Capítulo 2 - Nueva Universidad.
Narra Marnie:
Una sonrisa a medias se dibuja en mi rostro. No puedo creer que después de tanto tiempo haya vuelto, y más aún con el permiso y aceptación de mis padres. En un momento llegue a pensar y hasta a creerme que tendría que escapar en alguna balsa y con un cambio de look para que no pudiesen encontrarme tan fácil. Luego volvería a casa cuando ya no estuviesen tan enojados con ganas de matarme.
Aunque, volvería con Stephen y sólo sería a saludar.
No hace falta mencionar más que no me gusta para nada esa ciudad.
Tocan la puerta y un poco desconcertada voy a abrirla, a penas giro la perilla y la abro, un cuerpo que conozco brinca encima de mi haciendo que casi caiga al suelo.
—¡Marnie! —exclama Sophie eufórica—. ¡Hasta que por fin estás aquí! —grita soltándome y tomando mis mejillas en sus manos—. No sabes las cosas que haremos siendo vecinas. Si Stephen te rechaza cuando te vea a primera vista, puedes quedarte en mi departamento a llorar y así no te sentirás sola —ruedo los ojos y resoplo.
No sé cómo actuará Stephen al verme, pero conociéndolo y conociendo lo que pasamos juntos, no creo que haya echado todo por la basura. Aunque después de todo, han pasado tres años.
—¿Escapaste del trabajo? —pregunto llevándola hasta el sofá para que se siente junto a mi.
—Cuando la recepcionista me avisó que ya habías recogido la llave, se me hizo inevitable no querer correr hasta aquí para verificar que realmente volviste —sonrió y la abrazo—. Diablos, Marnie. Pasamos de estar casi todos los días juntas a vernos por Skype y en vacaciones... Que hayas vuelto me pone muy feliz.
—A mi también —admito, sonríe.
—Bien, ahora te diré todo lo que sé... No sé absolutamente nada sobre Stephen —suspiro y me quedo en silencio unos segundos.
—¿Después que me fui no volvió a la escuela? —pregunto mordiendo mis uñas.
—Fue la primera semana, pero era imposible hablar con él, eran raras veces las que lo veía por el pasillo, y cuando lo hacía y lo llamaba, me ignoraba y hacía como si nada. Luego no lo vi mas hasta el baile de graduación, fue con una chica, lo recuerdo, pero ni siquiera parecían estar juntos. Después de eso, ni siquiera lo vi en la graduación, sólo vi a su madre quien fue a retirar el diploma. Luego no lo volví a ver, no sé si estará en la universidad o no está estudiando. Ni siquiera me lo encuentro en la calle.
—¿No lo has visto en fiestas o ya no asistes a ellas? —pregunto arqueando la ceja.
—El trabajo no me deja, Marnie. Aunque es una tiendita erótica, créeme cuando te digo que las personas hacen muchos pedidos —sube y baja las cejas, rió—. Además, hace falta personal.
—Quizás este en la universidad, aunque no sé si sea a la que me transfirieron... —digo frunciendo los labios—. ¿Alguna vez has ido a su casa?
—Eso ya es demasiado para mí, me basto perder la dignidad con que me ignorara en la escuela, no iba a ir hasta allá a que me dejara afuera de su casa —ruedo los ojos y me acomodo en el sofá.
—Esto complica las cosas un poco. No volví para fracasar en encontrarlo —digo llevando mis dedos a mi boca.
—Quizás si te ve a ti sea distinto, después de todo no era yo quien tenía sexo con él —la fulmino con la mirada y causó su risa.
—Mañana debo entrar a la universidad, así que supongo que descubriré si estudia ahí o no.
—¿Y si no lo hace? —pregunta elevando una ceja.
Buena pregunta.
—No lo sé. Ya veré que haré luego —me encojo de hombros y Sophie se levanta del sofá.
—¿Imaginas que tenga novia? ¿O que esté casado? ¿Y si embarazo a alguien? —dice abriendo los ojos.
—¡No digas esas cosas! —exclamo sintiendo miedo de ello—. No regrese para ser madrina de sus hijos o amiga de su novia. Regrese para tenerlo de vuelta —Sophie sonríe pícara y me lanza un cojín.
—Esa es mi chica —dice caminando hasta la cocina, abre la nevera y bufa cuando no hay nada, luego se regresa hacia el sofá junto a mi.
¿Que esperaba? ¿Que hubiese comida? No llevo ni una hora viviendo aquí.
—Aunque sabes, creo que estoy siendo bastante boba —comento, ante su mirada de "¿Por qué lo dices?", continúo—: Tenemos años sin vernos, es muy probable que no quiera saber sobre mi.
—¿Por qué no quisiera saber sobre ti? ¡Marnie, por Dios! Contigo paso muchos buenos momentos de su vida, y que te hayas ido no fue tu culpa. Tampoco podías dejar atrás a tu familia, la familia va primero que todo. Tenías dieciocho años y no habías vivido nunca sola como para quedarte, es algo que él debería de entender. Ahora, eres mayor, tienes más conocimiento sobre la vida y creo que durarás más tiempo sobreviviendo sola que hace tres años.
La abrazo con fuerza y la tumbó del sofá sin querer. Reímos y luego la ayudó a levantarse.
—Necesito desempacar todo —digo con una mueca de aburrimiento, me imita y resopla.
—Te ayudo, vamos.
Nos ponemos a desempacar todo y me doy mi tiempo para inspeccionar el departamento de arriba a abajo. No es muy grande pero me gusta. Siento que tiene lo que necesito.
Hay dos habitaciones y un baño, una pequeña sala y una cocina bastante espaciosa como para poder bailar mientras se prepara el desayuno.
—¿Tu departamento también es así? —le pregunto a Sophie mientras llevo una de las maletas a la que será mi habitación y comienzo a sacar la ropa de ella.
—Si, prácticamente es lo mismo. Sólo que el mío tiene mucho más color en las paredes —responde mirando la pared y columnas de colores claros, más que todo pasteles.
Abro los gabinetes y el closet y comienzo a ordenar mi ropa, luego con la ayuda de Sophie acomodo lo demás en la peinadora y lo que queda lo dejo en las maletas.
—Admito que me da bastante flojera ordenar todo ahora —digo suspirando cansada.
—Salgamos a comer algo, debes ver la nueva cafetería que abrieron por aquí cerca, el café no sabe a agua de chorro —rió y asiento emocionada.
Tomo mi bolso y me coloco los zapatos. Es emocionante salir a ver y conocer lo qué hay de nuevo en la ciudad.
Salimos del departamento y bajamos hasta el estacionamiento del edificio, Sophie busca su auto y vamos en el. No hay demasiado tráfico y pudimos haber venido caminando. En un santo amén llegamos, Sophie se estaciona y bajamos del auto.
—Buscaré dinero, mientras tanto ve haciendo la fila, a veces son bastante largas —asiento y me adentro en la cafetería mientras ella se devuelve al auto.
Tal y como dijo, hay bastante fila, resoplo y me coloco de última. El lugar es bastante colorido y el color a café y galletas abunda bastante.
—¿Marnie? —pregunta una voz bastante conocida al lado de mi.
Volteo y mis ojos se abren.
No puede ser.
—¿Stephany? —pregunto sorprendida mirando el rostro emocionado y en shock de la madre de Stephen.
—¡Cariño! ¿Qué haces aquí? —pregunta acercándose más a mi y abrazándome, sonrió y le devuelvo el abrazo.
No sé que tanto le haya dicho Stephen, y no sé que ella sepa, así que sólo puedo decir:
—Volví —digo mientras me suelta del abrazo.
—Ya lo veo —dice mirándome de arriba a abajo con una gran sonrisa—. Estás tan hermosa —sonrió y le agradezco—. ¿Hace cuanto tiempo estás aquí?
—Apenas llegue hoy —respondo tomándola por sorpresa.
—Vaya, ¿Stephen sabe que has vuelto? ¿Has estado en contacto con él? —me pregunta con una chispa en sus ojos, mi sonrisa desaparece y niego con la cabeza.
—No he hablado con él desde que me fui —respondo bajando un poco la mirada—. ¿Cómo está? —pregunto con bastante interés, Stephany suspira.
—La verdad es que no le cayo de la mejor manera que te fueras, ha cambiado bastante, Marnie. Ni siquiera sé decirte dónde puedes encontrarlo porque yo ni siquiera sé dónde está ahora, no sé si está en la universidad o drogandose con unos desconocidos... No lo sé —dice bastante decepcionada, un nudo se me hace en la garganta y sólo me queda mirarla con tristeza.
Ese también era mi Stephen.
—¿Sigue viviendo en su casa con usted? —pregunto aunque ya me sé la respuesta que se aproxima.
—A veces se queda los fines de semana para visitarme, pero no, vive en una residencia a unas cuantas cuadras —asiento y camino avanzando en la fila—. Me alegra en serio que hayas vuelto, Marnie. Espero que puedan reencontrarse y volver a todo lo que eran —dice con una sonrisa débil.
—Yo también lo espero —admito con bastante sinceridad.
—Bien, ya debo irme, tengo trabajo, pero espero verte muy pronto —me abraza se despedida y se retira.
—¡¿Esa era la mamá de Stephen?! —pregunta Sophie llegando con el dinero en las manos.
—Si, era ella —afirmo mirando su cara de sorpresa—. ¿Dónde estabas buscando el dinero? ¿En el banco o en el auto?
Se ríe y me da un pequeño empujón para que avance en la fila.
(...)
Busco rápidamente mi camisa por toda la casa mientras que con una mano me coloco los zapatos y con la otra trato de peinarme.
No puedo creer que hoy es mi primer día en la universidad y ya estoy llegando tarde.
Me termino de poner los zapatos al igual que la camisa y bajo rápidamente hacia el estacionamiento donde Sophie me espera para llevarme, entro al auto y ésta me mira con la ceja arqueada.
—¿Te caíste de la cama? —me pregunta burlona.
—Me caí de la cama y un auto me paso por encima —digo tratando de arreglar un poco mi cabello por el espejo del auto, ríe y arranca.
En el camino vamos con su música extraña que jamás cambiará. Su mezcla de trap y música en inglés. Verla conducir me hace pensar en que en serio necesito comprarme un auto, ya sé manejar, necesito transportarme por mi misma.
Me deja en la entrada de la universidad y casi me patea para que me baje porque va tarde a su trabajo. Le grito que la amo y bajo del auto.
La universidad.
Es común y corriente, todas lucen lindas pero son un infierno.
Entro y busco la oficina para que me den mi horario y hacer todo el proceso que se hace cuando es un alumno transferido. Hablo con los coordinadores y el director pero sinceramente no presto mucha atención a lo que dicen. Sólo me repiten las normas y me indican más o menos como guiarme en la universidad para no perderme, luego me dejan ir y tomo mi camino dirigiéndome al baño, esa charla me dio ganas de hacer pis.
Ayer en la plática con Stephany no se me ocurrió preguntarle en qué universidad estaba estudiando Stephen, algo que sin duda debí haberle preguntado. Creo que tendré que preguntarle a los estudiantes si aquí estudia un chico tatuado que parece modelo de revista. Después de todo, alguien como Stephen no pasa desapercibido.
Encuentro el baño de mujeres después de dar varias vueltas pero está cerrado, gruño y aprieto mis piernas.
En serio necesito orinar.
Miro hacia todos lados y pienso en una solución rápida.
Baño de hombres.
Okey, quizás no sea la solución más inteligente pero... ¡Necesito orinar!
Prefiero ver penes a hacerme pipí.
Corro de nuevo y busco el baño de hombres, por suerte, todos están en clase y no hay nadie que se me atreviese por los pasillos. En el camino no veo otro baño de mujeres, así que sin tener muchas opciones me meto en el baño de los hombres.
Para mi suerte, esta vacío.
Entro rápido y libero mis líquidos lo más rápido que puedo para salir de prisa y no tener que pasar un momento bochornoso encontrándome con un hombre. Salgo del cubículo del baño sigilosamente, y al hacerlo, la sangre abandona mi cabeza cuando veo a dos personas frente a mi.
Sus ojos azules me miran con sorpresa y confusión, mi corazón se acelera y mis manos sudan. Mis ojos pasan de él a la chica que está a su lado, a quien toma de la mano con bastante compromiso.
Así no pensé que sería nuestro reencuentro, para ser sincera.
Mis piernas tiemblan ante su mirada, y una chispa que no sentía hace tres años se enciende en mi cuerpo, haciendo que lo único que pueda salir de mi boca sea:
—Te dije que haría todo lo posible porque nos volviésemos a encontrar —digo con la voz un poco temblorosa y una felicidad y ansiedad creciendo en mis interiores.
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¿Qué opinan de esto?
¿Preparadas para lo que se viene?
Hasta la próxima 💕
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