Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día 4: En una cita.

Adrien se encontraba más animado que de costumbre, ¿la razón? Ese día no tenía sesiones de fotos, su clase de esgrima se había suspendido, las clases de chino y piano fueron programadas para otro día ¿Se necesita algo más para estar de buen humor? Definitivamente lo ponía en duda.

-Hey, hermano, te noto más animado que de costumbre.- sonrio su mejor amigo de lentes.

Él simplemente sonrió para después sentarse a su lado, como de costumbre.

-Eso es porque hoy no tengo nada que hacer, Nino.- suspiró. -Será un día tranquilo así que... Podríamos ir, no se, ¿al museo? ¿a la plaza?- palmeo su hombro. -¿Qué dices?-

-Uy... Lo siento amigo, pero hoy quedé con Alya.- se rasco la nuca, apenado. -Enserio perdón.-

El rubio asintió para después sonreirle.

-Entiendo, no te preocupes, espero que te diviertas.- le guiño el ojo.

Momentos después ambos se dispusieron a poner atención a clases, cada quien anotando lo que la profesora decía, sin embargo, los ánimos de el modelo se habían venido abajo, después de todo sería un día como cualquier otro.

[...]

El timbre sonó, anunciando así la hora de salida, Adrien se apresuró a guardar sus cosas para después bajar junto a su mejor amigo, una vez se despidieron se quedó a esperar a su guardaespaldas, todo estaba tranquilo, hasta que sintió como algo, o mejor dicho, alguien, chocaba contra él, haciéndolo tropezar junto aquel extraño.

-¿Estás bien?- pregunto al unísono con esa persona, la cual no era otra más que Marinette, su timida compañera de clases.

-E-Eh...Creo que estoy en el cielo...- suspiró totalmente embobada para después reaccionar. -¡D-Digo! E-Estoy bien.- se levantó rápidamente para después extender su mano hacia él, dispuesta a ayudarlo a levantarse.

Adrien sonrió y aceptado su ayuda se puso de pie.

-Perdona, y-yo iba corriendo y... N-No me fijé por donde iba, m-mi intención no...-

-Oye tranquila.- la interrumpió. -No pasa nada, yo tampoco te vi así que... Me declaró culpable.- bromeó.

Ella sonrió, en verdad que agradecía haberse quedado dormida en clase y despertarse al término de está, de no ser así ahora no estaría hablando con su amor platónico.

-Bueno yo... Debo irme...- sonrió nerviosa la azabache. -Fue un placer chocar contigo... D-Digo, hablar contigo.- miro a todos lados para después despedirse con la mano dispuesta a irse, hasta que el joven tomó la iniciativa y habló.

-Hey... Marinette.- la mencionada se giro para verlo. -Me preguntaba si tu... No sé... ¿Tienes algo que hacer hoy en la tarde?- sonrió algo apenado.

Por otra parte, la joven diseñadora se encontraba confundida por la repentina pregunta que le había hecho.

-No... ¿Por?-

-Me preguntaba si... Bueno... Tu... ¿Quieres salir a tomar un helado?- se rasco la nuca, extrañamente sintiéndose apenado.

-¿Y-Yo?- parpadeo totalmente asombrada. -¿E-Enserio?- sentía que estaba soñando y si era así, definitivamente no quería despertar.

El sonido de un claxón llamo la atención de ambos jóvenes, notando que finalmente había llegado el guardaespaldas del modelo.

-Si, enserio... ¿Quieres?-

Sin pensarla dos veces, asintió.

-¡C-Claro!-

-Bien, entonces... ¿Pasó por ti o...?-

-¡Te veo en el parque a las tres!- hablo rápidamente. -Claro... S-Si puedes.-

El joven se acercó a ella para después posar una mano sobre el hombro de su compañera.

-Nos vemos a las tres.- sonrió para después irse a donde el automóvil lo esperaba.

[...]

Si le preguntaran como se sentía en esos momentos, definitivamente diría que se sentía dentro de un sueño... No podía creer que Adrien Agreste, el modelo más guapo de todo París, la había invitado a ella, Marinette Dupain-cheng, la joven más simple de todas, a tomar un helado, era casi imposible que eso estuviera pasando pero aún así...

- Esta sucediendo... No lo puedo creer, Tikki.- susurro. -¡Estoy por tener una cita con Adrien!-

La pequeña criatura soltó una leve risita.

-Tranquila Marinette, no hables tan alto, podrías llamar la atención...- repentinamente, la kwami se escondió en el bolso de su portadora, cosa que la extraño hasta que supo la razón.

-Hola Marinette, perdona la tardanza.-

Al escuchar esa voz tan conocida, se giro a verlo rápidamente.

-T-Tranquilo, acabo de llegar.-

-Bueno... Entonces...- le ofreció su brazo. -Vayamos por ese helado.-

Ella asintió totalmente ilusionada, tomandolo del brazo.

Sin duda alguna ese era el mejor día de toda su vida, para los dos aquel día marcaría el inicio de una gran historia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro