— Gordis...

— Ya estoy aquí taquito... — se acercaba rápido mientras terminaba de cerrar la puerta —. 

— Perdón... — bajaba la mirada — seguramente por mi culpa empezaron a decirte de cosas...

— That does not matter now... — se sentaba a lado de este y tomaba la mano de este — me diste un gran susto, pensé que te perdía...

La mirada de felicidad se esfumo, no lo hizo con la intención de provocar este drama, se le había pasado la dosis, se sentía tan idiota si al menos se iba morir hubiera hecho bien el trabajo para evitar todo este problema, seguramente lo estarían vigilando nuevamente o tal vez lo terminen internando en algún lugar, daba miedo pensar en que pasaría si alguien como el muere, ¿el país desaparece?, era una de las incógnitas que le impedía terminar con su vida.

— Gordis, yo te amo demasiado, haré lo que tu me pidas... — toma con sus manos las manos del mas alto —.

Estados Unidos solo miro algo preocupado, en estos momentos no le importaba sus caprichos, era lo de menos, en lo único que podía tener en cabeza es que su amado México este bien y que pronto lo den de alta para ir a casa. Al paso de un rato el estadounidense se quedo dormido sentado en una silla a lado de la cama del mexicano, con todo lo que paso no había podido descansar, en cambio el de emblema de águila estaba despierto, cuidando a su pareja, pensaba en como hacerlo entrar en razón de que fuera a casa a descansar, cuando el ruido de la puerta abriéndose llamo su atención, pensando que podría ser el doctor o alguna enfermera pero su sangre se congelaría al ver de quien se trataba.

— I-Inglaterra... ¿Qué haces aquí? — el miedo lo invadió en ese momento —.

— México, buenas tardes, solo vengo por mi hijo — se acercaba a donde estaba este —.

El mexicano no pudo evitar empezar a temblar, los recuerdos venían a su cabeza, su cuerpo recordando esos dolores, empezaba a sudar frío a pesar de que tenía a USA y que este tal vez lo defendería, no podía evitar pensar en que tal vez otra quisiera violar de el. Por un lado el británico se le veía bastante tranquilo, se acerco a despertar a su hijo el cual despertó al cabo de unos minutos.

— Take, — le daba un par de billetes — buy something in the cafeteria, I take care of México

El estadounidense solo miraba extrañado, su padre no solía ser así de flexible, tomo el dinero pero cuando estaba apunto de ir sintió como alguien lo agarraba de su chaqueta, era el mexicano aferrándose, como si de un niño se tratase incluso se podía contemplar que en su agarre estaba temblando, no quería que lo dejara solo con Inglaterra.

— Mex what's going on? — miraba preocupado —.

— Por favor no te vayas, quédate — su voz se escuchaba quebradiza —.

— Ve rápido, tal vez es por las medicinas... — habló en un tono tranquilo el de traje —.

El de 50 estrellas tomo la mano del mexicano con la cual sostenía su chaqueta, sonrió y le dijo un "volveré rápido", el mexicano no pudo evitar soltar unas lágrimas, ya sabía lo que le esperaba en cuanto lo dejara solo, USA salió de aquella habitación pero empezaba a sentir algo raro, como si fuera de un peso en su espalda y escalofríos, ver así al tricolor era raro, era como si estuviera apunto de entrar en pánico, solo se apresuró a ir a comprar algo. El británico solo vio oportunidad y pasaba sus manos en los muslos del mexicano, quitando la sábana el mexicano por su parte quitaba una y otra la mano, quería que se alejará no quería ningún tipo de contacto pero esto solo hizo enojar a Inglaterra, sacando una pequeña navaja, la llevaba porque sabía como se ponia de "difícil" la pareja de su hijo, fue demasiado lento este para reaccionar y ya sentía un dolor pulsante en su muslo izquierdo.

Al bajar la mirada vio que tenia una navaja enterrada de cierta forma, las lágrimas empezaron a caer, sentía mucho dolor, tan descarado lo lastimó ahí mismo.

— Escuchame muy bien, espero que no se te ocurra hablar demás con el — enterraba un poco más aquella navaja, provocando ese ruido peculiar cuando cortas carne y chorrea sangre — sabes de lo que soy capaz, no se si quieras que te vuelva a meter un palo en tu maldito ano — lo que hacia aterrador la escena era su voz monótona y su cara sin expresión alguna —.

Saco la navaja, se daba la media vuelta sacaba un pequeño pañuelo de su bolsillo y ponía la navaja, con cuidado la envolvía, en cambio el mexicano con su mano trataba de detener el sangrado, ahora tenía que inventar algo creíble, solo esperaba que el tiempo estuviera a favor, se escuchaba como abrían la puerta de la habitación, rápido el tricolor con las sabanas tapó sus piernas, era el de 50 estrellas, fue mejor a una maquina expendedora para mas rapidez.

— Well, paso a retirarme... — con pasos tranquilos fue a la puerta de la habitación —.

El estadounidense no podía evitar sentir un presentimiento de que algo malo va pasar o paso, sus pensamientos se vieron interrumpidos por el mexicano, el cual pidió que fuera por ONU, que no tardaba en llegar, este solamente le dijo que si seguido de eso salió de la habitación, una vez que se cerro la puerta rápidamente se levanto de la cama, seguía saliendo sangre y dolía estar de pie, cojeando fue al baño del cuarto, no le quedaba de otra y rompió el espejo que había, tomando uno de los trozos regreso a la cama, sabia que era estupido lo que estaba haciendo pero lo haría pasar como que se autolesiono.  El pedazo de vidrió lo lleno con un poco de su sangre, escuchaba pasos aproximandose, estaba listo para el problema que se le venia.

— México!

[...]

USA se encontraba en el estacionamiento pensando lo que acaba de suceder, desde cuando su pareja se autolesionaba, sin darse cuenta el mexicano despito a ONU y su pareja pero aun así había dudas respecto a lo que paso. El angloparlante solo dio otro suspiro pesado, dentro de unos días darían de alta a su Taquito como el lo llamaba, mientras tanto con ONU estaba afuera de la habitación del tricolor, estaban curando al mexicano y asegurandose de que no haya problemas después, cuando por fin salió el doctor junto a OMS, este ultimo se veía serio

— ¿Qué sucede? — hablo ONU con algo de duda —.

— ¿Quien ha entrado a la habitación de México?

Este no entendía del todo lo que trataba de decir , ambos se alejaron de la habitación para que el mexicano no fuera escuchar algo...

— No creo que México se haya hecho eso, — se cruzaba de brazos — la herida se ve mas como una apuñalada y que todavía enterraron con mas fuerza, sin contar que fue un corte limpio

— ¿Qué  tratas de decirme con esto?...

— Que alguien ya sabia lo que hacia, ¿aparte de el quien mas entro? 

— Inglaterra...

[...]

Pasado

Estaban las tres pequeñas colonias llegando al comedor pero la mirada del británico posaba en Nueva España, solo una ligera sonrisa aparecía en sus labios.

— Spain — el nombrado volteo a verlo — May I carry it?...

— ¿Nueva España?... — miraba extrañado — Si quieres, no se porque cargarías a un niño tan feo como el...

El español le hablo a su pequeña colonia y es fue sin dudarlo, una vez ahí, Inglaterra lo tomo de la cintura y lo sentó encima de el, España y Francia junto a Trece colonias se fueron a la cocina dejando completamente a Nueva España expuesto. Acadia miraba con curiosidad lo que hacia el otro, era similar a lo que le hacían a el, "le va enseñar el juego secreto" pensaba Acadia un poco preocupado, no le gustaba ese juego, Inglaterra empezó tocándole los muslos, el menor solo empezaba a sentir incomodo y tenso, hasta que sintió como tomaban de su miembro por encima de la ropa, quería gritar y llorar, ¿por qué le hacia eso?...

— Si gritas, lloras o tratas de decir sobre esto, ten por seguro que Thirteen colonies se muere esta noche, no creas que no noto lo que haces con mi hijo... — susurro este —.

La colonia poso sus manos en la boca, no quería saber si realmente seria capaz de matar a Trece colonias, no quería perder esa persona que lo protegía, en cambio Acadia solo tenia baja su mirada y sus manos en los oídos, tenia miedo de la situación que estaba contemplando, con cuidado el de traje elegante soltó el miembro del menor, en la noche se divertiría con el. Llego el resto, Nueva España se bajo rápido de las piernas del mayor, tenia ganas de llorar pero debería ser fuerte.

— What's going on? — tomaba a este de la mejilla —.

— Nada, no es nada grave... — desviaba su mirada —.

La colonia británica le tomo la palabra aunque algo dudoso, cenaron, ya era hora de dormir, por ocasión especial tanto la francesa como el británico se quedarían a dormir. Ya era de madrugada, la colonia española estaba envuelto en sus cobijas todavía despierto pero escucho como la puerta se abría, empezó a temblar poso su mano en su boca para retener su llanto...

— Oh New Spain...

Solo era el inicio

[...]

Continuara.