◦❄◦ ONE-SHOT ESPECIAL NAVIDEÑO 2021 ◦❄◦

▬▬▬▬▬▬◦❄◦❄◦❄◦▬▬▬▬▬▬

  Los reflectores impactaban fuertemente contra su rostro, rojo y verde era lo único que podía visualizar cada vez que alzaba la vista. Incluso irradiaban en las pantallas de todas las cámaras alrededor del escenario. Era un poco estridente y con un poco de suerte podía centrarse en lo que cantaba cuando enfocaba su atención en puntos oscuros o se volteaba para darle miradas de soslayo a los otros integrantes.

Trató con todas sus fuerzas ignorar el agonizante dolor que empezaba a formarse en su cabeza, así como el sudor que hacía su propio camino en su columna. Todas esa incomodidades eran gajes del oficio.

Pequeños sacrificios que solían ser opacados por esos momentos de gloria al estar sobre el escenario y percibir la emoción palpitante del público, aclamando por ellos.

Cada nueva estrofa salía de sus labios de manera automática. Tantas veces la había recitado que hasta los espectadores coreaban junto a él. Era increíble la manera en que todos se dejaban envolver por la melodía, como si fuera magia. La satisfacción y la adrenalina recorriendo cada uno de sus músculos era avasallante.

Lo único que ensombrecía su propio entusiasmo era que aún no estaba en casa.

Era Nochebuena y él aún estaba afuera, a unos cuantos kilómetros lejos de su Yuki, de su novio.

«Debí haber envuelto su regalo antes de salir esta mañana... ¡¿Cómo fue que pude dejar semejante misión tan importante para último minuto?!», divagó ignorando la cámara que se aproximaba a tomar un mejor enfoque su rostro en las últimas estrofas. No quería perder los estribos ante tantos ojos viendo. Aunque... ¿Shuichi Shindou, el vocalista de Bad Luck nervioso? ¡Por supuesto que no! A menos que Yuki Eiri, gran novelista con un ojo más crítico que ninguno otro, sin pelos en la lengua para señalar sus errores y, por supuesto, amante declarado con quién ya llevaba unos cuantos meses saliendo, estuviera detrás de la pantalla, observándolo, analizándolo con esos fríos ojos que lo estremecían y excitaban a partes iguales.

Eso sí que lo ponía inquieto.

«Debo terminar rápido con todo esto. Debo salir de aquí... Quiero irme a casa antes de que se vaya a dormir. ¡Es nuestra primera Nochebuena juntos! ¡No puede terminar de esta forma!».

—¡Muchas gracias por estar aquí! ¡Y Feliz Navidad, Bad Luck los ama! —se escuchó decir, al tiempo que se alejaba del micrófono y miraba a Hiro a su lado.

Su amigo lo miró con el cansancio dibujado en su rostro, la sonrisa tonta en su rostro ya estaba volviendo habitual después de cada concierto. Aunque ésta se fue desvaneciendo para mirarlo con interrogante al percatarse que el chico de cabello rosado esquivó por completo a todos y caminó en su dirección.

Hiro conocía esa mirada llena de esperanza en su amigo.

Usualmente esa misma expresión traía consecuencias un tanto peligrosas, como tener que soportar las riñas del tecladista o de cualquier otra persona.

—Y-ya me voy —balbuceó Shuichi.

Se lo veía venir. Aunque no tan pronto.

—¿Qué? No, espera un momento, Shu. Aún debemos esperar a que...

—¡Hiroooo! —canturreó su nombre con esa voz chillona que siempre usaba antes de soltar sus caprichos—. Debo irme a casa. Yuki está en casa esperándome. ¡Es Nochebuena!

—Lo sé, Shu, pero a Mr. K no le gustará que te hayas escapado antes de tiempo —le recordó el castaño. Ambos sabían lo severo que se volvía el mayor cuando los miembros de la banda no cooperaban con sus planes. Si hasta ya le había visto usar sus habilidades de militar para meterle razón a la cabeza testaruda del vocalista.

O para que cierto escritor le subiera los ánimos al mismo para que escribiera una canción. Algunas cosas más descabelladas que otras.

Y justo en ese instante, el joven guitarrista no sabía si sería capaz de convencer al grandulón de la ausencia de la estrella en semejante evento.

Hiro abrió la boca dispuesto a comprar un poco más tiempo antes de que los otros se extrañaran de la tardanza de ambos en el back stage. Pero Shuichi se adelantó.

—Tú me cubrirás, por supuesto —aseguró el de cabellera rosada. El castaño lo miró con el ceño fruncido, realmente no quería estar en el lado receptor de la mirada penetrante de cierto sujeto. Su amigo leyó su expresión y como respuesta puso sus siempre efectivos ojos cachorrito herido al tiempo que decía—: No dejarías morir a tu mejor amigo, ¿cierto, mejor súper amigo?

Hiroshi se restregó el rostro con fuerza. Estaba perdido.

—Si me salvas de esta, haré todo lo posible para que puedas tener más tiempo con Ayaka-chan —ofreció el vocalista estrella de Back Luck, dando justo en el punto débil del mayor—. ¿Qué me dices a eso? ¡Es una oferta única en la historia de las ofertas y ofrecimientos del universo!

—Cena de Fin de Año —solicitó el guitarrista.

—¡Hecho! —vitoreó Shu y estrechó la mano que el ajeno le ofrecía.

Y con ese acuerdo, Shuichi se deshizo de su chaqueta de cuero rosado entregándoselo a una de las chicas del vestuario. Y con una habilidad impresionante esquivó a los integrantes de Nittle Grasper y huyó dentro de un disfraz de reno de Santa que había hallado cerca del escenario, porque claro, él no podía fugarse de manera normal o menos... llamativa.

Por el amor al rock, él era así y jamás cambiaría.

Todos sabían que eso sería así, tanto que incluso Yuki Eiri ni siquiera se inmutó al ver como éste ingresaba a su departamento disfrazado como un gigantesco ciervo con paso decidido. La icónica nariz roja y parpadeante le hizo recordar cierto evento del pasado y por un segundo estuvo tentado a sonreír, pero se contuvo.

En su lugar decidió preguntar algo más relevante.

—¿Qué diablos estás haciendo aquí?

—¡¿Cómo que por qué?! —exclamó el de cabellos rosas aún con el disfraz encima, exasperado—. ¡Es nuestra primera Nochebuena juntos, Yuki!

El rubio estaba a punto de soltar otro comentario mordaz cuando el reno saltó sobre él, tumbándolo al suelo y llenándolo de exasperantes y múltiples besos. Debía haberlo sospechado, su chico tenía una personalidad tan estrambótica y cursi, era innegable que haría algo así para esas fechas.

Nochebuena. Navidad. Esas dos palabras traían consigo tantos elementos clichés y rosas que el menor no pasaría semejante oportunidad para arrastrar al rubio a ellas, aún si a éste le daba completamente igual celebrarlas o no.

Aunque quizás, solo quizás, Eiri no esperaba sentirse tan dichoso con ese mocoso atendiéndolo e incluso comprándole un obsequio –porque sí, había encontrado el reloj de un gusto bastante cuestionable debajo de la cama que compartían, sin ninguno de esos chillones papeles de regalo que había visto en tiendas–. Eso había un detalle que por unos considerables segundos lo enternecieron.

Shuichi Shindou aún seguía pescándolo con la guardia baja y eso era algo que nadie más había logrado. Solo él.

—¡Feliz Navidad, Yuki!

—Aún no es Navidad, Shuichi...

—Oh —El menor miró el reloj que estaba en la sala y lo confirmó—. Cierto. Aún faltan algunas horas, ¿deberíamos ir a dormir? ¿Calentar la cena o...?

—No —lo interrumpió el novelista—. Tengo una mejor idea para pasar el tiempo, querido —agregó en susurró seductor cerca del oído ajeno. Y lo besó.

¿Dormir en su primera Nochebuena juntos? Eso es para niños. En la mente del escritor había actividades mucho más entretenidas que eso para disfrutar al máximo del momento. Y él mejor que nadie sabía que su chico de cabello rosa las disfrutaría, al máximo.

◦❄◦ 1,252 Palabras ◦❄◦

¡Saludos, mis dulces lectores noctámbulos o diurnos!

Porque no me pude resistir, he decidido adelantar la navidad y publicar esto. Además que moría de ganas por tener algo de Gravitation en esta cuenta, ya que aunque no sepan este fue uno de mis primeros animes yaoi que vi. Y admito que quedé flechada por Shuichi y Ryuchi (que acá no apareció, pero a futuro sí) y sus personalidades tan enérgicas.

Amé reescribir y mejorar esta historia, ¿y ustedes qué opinan? ¿Les ha gustado?

La verdad es que mientras escribía esto con el opening de fondo se me ocurrió un súper idea para un long-fic de Gravitation. Quien sabe, capaz en el 2021 se haga realidad... (no es promesa, es un 'veremos').

Espero que hayan disfrutado de este especial navideño, de haber sido así por favor ¡no se olviden de votar y dejarme sus comentarios!

¡Felices fiestas, mis Moonies!

Los quiere siempre, Dorian.