Como cada sábado, Marinette solía ir al supermercado para así comprar algunos ingredientes que ocuparía la semana siguiente.

-Bien... Ahora veamos.- de la mochila que traía sacó un papelito, el cual contenía escrito las cosas que debía comprar. -Leche... Harina para panqueques... Arroz, especias.- bostezo. - Es mejor que comience a buscar esto para acabar rápido.- tomo un carrito para acentrarse al lugar e ir en busca de las cosas que necesitaría.

Primero fue al pasillo de lácteos, posteriormente al de luminosas, realizando sus compras de forma tranquila, hasta que su carrito iimpacto contra otro.

-¡Disculpe! ¡Yo no...!- guardo silencio una vez reconoció a la persona con la que había chocado. -¿Adrien?-

El rubio observó a la joven de cabellera azabache, totalmente sorprendido.

-¿Princesa? Pensé que nos veríamos mañana, ¿me estabas siguiendo?- sonrió ladinamente provocando una risa en la joven.

-Si, gatito, te estaba siguiendo.- le siguió el juego. -Es que sabes perfectamente que no puedo vivir sin ti.-

-Lo sé Bugaboo, lo sé.- le guiño el ojo para después reír. -Enserio me sorprendió encontrarte aquí hoy.-

-Pero si ya sabes que los sábados vengo a hacer las compras de la semana.- alzó una ceja. -Y si no mal recuerdo, usted señor Agreste, normalmente viene a surtir los viernes.-

-Me quedé dormido.- se rasco la nuca apenado. -Por eso no pude ir a verte anoche a tu departamento princesa.

Ella negó para después sonreír.

-Tranquilo, entiendo.- comenzó a avanzar para después colocarse a su lado. -Ya Qué estamos... ¿Qué te parece si hacemos las compras juntos?-

-Claro My Lady, por mi encantado.- comenzó a seguirla para así juntos terminar de surtir sus compras.

Sin duda aquel pequeño accidente les había permitido de cierta manera, pasar un poco de tiempo juntos, pues desde que entraron a la universidad no habían podido verse tan seguido como quisiera.

Sin duda aprovecharian cada segundo que les había otorgado ese pequeño choque en el supermercado.