Capítulo 25
— Jungkook. — El jefe Jo se acercaba apresurado hasta donde él estaba, solo en fechas límite se le veía ese rostro serio, pero estaba casi seguro de que no tenían una en ese momento. — El jefe de la editorial de Kim Namjoon me llamó, dijo que están en camino hacia aquí, ¿sabias algo de esto?
— Oh, si… lo siento, debí avisar, pero solo me he enterado hace unos minutos. — Además de que su mente no dejaba escapar el hecho de que era la segunda vez que su corazón latía de esa manera. — Nam-… el escritor RM me lo dijo en el auto.
— Entiendo. Es solo que no me dijo de que se trataba, ¿sabes algo?
Mordió su labio inseguro de como decirlo, su jefe le había confiado la tarea de ser el suplente de Jimin durante su ausencia y había fallado en algo simple. Aunque aún no estaba seguro de si el jefe de Namjoon iba ahí por ese asunto.
— Eh, yo…
— Bueno, no te preocupes si no lo sabes. — El mayor pudo una mano sobre su hombro en un gesto de simpatía. — No debe ser nada grave o me lo hubieran dicho, ¿cierto?
Tienes que decirle.
— Jefe Jo… es que puede que sea por algo que ocurrió ayer. — El mayor lo miró con curiosidad. — ¿Podemos ha-hablar en su oficina?
— Claro, vamos.
Miró la puerta cerrada de la sala de juntas, Namjoon, Jin y la agente de este último ya estaban ahí. Se supone que tenía que volver y anotar puntos importantes de la junta, pero apenas se había sentado y se sobresaltó cuando Namjoon le susurro cerca del oído pidiendo sus notas. Desde el carro estaba un poco nervioso, y aunque trato de actuar normal ese momento fue cuando salió diciendo que necesitaba ir al baño.
Siguió a su jefe pensando en el fondo de su mente que eso retrasaría unos segundos el volver a esa habitación.
— Dime, Jungkook — pidió el mayor apenas cerró la puerta.
— Es que… la mamá del escritor RM fue ayer molesta por no recibir una invitación a la fiesta. — Fijó su vista en el suelo, pero era porque aún sentía culpa por lo que paso el día anterior y lo que hizo después, leyendo esos artículos de noticias. — ¡Fue absolutamente mi culpa! Fue tan torpe de mi parte no preguntarle a Nam-… a-al escritor RM sobre su familia. Yo me disculpare personalmente con él jefe de la editorial Crystal Snow — declaró firme. — Yo arruine las cosas, jefe Jo, lo siento tanto.
El hombre mayor le dio unas palmadas en su espalda.
— No, Jungkook. — Su jefe le mostraba una sonrisa tranquila, realmente no parecía molesto o decepcionado. — No es tu culpa, yo debí haber ayudado con ello, con los detalles y asegurándome de tener toda la información antes de asignarte algo, y créeme que no estarás solo cuando llegue el señor Lee, yo estaré a tu lado y le explicaré. No tendrás que disculparte por algo que se pudo haber evitado si hubiera puesto un poco más de cuidado en ello.
— ¡No, claro que no es su culpa, jefe Jo! Yo-
— Lo acabas de decir, soy el jefe debo asegurarme que mis empleados trabajen de manera eficaz, pero no puedo pedir perfección si yo también cometo un error tan simple como es no preguntar y dar una asignación sin tener toda la información.
Mordió su labio. Agradecía mucho que su jefe fuera comprensivo, pero tampoco quería que asumiera la culpa junto a él cuando el jefe de Namjoon llegara, pero cualquier otra palabra sería replicada por el mayor, así que mejor guardo silencio.
El jefe Jo le repartió palabras que buscaban consolarlo pero ninguna ayudó. Incluso cuando salió de la oficina de su jefe podría decirse que se sentía peor.
— Jungkook, aquí estas. — Yugeom se acercaba a el desde la sala de juntas. — El escritor RM te busca. Parecía preocupado. — Su compañero y amigo le sonrió de manera traviesa, bromeando porque aun pensaba que todo lo relacionado con Namjoon lo emocionaba a él… Quizás no estaba del todo equivocado. — Se asomó por la puerta y me pidió que te buscará en él baño y me asegurara de que estabas bien.
Yugeom no oculto su risa cuando él se sonrojo, varios de sus compañeros de trabajo voltearon a verlos por lo que apresuró el paso hacia la sala de juntas.
Mal amigo, pensó porque aún podía escuchar la risa de Yugeom cuando estaba abriendo la puerta de la sala de juntas.
Jin y Dae lo miraron con una sonrisa amable, pero Namjoon tenía el ceño fruncido y paseó esa mirada oscura y pesada por todo su cuerpo. El aliento escapó de entre sus labios por casi pudo sentir como la mirada lo tocaba como un tacto ligero que dejo su piel cosquilleando. Lo bueno fue que Jin y Dae dejaron d expresarle atención un segundo después de sonreírle porque estaba seguro de que se había puesto completamente sonrojado.
Sus mejillas quemaban cuando se sentó al lado de Namjoon. Había muchas otras sillas en la larga mesa, pero eso solo sería sospechoso para las personas con las que estaban y le ganaría más de esas miradas penetrantes de Namjoon preguntando silenciosamente por su comportamiento.
Así que solo se sentó al lado del escritor aún solo quería mantener distancia.
Y Namjoon, parecía que no entendía lo que era la distancia.
Su hombro de repente recibió el toque del hombro de Namjoon, su piel donde ambas partes se tocaban parecía estar quemando, a pesar de las capas de ropa.
Y cuando el aliento del mayor chocó contra su oído estaba seguro de que Jin y Dae habrían visto como su cuerpo temblaba si hubieran estado mirando en su dirección.
— ¿Estas bien? — La voz baja de Namjoon susurrando no era de ninguna ayuda, le recordaba demasiado a las veces que estuvieron juntos en la cama tan cerca que sólo necesitaban susurrar para escuchar al otro. — Tardaste un poco, si te sientes enfermo puedes tomarte un descanso. — Largos dedos tomaron su nuca y ese pulgar se paseo por de arriba hacia abajo por su cuello. — Tu piel esta un poco caliente, ¿tienes fiebre?
Quizás, pero no de la que piensas.
Apretó sus manos contra su regazo mientras negaba con la cabeza, evitando a toda costa mirar a Namjoon.
¡Tenía una erección! ¡En el trabajo!
Sus ojos se humedeciendo y mordió fuerte su labio. Era tan vergonzoso. Estaba frente a Jin y Dae, ambos trabajaban en la misma editorial que él, aunque dejara de ver a Namjoon, seguiría viéndolos a ellos.
¿Qué pasa conmigo? ¿Estoy así solo porque tengo su mano en mi cuello?
Pero…
Era la misma mano y la misma forma en que lo mantenía contra la cama cuando lo penetraba por atrás. Su cuerpo recordaba eso, como esa misma mano lo obligaba a mantener su mejilla contra la cama mientras la otra tomaba su cintura para que sus caderas se mantuvieran elevadas y el mostrará su trasero sin inhibición. Era la posición donde Namjoon siempre el fallaba duro y la que permitirá que golpeara su trasero hasta dejar la piel sensible, caliente y de color rojo.
Un gemido casi escapa de sus labios y sus manos ya no eran suficientes para tratar de apretar su erección tratando de hacerla retroceder, también apretó sus piernas pero el dolor no parecía suficiente para su pene porque seguía igual de duro.
No, no, no. ¡¿Por qué estoy pensando en ello?!
¿Ahora soy un pervertidos que no deja de pensar en sexo?
Sus ojos lagrimearon mas… quería… quería…
— No pareces estar bien. — La mano de Namjoon y el calor contra su hombro retrocedieron cuando el mayor se alejó un poco. — Tomate un descanso. Si sientes que tienes que volver a casa hazlo, pediré un conductor para que me lleve a casa.
— N-No, yo estoy bien.
— En realidad Namjoon tiene razón, te vez sonrojado y estas sudando. — Jin intervino en la plática, sus ojos bastante curiosos mientras el mayor lo miraba. — Quizás es solo un resfriado pero es mejor que por hoy descanses o empeorará. Deberías ir a casa.
— N-No, en serio estoy bien. — Realmente no podía estar más avergonzado que en ese momento. — Estoy bien — insistió cuando la ceja de Namjoon se elevó.
— Bueno, pero mandare a pedirte un auto si tu temperatura no cede.
Entonces solo mantengo mi distancia de ti.
Presionó sus puños un poco más duro contra el bulto en su entrepierna mientras le respondía a Namjoon.
Dirá que si, si era la respuesta que el mayor quería para que así dejara de prestarle atención, esos ojos de ónix atentos en él no ayudaban ni un poco con su condición. Y de nada serviría que tratara de ignorar es mirada, siempre era consciente cuando Namjoon lo miraba, su cuerpo había aprendido a percibir esa mirada. Cuando trabajan en la biblioteca de la misión del escritor podía estar muy concentrado en su trabajo pero al instante elevaba su mirada aún si Namjoon no decía la primera palabra, inconscientemente sólo sabía que el pelinegro lo miraba.
Así que solo se pudo relajar cuando la persona a su lado dejó de verlo. Casi suspira de alivio, aunque su pene aún estaba lo suficientemente duro como para ser incómodo, si lo ignoraba más tiempo tenía que volver a ablandarse.
Puso su mayor esfuerzo en concentrarse en lo que discutían Jin y Namjoon con respecto al libro. Le dio un poco de pena ser el único que no aportaba nada, porque incluso Dae mencionó puntos importantes, pero ninguno dijo nada, quizás seguían pensando que no se encontraba del todo bien. Igual casi no hablo y Namjoon se mantuvo con la atención y esa mirada en Jin, eso fue un poco de ayuda con el problema en su entrepierna.
— Detengámonos aquí, mi jefe y mi editor vendrán en unos minutos para el almuerzo. Les pido que se unan a nosotros, ya hicieron la reservación.
Tuvo que cubrir sus labios para que no vieran que estaba riendo por esa invitación. Jin estaba un poco sorprendido por las amables palabras que sonaban a una orden, pero el escritor se recupero rápido y mostró una de sus sonrisas.
— Claro. Dae, entonces no te preocupes por ordenar el almuerzo de hoy.
La agente de Jin solo asintió.
— ¿Te encuentras mejor, Jungkook?
De nuevo esta mirándome.
— Si, mejor.
Mantuvo su vista en la libreta donde había escasos apuntes, solo los que había sido capaz de anotar, pretendió que releía lo que había escrito solo para evitar mirar los ojos de Namjoon de manera directa. Su cuerpo ya se había calmado, o al menos ya no mostraba físicamente lo que le provocaba la cercanía de Namjoon, pero no estaba seguro como se comportaría si volvía a encontrarse con esa mirada oscura.
— Déjame ver.
Sosteniendo la respiración espero a que esa mano de nuevo estuviera en su cuello, pero los largos dedos solo fueron debajo del cabello de su frente.
Estaba aliviado por ello.
De verdad.
No estaba para nada decepcionado.
— Bien, parece que está mejor. Entonces solo esperamos a que lleguen para irnos.
Esperar no fue muy diferente a lo que habían estado haciendo, solo Namjoon y Jin conversaban, Dae estaba en su celular y él solo se quedó en silencio y moviéndose lo menos posible para no atraer la atención de nadie en el lugar.
No podía pensar en cómo resultaría la visita del jefe y el editor de Namjoon, durante la llamada, el escritor se escuchaba bastante molesto. Sólo esperaba que no se volviera un problema más grande y que aceptarán sus disculpas.
El ruido de la puerta lo hizo ponerse de pie casi al instante. El jefe Jo fue el primero en entrar y detrás estaba el hombre de cabello canoso en las sienes y rostro serio que había visto en la fiesta de Namjoon y uno más joven, el editor, el si se había presentado durante la fiesta, este aún tenía una sonrisa amigable que lo hacía parecer más accesible que el hombre mayor.
Comenzó a sentirse nervioso. El hombre mayor no se veía molesto pero tampoco se notaba muy feliz de estar ahí.
— Hola, soy Noh Minjun, el editor de Namjoon. — Se presentó el editor con Jin y Dae. — Hola de nuevo, Jungkook. — Estrechó la mano que le ofreció el señor Noh sintiendo la mirada del hombre mayor sobre él. — Y el es el jefe de la editorial, el señor Lee.
El jefe de la editorial de Namjoon inclinó ligeramente la cabeza pero no emitió ninguna palabra. Ni miró, nadie directamente a parte de Namjoon.
Quería ver la expresión de Namjoon, tratar de adivinar si estado de ánimo, pero el escritor estaba detrás de él, sería muy obvio el momento en que él girará su rostro.
Los segundos de silencio que le siguieron a la presentación del editor parecían alargarse, quizás solo era él quien lo percibía de esa manera, fue incómodo y solo quería salir de ahí, no estaba seguro de cómo estaría todo el almuerzo con ese ambiente.
— Mmmh, supongo que Namjoon les dijo sobre el almuerzo. — El editor Noh tomó el brazo del hombre mayor y le dio una mirada que parecía una advertencia. — La reservación ya está hecha, esperamos que disfruten la comida, es un gesto de parte de la editorial para disculparnos. — Parpadeó confundido cuando el editor lo miró a él. — Lamentamos nuestro error, Jungkook. — ¿Eh? — Namjoon nos habló para decirnos lo que pasó, algo que se pudo haber evitado. Pensamos que pedirle a alguien ajeno de la editorial nos ayudaría a mantener la sorpresa, pero fue muy tonto de nuestra parte no darte la lista completa.
El editor hizo una reverencia.
¿Qué está pasando?
— Lamentamos lo ocurrido.
La nueva voz fue del jefe de la editorial Crystal Snow. El hombre mayor lo miró a los ojos un largo segundo y también le ofreció una reverencia.
¿Entonces Namjoon estaba hablando molesto con su jefe pidiendo una disculpa… para mi?
Su mente aún estaba tratando de procesar lo que estaba sucediendo cuando la mano de Namjoon volvió a su nuca. Su piel se erizó, estuvo a nada de estremecerse cuando reconoció el tacto sobre su piel.
No se sentía seguro de que hacer a continuación, su mente ya daba vueltas por lo que estaba pasando y por la cercanía de Namjoon.
Perdido, buscó los ojos oscuros como el ónix… pero estos no lo miraron. Namjoon tenía un ceño fruncido mientras su jefe y su editor hacían una reverencia para él.
Si no decía nada, quizás Namjoon les diría que dijeran una nueva disculpa, el rostro del escritor parecía que estaba a punto de pedirlo.
— N-No, realmente debí haber pensado en ello, por favor no es necesario que se disculpen.
— Si es necesario. — Esta vez esa mirada si cayó sobre él, tan pesada y firme como siempre y esa voz que no permitirá réplicas. — Porque no fue tu culpa. — No pudo responder, no encontraba su voz o las ganas de contradecirlo cuando Namjoon sonaba tan seguro de lo que decía. — Vamos almorzar, podremos conversar mejor en el restaurante.
Él no estaba tan seguro de ello, el ambiente ya era lo suficientemente incómodo como para pensar en decir que estaba realmente enfermo.
Jin y Dae pasaron a su lado siguiendo a los tres hombres mayores que ya habían salido. Aprovecharía esos segundos que se había quedado atrás con Namjoon.
Aunque su intento de hablar quedó en nada cuando el escritor lo miró sonriendo finalmente después de ese ceño fruncido que había tenido gran parte del día.
— Vamos.
La mano en su cuello lo hizo avanzar, el toque pesado y caliente de esos dedos que presionaban su cuello ligeramente fue dominante pero también lo lleno de calma.
Pero…
Si el sentimiento de calma estaba ahí, extendiéndose por su cuerpo y diciendo que todo estaba bien…
Porque su corazón estaba agitado de esa manera, golpeando fuerte contra su pecho y rogándole la respiración.
El sueño no me deja, Makis. Aún estoy medio dormida porque mis horarios de sueño se movieron mucho está semana, pero logré terminar este cap, espero que les gustará al menos un poco.
Los quiero, Bonito fin de semana ❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro