11
Jimin se sintió como un extraño en su propio apartamento, era consciente de que la situación incómoda con su mejor amigo se había encargado de crearla por sí mismo.
¿Qué debería hacer?
Era un adulto con la capacidad de aceptar que su amor no sería correspondido jamás, que era tiempo de avanzar y dejar de perder el tiempo con un romance soñado.
Que no ocurriría.
— Lo siento, tenía que contestar la llamada — dijo Jungkook ingresando en dirección hacia la sala.
Jimin asintió, no debía adivinar con quién su mejor amigo había estado charlando, era más que claro que se trataba de Sunmin, bajó la mirada al notar la expresión fresca en el rostro del contrario.
Justo ese tipo de detalles era los que odiaba notar, ver la persona que amaba estar profundamente enamorado de alguien más, no podía hacer nada al respecto, respetaba la relación que tenían ellos dos.
Solo no lograba soportarlo a su alrededor durante mucho tiempo.
— Seguro — respondió después de un tiempo.
Estirando el brazo alcanzó una lata de cerveza fría al tacto, tendría que estar loco si pensaba soportar la compañía de Jungkook estando sobrio, si este tenía pensando hablar de la mujer.
— Sunmin es realmente genial — agregó Jungkook a su costado cuando tomó asiento en el sofá amplio.
Lo sabía, él comenzaría a hablar de la mujer hasta que su garganta se secara.
— Genial — respondió alcanzando ahora el control remoto de su videojuego.
Había pasado tiempo desde que jugó en compañía, en ocasiones lograba convencer a Sloane de jugar un par de partidas en línea con él, al final su compañero de trabajo se cansaría y prefería meterse entre sus piernas.
Su compañía siempre era bien recibida.
— ¿Desde cuándo tienes ese tipo de relación con Sloane? — cuestionó Jungkook de repente tomando desprevenido al más bajo.
Jimin quien había mantenido la mirada en la pantalla se obligó a no girar el rostro, continuó moviendo los botones del control para acceder al juego y entrar al lobby de la sala del juego en línea.
— No estoy seguro — respondió con cautela — no es como si le prestara atención a ese tipo de detalles.
— Creo que lo sabes — contestó Jungkook — solo no quieres decirlo.
Tragando saliva con esfuerzo, Jimin no se permitió caer en el juego del contrario, no tenía ninguna obligación en darle detalles de su vida íntima, esperaba que Jungkook tampoco lo hiciera, no necesitaba saber qué clase de cosas hacía con la mujer.
— No comprendo por qué eso es importante — agregó Jimin — la partida está por comenzar, será mejor que te centres en esto.
Pero Jungkook no tuvo nada de ello.
— ¿De quién fue la idea? — continuó con su interrogatorio.
— Estás invadiendo mi privacidad de nuevo Jungkook — soltó sintiéndose ligeramente molesto.
Pero más que todo, incómodo. No le estaba agradando la dirección a la que el más alto estaba llevando la conversación.
— Solo estoy curioso, es todo — respondió su amigo.
Jimin no respondió a sus preguntas, se sentía molesto, pero de alguna forma culpable, él solía hablar con Jungkook sin problemas intermedios, cada cosa nueva que hacía Jungkook lo sabría casi al instante.
Pero no era así ahora.
Su mejor amigo desistió de obtener respuestas, continuaron con los juegos hasta que el repartidor llegó, incluso en esos momentos se mantuvieron en un silencio que rayaba cercanamente a la incomodidad.
Su móvil se llenó de varias notificaciones de mensajes entrantes de Sloane, quien preguntaba acerca de su noche y si debía ir a su rescate.
Mentiría si dijera que no pensó en pedirle ayuda a Sloane, pero decidió actuar por si solo y enfrentar la situación.
— Juguemos un par de partidas más — dijo Jungkook regresando al sofá luego de abandonar la silla cerca del comedor.
— Es tarde — dijo — jugaremos, luego te llevaré hasta tu edificio.
Jungkook giró su rostro, su mirada directo hacia el contrario quien no supo interpretar la expresión nula que le brindó el más alto.
— Me quedaré aquí — fue su respuesta.
Jimin parpadeó sorprendido, luego un surco se formó en la piel de su frente al procesar la respuesta del hombre, este se había auto-invitado a quedarse en el apartamento.
— ¿De qué estás hablando? — cuestionó el más bajo levantándose de su asiento para dirigirse hacia la sala — ¿Estás loco? Mañana debo ir a trabajar y tú igual, no pienso despertar más temprano solo para llevarte hasta tu edificio.
Jungkook sacudió sus hombros restándole importancia al asunto.
— Hablo en serio Jungkook — dijo Jimin elevando su tono de voz — te llevaré hasta tu edificio esta noche.
El más alto mantuvo su mirada.
— ¿Por qué no puedo quedarme? — preguntó — Sloane vendrá, ¿No es así?
Jimin sacudió la cabeza al darse cuenta del giro absurdo de la conversación.
— No , Sloane no vendrá, ¿De qué estás hablando?
— Entonces no hay razón o excusa para no quedarme.
— Te dije que se debe a que no quiero despertar más temprano, no tendré tiempo suficiente para hacer tantos recorridos.
— Tomaré un taxi, así no interferiré en tu horario habitual por la mañana.
Balbuceando Jimin no lograba hallar una excusa para su idea, si su mejor amigo se quedaba eso implicaría que debía compartir su cama con él, ya lo había hecho antes, pero justo ahora no quería hacerlo.
Su relación con su mejor amigo no se hallaba en el mejor punto.
— ¿Por qué quieres quedarte? — cuestionó Jimin — por lo general siempre estás con prisa por llegar a hacerle compañía a Sunmin.
— Tal vez — respondió Jungkook con cautela — pero esta noche quiero quedarme aquí.
— Quieres quedarte aquí — repitió Jimin no comprendiendo la situación.
— Quiero quedarme contigo — agregó el más alto.
Desviando la mirada Jimin quiso gritar, odiaba que Jungkook con pocas palabras lo hiciera sentirse de esa forma, tal vez especial, tal vez consciente de que tenía toda su atención para sí mismo, no importaba, le parecía tonto la forma en que sus propios sentimientos lograban desordenar sus emociones.
— Bien — aceptó finalmente — pero te levantarás cuando la alarme suene, eres una persona horrible por las mañanas y no pienso lidiar contigo.
— Me levantaré, lo prometo — respondió elevando el control hacia Jimin pidiéndole en silencio continuar con los juegos.
— Está bien, solo jugaremos un par más, estoy cansado y quiero ir a dormir.
Como lo dijeron, lo cumplieron, al poco tiempo ambos se hallaban sobre la comodidad de la cama, Jimin se estiró cuando la pereza llenó su cuerpo, sus brazos abiertos hasta chocar contra el torso de su mejor amigo quien emitió un gemido en forma de queja.
— Tú quisiste quedarte — le recordó Jimin intentando no reír por sus propias acciones.
— Olvidé lo horrible que es dormir contigo en la misma cama.
— Aguántalo hombre — soltó Jimin finalmente acompañado de una suave carcajada.
— Es más fácil dormir con Sunmin, ella no se mueve.
Su risa se desvaneció casi al acto, su sonrisa desapareció también, su cuerpo se giró para darle la espalda al hombre, entonces recordó la situación entre ellos nuevamente y quiso escapar de su lado en la cama.
— Debiste ir a tu apartamento de ser así — le respondió.
Sabía que estaba siendo infantil, pero no podía controlar sus emociones.
Al menos no en momentos que podía compartir a solas con él.
— No — dijo Jungkook moviéndose a sus espaldas, un brazo alrededor del cuerpo de Jimin lo obligó a moverse hacia atrás una pulgada — a ella no le gusta hacer cucharita.
La espalda de Jimin contra el torso del contrario, sus glúteos acunados contra la zona de la hombría de Jungkook, sintió las respiraciones suaves del contrario contra la piel descubierta de su nuca.
— ¿Crees que a mi si me gusta? — preguntó Jimin pensando en alguna forma de zafarse de su agarre.
— Creo que si — dijo Jungkook — te sientes bien, eres cálido en noches frías como estas.
Jimin tragó saliva con fuerza, la mano de Jungkook estaba sobre su abdomen, esperaba que se quedara ahí, de lo contrario se percataría del rápido latir de su corazón contra su torso.
— No soy tu almohada personal Jungkook.
— No, pero eres mi persona especial.
Su vista se deslizó a través de la oscuridad de la habitación, sintió a Jungkook apretarlo más contra su cuerpo como si temiera que se escapara en algún momento, él mismo se halló apretándose contra el torso del contrario.
Sus sentimientos a flote en esos momentos, quería girarse en ese abrazo y confesarle cómo se sentía.
— Esto es raro, dos hombres mejores amigos durmiendo en esta posición — comentó de repente Jimin en voz baja.
— No me interesa — confesó Jungkook.
— Te interesaría si tu chica se entera.
— No importa, aun así querría abrazarte de esta manera. Últimamente siento que te escapas de mi lado, eso no me gusta Jimin.
Los brazos del más alto estuvieron al borde de lastimarlo por la fuerza con que lo sostenía, pero Jimin nunca se había sentido así de querido por Jungkook antes.
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