❄️🅅🄾🄲🄴🅂.
Jack aventaba con su cayado; escarcha, hielo y todo lo que podía para atacar a Pitch, mientras él lanzaba sus pesadillas. Sin embargo, la tenía difícil el espíritu, pues intentaba a su vez, ayudar a levantarse a sus amigos, e inclusive, me levantó del suelo helado y continuó con su pelea hacia Pitch.
Claramente estaba muy ocupado Jack, y estaba desesperado ante tanto deber que tenía en sus manos.
—Gracias, Jack —murmuré, contemplando como ambos se miraban con odio -Jack y Pitch-, mientras se decían cosas y peleaban. Pero todo mejoró un poco, cuando los demás guardianes parecían retomar su energía, pero aún se miraban apagados. Quizá todo era culpa de que los niños poco a poco dejaban de creer en ellos.
Entonces, alguien se acercó detrás de mí, y volteé dándome cuenta que era Jamie que lucía cansado y herido. Entonces, me acerqué a él y lo sostuve con mis manos, contemplando su rostro, notando unos rasguños en su cara y unas ojeras enormes. Era como si se hubieran robado su energía. Y desconocía si había sido Jack o Pitch, pero quizá, yo también lucia acabada como él.
—¿Estás bien? —cuestionó el castaño, colocando una mano en mi mejilla y apartando algo de ella.
Seguí con la mirada aquello, dándome cuenta que era una pequeña cucaracha. Un escalofrío me invadió y las ansias de vomitar me dominaron.
Tanto poder tenía el Coco que, sus pesadillas no eran sólo una ilusión, sino, eran reales.
Tragué duro y abracé a Jamie con fuerzas, dejando en un segundo plano la catástrofe que era todo.
—Sí. Un poco asustada —murmuré, cerrando los ojos con fuerza—. Quisiera hacer algo para ayudar a Jack.
—Somos adultos —respondió al instante Jamie, apartándome de él para verme a los ojos—. No podemos hacer nada... —comentó mirándome con pena—. Si fuéramos niños, sería diferente... lo juro... —argumentó tragando duro, pues se notaba que a él también le afectaba todo esto—, cuando era niño, los salvé... salvé a Jack... a los guardianes...
Y eso yo lo sabía. Conocía a la perfección esa historia, sólo que en ese tiempo creí que sólo había sido un juego de niños o parte de su infancia. Pero no. Era real. Era real como el miedo que sentía Jamie en este momento, como el temor y la angustia que tenía, y la desesperación de no saber que hacer, como la que yo tenía. Pues, era difícil ver como un amigo tuyo sufría, pero tú no podías hacer nada.
Violet...
Una voz se escuchó de repente, mas, sin embargo, no provenía de Jamie ni nadie de mi alrededor.
Violet...
Alcé la vista encontrándome a la luna en su máximo esplendor. La observé confusa, hasta que esta me volvió a llamar.
Violet... cree... Cree en ellos como una niña... Cree en ellos, haz un camino hacia los recuerdos de tu infancia y todo estará bien... Ellos lo necesitan...
Junté mis cejas confundida, provocando que mi frente se arrugara y entrecerrara los ojos confusa sin entender lo que decía, sin creer que de verdad lo estaba escuchando hablar. Y más por lo que me había dicho, se me hacía muy tonto para ser real.
Dejé de ver a la luna y dirigí mi vista a Jamie, que aún parecía melancólico. Sin embargo, creía yo que era el único que podía cumplir la petición de la Luna. Entonces, ¿por qué la Luna me había hablado a mí si Jamie era él más propio, y la persona a la cual, a pesar de su edad, sigue creyendo como niño y sigue teniendo un corazón puro? Era ilógico, pero quizá Jamie estaba tan perdido en su mente que no había podido escuchar al Hombre de la Luna. O, quizá, era porque Jamie ahora estaba tan apagado.
Le di un beso rápidamente en la mejilla y atrapé su mirada, que aún estaba perdida. Tragué duro y le sonreí, dispuesta a convencerlo.
—Jamie...
—¿Violet? —respondió, aún perdido.
—Si podemos hacer algo —comenté, a lo que él me vio extrañado por mi comentario—. Hay que creer.
—¿Creer? —cuestionó haciendo una mueca con sus labios, incrédulo—. Violet... pero nosotros...
—Confía —pedí, antes que de nuevo mencionara nuestra edad—. Recuerda tus momentos de la infancia, piensa en todo lo que hicieron por ti los guardianes —sugerí con una enorme sonrisa, tomando su suéter con mis manos, haciendo que me mirara a los ojos con firmeza—. Cree como niño, recuerda tu infancia, cada momento con ellos, y todo estará bien... lo prometo —dije con seguridad para que él creyera, aunque yo no estaba tan segura de esto—. Cree en mí.
Terminé de decir con una enorme sonrisa, sintiendo como las lágrimas caían sobre mis mejillas y mi sonrisa se apagaba ante la desesperación. Jamie limpió de mis lágrimas y asintió a mis palabras y cerró los ojos, levantando su cara. Y supe lo que estaba haciendo. Amplié mi sonrisa y lo imité, recordando poco a poco toda mi infancia.
Cuando en cada navidad recibía mis regalos de parte de Santa Claus, que, en ocasiones no eran lo que había querido, pero siempre me sorprendía. Recordé todos mis sueños hermosos. Hasta los más fantasiosos y los más irreales, pero todos ellos surgieron en mi infancia. También pasó por mi mente como que, a pesar del dolor al caerse un diente, al día siguiente, se te premiaba con una moneda o un billete. Era un premio pequeño, pero sacaba una sonrisa. Y como cuando estaba tan triste en mi niñez, un recuerdo de repente pasaba por mi mente, y me alegraba el momento.
Pensé también en mis días celebrando Pascua. Pese a que tenía algo religioso, también disfrutaba del decorar de los huevos de Pascua y divertirme con ellos. Y finalice con Jack Frost. Cuando lo conocí, cuando me llevó a conocer a los otros guardianes y cuando me hizo volver a creer en esos cuentos de mi infancia que resultaron no ser falsos.
Sonreí y abrí mis ojos, observé a Jamie que aún seguía tan concentrado en sus recuerdos. Observé en frente y los guardianes habían tomado su poder y estaban comenzando a ayudar a Jack para acabar con Pitch.
Todo había dado un giro enorme, siendo ahora los guardianes los que tienen una enorme ventaja sobre el Coco, provocando mi alegría, hasta que una angustia me invadió y una voz apareció.
Violet...
Y, aunque sonaba como el Hombre de la Luna, sentía que, no provenía de una buena persona o no tenía un buen mensaje.
En compañía del hombre de la luna, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧
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