✨Capítulo Cuarenta y cuatro
Yoon Gi se miró sorprendido cuando recibió la visita de Tae Hyung, no había recibido aviso de Seok Jin al respecto y sabía que pronto estaría por llegar. No estaba demasiado listo para enfrentarse a lo que vendría a continuación —¿Sucedió algo? —preguntó tomándolo entre sus brazos. Pudo escuchar pisadas en las escaleras que estaban a sus espaldas.
—Es Seok Jin... tiene semanas actuando extraño, estaba preocupado y lo seguí, pero... fue a encontrarse con la señora Chung Ha en un hotel, ¿por qué necesitaría verla en un hotel? —preguntó angustiado con algunas lágrimas asomándose de sus ojos.
—No es lo que crees.
—Papá, no lo defiendas.
—No... Tae Hyung, hemos estado... planeado este encuentro con Chung Ha desde hace un tiempo, ella sólo accedería a reunirse con Seok Jin y su petición fue encontrándose en un hotel —su mirada era confusa, pero no era la única, Ji Min se cruzó de brazos sin entender lo que estaba diciendo—. Chung Ha y mi padre... tuvieron un hijo, ella es la única que puede responder... cómo es que Whee In adoptó a ese hijo... —sus ojos se cristalizaron con prisa—. ¿Cómo Whee In entre tantos niños... sabía que tú eras nuestro hermano? —había tomado sus mejillas con dulzura, pero Tae Hyung no parecía tener una reacción, su mirada estaba perdida en sus ojos, sin poder creer lo que escuchaba, él era un Min, uno real.
—Yoon Gi... —murmuró al abrazarlo fuerte.
—Lamento no habértelo dicho antes, pero... no quería decírtelo sin poder... resolver asuntos primeros, asuntos que me permitieran estar seguro de que todo no es solo una coincidencia —lo abrazó fuerte cuando la reacción de Tae Hyung creció en un llanto desconsolado.
Seok Jin se mantuvo en silencio mientras la miraba enfadado. Escuchar sus excusas le revolvía el estómago y sin duda no podía creer que seres tan fríos habían creado a una persona tan dulce como Tae Hyung.
—Vi las noticias... Whee In había adoptado un niño... a mi hijo... pero ella decidió nombrarle Tae Ho... iba a visitarlo sin que Dong Hae lo supiera, lo veía jugar desde el campo de juegos de la casa hogar... nunca me acerqué.... fue hasta que Dong Hae ordenó su traslado... ya no supe donde se lo llevaron, para lo último que supe de mi hijo fue verlo en las noticias como hijo de Whee In.
—¿Dong Hae lo sabía?
—Cuando yo se lo dije pareció sorprenderle que Tae Ho era su hijo... Yoo Na estaba muerta para entonces... yo seguía trabajando con él, pero no como antes... no cuando ella volvió de Italia para quedarse... Tae Ho y yo nos vimos ese día, cuando le exigí una explicación del por qué le había dado a mi hijo a ella cuando a mí me lo había quitado, pero Whee In se lo llevó, no me dejaron verlo más... después de esa confrontación sucedió lo de mis años en prisión—. Después él murió en el accidente...
—No, él no está muerto... —su mirada se volvió fría—. Tae Ho está con vida, y Dong Hae lo sabe, él sabe dónde está.
—No juegues con algo así.
—¿Quieres saber quién es?, ¿qué estarías dispuesta a dar a cambio? —su fuerza no era mayor, pero hizo lo posible por atacar a Seok Jin, el mayor la detuvo con facilidad tomando de sus manos para evitar ser golpeado—. ¿Qué estás dispuesta a darme por decirte dónde está tu hijo? —su rabia era mayor, su dolor podía verse reflejado en sus ojos, pero Seok Jin llegaría hasta el final con lo que había planeado.
—No voy a darte un mierda, imbécil.
—Bien, suerte con encontrarlo —mencionó al soltarla con fuerza antes de abandonar la habitación. Podía escuchar los gritos desesperados de Chung Ha desde el pasillo, pero no iba a consolar su desdicha diciéndole la verdad sin algo a cambio, no cuando fue idea de Yoon Gi esa última propuesta.
Subió a su auto más que alertado de su alrededor, no confiaba en esa mujer y haber salido de ahí ileso ya era una fortuna. Había revisado su teléfono encontrándose con las múltiples llamadas de los guardaespaldas que había contratado para Tae Hyung.
—¿Qué sucede? —dijo al regresar la llamada.
—Señor Kim, el señor Tae Hyung se desplazó a una dirección de hotel en un auto que no era suyo, no se quedaron mucho tiempo, ni siquiera salieron del auto. No quiso que lo acompañáramos, pero lo seguimos de igual manera. Ahora está en la casa del señor Min, la persona que lo acompañaba lo dejó ahí, pero no se quedó.
Maldijo entre dientes, no necesitaba que Tae Hyung pensara cosas equivocadas y ahora que estaría con Yoon Gi, la situación sería diferente. Había entrado a la casa Min, un silencio fue lo que se encontró y la mirada dolida de Tae Hyung cortó su corazón en múltiples pedazos, la mirada de Yoon Gi le había dicho lo necesario para entender. Él ya lo sabía. Se había acercado a su novio que lo recibió entre sus brazos volviéndose a romperse.
—Cariño —mencionó en un tono dulce, acariciando su espalda despacio hallando la forma de tranquilizarlo.
—¿Qué te ha dicho...? —preguntó Yoon Gi.
—Ni siquiera sé por dónde empezar.
—No quiero detalles, solo resúmelo —asintió diciéndole a Yoon Gi lo que quería escuchar.
Podía notar como la mirada de su amigo se tornaba más oscura, algo dentro de sí siempre lo culpaba por haber dejado la comunicación con su hermana, ahora más que nunca eso que lo atormentaba tenía razón.
Una fotografía de Min Yoon Gi con un niño se había hecho viral, se adjuntaba al pie de las fotografías subidas por el propio artista una extensa explicación de cómo Tae Hyung era su hijo de sangre, fotografías de su hijo desde los nueve, once, quince y ahora veintitrés se habían hecho públicas. Podrían asociarse a Tae Ho, hijo de Whee In, pero lo cierto es que Yoon Gi volvió a confirmar que Tae Ho murió con sus padres en el accidente, Tae Hyung lo había decidido así, él no era Tae Ho. Además de que su romance con Park Ji Min volvió a confirmarse. Estaba bien para ambos, la mentira debía terminarse, pero eso no significaba que habría paz, Yoon Gi sabía que eso molestaría a su padre.
Seok Woo miraba a Tae Hyung de forma preocupada, no decía nada, no podía, ¿cómo empezar siguiera?, Seok Jin aún no llegaba y fue una sorpresa que los visitara a esas horas de la noche. Aunque con Seok Jin en casa, tampoco iba a suavizar la situación.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Seok Jin al dejar las llaves sobre la mesa con algo de fuerza.
—Seok Jin —intervino Tae Hyung—, voy a dejarlos a solas —no estaba demasiado de acuerdo, pero no permitiría que Tae Hyung pasara un mal rato después de todo lo que había sucedido. Una vez solo Seok Woo miró a su hijo.
—Yo... supe lo de Tae Hyung y... las fotografías que salieron de ti... y Chung Ha en un hotel —Seok Jin había torcido sus ojos. Estaba seguro que utilizarían la oportunidad, no había sido medio importante, solo les había llegado a Tae Hyung en su oficina esa mañana y ahora a su padre.
—¿Y a eso has venido?
—Seok Jin...
—Basta, Seok Woo, no eres la víctima de esta historia, ¿al menos sabes que Tae Min se fue?, no ha querido hablar con ninguno de nosotros... no sé dónde pueda estar. Ahora... entiendo porque ella no quería a su propio hijo... lo odiaba, y se lo permitiste.
—Ella estaba enferma.
—Y tú fuiste un cobarde, siempre huyendo de todo para protegerse a sí mismo ¿Qué carajo quieres saber?, ¿sobre sí Tae Hyung es hijo de tu preciada Yoo Na?, no, no lo es, Tae Hyung es hijo de Dong Hae y de Chung Ha, ¿cómo lo sé?, sencillo, ella me lo dijo y por eso nos encontramos en un hotel, esa fue su voluntad —mencionó con firmeza—. El jodido Dong Hae y ella siempre han estado confabulados, pero no tengo idea qué es lo que pretendía al meterse en tu vida, no lo averigüé, no eres lo suficientemente importante para mí como para ayudarte, si quieres saberlo, puedes resolverlo por ti mismo —dejándolo solo en la sala. Seok Woo limpió las lágrimas que se habían acumulado en su soledad antes de irse.
Tae Hyung levantó su mirada cuando vio a Seok Jin entrar al dormitorio, pudo notar que su novio estaba bastante serio, había estado así desde su reunión con Chung Ha.
—¿Y tu papá?
—Se ha ido y espero no verlo más. Solo quería saber si tuve algo con Chung Ha... le enviaron las fotografías también. No tengo tiempo para estas cosas —acarició sus hombros cuando el mayor ocupó un lugar en la cama—. ¿Cómo estás tú?
—Bien... aún trato de asimilar todo lo que ha pasado...
—Lamento habértelo ocultado —asintió buscando su calor, había ocupado un lugar en sus piernas.
—¿No ha sido todo verdad?, siento que ocultas más cosas...
—Hay algo más —murmuró tomando sus labios con cariño—. Tengo una cita la próxima semana con un socio interesado en Kore Play —Tae Hyung no parecía verse emocionado por la noticia. Era consciente que a su novio le estaba gustando su nuevo trabajo.
—¿Y... qué pasará conmigo? —Seok Jin arqueó la ceja mientras acariciaba su espalda—. Sí... con mi trabajo.
—Puedes ser vicepresidente de Epiphany Paradise —sus labios se volvieron a encontrar con suavidad. Cerró sus ojos ante las caricias que jugaban por su espalda baja y el calor dulce de sus besos pasear por su cuello.
Necesitaba distraerse, ¿qué quería en realidad?
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