Día 5: Besándose.
Jamás, en todo el tiempo que llevaban como héroes, ningún akuma se les había hecho tan difícil de vencer como este con el que se encontraban luchando, ni el cataclismo junto al amuleto encantado pudieron contra ese villano, sin duda alguna, Howk Moth estaba creando akumas más fuertes, es por eso que la catarina junto al gato negro se encontraban ocultos en una de las alcantarillas de la ciudad.
-No puedo creerlo chat...- suspiró la heroína a la vez que se recargaba contra la pared de aquel oscuro lugar. -¿Qué vamos a hacer? No podemos escondernos por siempre, necesitamos un plan para resolver esto ya o más gente podría salir herida...-
-Lo sé, pero por lo pronto no podemos hacer nada, ya intentamos mucho y ni combinando nuestros poderes logramos derrotar a flamitas.-
-Lumiere...-
-Como sea.- bufo. -Debemos esperar y recargar energías, My Lady, no podemos arriesgarnos a revelar nuestras identidades ante todos ¿O si?-
-Tienes razón, sólo que el no hacer nada me frustra, me hace sentir tan impotente ante la situación...-
El rubio se recargo a su lado sin decir nada, ya que, podía comprender todo lo que ella sentía.
-Seamos pacientes... Si nos tranquilizamos un poco podremos pensar en algo para acabar con él de una vez.-
La joven asintió pensativa, todo era silencio hasta que el pitido de uno de sus aretes la sacó de sus pensamientos.
-Cuatro minutos...- susurro.
Chat Noir la miro de reojo, él también se encontraba preocupado, jamás se imaginó que el momento en el que llegarán a revelar sus identidades sería así, en una alcantarilla y en contra de su voluntad.
Un segundo pitido, proveniente está vez del anillo del héroe, interrumpió el hilo de sus pensamiemtos.
-Tenemos cuatro minutos para pensar que haremos... A no ser que ahora si quieras revelarme tu identidad, Bugaboo.- insinuó a modo de broma.
Ladybug, por otro lado, estaba considerando aquello, no había donde esconderse a parte, además, dudaba en que la idea de cerrar los ojos y no hablar funcionará nuevamente... Siendo honesta creía que ya era tiempo de conocer más a su compañero que durante dos años la apoyo siempre.
-Ya es tiempo, Chat...- giro el rostro para verlo determinante.
Un segundo pitido se escuchó en el lugar, quedando así tres minutos restantes.
-¿Eh? ¿Ya es tiempo de que?- parpadeo confundido.
Ella suspiró para después sonreír levemente.
-Creo que... Después de estos dos años conviviendo... Llegó la hora de saber la clase de persona con la que nos relacionamos... ¿Entiendes?-
Realmente estaba sorprendido, jamás pensó que ella, quien se había rehusado a imaginar si quiera revelar su identidad ante él, ahora lo estuviera considerando.
-My Lady... No tienes porque tomar está decisión... No es que me rehúse a revelarte quien soy, simplemente... Quiero que estes completamente segura de el pasó que estamos por dar...-
La joven soltó una leve risa para después asentir.
-No es como si fuéramos a casarnos Chat.- sonrió. -Además... Hace mucho que lo estaba pensando y... Estoy completamente segura, ya es tiempo.-
-¿De verdad?-
-Si, gatito.-
Un tercer pitido interrumpió aquella plática.
-Dos minutos...- suspiró.
-Oye...- se enderezo para poder colocarse frente a ella. -Quiero disculparme si yo no llego a ser como te imaginas...- la tomo de las manos.
Extrañamente para él, ella correspondió a su agarre.
-No tienes por qué disculparte, en todo caso yo debería hacerlo.- solto una risita nerviosa. -Yo... No suelo ser como piensas que soy...-
Chat Noir la escuchaba atentamente, enternecido por conocer una faceta de ella que jamás había visto a lo largo de esos dos años... Por primera vez tenía frente a el una Ladybug tímida.
-Seas como seas... Para mi siempre serás la Ladybug valiente, fuerte, segura de si misma...- llevo una mano a su mejilla, la cual acarició lentamente. -Para mi siempre seras perfecta.- sonrió.
Un cuarto pitido fue lo único que se escuchó en el lugar, comenzando así la cuenta regresiva.
Por su parte, la heroína se encontraba hechizada por aquel par de esmeraldas, no sabía que decir, que hacer, simplemente no podía dejar de verlo, totalmente embobada.
El joven rubio, atraído por ese par de zafiros, comenzó a acercarse lentamente a su rostro, llegando así a rozar sus labios com los de aquella joven de cabello azabache.
Duraron unos segundos así, sintiendo el roce de sus labios y como se mezclaban sus respiraciones, hasta que la heroína de traje rojo, decidida, terminó con la distancia robandole así un tierno beso, el cual fue correspondido por él.
Mientras tanto, el último pitido sonó a la vez que una luz verde alumbraba el lugar, seguida de una color rosa.
Sin duda se llevarían una gran sorpresa al separarse y darse cuenta de quienes son realmente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro