Capítulo 5
Quería actualizar esta historia ayer por el cumpleaños de Namjoon, pero igual aun estamos a 12 de Septiembre de este lado del mundo, así que actualizo hoy 😅
Disfruten su lectura ♡
Salir de la habitación fue lo más difícil de todo el proceso en esa experiencia. La ira burbujeaba aún debajo de su piel, caliente y molesta, las lágrimas humedeciendo sus ojos pero se negó a derramar ninguna por ese hombre que le había dicho esas cosas hirientes. No tenía derecho alguno para opinar en un relación ajena y aún así lo había hecho y había querido plantar la duda entre su esposo y él. Pues no lo iba a lograr. Conocía a su esposo por más de diez años, nueve de ellos habían sido novios, su relación había pasado por sus momentos malos pero se habían mantenido juntos porque se amaban y se esforzaban en mantener su relación. Ningún extraño iba a arruinar esa confianza que tenía en Taehyung.
Parpadeó las lágrimas lejos y siguió su camino por el largo pasillo tan recto como pudo, no dijo ni una palabra cuando entregó la tarjeta a la misma chica que se la había dado, y aunque su andar era algo forzado por el dolor en su espalda baja, se negó a que en sus pasos se notarán la duda. Saldría de ese lugar, esperaría o se encontraría con su esposo en el lugar donde estaban los casilleros y saldrían de ahí para no volver más.
Solo que no ocurrió tan fácil como pensaba. En cuanto vio a su esposo caminando hacia él apartó la mirada. Su esposo tenía las ropas arrugadas, Cabello despeinado y marcas evidentes en su cuello. No tenia ningún derecho a estar celoso porque el probablemente lucía igual o peor, pero no pudo evitar ese nudo en la boca de su estómago que se apretó y retorció. Ni siquiera fue capaz de hablarle durante su camino hacia el auto. Cada minuto que pasaron uno al lado del otro en el auto fue en un incómodo silencio, uno con el que nunca habían tenido que lidiar. Todo se sentía mal. No podía mirar a su esposo, no quería hablar con él por el momento y cuando Taehyung tomó su mano por unos segundos, la piel de su dorso cosquilleo de mala manera, solo pudo soportar tres latidos de su corazón antes de apartarla e inclinar todo su cuerpo tan cerca de la puerta y tan lejos como pudo de su esposo.
Se sentía sucio. Se sentía mal. Aunque todo era como debía ser cuando llegaron a casa, parecía que estaba viendo una película, parecía alguien ajeno a toda esa situación normal que su esposo trató de crear cuando comentó sobre lo que harían más tarde. Realmente no creía que pudieran ver una película mientras se acurrucaban en el sillón. Aún después de bañarse y restregarse la piel al menos tres veces, las marcas de ese hombre permanecieron grabadas. La persona que le devolvió la mirada en el espejo de cuerpo completo tenía al menos seis marcas enrojecidos y con una leve tintura morada en su cuello, había más esparcidas en su pecho y en la cara interna de sus muslos, ni siquiera se atrevió a mirar su espalda para continuar el conteo. Y luego estaban esas marcas más pronunciadas cerca del hueso de su cadera, a cada lado. Las marcas perfectamente impresas de largos dedos que lo habían tomado en un agarre fuerte mientras ese hombre lo tomaba.
De nuevo se instaló en su pecho esa sensación opresiva que se envolvía alrededor de sus pulmones y no le permitían inhalar suficiente aire.
Siguió evitando que su esposo lo tocara el resto de su tarde. Se sentía mal permitir el toque cariñoso mientras llevaba las evidencias de lo que había hecho con otro hombre. No le permitió que lo abrazara reconfortantemente cuando llegó el momento de ir a la cama, su beso de buenas noches fue dejado en su nuca porque él no se volteo para que fuera en los labios. No cuando aún estaban sensibles por los besos bruscos y las mordidas que había recibido.
Y cuando escuchó la respiración de Taehyung volverse acompasada, finalmente se permitió llorar. Ni siquiera estaba totalmente seguro de porqué lo hacía. No sabía si era más fuerte su enojo por las palabras de ese hombre, su incomodidad con su esposo, el distanciamiento que sentía entre ellos... o su humillación por haber sido usado por ese hombre extraño y haberlo disfrutado.
En algún momento de la noche anterior había estado tentado a preguntar el nombre de quien lo iba a llevar a la cama, pero ahora se alegraba de que no fuera más que un rostro. No necesitaba saber nada sobre ese extraño sin nombre porque jamás quería volver a verlo.
🔁
La rutina entre Taehyung y él se había vuelto menos incomoda. Finalmente después de días volvía a sentirse como su antiguo yo, probablemente ayudara que las marcas finalmente estaban desvaneciéndose, pero se negaba a dejar que su esposo lo tocara de manera íntima hasta que estas no se fueran por completo.
Su esposo siempre comprensivo no lo presionó. Cuando los besos se volvían intensos y él se apartaba, su esposo también retrocedía y lo atraía en un abrazo que le brindaba calma. Ya hablaban y bromeaban como lo había hecho antes de ir a ese club, pero aún no era completamente como solía ser.
Igual su trabajo ayudo un poco a olvidarse de esa experiencia. Habían estado con tanto trabajo que su mente ni siquiera tenía tiempo de vagar por sus pensamientos. Todos en la editorial estuvieron finalizando tareas pendientes lo más rápido posible antes de recibir la visita que estaban esperando. Fue cansado, pero le encantaba incluso esos momentos de su trabajo. Además de que tenía que admitir que la visita que recibirían lo tenía muy emocionado.
- Muy bien chicos y chicas. - Su jefe aplaudió para llamar la atención de todos, aunque no era muy necesario, cada persona en esa amplia habitación llena de cubículos ya estaba mirando a hombre mayor que estaba frente a las puertas transparentes de su oficina. - Ya están en el estacionamiento, así que en dos minutos finalmente conoceremos a quien todos estaban esperando. - Se escucharon murmullos emocionados, él fue parte de ellos tomando con fuerza edición especial de su libro favorito. Casi abrazaba con reverencia el precioso objeto entre sus manos, porque no sólo era su libro de romance preferido, si no que también era de su autor favorito. - Recuerden que todos aquí firmaron un acuerdo de confidencialidad, y aunque aprecio a todos y cada uno de los que están aquí, no podré hacer nada más que despedir a aquel o aquella que rompa los términos. - Su jefe los miró a todos con seriedad en su rostro y cada persona en la habitación entendió que no había que tomarse a juego esas palabras. - Dejemos en alto el nombre de la editorial Pied Piper, demostremos lo mucho que nos esforzamos en cada proyecto y el amor que tenemos por la creación de maravillosas obras literarias.
Todos aplaudieron y comenzaron nuevamente los murmullos. El miró su libro y le quito el inexistente polvo que pudiera haber acumulado desde la última vez que hizo lo mismo un par de minutos atrás. Estaba feliz, nervioso y ansioso por conocer a su escritor favorito y a pesar de que pedirle un autógrafo probablemente le restaría un poco de profesionalidad, realmente odiaba la idea de dejar pasar ese momento.
RM. El escritor famoso de incontables novelas de romance vendidas a nivel mundial. A pesar de que había desnudado su alma en las hermosas palabras que llenaban sus libros, aún era un misterio para la mayoría de la gente y también sus fieles fans, de los cuales él formaba parte. Así que si, estaba demasiado emocionado por conocer en persona a ese magnífico escritor que escribía tan bellas palabras, que creaba hermosos romances y que lo hacía suspirar con cada nuevo libro. Ya sabía todo lo que podía de RM. Su carrera había comenzado ocho años atrás, cuando publicó su primer libro a la edad de veintidós años, su seudónimo lo había adoptado porque quería mostrar su verdadero yo a través de sus historias. Sabía su color favorito, su comida favorita, su bebida favorita, lo que le gustaba hacer para inspirarse y podía seguir y seguir porque realmente había leído con entusiasmo cada vez que su escritor revelaba algo más acerca de sí mismo.
Y finalmente ahora sabría como luce, sabría su verdadero nombre y lo más importante, estaría frente a él. No había podido dormir esa noche solo de pensarlo. Se preguntaba que tantas nuevas cosas podría aprender de RM mientras estuviera trabajando en la editorial.
- ¡No puede ser! ¡Realmente esta aquí!
El grito de una de sus compañeras lo hizo sonreír automáticamente, su mirada de inmediato subió para encontrarse con los tres hombre de pie a un lado de su jefe.
Y su alma cayó a sus pies.
No, probablemente estaba escapando de su cuerpo.
Su respiración se descontroló, su corazón se aceleró y sus piernas amenazaron con dejar de sostener su propio peso. Se sostuvo con fuerza de su escritorio temiendo que realmente pudiera caer.
Ese hombre.
¡¿Qué demonios hacía ese hombre aquí?!
El alto moreno que le había hecho esas cosas a su cuerpo en aquel club, estaba de pie frente a su jefe, hablando de algo que no podía comprender porque había un zumbido irritante en sus oídos. Llevaba lo que lucía como un muy costoso traje a medida, que solo resaltaba sus largas piernas y sonreía como si fuera la persona más amable y conversadora del mundo mientras su jefe parecía hipnotizado por cada palabra que salía de esos gruesos labios.
Los que había tenido sobre su cuerpo cinco días atrás.
Se sonrojó fuerte por ese pensamiento. Incluso volteo alrededor a sus compañeros temiendo que alguien supiera de alguna manera lo que ocurría en su mente. Nadie lo sabía, nadie le prestaba atención. Todos miraban hacia los cuatro hombres que estaban enfrente, aunque estaba seguro de que nadie miraba a su jefe. No cuando esos otros tres hombres estaban a su lado. Kim Seokjin, el escritor que había causado que la editorial Pied Piper comenzara a ser reconocida. Había comenzado a ganar fama los pasados cuatro años pero se podía decir a ciencia cierta que ese año estaba siendo el mejor en sus ventas desde que había comenzado su carrera. A él lo conocía, no eran amigos exactamente, pero descubrió que ese escritor realmente sabía su nombre porque lo había saludado en un par de ocasiones. El segundo hombre era el más bajito de los tres, también lucía más joven y más callado, trataba de fusionarse con la pared detrás de él cada vez que levantaba la mirada y veía que alguien lo estaba mirando.
Y luego estaba él.
Ese hombre que hablaba alegremente con su jefe mostrando sus hoyuelos y una sonrisa encantadora.
- ¿Puedes creer lo guapo que es RM? - dijo alguien detrás de él, no se giró para ver quien era, pero varias chicas chillaron en respuesta.
- Lo sé, lo sé. Siempre creí que no se mostraba porque quería ocultar su apariencia. Pero por dios, juro que es un crimen ocultarlo.
- No puedo creer que realmente no quiera usar su imagen, vendería libros en blanco si trajeran una foto suya.
Trataba de ignorar cada murmullo detrás de él porque no podía ser cierto.
Ese hombre no podía ser RM, su escritor favorito, el que creaba novelas de romance hermosas. Ese hombre que le había dicho palabras hirientes sin siquiera conocer su historia con su marido...
Ese hombre con el que había estado en la cama y de quien aún llevaba las huellas desvanecidas de lo que habían hecho.
No podía ser cierto. Nada de esto podía ser cierto.
- ¿No quieres acercarte?
Apenas aparto la mirada de ese hombre para ver que era su amigo quien le hablaba. Y luego miró hacia enfrente nuevamente solo para darse cuenta de que varios de sus compañeros habían abandonado su escritorio para acercarse un poco más hasta donde estaban los cuatro hombres conversando.
- No... yo estoy bien aquí...
Yugyeom sonrió.
- Vamos, no seas tímido. Se que es tu escritor favorito, y solo tendrás esta oportunidad para acercarte a él. - Su amigo lo arrastró hacia enfrente metiéndonos entre sus otros tantos compañeros de trabajo hasta que casi estuvieron al frente de todos ellos. Rápidamente se oculto detrás de su amigo que era más alto y de unas chicas que no hicieron mucho por cubrirlo. - Conseguiremos que firme ese libro tuyo, ya veras.
- No, enserió esta bien.
- Si no quisieras no traerías el libro.
Miró sus manos donde aún tenía apresado su libro con un fuerte agarre. Si ese hombre lo veía serian claras sus intenciones de pedir un autógrafo. ¿Se burlaría de ello? ¿Haría como que no se daba cuenta? ¿ O si lo firmaría? No sabía lo que iba a pasar, pero él ya estaba rogando a los cielos que ese hombre lo ignorara, porque no sabía si él podría aparentar si no lo hacía.
- Muy bien. - La voz de su jefe hizo callar las conversaciones en voz baja que mantenían sus compañeros de trabajo. - Se que todos están emocionados, yo incluido, de poder trabajar con RM y me gustaría agradecer por la colaboración que tendrán nuestras editoriales para este proyecto en específico, gracias en nombre de todos por darnos la oportunidad. Estoy seguro de que cada empleado de aquí estará más que feliz de poner su esfuerzo en el proyecto.
- Y yo agradezco por ello. - Ese hombre habló y su voz era tal y como la recordaba, excepto por ese tono amable en ella. Cuando la había escuchado antes, solo desbordaba sensualidad. Ese tono que usaba en ese momento aún hizo que muchas y michos exclamaran por esa voz ronca y baja, pero estaba seguro de que su voz en el club haría que todos quisieran obedecerlo sin siquiera dudarlo. Él lo había hecho. - Trabajar con Seokjin y con esta editorial es una experiencia que disfrutaré. Se que todos pondrán su mejor esfuerzo así que yo también les aseguro mi compromiso. Comenzando por presentarme de manera adecuada. Mi nombre es Kim Namjoon, un gusto conocerlos.
Ese hombre hizo una reverencia, no estaba seguro de si estaba más impresionado por ese hecho cuando el más alto parecía incapaz de inclinarse ante nadie o por el hecho de que ahora sabía su nombre. El nombre no sólo de su autor favorito, si no del único otro hombre con el que había estado de manera íntima además además es esposo.
Cuando su jefe dijo que volvieran a sus lugares, fue el primero en meterse entre sus compañeros para llegar su escritorio. Se dejó caer en su silla esperando que la pequeña pared que separaba su escritorio con el de enfrente fuera suficiente para cubrirlo. Tampoco tenía esperanza de evitarlo para siempre, pero seguro que pondría su mejor esfuerzo en ello.
Aunque al parecer la suerte no estaba de su lado.
- Primero le presentaré a mis jóvenes editores - decía su jefe caminando al lado de ese hombre, Namjoon, con Seokjin y el otro chico siguiéndolo de cerca -, todos ellos tienen poco tiempo trabajando con esta editorial pero han sido competentes en cada paso, algunos de ellos podrían tener sus propios trabajos de renombre muy pronto.
Sus tres compañeros se levantaron para hacer una reverencia de manera inmediata. A pesar de que no quería llamar la atención sobre él, hacer esa acción segundos más tarde que el resto definitivamente atrajo la atención no sólo de su jefe. Cuando levantó la los cuatro hombres frente a él lo miraban, pero su atención estaba en esos sorprendidos ojos de color ónix que de inmediato fueron a las marcas en su cuello. Estaban casi desaparecidas, nada más manchas de color amarillento, pero lo suficientemente visibles si sabías que estaban ahí.
Y ese hombre lo sabía.
Después de recuperarse de la impresión de encontrarlo ahí, sonrió, no esa sonrisa amable que había tenido hasta el momento, fue la misma sonrisa ladeada y arrogante del club, una que lo hizo sentir calor en sus mejilla y un cosquilleo en la boca de su estómago.
- El es Jungkook, uno de mis editores más entusiastas con este proyecto. - Su jefe le dio unas palmadas amistosas a su brazo con una sonrisa en el rostro. - Es un completo fan de tus novelas, el chico no ha hablado de otra cosa desde que supo que ibas a venir.
- ¿Enserió? - preguntó ese hombre arquendo una ceja.
No creía que su cara se podría poner más roja.
- Si. Sabe todo lo que has dado a conocer sobre ti, siempre está al pendiente de lo que publicas. - Normalmente le agradaba su jefe, pero ahora mismo rogaba por que guardara silencio y lo tratara como un desconocido. - Solo le faltaba conocerte en persona.
- Quizás no - respondió ese hombre y su mundo giro.
Lo miró sorprendido, con su respiración fallando.
No diría lo de club, ¿cierto?
- ¿Ya se conocían?
Su jefe lo miró extrañado y nuevamente puso su atención en ese hombre. Él estaba nervioso por la respuesta, lo suficiente como para que su voz se quedara atorada en algún lugar de su garganta negándose a salir para decir alguna excusa. Aunque tampoco se le ocurría ninguna cuando esos ojos lo miraban tan atentamente.
- No puedo estar seguro, quizás nos topamos por algún lugar pero ninguno sabía nada del otro.
- Cierto, cierto. - Su jefe rio como si hubiera escuchado un chiste graciosísimo. -Eso es posible.
- ¿Esa es una de las ediciones limitadas de mi libro? - Ese hombre señaló a su escritorio, donde aún descansaba su libro. No se atrevió a contestar. - Debes ser un verdadero fan, lo trajiste para que te lo firmara, ¿verdad?
Agachó su cabeza. Sentía su rostro tan caliente que bien pudo haber estado directamente bajo el fuerte sol del verano y no habría alguna diferencia.
El alto moreno se inclinó hacia él. Todos los músculos de su cuerpo se paralizaron cuando vio esos labios acercándose. Pero el más alto solo tomó su libro, sacó una pluma del bolsillo de su saco formal y garabateo por unos segundos en la primera hoja blanca del libro. Cuando finalizó, le entregó el libro en sus manos y le dio un leve cabeceo a manera de saludo antes de seguir caminando. Los otros tres hombres siguiéndole de cerca.
Se dejó caer en su silla aun sin poder creer lo que estaba pasando. No se permitió desplomarse o meter su cara entre sus manos porque tenía la sensación de que ese hombre lo observaba, por lo que decidió fingir que trabajaba, aunque en realidad las letras en la pantalla de su computadora parecían estar moviéndose haciendo imposible que las leyera.
Casi brinca de alivio cuando vio como se retiraban por el ascensor los cuatro hombres que se habían estado paseando por las instalaciones.
Y sin poder evitarlo, sus manos ya estaban tomando su libro y abriéndolo en esa primera hoja que ya no estaba en blanco.
Par mi fan que me conoce de todas las maneras que importan.
RM
Volvió a sonrojarse cuando entendió el significado de esas palabras y cerró el libro de prisa como si alguien más también fuera a comprenderlas. Aunque nadie lo haría. Sólo él sabría que había estado en la cama con RM, el escritor de novelas románticas, en un club donde el significado de pareja era un tanto diferente.
Se sentía mareado solo de pensar en lo que serían sus próximos días hasta que ese proyecto terminara. Porque con solo unos minutos de estar en la misma habitación que Namjoon, ya sentía que su piel quedaba demasiado apretada en su cuerpo, que sus piernas temblaban, sus manos sudaban y lo pero era que su mente no dejaba de recordar.
Makis lindxs, espero que les gustará el capítulo de hoy ♡
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