Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3 - Violador.

Narra Marnie:

Asiento ante su pregunta emocionada y ansiosa, no puedo esperar.

Esto será emocionante.

—¿No tienes que cuidar a Chloe hoy? —pregunta Sophie detrás de mí, Stephen frunce el ceño.

—Saldrá de la escuela en tres horas, tengo ese tiempo libre —contesto eufórica, sinceramente no pensé que Stephen aceptaría ayudarme—. ¿Ya nos vamos? No tengo toda la tarde.

—Y... ¿Adónde se supone que iremos? —pregunta arqueando la ceja.

Diablos, eso no lo había pensado.

No podemos quedarnos cerca de la escuela, alguien podría vernos y lo último que quiero es que todos sepan que alguien me enseña a ser femenina, atrevida y todas esas cosas. Y no iré a su casa y tampoco puedo llevarlo a la mía, ni siquiera lo conozco.

Eso no te detuvo pare pedirle que te ayudará.—piensa mi subconsciente.

—¿Qué te parece si vamos al parque? —sugiero un poco insegura, Stephen frunce el ceño y ríe sin gracia.

—¿Quieres que te enseñe cosas sexuales en un parque? Que monja tan interesante eres, María —dice con una sonrisa.

—Soy Marnie —corrijo—. Y deja de decir eso, no me vas a enseñar cosas sexuales. Bueno sí... Pero decirlo de ese modo suena horrible, no lo hagas —rueda los ojos y Sophie interrumpe.

—Bueno, ya yo debo irme, nos vemos mañana —se despide y me da un beso en la mejilla, se le queda mirando a Stephen dudando si besarlo también o no, y sé que se muere de ganas por hacerlo pero ya que éste ni siquiera le dirige la mirada no lo hace.

—¿Adónde iremos, Marnie? —pregunta de nuevo, diciendo mi nombre en un tono extraño.

¿Qué tan malo será llevarlo a mi casa?

¿O ir a la de él?

¿Y si me roba algo? ¿O mis vecinos lo ven y le comentan algo a mis padres? No lo conozco lo suficiente, ni siquiera lo suficiente, sólo sé su nombre.

—¿Podemos ir a tu casa? —pregunto, se muerde el labio inferior dudando mientras se rasca la nuca.

Yo no voy a robarle nada, así que sólo estaría el riesgo de que tal vez me viole.

—Vamos —dice y me hace una seña para que lo siga, camino detrás de él y nos detenemos en un auto negro—. Súbete —dice o más bien ordena, le hago caso y me subo al ver que él también lo hace.

Es un auto bonito, pulcro y decente. No parece de secuestrador, violador o asesino.

Eso debe ser una señal.

Enciende el auto haciendo que el motor cruja, se queda quieto unos segundos y luego abalanza su cuerpo hacia mi asiento y pasa sus manos por mi pecho haciendo que me incomode, me mira a los ojos por unos segundos y sonríe pícaro, contengo la respiración bastante incómoda y tensa, sube más sus manos pero ni siquiera levanto la vista para ver que hace, cierro mis ojos y los aprieto, para cuando me doy cuenta me está colocando el cinturón de seguridad.

—Por precaución —dice y se aleja, se coloca el suyo y arranca el auto.

Y yo pensando que quería tocarme o algo así.

—Oye, ¿Podrías asegurarme una cosita? —le pregunto mientras conduce, juego con mis dedos y espero a que me conteste.

—¿Qué?

—¿No vas a violarme o algo así, verdad? —pregunto totalmente seria y hasta nerviosa, es cuestión de segundos para ver como explota en carcajadas.

—¿Violarte? Tú fuiste la que sugirió ir a mi casa, yo debería ser el que este preocupada por si va a salir violado, no tú —dice y me tranquilizo con sus palabras.

—Tu comentario es un disparate —digo mirándome las uñas.

—¿Más que el tuyo? —voltea a verme con la ceja arqueada—. Si tengo cara de violador, ¿Por qué me pediste ayuda con un tema así?

—Eso que interesa, ¿Acaso no me ves? De casualidad sé qué es un pene, como se supone que haría para violarte.

—Si supieras toda la experiencia que he tenido con chicas te sorprenderías, la más angelical es la más mala de todas —frunzo el ceño.

—Eso no aplica conmigo.

—Eso ya lo veremos.

Detiene el auto al llegar a una casa amarilla de unos dos pisos con un gran jardín, se estaciona y bajamos del auto, lo primero que hago es mirar hacia todas partes visualizando el lugar por si acaso me toca irme huyendo. Pero a simple vista se ve como un lindo vecindario. Lo sigo hasta la puerta de la casa y entramos, se queda detrás de mí y cierra la puerta, no puedo evitar dar un pequeño saltito al escucharla cerrarse.

—¿Aquí vives? —pregunto mirando todo.

—No, te traje a la casa de un amigo que es narcotraficante y creo que violador, se llama Liam Bucker —me asusto y abro mis ojos como platos, ríe—. Es broma, sí, aquí vivo —suspiro aliviada y me pongo a detallar todo.

Las paredes son blancas y están llenas con lindos recuerdos y fotos familiares, la mayoría de Stephen de niño supongo, es extraño identificarlo sin tatuajes. Hay muchas fotos, la mayoría familiares, su padre, su madre y él, supongo, debe ser. El resto de alguien jugando fútbol, otras de graduaciones y algunas que no sé que son.

—¿Juegas fútbol? —pregunto detallando lo demás, asiente. El lugar es grande, con bastante luz y varias puertas que deben ser habitaciones, en el medio de la sala hay un gran sofá color piel y frente a él una mesita y un gran televisor. Dejo de mirar todo cuando noto que Stephen me mira como si esperará algo, luego recuerdo que no vine aquí a inspeccionar su casa—. ¿Estaremos aquí en la sala o en otra parte? —pregunto, se encoge de hombros.

—Tú eres la que quiere violarme, tú dime —bufo y ruedo los ojos.

—Es tu casa.

—Vamos al piso de arriba, no quiero que mi madre entre por la puerta y me vea enseñándote sexo oral —dice alzando las cejas.

¿Qué?

Stephen sube por unas escaleras y lo sigo, pasamos por un pasillo y nos detenemos en una habitación, su cuarto.

Abre la puerta y me deja entrar primero, luego entra él y vuelve a cerrar la puerta.

—¿Por qué siempre cierras la puerta? —pregunto nerviosa, me mira raro y la abre de nuevo.

—¿Así te parece bien? —asiento—. Sí que debo enseñarte muchas cosas, niña.

—No me digas niña —me quejo.

—Es que cuando digo tu nombre... Eso no importa. Ahora, pequeña saltamontes —ruedo los ojos fastidiada al escuchar su nuevo apodo—. ¿Qué es lo que sabes? —pregunta sentándose en una silla frente a la cama, lo observo y palmea la cama para que me siente en ella, le hago caso y me siento.

—No sé nada —admito un poco avergonzada.

—¿Y específicamente en qué quieres que te ayude?

—Quiero que me ayudes a conquistar a Alex Bomwell —apenas digo su nombre hace una mueca.

—¿A ese imbécil? ¿Es en serio? —pregunta arqueando la ceja.

—Sí, ¿Algún problema? —pregunto arqueando la ceja.

—No, sólo que... Tendré que enseñarte muchas cosas si realmente quieres conquistarlo. Es un mujeriego y no es que yo sea un santo pero... Será difícil —admite haciendo un gesto con los labios y ladeando un poco la cabeza.

—¿Puedes hacerlo? —pregunto, arquea la ceja y me mira a los ojos.

—Puedo hacer todo, pequeña saltamontes —responde con su voz intimidante y seductora—. Ahora debo hacerte unas preguntas; ya sé que eres virgen porque me lo gritaste en la escuela, pero, ¿Cuántos años tienes?

—Dieciocho —respondo y me mira sorprendido.

—¿Quién en su sano juicio es virgen a los dieciocho? Y tú, no eres fea de rostro, pequeña saltamontes, no sé de cuerpo porque te escondes de bajo de toda esa ropa de abuelita pero... ¿Cómo es posible? Eres una leyenda.

—Eso es lo más lindo que me han dicho cuando confieso que soy virgen y mi edad; soy una leyenda —digo con una sonrisa.

—Lo eres. Ahora, ¿Por qué quieres conquistar a Alex? Y ¿Por qué recurrir a mí, a alguien que ni siquiera conoces? ¿Por qué no le pediste consejos a tu amiga? Es lo más lógico, o a una chica —dice haciendo movimientos con la cabeza.

—Esas preguntas son un poco... Incomodas de contestarte, no creo que lo entiendas —respondo suspirando levemente.

—Aquí entre nosotros ya no habrá incomodidad, ¿Okey? —me mira justo a los ojos con una mirada dura—. Si realmente quieres mi ayuda, entre nosotros no puede haber ni un poco de incomodidad ni nada parecido. Te enseñaré cosas que sólo ves en las páginas prohibidas de internet, te ensañaré todo lo que necesitarás y será intenso, así que si no podrás dímelo de una vez.

—Puedo hacerlo —contesto igual que él lo hizo, sonríe satisfecho.

—Entonces pruébalo contestándome esa sencilla pregunta, debes confiar en mí desde ahora en adelante.

¿Cómo voy a confiar en alguien que no conozco?

Bueno, Marnie, debes hacerlo. Cuéntale todo lo que solo sabes tu misma.

—Alex me gusta desde hace mucho tiempo —admito y no puedo evitar sonrojarme—. Él me encanta, sé que ni siquiera me nota y sé que no lo hará si me sigo vistiendo de la manera en que lo hago y si sigo actuando tan tímida y torpe..—me interrumpe.

—Si balbuceaste hablando conmigo no me imagino como harás cuando hables con él.

—Exacto. Necesito a alguien que sepa como se le habla a un hombre, necesito a alguien que conozca a los hombres, que sepa como se les trata, que sepa que les gusta, ¿Y quién mejor para ayudarme que un hombre? Tú sabes cosas que ni siquiera la más zorra de las mujeres podría contestarme. No quiero terminar la escuela y ni siquiera haberle dado un beso al chico que me gusto desde siempre, no quiero desperdiciar mi secundaria pasando desapercibida ante la mirada de todos, no quiero eso para mí. Y ya que he perdido bastante tiempo, así que no quiero seguir perdiendo más.

—¿Y por qué yo?

—No te conozco pero algo me dice que eres discreto y no es porque no tengas amigos en la escuela ni nada... Pero... A lo que me refiero es que no quiero que esto se sepa, y sé que tú me guardarás el secreto.

—¿El secreto de qué te enseñaré cosas sexuales? —pregunta levantando su ceja.

—Te dije que no le digas así. Además, no sólo quiero saber que haré si llego a tener coito con él..—me interrumpe.

—¿Coito? ¿Hablas de sexo? —pregunta con una sonrisa burlona.

—¡Como se diga! No sólo quiero que me enseñes eso... Quiero que me ayudes a... Ya sabes... Eso que las chicas... Tú sabes...

¿Por qué cuando necesito que hable y me interrumpa no lo hace?

—¿A ser más segura de ti misma? —pregunta arqueando la ceja.

—Sí... Quiero que me enseñes todo lo que necesito para conquistarlo, desde mi apariencia hasta mi personalidad.

—Espera... ¿Quieres que te cambie tu manera de ser? —me pregunta frunciendo el ceño.

—No, sólo a soltarme un poco más.

—Bueno, pequeña saltamontes, esto será difícil y tenemos mucho trabajo que hacer, para terminar lo más rápido posible y no perder tiempo, debemos vernos todos los días al salir de clases, ¿Te parece o debes ir a la iglesia o algo? —se burla, bufo.

En ese caso, ¿Qué tiene de malo ir a la iglesia?

Alguien terminará quemándose en el infierno.

—Sí, esta bien pero, ¿En serio habrá que vernos todos los días? —cuestiono haciendo una mueca.

—¿Algún problema? Todos me dicen que soy agradable a la vista —dice coqueto, ruedo los ojos—. Además, sólo de ese modo te convertiré rápido en una fiera, así te irás con tu novio Alex y yo podré seguir con mi vida.

—De acuerdo.

—Bien, ahora sin perder más tiempo platicando, necesito que te quites la ropa.

—¡¿Qué?! Pensé que no ibas a violarme —exclamo levantándome de la cama.

—No voy a violarte, pequeña saltamontes. Quiero ver con que voy a trabajar, y para eso necesito que me muestres que escondes debajo de esa ropa de señora —explica tranquilizándome. Aún así no quiero quitarme la ropa—. ¿Te la vas a quitar o te la quitaré yo?

—No voy a desnudarme —digo fuerte y claro.

—Si con esa actitud te vas a tirar a Alex Bomwell no llegarás ni a la puerta de su habitación. Pensé que ya no ibas a incomodarte conmigo.

—¡Ni siquiera te conozco! Y aunque así fuera no me desnudaría frente a ti.

—Bueno... Lo intenté —dice y se encoge de hombros, frunzo el ceño. Estoy empezando a pensar que esto fue mala idea—. Lo siento si te incomode, pequeña saltamontes. Estaba bromeando... Bueno, un poquito. No creí que te desnudarás.

—¿Entonces por qué no me lo dijiste?

—Quería ver como reaccionabas, eres graciosa —contesta y me sonríe extraño—. Voy a ir a buscar en la habitación de mi mamá unos shorts o algo que puedas ponerte para ver mejor tu figura, ya regreso —dice y se levanta de la silla dejándome sola en su habitación.

Stephen es extraño.

No sé si es que no sé nada sobre hombres y todos son así pero... Él es raro.

La puerta de abajo suena y al momento Stephen aparece de nuevo en la habitación conmigo, suspira y me mira.

—¿Qué? —pregunto mirándolo en la puerta.

—Mi madre llegó. Ven —me indica y salimos de su habitación dirigiéndonos a la sala donde estábamos antes—. Hola, mamá —le dice a la señora que se encuentra en la cocina con unas bolsas.

—Stephen... No pensé encontrarte aquí —dice mientras saca unas cosas de las bolsas y las guarda en cajones, Stephen se balancea sobre sus pies esperando algo, su madre se voltea y lo mira, le sonríe y luego posa sus ojos en mí. Luce sorprendida, hasta se le abre la boca en forma de "o" mientras me mira.

—Es una amiga —responde Stephen al ver la impresión de su madre.

¿Desde cuándo somos amigos?

Su madre suelta todo lo que sostiene y no deja de mirarme, ¿Nunca ha visto a una chica vestida como abuelita?

—Hola —me dice con una gran sonrisa, se acerca a mí y se presenta—. Soy Stephany Queen —estrecho su mano y le devuelvo la sonrisa.

—Soy Marnie.

—Soux —agrega Stephen con su voz extraña—. Voy al baño, no te asustes, mi mamá no es violadora —me susurra al oído para desaparecer del lugar.

—Es un gran placer conocerte, ¿Realmente eres amiga de Stephen? —me pregunta aún sin creerlo.

—Pues sí, algo así. ¿Nunca trae chicas vestidas como ancianas? —pregunto con una sonrisa, supongo que la doña debe de estar acostumbrada a ver chicas con minifaldas y escasa ropa y no... A mí.

—Stephen nunca trae amigos y menos chicas —dice dejándome anonadada.

¿Qué?

Esa no me la esperaba.
________________________________

Sophie en multimedia.

¿Les ha gustado el capítulo?

No puedo creer que la historia no lleve ni una semana publicada y ya estemos a punto de llegar a los 1K en vistas.

Hasta la próxima💞

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro