Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15

Jimin no logró dormir esa noche, lo intentó, pero fue inútil. 

Su mente se encargó de divagar por sí sola en los múltiples escenarios respecto a la situación actual, no sabría cómo actuar si se llegara a encontrar a alguno de ellos en la oficina, necesitaba ir por sus cosas después de todo. 

Sin embargo, él no perdió el tiempo, había ocupado parte de su noche para redactar la carta de renuncia de manera formal, esperaba solo poder dejarla en la oficina de Ira y salir de allí sin conversaciones de por medio. 

Para cuando la mañana se hizo presente, Jimin no se inmutó, no hubo alarma que lo despertara, tampoco debía apresurarse en llegar temprano a la oficina, nada de eso por un tiempo esperaba, esperaba poder conseguir empleo para el final del mes. 

No le sorprendió cuando luego de vestirse de forma más casual se encontró con el portero en la entrada, este le había mencionado que alrededor de cuatro personas habían aparecido en su búsqueda, pero que siguió sus órdenes de no comunicarle al respecto. 

— Gracias James — dijo Jimin hacia el hombre. 

— No ha sido nada señor Park, es un placer ayudar, tenga buen día. 

Esperaba tenerlo realmente, no había tenido uno de esos en mucho tiempo. 

El trayecto en el auto lo relajó un poco, esperó pacientemente en el tráfico, era mejor de esa forma, sus emociones estaban a flor de piel y era confuso no ser capaz de tomar una buena decisión en esos momentos. 

— Mierda — murmuró para sí mismo al estacionarse cerca del edificio donde trabajaba.

Logró ver el auto de Jungkook ingresar al estacionamiento, era justo lo que menos necesitaba. 

Se quedó cerca de su propio automóvil observando la entrada del edificio, sus manos ocultas en los bolsillos de la chaqueta que estaba usando, los transeúntes a su alrededor no lo distrajeron. Su mente parecía estar en otro lugar. 

Sacudiendo la cabeza avanzó a través de la calle hasta ingresar al edificio, no interesaba si debía tomar valor para enfrentarse a ellos luego del malentendido el día anterior, él necesitaba avanzar y para ello debía abandonar totalmente su trabajo en la firma de Arquitectos de Ira.

No pudo evitar sentir nervios al ingresar al elevador, sus manos moviéndose inquietas luego de sacarlas de los bolsillos de la chaqueta, su vista se centró al frente cuando las puertas metálicas se abrieron brindándole paso. 

— Maldita sea — murmuró sorprendido al ingresar al piso donde quedaba su oficina y ver los puestos vacíos de los que fueron sus compañeros de trabajo. 

Jimin recordó que había una reunión del personal programada para la mañana, una que Ira no podría posponer porque habrían personas importantes presentes, una curva en sus labios de alivio al poder dirigirse con calma hacia su oficina. 

Sin embargo, su felicidad solo duró un par de segundos mientras su mente lo arrastraba de nuevo a su realidad, él ya no tenía trabajo estable, ese espacio que estaban observando sus ojos no lo volvería a ver en el futuro. 

Todo lo que alguna vez significó tener su propia oficina ya no importaba ahora. 

Lo que alguna vez pudo haber logrado trabajando en este lugar ya no sucedería. 

Recogió sus cosas, una a una verificando no dejar nada de su propiedad atrás, su mente le recordó todo lo que alguna vez sucedió en la oficina, nuevamente se sentía abrumado por todo. Su mente seguía sin realmente procesar el hecho de que sus amigos le habían abandonado creyendo en aquella mujer. 

Suspiró aliviado al terminar de guardar sus cosas en una mochila que tenía en la oficina, resultó útil después de todo, pero su calma se terminó al elevar la vista encontrándose con la mirada de la mujer desde la lejanía. 

Jimin desvió el rostro molesto tomando la mochila para salir de allí con prisa. 

— Jimin — le llamó Sunmin en voz alta.

— No te atrevas — le respondió deteniéndose a varios metros de ella.

— Escucha, tenemos que hablar — pidió la mujer sonando preocupada. 

— No hay nada de qué hablar Sunmin — dijo moviéndose nuevamente, su rumbo hacia el elevador. 

Maldita sea, había olvidado que dejaría su carta de renuncia, mascullando furioso se devolvió sobre sus pasos para dirigirse hacia la oficina de Ira, como era de esperarse, Sunmin lo siguió de cerca.

— ¿Qué demonios quieres Sunmin? — bien, no podía culparlo, él estaba molesto. 

La cercanía de la mujer no ayudaba con eso. 

Jimin dejó la carta que traía oculta en el bolsillo de la chaqueta, observó la oficina de Ira una última vez recordando la discusión que tuvo con ella, sacudiendo la cabeza salió de allí. 

— Tenemos que hablar, por favor — Sunmin lo tomó del brazo. 

Inhalando con fuerza evitó golpear el brazo de la mujer para que lo soltara, sin embargo, si sacudió el suyo zafándose del agarre contrario. 

— Jimin, por favor — dijo ella — no puedes irte de esta forma, yo hablé con ellos, les expliqué que todo fue un malentendido. 

No importaba eso ahora, pensó Jimin . 

— Eso no tiene importancia ahora Sunmin — admitió caminando de nuevo en dirección hacia el elevador. 

Pero la mujer fue bastante persistente, ella avanzó más rápido para detenerse frente al elevador, su cuerpo como escudo para evitar que Jimin pudiera ingresar a este.

— Por favor, escúchame — insistió ella — yo no quería que nada de esto pasara, solo estaba siendo amable contigo, tienes que creerme. 

— No importan tus intenciones — respondió Jimin deteniendo su caminar — ellos lo tomaron de mala forma, no debí dejar que me ayudaras, ese fue mi error.

La mujer se veía desesperada a este punto, como si intentara pensar en formas para detener que Jimin saliera. 

— Hazte a un lado Sunmin — le pidió de la forma más amable que pudo dadas las circunstancias. 

— No me moveré hasta que me escuches, es importante lo que te tengo que decir — insistió. 

— No quiero hablar — respondió secamente. 

Ni siquiera quería verla.

El pasillo cercano se llenó de ruido elevado, Jimin giró el rostro para toparse con sus compañeros charlando acerca de la reunión que ya había finalizado, volvió la mirada hacia la mujer, algo debió haber cambiado en su expresión cansina porque Sunmin por inercia se hizo a un costado dándole por fin paso hacia el elevador.

— Jimin — lo llamó una vez más vanamente. 

— Adiós Sunmin — le dijo cuando ingresó al elevador. 

Creyó que por fin saldría ileso de allí, pero había una mano deteniendo las puertas metálicas justo cuando estaban a pocas pulgadas de cerrarse por completo. Esto tenía que ser una jodida broma. 

Sloane estaba allí frente a él, la expresión genuina de preocupación en su rostro, Jimin movió la vista, él no estaba preparado para entablar ninguna conversación con el hombre frente suyo, solo quería salir de allí con sus cosas y tomar un merecido descanso para olvidarlo todo. 

— Jimin, tenemos que hablar — pidió Sloane. 

— No quiero — respondió sinceramente — déjame ir Sloane — pidió educadamente.

— Jimin — insistió esperanzado. 

Su vista se movió a las espaldas de Sloane, pudo notar la presencia de Ira, además de sus antiguos compañeros de trabajo, su única reacción fue apoyar la palma abierta de su mano derecha contra el torso de Sloane empujándolo un poco para que retrocediera. 

Las puertas se cerraron dejándolo con la visión de aquellas miradas preocupadas. 

Jimin suspiró sintiéndose de alguna forma nervioso, se dijo a sí mismo que eso era todo, no tenía por qué seguir reprimiendo sus emociones o tener que seguir aguantando más presión. Él era libre.

Tragó saliva con fuerza cuando logró salir del edificio, joder, sus piernas incluso habían temblado un poco al avanzar fuera de allí, sacudiendo sus manos para liberar un poco de presión se dirigió hacia su auto. 

Ahora solo debía regresar a su apartamento y tomar el descanso que necesitaba, tal vez dormir un poco le vendría bien. Buscó las llaves de su auto en su pantalón, abrió la puerta lanzando la mochila hacia los asientos traseros. 

— Jimin — su cuerpo se detuvo como si de alguna forma el dueño de esa voz tuviera control de los movimientos de su cuerpo. 

Moviendo la vista a un costado halló a Jungkook quien lucía agitado, probablemente debió haber corrido para poder alcanzarle en cuanto supo que estuvo allí.

El hombre de alguna manera se veía como un reflejo de Jimin, eso pensó al verlo, había una ligera sombra bajó sus ojos, parecía que no había sido el único que no logró conciliar el sueño, su corbata estaba mal arreglada algo que no era común en él. Su traje definitivamente se había arrugado por la prisa. 

— Por favor, no te vayas — le escuchó decir. 

Jimin lo observó sorprendido sin saber qué responder a ello, pero su cuerpo ya se estaba moviendo al interior del auto. Jungkook se apresuró en evitar que la puerta fuera cerrada, la mantuvo abierta sosteniéndola con su mano izquierda mientras la derecha se apoyaba al otro costado logrando inclinar su cuerpo en dirección hacia Jimin.

— Por favor — le suplicó Jungkook.

— No quiero hablar contigo Jungkook — dijo tratando de cerrar la puerta. 

— Necesito que me escuches Jimin. 

— Ninguno de ustedes me quiso escuchar ayer, ¿Por qué tendría yo que escucharlos hoy? — cuestionó molesto. 

Jungkook se sorprendió por su respuesta, esos segundos valiosos para lograr que Jimin cerrara la puerta dándole tiempo suficiente para activar el seguro, encendió el auto mientras escuchaba al hombre tocar la ventana con sus nudillos varias veces seguidas. Jimin solo accionó el claxon para salir de allí alejándose de él.

Pudo ver por el retrovisor a Jungkook caer de rodillas sobre el andén sin importarle que las personas se le quedaron observando.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro