondió en voz baja.

— Vamos, vas a estar bien, Jamie habló maravillas de ti e incluso mostró tu portafolio.

— Si, bueno, eso no me hace sentir menos nervioso Bonnie — confesó.

— Solo entra de una vez — las manos de la mujer contra su espalda empujándolo hacia el frente.

Ellos ingresaron al edificio, una amable chica les sonrió desde el lugar de recepción.

— Creo que debí practicar más inglés — soltó de repente Jimin.

— Tienes que estar bromeando Jimin — responder.

— Creo que he olvidado lo que aprendí.

— Jesús, don't be a baby and move, that girl is waiting for you (no seas un bebé y muévete, esa chica está esperando por ti) — le ánimo Bonnie.

— Maybe she is waiting someone else (tal vez ella está esperando a alguien más) — respondió Jimin en voz baja. 

Solo le bastó un último, pero fuerte empujón por parte de Bonnie para que Jimin por fin se acercara a la recepcionista. 

La mujer esperó mientras Jimin anunciaba su llegada, ella lo observó relajarse al poco tiempo cuando usaron el ascensor hasta llegar al despacho del jefe, el hombre quien a pesar de ser capaz de reconocerlo como extranjero, lo trató tan amablemente que los nervios de Jimin desaparecieron. 

El jefe parecía realmente interesado en los proyectos en los cuales participó Jimin previamente a su renuncia, a pesar de no tener una carta de recomendación por claras razones, el hombre estaba curioso del estilo propio que había adquirido Jimin para diseñar.

Así que lo que pudo tomar poco tiempo de entrevista, resultó abarcando una conversación amena entre ellos, fue un alivio para Jimin sentirse capaz de desenvolverse en la entrevista demostrando con su portafolio sus capacidades.

— Te dije que no sería tan malo — le recordó Bonnie en cuanto se topó a Jimin minutos después de la entrevista. 

— Creo que lo logré Bonnie — exclamó feliz.

— ¿Te dieron la vacante? — cuestionó la mujer observándolo curiosa. 

— No exactamente, pero él dijo que estaba satisfecho con mi portafolio — respondió — el tener un extranjero ampliaba la forma de interpretación de los clientes, es una buena estrategia para abarcar más estilos. 

Boonie le sonrió en respuesta, ella estaba nuevamente enredando su brazo con el de Jimin para llevarlo fuera. 

— Lo más probable es que tengamos noticias sobre el trabajo mañana — dijo Jimin entusiasmado. 

— Estoy feliz por ti cariño — respondió. 

Ambos salieron al poco tiempo del edificio, Boonie le aseguró que debían realizar un corto paseo antes de dirigirse a la residencia de la mujer, fue inevitable para Jimin no distraerse a medida que avanzaban observando las calles. 

— ¿Estás segura que Jamie estará bien con todo esto? — cuestionó al ver a la mujer arrastrarlo al interior del centro comercial. 

— Estará bien — respondió — necesito comprar un par de cosas para el embarazo. 

Jimin pensó que estaría bien hacerle compañía a su amiga, hasta que sus brazos no tenían más espacio para cargar las bolsas que Boonie le pedía amablemente sostener. 

No le sorprendió cuando el esposo de ella apareció minutos después con una clara expresión de cansancio. 

— No te preocupes Jimin — dijo el hombre a su costado — te acostumbrarás pronto. 

— Puedes hablar fluidamente — acotó en decir Jimin al escucharlo. 

— Tome un par de cursos para aprender, pero el verdadero desafío fue cuando intenté conquistar a Boonie. 

Una carcajada suave se escapó de su garganta, el hombre parecía una buena persona, fue fácil formar conversación con él, Jamie solía mantener una sonrisa suave en su rostro, algo que te hacía sentir ameno a su alrededor.

Jimin logró olvidar completamente lo que había dejado atrás con los que había considerado sus mejores amigos, Boonie lo convenció de cambiar su número de móvil por lo cual el anterior fue desechado y desactivado. 

Ya no habían más llamadas, no habían más mensajes entrantes y repetitivos. No había algo más que lo hiciera sentirse miserable por sus sentimientos hacia Jungkook. 

Decidió que por el momento, se concentraría en lo que sus ojos estaban observando, el interior del hogar de la pareja era acogedor, Jamie le había invitado un par de tragos mientras charlaban sentados en el sofá frente a una pequeña chimenea, al estilo antiguo. 

Si Jamie conocía parte de su historia o no, no se lo hizo saber, parecía que el hombre estaba más que seguro de que Jimin debía distraer su mente y no pensar en el que consideraba ahora como su pasado.

— Estoy seguro de que conseguirás el trabajo — dijo Jamie para beber un nuevo sorbo al licor.

— Eso espero — respondió sinceramente Jimin — siempre es complicado encontrar trabajo y que te acepten a la primera. 

— Totalmente cierto — Jamie elevó su vaso medio lleno — pero por tu portafolio, estoy seguro de que tendrás la vacante, el jefe me habló muy bien de ti. 

— ¿Lo hizo? — preguntó asombrado. 

— Lo hizo — respondió Jamie con una sonrisa tirando de la comisura de sus labios.

— Estoy segura de que lo conseguirás cariño — dijo Boonie acercándose a Jamie para tomar asiento a su costado. 

El hombre por inercia llevó su brazo izquierdo sobre los hombros de la mujer dulcemente, luego su rostro estaba lo suficientemente cerca para dejarle un pequeño toque de labios en la piel blanquecina de su frente. 

— Apoyo a mi esposa — dijo entre suaves risas Jamie. 

Jimin no tardó en unirse con carcajadas por igual.