Frio.
Eres se paseaba por los pasillos poniendo en la canasta lo necesario para la comida de todos los días.
Cuando llega al área de los cereales ve de inmediato el que suele consumir, pero hay un ligero detalle, el cereal está en el estante más alto, por mas que se pusiera de puntitas no lograba alcanzar la estúpida caja,
Esta por llorar o gritar de frustración cuando alguien detrás de el baja la caja.
- No deberías comer eso, mucho azúcar daña los dientes.
Eren: ¿Eres dentista?
- No.
Eren: Entonces deja de preocuparte por el azúcar que me voy a comer.
- Tienes razón, no es mi asunto.
Tan rápido como el azabache había llegado se fue.
Siguió su camino hasta que lo volvió a ver, esta vez ayudando a una ancianita, se detuvo cuando algo en su plática llamo su atención.
- Veo salir chicas de el edificio siempre, pero ya me di cuenta de que ninguna se queda más de un mes.
Levi: Terminó rápido con ellas.
- Sinico, ¿cuando podré ver los cuadros?
Levi: Pronto, no sea tan curiosa.
- Bien, ve más tarde al departamento, hice pastel de carne y tengo atún para Morfeo.
Levi: Pastel de carne, iré con gusto.
Tan distraído estaba con el contrario que no se percató del anuncio de piso mojado, estuvo a punto de caer cuando alguien lo sostuvo.
- Deberías ver por donde vas.
Eren: Suéltame estas frío.
- ¿Te han dicho que tienes bonitos ojos?
Eren: ¡Y-ya! Déjame.
El castaño se soltó de el agarre en su cintura, lo más rápido que pudo se dirigió a pagar sus compras.
En la soledad de su departamento, Eren se dio tiempo de recordar el frío tacto en su piel, su corazón latía agitado y su respiración le indicaba que debía relajarse.
Eren: Es un idiota.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro