Día 24: Haciendo las paces después de una pelea.
Marinette no podía dormir, todo gracias a la discusión que había tenido con Adrien pocos minutos antes.
<<¿En verdad se habrá ido con Lila?>>
Aquella pregunta no dejaba de causarle cierto miedo, confiaba en su pareja pero no en aquella mentirosa que más de una vez se había puesto en medio de ellos tratando de separarlos.
Fue así que de tanto pensar, inevitablemente cayó dormida horas más tarde, esperaba que al despertar nada de lo anterior hubiese pasado y se tratará de una pesadilla...
[...]
Adrien, por otro lado, no dejaba de mirar por la ventana, estaba dudoso en si ir a ver a su novia para disculparse o simplemente dejar las cosas así.
-¿Porqué es tan difícil?- suspiró.
-Aquí la pregunta es... ¿Porqué tú te haces el difícil?- habló el pequeño kwami. -Seamos honestos, le seguiste el juego y de no ser así no estarías en esta situación.-
El joven fulmino con la mirada a la criatura, quien se cruzaba de brazitos mientras se colocaba cara a cara con su portador.
-Sabes perfectamente que digo la verdad, niño, además... ¿Enserio vas a poder dormir tranquilo? Te recuerdo que mañana es...-
-Navidad...- le interrumpió mientras volteaba instintivamente a su escritorio para observar dos regalos, una caja pequeña y otro envoltorio mediano.
-Exacto... ¿Piensas pasar la navidad peleado con ella?-
Aquella pregunta bastó para hacerlo pensar en todo lo acontecido, decidiendo así dejar su orgullo de lado.
-Tienes razón...- sonrió para después mirarlo. -Plaga... Las garras.- Una vez transformado se dirigió a su escritorio, del cual tomó el regalo mediano, ya que no creía conveniente entregarle el pequeño aún, una vez con el paquete en sus manos, salió por la ventana rumbo al hogar de su amada.
[...]
Luego de unos minutos, al fin llegó al departamento de Marinette, trataba de abrir la ventana pero esta se encontraba cerrada por lo que optó por tocar.
-Mari.- susurró. -Princesa, abreme.-
La joven se encontraba aún media dormida, creía que aquello era producto de su imaginación.
-Bichito...-
La azabache se levanto perezosa mientras se tallaba los ojos.
-¿Santa?- bostezo.
-Soy yo.-
Marinette miró a la ventana, topandose así con el héroe, quién le sonreía apenado.
-¿Adrien?- se levantó de la cama rápidamente para ir a abrirle.-¿Qué pasó? ¿Hay un akuma?- se apresuró a preguntar una vez lo dejó pasar.
-No, no es eso...- suspiró mientras se destransformaba. -Yo... No podía esperar hasta mañana... Necesitaba pedirte perdón por haberme portado como un verdadero idiota... Princesa, yo jamás...-
La de ojos azules no lo dejó terminar, pues enseguida lo abrazo.
-Tu no fuiste el único culpable aquí...- suspiró. -Yo me hice ideas tontas y saque mis propias conclusiones... Perdóname.-
El rubio le acarició la mejilla para posteriormente inclinarse y robarle un beso que fue gustosamente correspondido por ella.
-Hay otra cosa que no podía esperar a mañana.- sonrió mientras se separaba de ella para luego sacar el obsequio que había tomado de su escritorio.
-¡Feliz Navidad princesa!- extendió el regalo a ella, quién lo miraba totalmente asombrada.
-¿Para mi?- parpadeo asombrada mientras aceptaba el regalo y lo abría, quedando aún más sorprendida al encontrarse con un sueter rojo con puntos negros tejido a mano, el cual no dudó en ponerse enseguida. -Wow... Espera.- posó sus zafiros nuevamente en él. -¿Lo hiciste tu sólo?-
El joven sonrio apenado para luego rascarse la nuca, tal como solía hacer cuando se sentía temeroso.
-Bueno... Si.- soltó una leve risa mientras levantaba la mirada. -Incluso me las arregle para no lastimarme con las agujas de tejer... Porque ya sabes, yo nunca...-
Marinette lo tomó de las manos para después depositar un beso sobre ellas y volverlo a mirar.
-Me encanta, muchas gracias Adrien.- sonrió levemente sonrojada.
El joven se sonrojo igualmente ante quella tierna acción por parte de su amada.
-N-No hay problema...- carraspeo. -B-Bueno... Siento haber venido tan tarde, no quise asustarte y... Se está haciendo más tarde, creo que será mejor que me vaya para que puedas descansar así que...-
-¡No!- rápidamente se lanzó sobre él provocando que ambos calleran sobre la cama. -Hace demasiado frío para que te vayas ahora, deberías quedarte hasta mañana...- sonrió. -Además, ahora que me despertaste tendremos que hablar hasta que me duerma.- le guiño el ojo por lo que el joven sonrió.
-Lo que desees My Lady.-
Adrien se acomodó mejor junto a ella para después abrazarla y así ambos comenzar a hablar tranquilamente.
-Dime Bichito... ¿Me compraste algo para Navidad?- sonrió ladinamente.
-Claro.- bostezo. -Mi amor incondicional y afecto.- sonrió divertida.
-¡Awww! ¡Mi vida!-
La azabache soltó una risita acompañada de otro bostezo mientras acariciaba la cabellera de su novio, el cual la tenía aún abrazada.
-Es obvio que si te hice algo también... Pero ahora no voy a levantarme para buscarlo.-
El de ojos verdes bostezo a la vez que se acurrucaba más contra Marinette.
-Tu amor es más que suficiente, Bugaboo...-
Ella sonrió ante sus palabras, quedandose así finalmente dormida, poco después el rubio cayo profundamente dormido.
Sin duda lo mejor de las peleas eran las reconciliaciones.
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