Viernes por la noche en la ciudad del amor, Marinette se encontraba terminando algunos diseños que entregaría al día siguiente, pedido que le había hecho personalmente su suegro.

-Bichito... Ya duermete.-

Ella suspiro para después voltear.

-Lo siento, gatito, se que viniste para pasar un rato conmigo pero... Necesito terminar esto para que así tu y yo podamos salir el fin de semana.- bostezo.

El rubio suspiró a la vez que negaba y se acercaba a su novia.

-Princesa, ¿Cuántos bocetos te faltan?-

-Dos, necesito acabarlos e irlos a dejar mañana al medio día...-

-Mira, vamos a dormir y prometo levantarte a las seis de la mañana para que termines lo que te falta ¿está bien?-

Ella lo miraba no muy convencida, siempre que le decía eso terminaba deapertandola tarde.

-Prometo no quedarme admirando tu belleza y despertarte.- le guiño el ojo.

-Bien, tu ganas, vamos a dormir.- sonrió posteriormente dandole un beso en los labios.

El de ojoa verdes sonrió oara luego ir a acostarse en la cama seguido de su pareja, la cual se encargo de cubrirlos a ambos con las mantas, puesto que esa noche hacía más frio que de costumbre.

-¿Cerraste la ventana cuando entraste?- preguntó la joven temblando por la helada brisa.

-Si, la cerre en cuanto entre...- observó los disimulados temblores de su novia para después negar. -Ven aquí.- sin dejarla hablar, la arrimo contra su torso envolviendola en un cálido abrazo.

Marinette no pudo evitar sonrojarse ante aquel acto, por lo que sin decir nada termino acurrucandose contra su pecho.

-B-Buenas noches...-

-Descansa princesa.-

Ambos jovenes no tardaron mucho en quedarse dormidos, necesitaban descansar pues les esperaba un día demasiado largo.