Al abrir los ojos, aún era de noche. No sabía si ahora había tardado en amanecer, o la noche había sido tan pesada que no había podido dormir, o quizá, aquella enorme brisa que abrió con fuerza la ventana de la habitación de Jamie, me despertó.

Aún estaba Jamie conmigo, y él fue el que, sin importar que estaba semidesnudo, se acercó a la ventana y cerro de ella. Abriendo la boca alterado, me asustó.

—Jamie... ¿qué pasa?

Pero él no contestó, sólo se limitó a vestirse con rapidez que me obligó a imitarlo con desesperación mientras me acercaba a la ventana, esperando contemplar lo que había dejado helado a mi acompañante, dándome cuenta del terror que era el exterior.

Todo estaba en penumbras, la nieve había aumentado que ocultaba las casas que tenían un piso. Había escarcha en todas partes, pero no era una escarcha normal, era una oscura y helada que me hizo darme cuenta que había alguien más en el lugar de Jack que estaba haciendo toda esta locura.

Jamie terminó de vestirse y me otorgo un enorme abrigo, que me coloqué al instante junto con una gorra.

El castaño entonces, abrió la ventana y se tiró de esta, cayendo en la gélida nieve. Pues, al ser tanta, prácticamente había perdido todo el primer piso de su casa que ya no había puerta.

El viento era fuerte y sabía que me congelaría a la hora estando afuera, pero no me importó. Pues el ambiente se sentía tan pesado, que aquel ser que estaba atormentando todo, estaba aquí cerca. Y teníamos que verlo, o intentar verlo.

Jamie creía en el Coco, y sí era él, claro que Jamie lo miraría. Y podríamos contra él, como sea, pero lo haríamos.

Caminamos por una buena distancia, peleando con el viento fuerte mientras Jamie me prometía que estábamos cerca. Pero yo lo dudaba. Él decía que lo más probable era que estuvieran en el lago congelado, y ahí fuimos, acercándonos con más rapidez ante el ruido que se oía ahí. Y, como algo mágico, al llegar, estaban ellos, los guardianes. El Conejo de Pascua, Meme, Santa Claus y el Hada de los Dientes estaban luchando con uñas y dientes, usando su poder en contra de Pitch Black y... un Jack oscuro.

Jack Frost estaba igual, pero ahora lanzaba escarcha oscura. Era como si Pitch lo hubiera dominado y lo hubiera consumido con su arena.

Él no era Jack y ahora se entendía porque había desaparecido.

Incrédula, miré a Jamie que aún parecía perdido ante la sorpresa de lo que mirábamos.

—Jamie...

—No sé qué está pasando...

Y seguimos embobados viendo aquella pelea épica, entre la oscuridad y la luz. Una pelea que sólo nosotros podíamos presenciar, pues éramos humanos y adultos, y los niños ya no creían tanto en los guardianes, y por esa razón, los guardianes iban perdiendo contra la oscuridad.

En compañía del hombre de la luna, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧