08
Era absurdo, habían transcurrido varios días en que notó la presencia de Jungkook, pero este parecía demasiado avergonzado como para encararle.
Además, Jimin no tenía el valor de acercarse a charlar con él ya que Sunmin estaba rondando cerca últimamente, todo el asunto le estaba cansando demasiado.
Ira no ayudaba con el hecho de agregarle más trabajo al actual, Sloane estaba a punto de redactar su carta de renuncia por las horas extras que a pesar de ser pagadas, eran demasiado tortuosas.
— Joder — escuchó a Sloane quejarse tal vez por sexta vez en los pasados cinco minutos.
— ¿Qué es esta vez? — preguntó, pero no necesitaba hacerlo, sabía de antemano que Sloane formaría una agría expresión en el rostro y se quejaría sobre la carga laboral.
— Maldición, realmente estoy cansado y usé mal la escala de nuevo — fue su respuesta.
Oh, eso era molesto.
Jimin no se quedaba atrás, él también estaba cometiendo muchos errores por la falta de sueño, recordaba haber dormido solo dos horas antes de retornar al trabajo.
— Solo terminó de redactar mi carta de renuncia y seré libre de todo esto — comentó alegremente Sloane tecleando con rapidez en su laptop.
Pero la mano de Jimin sobre las suyas evitó que terminara de tipear, el hombre formó una expresión herida en su rostro.
— No puedes renunciar — dijo Jimin sin gracia — Ira me dará tu trabajo y yo moriré pronto a este paso.
Sloane elevó sus hombros en respuesta recibiendo un puño cerrado con fuerza contra su antebrazo izquierdo, el dolor disparándose con rapidez a través de su brazo, no pudo evitar tocar la zona herida.
— Jesús — se quejó — está bien, no voy a renunciar — soltó con voz adolorida.
— Ni siquiera lo pienses de nuevo — dijo Jimin sonando frustrado — si renuncio estoy seguro que Ira vendrá por mi y pienso que eso es aterrador.
— Ella es aterradora cuando está molesta — comentó Sloane asintiendo.
— No importa ahora — Jimin gimió en queja al hallar un nuevo error en su laptop.
Escuchó a Sloane intentar apretar sus labios cortando la fuerte carcajada que su garganta quería compartir en esos momentos en voz alta, Jimin mantuvo su mirada en él.
— No te atrevas a reírte porque te juro que te golpearé más duro — amenazó Jimin levantando su mano derecha empuñada.
Sloane sacudió su cabeza elevando las palmas abiertas de sus manos en son de paz, su vista retornando hacia su propia laptop para continuar trabajando.
Él mismo también regresó su mirada, se sentía extremadamente cansado, pero decidió ignorar esa sensación por un par de horas más. Solo hasta que Sloane salió de su oficina luego de acabar con cierta parte del proyecto, Jimin se tomó la libertad de elevar el rostro.
Su boca cayó ligeramente al notar la presencia de Sunmin bajo el umbral de la puerta a punto de tocar con sus nudillos, una expresión de sorpresa al ser descubierta.
— Oh, estaba por llamar tu atención — dijo ella, su voz como siempre sonando delicada.
Jimin no la odiaba, no podía, la mujer parecía realmente maravillosa a pesar de no pasar tiempo con ella como para conocerla como lo hacía Jungkook.
Jungkook.
El solo mero pensamiento sobre él lo hizo agitarse, náuseas formándose en su estómago.
— Está bien — respondió — no hay problema, por favor, entra — le pidió.
La mujer no dudó en ingresar, ella estaba usando un vestido un poco más allá de sus rodillas, se veía particularmente elegante ese día.
— Si estás ocupado puedo pasar en otro momento — dijo ella rápidamente.
Como siempre ella era considerada.
Jimin sacudió negativamente su cabeza.
No quería extender más la visita inesperada.
— No es un problema, puedo continuar después — respondió — por favor, toma asiento — le indicó.
Sunmin se sentó a los pocos segundos, su vista cayó directamente hacia el rostro de Jimin, sus ojos estaban brillando.
Jimin tragó saliva con fuerza, nerviosismo consumiendo la parte baja de torso al imaginar que ella pudiera decir algo que considerase como una buena noticia para su relación con Jungkook y de lo cual Jimin no estuviera preparado para ello.
— Hace tiempo no hemos tenido una buena conversación — dijo ella de repente captando la total atención de Jimin quien asintió al escucharle.
— Es verdad — respondió — he estado realmente ocupado con el trabajo — a pesar de sonar como una total excusa, era cierto.
Sunmin llevó sus propias manos hacia el borde del escritorio como si buscara algo a qué aferrarse, Jimin siguió el movimiento de sus manos hasta que se detuvieron en una sola posición, elevando la mirada encaró la de la mujer.
— Quería hablar contigo sobre algo que considero importante — dijo ella, había una pequeña sonrisa tirando de la comisura de sus labios.
— Seguro — respondió Jimin asintiendo de nuevo.
— Quería hablarte del cumpleaños de Jungkook — ahora la sonrisa era más grande en su rostro.
Jimin se sintió ligeramente culpable, ella realmente lucía enamorada de Jungkook.
No podía culparla, él mismo tenía sentimientos por el hombre.
— Creo que falta un par de semanas para ello — fue su respuesta.
La sonrisa en el rostro de Sunmin desapareció casi por completo como si hubiera dicho algo malo, Jimin ladeó su cabeza hacia un costado sin entender qué estaba sucediendo.
— Su cumpleaños es la próxima semana — le recordó ella.
Jimin parpadeó sorprendido balbuceando algo inentendible en respuesta.
Maldición, había estado tan centrado en el trabajo que realmente no estaba prestando atención al calendario y muchos menos a fechas importantes de su vida personal.
Envió sus manos hacia su rostro avergonzado por haberlo olvidado.
— Está bien — dijo ella amablemente — estás estresado por el trabajo, no es tu culpa.
Ah, ella era demasiado buena, no podía odiarla definitivamente.
— No, es totalmente mi culpa — se apresuró en responder — debí recordarlo, ¿Sobre qué querías hablar de su cumpleaños?
Sunmin retornó la sonrisa en rostro.
— He estado pensando en un buen regalo para él — dijo — así que pensé que sería mejor preguntarte ya que lo conoces más tiempo que yo, debe algo que él realmente quiera y yo pueda intentar conseguirlo.
Jimin se tomó su dulce tiempo para pensar en ello, era cierto que habían pensado alguna vez en comprar ciertas cosas como regalo teniendo la idea de que Jungkook estaría feliz por ello, pero ahora que Sunmin estaba preguntando por ese tipo de cosas la idea de que él sea feliz por un regalo de ella que en realidad fue su idea lo inquietó.
— Yo puedo hacerte una lista de las cosas que es más probable esté feliz de recibir como regalo — contestó esbozando una sonrisa amable.
La mujer se puso de pie tomándolo por sorpresa ya que su cuerpo se movió hacia el frente para atraparlo en medio de un fuerte abrazo, los brazos por encima de sus hombros rodeándolo, sus fosas nasales llenas del suave perfume que emanaba de su vestido.
— Muchas gracias Jimin — dijo ella sonando entusiasmada.
Jimin se quedó estático, no correspondió al abrazo por haber sido tomado por sorpresa, además de que pudo sentir parte del peso corporal de la mujer que estaba recostada contra el escritorio.
Se sintió ligeramente incómodo al escuchar suaves risas de su parte en medio del abrazo que estaba tomando más tiempo del que esperaba, ella seguía aferrada a su cuello con su rostro oculto contra este, podía sentir su respiración contra su piel.
— Tú hueles realmente bien — dijo ella cuando por fin se alejó solo un poco.
Pero la escuchó olfatear un poco más tomando una gran bocanada antes de por fin alejarse por completo.
Ella tenía una gran sonrisa en su rostro.
— ¿Quién huele tan bien? ¿Eh?
Jimin desvió su mirada para hallar a Ira de pie detrás de Sunmin quien se sorprendió con su presencia.
— Jimin lo hace — dijo ella sonando alegre.
— ¿Es así? — inquirió Ira repitiendo la acción de la mujer tomando una gran bocanada al acercarse a Jimin — oh, tienes razón, Jimin huele realmente bien.
— Lo hace — respondió Sunmin bajando el tono de su voz.
— Parece que ambas están extasiadas con su aroma — una cuarta voz uniéndose a la charla.
Jungkook estaba allí con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, su mirada por fin cayendo contra la de Jimin después de haberle estado ignorando los últimos días.
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