Dedicado Misakki-chaan, espero que te guste 😘

- Destornillador, tuercas, martillo... creo que lo tengo todo - sonríes a tu hermano mellizo Tony.

  - Sigo sin entender porque prefieres arreglar tú misma tu coche, aquí podrían arreglarlo en un par de horas - Tony se coloca junto a ti mientras guardas en tu caja de herramientas las cosas que necesitarás para arreglar tu coche.

- Sabes que me gusta hacerlo, me entretiene, ahora mismo necesito mantener la mente ocupada, tengo que... Tengo... - te bloqueas, aún te cuesta hablar del tema.

- Tienes que olvidarla, lo sé - tu hermano coloca una mano cariñosamente en tu espalda - a todos nos sorprendió vuestra relación al principio y también nos sorprendió que ya no estéis juntas. Tú y María hacíais una buena pareja.

  - Ya, pero me he dado cuenta de qué queríamos cosas distintas. - Suspiras. Miras tu reloj - he de irme, tengo prisa - besas la mejilla de Tony a modo de despedida.
  Coges tú caja de herramientas y tú abrigo y te vas directa al aparcamiento privado de Los Vengadores. Ahí ves a Natasha, tú mejor apoyo en estos momentos.

  - Llegas tarde, sabes que odio la impuntualidad, eres igual que Tony - refunfuña la pelirroja. Tú sonríes mientras te sientas en el asiento del copiloto - ¿ qué excusa le has dado Tony esta vez?
 
- Le he dicho que tenía que arreglar el coche - ella ríe.

  -  Pero si tu coche ya llevo una semana arreglado; deberías decirle que nos vemos y déjate de excusas.

  - Lo sé - te lamentas - pero Tony sabe lo mucho que ha sufrido por Hill. No quiero que vuelva preocuparse por mí.
 
- Es normal que se preocupe, es tu hermano.

Ambas guardáis silencio lo que queda de viaje. Un silencio agradable en el que Natasha va tarareando las canciones que suenan en la radio mientras sus dedos tamborilean sobre el volante. Tú por el contrario, te dedicas a observar el paisaje distraidamente y piensas en lo feliz que eres en ese momento.
Te giras a mirar a la pelirroja y ella te guiña un ojo fugazmente.

Sientes que ahora eres verdaderamente feliz, más incluso que cuando estabas con María. Sientes que Natasha y tú vais en una misma dirección, qué ambas buscáis lo mismo; una pareja que os apoye en todo momento y la idea ( no muy lejana) de formar una familia. Por eso las palabras abandonan tu boca antes de meditarlo.

- Cásate conmigo.

-¿¡ Qué?! - la rusa pisa el freno de golpe. Al instante escucháis las bocinas de los coches que os seguían y por poco chocan con vosotras. Ella te mira boquiabierta.

- Cásate conmigo Natasha - sonríes.

  - ¿ Estás segura?

  - Completamente.

  - Sí, claro que me casaré contigo.