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Narrador
Danny Sciacca fue quien encontró a Marlene Lockley tirada en el parque. La británica solo se encontraba dormida, por ello, la italiana se la llevó a su casa, la acomodó en la habitación de invitados y minutos más tarde llega su prometido.
-Scott McTominay, necesito respuestas- pide Danny seria.
El escocés se pone nervioso -todo bien?
-NO! Encontré a Mar dormida en medio del parque! Qué pasó después del antro?!- busca saber.
-Espera! Cómo?!
-Qué sucedió?!
Scott aclara su mente -Después de decirle a Mar que Jadon y compañía había hecho una tontería, se fue a casa de Marcus y de ahí no supe.
Danny se cubre la cara -ay no... de seguro fue a reclamarle a Jadon y este otro idiota se pasó con ella.
Este se pone pálido -le pegó?!
-No. No vi ningún rastro de daños en la piel de Mar.
-Llamamos a Lisandro? A Marcus?- Scott se quedaba sin opciones.
-Por el momento, a Marcus. No queremos preocupar al argentino- detiene Danny.
Scott afirma -bien, después del entrenamiento, le digo a Rashford.
Una vez cuando McTominay llega a las instalaciones, observa que uno de los primeros en llegar era Jadon. Este para nada se digna a mirar al escocés y mejor se apresura a salir al terreno. Para su suerte, Marcus llega después.
-Marcus! Qué pasó con Mar y Sancho?!- pide saber el rubio.
El moreno se asusta por los gestos de su compañero -a qué te refieres?
-Danny encontró a Mar en el parque dormida.
-Disculpa?!- el británico adopta una postura de asombro -ese hijo de puta...
Marcus estaba dispuesto a ir tras Jadon, sino fuera porque Scott se interpone -aquí no! Ya no más drama!
-Tienes razón. Después le parto su madre. Cómo está Mar?- intenta relajarse.
-Ella está con nosotros. Ni un rasguño- desmiente -pensábamos que querías verla. Solo no le digas a Lisandro...
-Decirme qué?- el argentino entró sin hacer ningún ruido.
Ambos europeos se miran -Encontramos a Mar en el parque. Descuida que esta en casa de Scott con Danny- revela Marcus finalmente.
-Marcus!- regaña Scott.
-No me mires así! Todos aquí sabemos que eres un terrible mentiroso- defiende el británico.
Lisandro por su parte se preocupa -pero por qué?! Sancho tiene que ver?!- cuestiona enojado.
-Te diremos todo más tarde- promete Marcus y en eso ven a Jadon regresar.
Una vez más se limita a mirarlos o tan siquiera notar que están juntos. Toma sus cosas y abandona los vestidores. Los tres se lanzan unas miradas sospechosas.
-Llama a Danny, y dile que se prepare por si Jadon aparece en tu casa- alerta Marcus.
El escocés afirma.
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El jugador del Manchester United maneja hasta el oeste de Londres, específicamente a la dirección que daba la casa de su viejo compañero de equipo en el Borussia Dortmund, Christian Pulisic. Estaba seguro que el americano aún no regresaba a entrenamientos porque aún le quedaban un par de vacaciones restantes.
Toca la puerta y sus miradas se encuentras -Sancho, ahora no es el mejor momento.
-Ahhh! Es tu compañero de sexo?- escucha a Esmeralda decir.
-Necesito hablar con los dos- dice culpable.
-Sancho...- Pulisic iba a negarse.
Esmeralda interrumpe -déjalo pasar! A ver qué tiene con que defenderse!- invita Esmeralda.
Christian lo deja pasar, los tres se van a la sala. Esmeralda y Christian asesinan con la mirada al británico -bien. Estoy consiente que soy la última persona que quieren ver, pero vengo a decirles cuan arrepentido estoy por lo de ayer y también ofrezco disculpas- observa a Esmeralda -Esme, el comportamiento de Pulisic es culpa mía. Lo manipulé con nuestro dolor y con ello me aproveché. No te enojes con Christian; si deseas desquítate conmigo, pero no dejes que una estupidez mía te aleje de Christian.
Después del discurso, Esmeralda se pone a pensar -rechacé a Christian porque él quería apresurar las cosas estando consiente de mi divorcio con Mason. Pulisic estaba urgido a iniciar algo conmigo cuando mis heridas aún no sanaban, solo pensaba en él mismo sin primero preguntarme cómo yo me sentía. No me dio mi tiempo y espacio- da una pausa -en parte mía es mi culpa porque lo dejé irse así como así. Pero te entiendo, Sancho- se acerca a darle una cachetada al británico -te lo mereces.
Se soba la mejilla -así es.
-En cuanto a ti- se dirige a Christian -necesitaré tiempo para asimilar lo que pasó ayer.
Christian baja la mirada -y te daré tu espacio.
Una vez finalizando el malentendido, se despide de los dos y maneja hasta el norte de Londres, ahora con dirección a la casa de Héctor. Toca la puerta y es la española quien atiende, pero una vez viendo de quién se trataba, le cierra directamente en la cara.
-Triana, necesito hablar con los dos- insiste Jadon. No escucha respuesta alguna -mereces una disculpa por mis acciones!- suelta sin éxito -no me iré hasta que alguien me abra la puerta.
-Vete de aquí, Sancho- llega Héctor por detrás.
-Solo escucha lo que tengo que decirles- ruega Jadon.
Héctor niega abriendo la puerta pero Jadon se adelanta. Triana se levanta con una furia a punto de estallar -y ahí vas! Vete de aquí, Sancho!- pide Tri.
-Escuchen los dos! Por favor!- pide Jadon sin rendirse -tengo que arreglar esto.
Triana suspira de la frustración. Héctor solo desvía la mirada.
Jadon traga saliva -gracias. Yo se que lo que hice no tiene excusa alguna. Pero hay algo que si hay una excusa: el comportamiento de Héctor- revela Jadon -Triana, yo fui quien se aprovechó del dolor de Héctor y lo usé para mi conveniencia. Eso no estuvo bien y asumo toda la responsabilidad de ayer. No odies al futuro padre de tu hijo, acumula tu ira y odio hacia mi, me lo merezco. No busco tu perdón, solo que sepas la verdad de la situación de ayer. Por ello, les pido disculpas a los dos.
El silencio invade la casa de los españoles. Finalmente Triana se atreve a romper ese silencio -Fue una tontería el no decirle a Héctor que lo amo, pero mis inseguridades me hicieron dudar y por ello actúe como una cobarde. Después descubrí que esperaba su hijo, pero luego me entero que fue mi propia cobardía que ocasionó esto- se acerca al británico -no te perdono, Jadon. Pero me sorprende la madurez que asumir las consecuencias- una vez más recibe una cachetada ahora por parte de la española -ya tenía ganas de hacerte eso.
-Estoy consiente de ello- se soba la otra mejilla.
-Fue valiente el venir hasta acá, Sancho- reconoce Héctor.
-Triana, no dejes que mis estupideces interfieran en tu relación con Héctor. Sé lo emocionado que tiene al ser padre- intenta Jadon arreglar.
La pelinegra baja la mirada -necesitaré tiempo para recuperarme.
-Los dejo- y con ello, Jadon Sancho se regresa a Manchester.
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