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10

Los sonidos escalofriantes regresaron con más voracidad esta vez, Jimin movió su cabeza de un costado a otro tratando de averiguar de dónde provenían.

Era inútil, había eco en el interior.

— Jimin, estoy asustada — dijo la mujer aferrándose — ¿Y si el ascensor se desploma?

— Sobreviviremos a la caída — respondió Jimin intentando animarla.

El móvil de Jimin sonó esta vez, no tardó en hallarlo en el bolsillo de su pantalón.

Era Ira.

— ¿Estás bien? — preguntó ella en cuanto la llamada se conectó.

— Lo estamos — respondió en plural.

Escuchó un sonido ahogado por parte de su jefe, seguido de un par de murmullos sobre cómo sacarlos de allí.

No reconoció las voces, así que supuso que eran los técnicos.

— Está bien, los sacarán pronto de allí, solo esperen un poco más.

La llamada finalizó en cuanto Jimin respondió con una afirmación, la mujer nunca dejó de aferrarse a su cuerpo, a pesar de la sensación de miedo, él quería salir de la situación en que se hallaba con Sunmin.

Pocos minutos después un halo de luz ingresó al momento en que las puertas metálicas fueron abiertas con palancas de hierro, ambos exhalaron con alivio al lograr salir de allí.

— ¿Estás bien?

Jimin parpadeó sorprendido al sentir unos dedos enroscarse alrededor de su muñeca, fue sacado con ligera fuerza del ascensor hasta estrellar su cuerpo con el contrario.

Elevó su mirada para hallar a pocas pulgadas a Jungkook con una expresión preocupada en su rostro.

Su corazón se aceleró con fuerza en el interior de su torso, las manos de Jungkook se aferraron a la espalda baja de Jimin.

Un técnico ayudó a sacar a la mujer quien por un par de segundos se había quedado atónita al observar la escena que surgía a su costado.

Inclusive Ira balbuceó ligeramente al no saber qué decir al respecto, fue a revisar a su cuñada.

— Estoy bien — Jimin respondió para luego aclarar con fuerza su garganta.

Sus dedos se balancearon sobre los brazos de Jungkook, la adrenalina del momento junto con el temor de momentos antes lo habían hecho aferrarse al contrario.

— ¿Jungkook? — la voz de Sunmin los alertó.

Las manos del más alto abandonaron el cuerpo contrario, lo observó trastabillar unos segundos antes de recomponerse.

— ¿Estás bien? — su atención se concentró en la mujer ahora.

Jimin se hizo a un costado, sintió la mano de Ira contra su biceps derecho.

Ella tenía una expresión identificable en su rostro, una que insinuaba no comprender la reacción de su propio hermano.

— ¿Seguro estás bien?  — preguntó ella.

— Si, no te preocupes — contestó de inmediato logrando tranquilizarla.

— Bien, es una mierda lo que sucedió, pudo haber sido peor.

— Lo sé — Jimin se alejó siendo seguido por su jefe en el estacionamiento hasta el auto del primero.

— ¿Te vas? — preguntó ella sonando sorprendida.

— Es mejor que lo haga — acotó a decirle — estoy ha hecho que mi humor se esfume.

En cierta forma, se sentía aliviado de tener una excusa verdadera para usar a su favor.

— Está bien, le diré a ellos — Ira se despidió para dirigirse hacia la pareja que continuaban hablando entre ellos.

Exhaló con fuerza, sus manos sobre el techo del auto justo sobre la puerta del conductor, su mirada se fue hacia el suelo mientras su mente se llenaba de incógnitas sobre la reacción de Jungkook.

¿Qué demonios había sido todo eso?

Sunmin debió haberlo malinterpretado, todos estaban allí observando, pero a Jungkook no pareció importarle.

Elevó la vista hasta ver a la pareja a varios metros de lejanía, ellos parecían estar conversando, sin embargo, Jimin pudo notar la expresión molesta en el rostro de su amigo.

Lo conocía a la perfección, no era demasiado notoria como para que los demás se percataran de ello, pero para él lo era.

Tragando saliva con fuerza abrió la puerta para ingresar al auto, Ira debió avisarle a la pareja porque vio el rostro del más alto girar en su dirección.

Oh no, él depronto cambió la forma en que estaba de pie y pareció dudar allí mismo.

Jimin bajó la mirada mientras buscaba las llaves en sus bolsillos, tardó seis segundos en encontrarlas en su pantalón donde se hallaba su móvil, para cuando elevó la mirada, Jungkook ya había avanzado lo suficiente como para estar al costado del automóvil.

Un suave toque contra la ventana del copiloto lo obligó a girar el rostro hacia la izquierda, llevó sus dedos al botón automático para bajarla.

— ¿Seguro estás bien?

De nuevo estaba preocupado.

— Lo estoy — respondió en voz baja.

— ¿Es realmente necesario que te vayas a casa ahora? — cuestionó, su cuerpo inclinándose hacia el espacio de la ventana. Sus manos colgando hacia el interior del automóvil.

— No me siento bien con todo lo que pasó.

Debió pensar en qué decir, porque claramente su amigo formó de nuevo una expresión ambigua de preocupación.

— Estoy bien realmente — se apresuró a aclarar — solo que preferiría irme a descansar por ahora, puedes disculparme con Sunmin, iremos a cenar en otra ocasión.

Jungkook se quedó allí casi inmóvil, la respuesta de Jimin no lo satisfizo.

— Escucha, hablaremos de esto después, es mejor que estés con ella, estaba realmente asustada allí atrás — en referencia al ascensor.

— Tú también lo estabas — respondió en voz baja — pude verlo en tu rostro.

Desvió la mirada al toparse con la contraria, así que esa fue la razón.

— Ella también lo estaba — prefirió recordarle.

— Pero te vi a ti primero.

No pudo evitarlo, regresó la mirada hacia el más alto, parpadeó perezosamente al observar a Jungkook abrir la puerta del copiloto, seguido a esto ingresó en silencio.

De la misma forma Jimin encendió el auto y salieron del estacionamiento en poco tiempo.

El camino fue ligeramente incómodo, no lo pensó mucho, se dirigió hacia su propio apartamento tratando de abandonar la incomodidad en el interior del automóvil.

En cuanto llegaron, ingresaron al edificio, Jimin se detuvo frente a las puertas del ascensor.

— Podemos usar las escaleras — había una mano en su espalda baja de nuevo.

La connotación íntima era clara, lo había visto hacer lo mismo en Sunmin cada vez que estaban juntos, solo un par de segundos antes de alejar sus manos.

Jungkook no era exactamente una persona cariñosa.

— Haremos un poco de ejercicio esta noche — trató de hacerlo sonar como una burla.

Pero la calidez en su espalda baja solo desapareció hasta que comenzaron a subir por las escaleras.

— Debiste quedarte con ella esta noche — sus pensamientos a flote.

— Ella dijo que estaba bien — fue la respuesta.

Su tono de voz era suave.

— Y yo lo dije también — respondió.

Faltaban pocos escalones para llegar al piso indicado.

Jungkook no respondió a ello, solo lo siguió hasta que ingresaron al apartamento en silencio, se dirigió hacia la cocina para calmar la sed en su garganta.

— ¿Quieres un poco? — elevó un vaso lleno con agua para ofrecerle al contrario.

El más alto lo recibió acercándose, sus miradas se encontraron como era de esperarse, pero Jimin la desvió hacia el costado.

— Ira te reprochará esto — agregó Jimin — ella va a estar molesta.

— Lo comprenderá — respondió bebiendo un poco al igual que lo hizo Jimin.

— Yo no lo comprendo — dijo al final.

Jungkook bebió un trago más.

— Sabes que lo haré — dijo, su mandíbula en tensión — sabes que me preocuparé por ti sin importar qué, eres mi mejor amigo.

— Y ella es con quién te vas a casar — le recordó.

— Si es así o no, no cambia el hecho de que seguiré pendiente de ti Jimin. ¿Qué es lo que insinuas?

— No estoy insinuando algo — respondió — es solo que debiste ir por ella primero, Sunmin es la mujer que amas.

Jungkook suspiró audiblemente.

— Y también te amo a ti, no se trata de una competencia o sobre a quién amo más, Jimin.

Oh, había pasado un tiempo desde que lo escuchó decirlo.

— Lo sé, solo digo que te meterás en un problema amigo — cambió el tono de su voz a uno de burla entre amigos.

— Lo resolveré — fue la respuesta de Jungkook al acercarse y llevar su mano libre hacia el cabello del más bajo — vamos a ver una película y pedí algo para comer, hace bastante tiempo que no tenemos tiempo para nosotros.

Lo vio alejarse hacia la sala mientras buscaba el móvil en su bolsillo.

Había pasado demasiado tiempo desde que estuvieron a solas, su corazón tronó con fuerza mientras terminaba de beber el agua para dirigirse hacia la sala.

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