Salofilia y Dacrifilia.
Salofilia: prácticas sexuales relacionadas con los desechos corporales salinos (sudor, saliva, semen, etc.)
Dacrifilia: placer que proviene de las lágrimas de otra persona.
Chaerin y Bom eran amigas desde el bachillerato, donde tuvieron muchas experiencias y anécdotas que aún después de años siguen recordando, crecieron juntas, yendo de una casa a la otra, siendo inseparables. Por ello, cuando ambas se enteraron de sus embarazos se prometieron hacer que sus hijos fueran igual de unidos que ellas dos.
—¡Míralos amor, hay que tomarles una foto!— comentó Chaerin a su esposo, señalando al pequeño niño de siete meses que se sostenía con dificultad de un mueble para lograr ver al nuevo bebé que sería su amigo a lo largo de muchos años.
Yoongi y Jimin crearon un vínculo irrompible, el más pequeño lloraba cuando tenía que irse de vacaciones con sus padres, porqué eso significaba no volver a ver a Yoongi hasta el regreso a clases.
El niño pelinegro defendía a Jimin de todo aquel que quisiera hacerle daño o lo pusiera triste, se creía su protector y tenían que pasar por encima de él antes que tener que tocarle un pelo a Jimin, aunque para un niño de ese tamaño no era muy complicado pasar por encima, menos si se trataba de su padre quien siempre abrazaba a Jimin para hacerlo enojar.
—¡Papá, ya déjalo!
Intentó detener a su padre que llevaba a un sonriente Jimin por los aires, lanzándolo y atrapando en su brazos una y otra vez.
El niño al no ser obedecido se fue a su cuarto enojado y con un puchero entre los labios, el más pequeño no tardó en aparecer tras él con sus gordas mejillas pintadas de rojo.
— Yoon, ¿por qué no vienes a jugar?
— Tú no quieres jugar conmigo, solo con mi papá— acusó con enojo.
— Es que tú papá me carga muy alto y es divertido.
—Yo también puedo, mira— se agachó y abrazó a Jimin intentando levantarlo, pero el cuerpo del pequeño rubio era mucho más pesado que el suyo, así que no pudo siquiera moverlo de su sitio.
—No puedes Yoon.— Jimin con sus pequeñas manitos tapó su boca soltando una risita.
— Entonces ya no quieres jugar conmigo, por eso— se soltó a llorar con los brazos cruzados en su cama.
— Claro que sí, yo siempre te querré, eres mi mejor amigo, algún día podrás alzarme, es que estoy gordito— reconfortó sentándose a su lado
— ¡No estás gordito, yo estoy muy flaco! algún día lograré alzarte, ya verás— afirmó, olvidando su enojo.
Ese día, sin saberlo habían afianzado aún más su amistad
Al volverse adolescentes, sus cuerpos comenzaron a cambiar, también su voz y empezaba a crecerles vello dónde antes no existía.
Jimin fue centro de burlas al desarrollarse más tardío, era más pequeño que sus compañeros, su manzana de Adán no se desarrollaba y no le crecía bigote, aparte de que mostraba una actitud más afeminada que el resto, eso hacía que los niños e incluso niñas se burlaran de él.
Él no tardó mucho en darse cuenta que era diferente al resto, no solo en físico, y actitud, sus gustos también eran diferentes, él se sentía diferente, Yoongi siempre le hablaba de las niñas que le gustaban, pero por más que lo intentará no le encontraba la belleza que el pelinegro afirmaba que tenían las niñas, en cambio prefería la belleza masculina de aquel niño mayor del salon superior. Le decían Wonho, nunca supo realmente cómo se llamaba, había repetido un grado, tenía unos trece años aproximadamente y no dijo nada hasta que un día su madre le preguntó sin filtro alguno si le gustaban los niños.
— ¿¡Mamá, por qué me preguntas eso!?
— Cariño… aunque no lo creas puedo notar que no te sientes como los demás niños, y si no te gustan las niñas, estamos bien con eso tu padre y yo.
— ¿Cómo te diste cuenta?— aquello sólo le pudo confirmar a la madre lo que tanto sospechaba. Sonrió enternecida y sobó la mejilla de su hijo.
— Porque soy tu mamá, solo por eso…
Con el tiempo aprendió a vivir con aquel secreto junto a sus padres, hasta que Yoongi llegó a él reclamándole el porqué no le había contado.
—¿¡Acaso no soy tu amigo?! — preguntó con indignación.
—¡¿Yoongi, cómo sabes eso?!
— Ah, mi mamá me dijo que tu mamá le dijo que no me dijera nada, así que mi mamá me dijo que no te dijera nada, así que no le digas a tu mamá que yo te dije—. Comentó como si nada.
—¿Qué?— Jimin podía asegurar que si su madre solo fuera una señora común de la calle probablemente la estaría estrangulando.
— Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo—. Guiño el ojo. Jimin solo mostraba una cara de irritación.
—¿Acaso no estás molesto por eso? ¿No te doy asco?
— ¿Jimin, qué cosas dices? Jamás pensaría algo malo de ti, eres mi mejor amigo y no es algo por lo que debería hacer un escándalo — Pasó su brazo alrededor del cuello ajeno y sacudió los cabellos, despeinadolo— Te sigo queriendo amigo.
Jimin sintió su corazón agitarse de felicidad, Yoongi era el amigo que todos quisieran tener y él era el afortunado.
O tal vez no tanto…
— Mañana es el día Jimin, ¿acaso no estás emocionado?, una nueva etapa, la secundaria, amigos nuevos, niñas lindas… y niños también — recordó señalando al mencionado.
Jimin negó sonriendo mientras sacudía la cama dónde dormirían.
—Me pone nervioso, sabes que nunca fui bueno con las amistades, ya sabes…
—Jimin, yo estaré ahí para defenderte de cualquier imbécil que decida meterse contigo, tranquilo, no voy a separarme de ti.
Jimin se sintió reconfortado y algo más tranquilo con aquellas palabras, sabía que si Yoongi estaba a su lado, nada podría salir mal.
Luego de otras horas hablando e imaginando cómo sería la secundaria Yoongi había sido el primero en caer rendido, pero Jimin aún seguía sin poder conciliar el sueño, dando vueltas en la cama.
En un mes iba a cumplir quince años, sus últimos dos años fueron un asco luego de haberse dejado convencer por Yoongi de confesar sus sentimientos a Wonho, quien lo bateó de la peor manera y reveló su secreto a toda la escuela anterior, tuvo que soportar burlas y mas humillaciones de las que tenía. Yoongi se sintió culpable e hizo lo posible para enmendar su error. Jimin lo calmaba y aseguraba que no era su culpa, pero no fue hasta hace un año que ambos olvidaron el tema, pero ahora Jimin volvía a tener miedo, quería estar seguro de que Yoongi cumpliría su palabra y estaría ahí para él.
Esa noche Jimin solo pudo dormir en paz luego de haber besado a Yoongi estando dormido, sin su consentimiento y con el pensamiento de que este lo iba a cuidar.
Se levantaron como si nada, Yoongi era el mismo de siempre y eso hacía a Jimin feliz.
Entraron con nervios en aquel edificio donde la mayoría ya se conocían a excepción de los nuevos, Yoongi y Jimin reconocieron a ciertos estudiantes con los cuales habían estudiado pero jamás cruzaron palabras con ellos.
La alarma sonó y salió una señora mayor a pedir a todos que se formarán en filas los de nuevo ingreso, ella se presentó como la directora, y luego de un largo discurso avisó que diría en qué clase estaría cada uno de los nuevos estudiantes.
Jimin se sintió nervioso al ser uno de los primeros mencionados, fue a dónde le ordenaron como otros chicos nuevos, miraba de lejos a Yoongi que le sonreía para calmarlo.
Su corazón latió desenfrenado cuando escuchó el nombre de Yoongi, pero fue aún peor cuando mencionaron que iba a otro salón que no era el suyo.
No pudo hacer nada más que morder su labio con nervios y seguir a la profesora que les habían asignado como guía. Tenía que ser fuerte, no podía actuar como un niño pequeño, ya no podía seguir haciéndolo.
Por otro lado Yoongi también se sintió confundido, por primera vez en años no se encontraba con Jimin, y se sentía perdido, solo sabía que sus pies seguían a un montón de adolescentes y a una maestra que los llevaba a su salón.
Yoongi era alguien sociable a diferencia de Jimin, así que no tardó en llamar la atención de chicas y chicos que querían ser sus amigos, lo invitaron a almorzar juntos y no se negó, preguntó si podía llevar a un amigo y la respuesta fue positiva.
La mañana se hizo eterna para ambos chicos. La clase de Jimin fue la primera en salir y el chico se encontraba solo, sabía que debía ir al comedor pero no sabía donde estaba, siguió a un grupo de chicos y dio con la suerte de que ellos iban allí.
Pidió su almuerzo en lo que buscaba a Yoongi con la mirada, buscó dónde sentarse para hacerle un lugar a él también, en lo que se fijó que no estaba aún en el lugar.
Fue hasta una mesa solitaria y Yoongi no tardó en llegar con su grupo de nuevos amigos, Jimin se alegró por él y sintió su pecho inflarse de emoción.
Ambos se vieron y se sonrieron, Yoongi iba a ir hasta él pero lo llevaron hasta la fila de la comida, no le dió mucha importancia ya que de todas maneras debería buscar su almuerzo y cuánto lo hiciera iría a por Jimin.
Una de las chicas con las que estaba se dió cuenta de la presencia de Jimin.
— Ay no, ¿en serio estudia aquí ese gay?
— ¿Gay? ¿Cuál gay? —preguntó otro
— Ese — señaló a Jimin — en mi vieja escuela era famoso por eso, se le declaró a un chico.
Yoongi volvió aquella época en la que Jimin se había sentido mal por su culpa, cuando todos se burlaban de él. Observó a la chica con detenimiento y la recordó, la había visto unas cuantas veces en el pasillo de su escuela anterior.
— Que asco, por eso debe estar solo— mencionó otra— ¿Que piensas Yoongi?
— ¿Ah?
— ¿Que mierda? ¿por qué le preguntas a Yoongi que piensa de un homo? esa mierda no le importa a él ¿Cierto?— miró al mencionado. Yoongi no supo qué hacer o decir y por primera vez en su vida cometió su primer error adolescente…
— Si claro, por qué iba a importarme?— Querer encajar…
Jimin le hizo señas a Yoongi, pero este simplemente lo ignoró. No supo cómo sentirse, solo sabía que en ese momento una grieta se había abierto entre ellos, porque Yoongi sí lo había notado.
A partir de ahí las cosas empezaron a cambiar, Yoongi ya no lo trataba como antes y a pesar de que hablaron en su casa, él sólo pudo justificarse con que no lo habia visto, pero aquello se había vuelto consecutivo, hasta que llegó el día en dónde conoció a Jungkook, un chico igual de introvertido que el, tal vez incluso más, estaban comiendo juntos y paso el grupo de Yoongi, insultando y diciendo lo gays que se veían.
A Jimin aquellos insultos no le importaron, él solo pudo notar cómo su amigo; aquel de años que le había prometido cuidarlo y protegerlo y del que estaba enamorado, simplemente se reía con ellos de él, en su cara. Eso solo lo hizo trizas.
A partir de ese día él no tuvo más comunicación con Yoongi, tampoco la quería.
Jimin se volvió alguien déspota, a la que no le importaba lo que le dijeran, cambió su actitud y ya no le importaba los que los demás pensaran de él, su nuevo mejor amigo se había vuelto Jungkook y ahora era Jimin quien defendía, los defendía de Yoongi.
— ¡Vete a la mierda Min! ¿Por qué te molesta tanto lo que hagamos Jungkook y yo? ¿Es que acaso estás celoso?— El grupo de Yoongi no pudo evitar reír ante dicho comentario. El pelinegro observó a sus amigos y devolvió la vista a dónde Jimin. Ambos estaban molestos, pero eso no lo detuvo a analizar el rostro del castaño ¿Desde cuándo se maquillaba?— No me digas Min que ahora estás buscando quién te la clave.— las risas no se hicieron esperar de nuevo.
— Te vas a arrepentir de esto, Park.— Susurró. Lo empujó con fuerza haciendo que se pegará la espalda baja contra una de las mesas. Jungkook fue a auxiliarlo cuando el grupo de Yoongi se fue tras él.
— ¿Estás bien, Jimin?— Jimin asintió siguiendo con la mirada la espalda de su ex amigo hasta que desapareció por las puertas del comedor.
Chaerin y Bom no entendían como la amistad de sus hijos había cambiado tan drásticamente en tan poco tiempo, tres años desde que entraron a la secundaria y desde que se olvidaron de todo lo que pasaron juntos, ninguno de los dos había querido decir lo que sucedía, por eso ambas madres habían buscado todas las maneras posibles para que aquellos dos se reconciliaran.
— Vas a ir a la casa de Bom, y le vas a dar esto, necesito que se lo des en las manos, Min Yoongi, es de suma importancia.— dijo dándole un sobre
— ¿Y si no está?
— ¿Pues te quedas a esperarla, tienes algún problema con eso?— Si, Jimin. Pensó, pero no podía responder aquello— Perfecto, entonces ve.
Yoongi no tuvo más remedio que ir a dónde la amiga de su madre a entregarle aquel estúpido sobre que no sabía lo que contenía, tenía mucho tiempo sin pisar aquella casa.
Cuando llegó, observó la fachada, seguía siendo la misma, recién pintada, con el césped podado y hermosas flores que estaba seguro de que era Jimin quien las mantenía así.
Jimin... pensó en lo que le había hecho aquel día, el cómo lo había humillado delante de todos sus amigos y se enojó, pero también pasó el pensamiento de lo lindo que se veía y de lo mucho que había extrañado verlo así de enojado y el como arrugaba su nariz cuando lo hacía, le pareció tierno por un momento, pero desechó la idea al instante.
Tocó la puerta y para su mala suerte quien abrió era el castaño.
— ¿Qué coño haces aquí?
— Yo tampoco estoy feliz de tener que estar aquí— pasó de largo sin importar que Jimin no le haya dado paso. — Vengo para entregarle esto a tu madre
—¿Qué mierda te pasa Min? No te invité a pasar.
— ¿Está tu mamá o no?
— ¡No! ¡Sal ahora!— gritó
Yoongi resopló con molestia y fue hasta la sala, se sentó en el sillón sin importarle los reclamos del chico que estaba atrás de él.
— ¡Escucha!— detuvo su habla.— Mi mamá me pidió que le trajera esto a Bom, que debo dejarlo en sus manos, así que no me iré hasta que ella llegue.
Jimin sabía cuán necio era Yoongi y cuán obediente era tratándose de su madre, jamás se negó a nada que ella pidiera y hacía las cosas tal cual al pie de la letra, así que si aquello era cierto, Yoongi no se iría hasta que su mamá de verdad pisará la casa.
Jimin fue a la cocina donde estaba antes y tomó su teléfono, escribiendo a su mamá y preguntando cuánto tiempo iba a tardar, su madre leyó el mensaje, pero por más que espero por una respuesta, no obtuvo ninguna.
Jimin bufó y volvió a la sala, sin encontrar a Yoongi en dónde lo había dejado. Escuchó ruidos arriba y fue a ver.
— ¿Qué haces aquí? ¡Sal!
Yoongi hizo caso omiso y siguió curioseando aquella habitación que antes conocía tan bien pero qué ahora había cambiado con el pasar del tiempo.
— Min Yoongi, me estás haciendo enojar— advirtió.
Yoongi dejó lo que estaba tocando y volteo a verlo.
— ¿Por qué te maquillas?— indagó tranquilo
— ¿Cuál es tu puto problema conmigo? Solo déjame en paz.
— No es normal que un hombre lo haga.
— ¿Se te olvidó que yo no soy normal? Por supuesto que lo hiciste, te has burlado de mí durante los últimos años luego de que me recordabas que no había nada de malo en mí, imbécil.— No pudo contenerse y le aventó lo primero que tocó su mano.
— ¡Qué mierda!— Yoongi fue hasta él y pelearon por el siguiente objeto que el castaño estaba dispuesto a lanzarle.— Suéltalo.
— ¡Suéltame tú! —en el zarandeo se escuchó un click y posterior a ello a Yoongi quejarse. Sin quererlo, la grapadora por la que peleaban clavo una de sus grapas en la mano del pelinegro. -- Mierda, perdón Yoongi.
El susodicho fue hasta él y le arrebató el objeto de las mano, lanzandolo a un lado y rompiendolo en el proceso, Jimin se alejó con miedo, pero Yoongi no le dió mucho chance y lo tomó del brazo, ahí empezaron a forcejear de nuevo entre ellos, Jimin intentando soltarse y Yoongi intentando sujetarlo.
— Suéltame Yoongi, lo siento.— Ambos cayeron al piso, siendo Yoongi quien recibió el peso del otro encima y antes de que siquiera Jimin pensara en levantarse, fue tomado de la cintura y besado por un tonto impulso.
Solo fue un toque de labios que duró más de cinco segundos. Se quedaron viendo sin saber que hacer hasta que se separaron lentamente.
— ¡Jimin, ya llegué!— antes de poder preguntar porque lo había hecho, Yoongi lo lanzó a un lado y bajó corriendo las escaleras— Yoongi cariño, tiempo sin verte por aquí— fingió demencia como si ella no hubiera sido parte del plan de Chaerin para dejarlos solos en casa.
— Mi mamá le mandó esto— entregó el sobre — debo irme, hasta luego Bom.
— ¿Pasó algo?— preguntó a su hijo que bajaba de las escaleras con el rostro encendido en un rojo intenso.— ¿estás bien?— Jimin asintió y tomó el celular que aún estaba en la cocina.
— Voy a ir a dormir — su voz salió más baja de lo normal
— Pero son las cinco y aún no cenamos— pero su hijo simplemente lo ignoró y fue a encerrarse a su habitación — Esto tiene que saberlo Chaerin. — y llamó a su amiga para contarle el actuar de aquellos dos muchachos.
Luego de aquel día Yoongi molestaba pocas veces a Jimin, lo miraba de lejos hasta que no se aguantaba y se acercaba a él a escondidas tocando partes erógenas como su cintura justificando que era sin querer.
No había comunicación, aquello se había perdido hace tiempo, solo habían roces, y miradas, que tenían a Jimin confundido, pero no sé atrevía a preguntar qué era lo que estaba pasando con el temor de perder aquello.
Cada vez se volvía más íntimo hasta el punto de verse en los baños, donde Yoongi atacaba su cuello por detrás, abrazándolo y pegando su espalda al pecho ajeno. ¿Por qué se sentía tan mal y tan bien a la vez?
La primera vez que tuvieron relaciones fue en la casa de Yoongi cuando Jimin después de tanto tiempo tomó la decisión de volver a ir allí. Lo hicieron en la habitación de Yoongi totalmente inexpertos, Jimin como un virgen y Yoongi como un homosexual recién descubierto, con sus padres abajo, charlando, creyendo que sus hijos al fin se habían reconciliado después de tanto tiempo.
Jimin se sentía usado, lloraba cada noche preguntándose qué había hecho mal para merecer aquello, la persona a la que amaba solo lo quería para coger mientras que fuera de una habitación a solas lo trataba como una escoria.
Claro que debía admitir que poco a poco las burlas de su parte fueron deteniéndose, siempre que el grupo de Yoongi se burlaba, él simplemente se alejaba o se mantenía a un metro de distancia, pero aún así no hacía nada por detenerlos y él tampoco a Yoongi.
Así transcurrió más de tres meses, muy pocas veces hablaban de sí mismos, Yoongi nunca se disculpó por su actuar en todas la veces que estuvieron en la cama y solo hablaba de lo agotado que estaba por las prácticas de basket y lo tedioso que se habían vuelto las materias, solían tratarse con cariño y motes solo a la hora del sexo, pero fuera de ello no dejaban de llamarse por su apellido y hacer como si solo se odiaran.
Jimin no podía soportarlo más, iba ponerle un alto a todo y más a Yoongi, por eso estaba en esa cancha, observando el entrenamiento, más específicamente al pelinegro.
Estaba en una de las gradas bajas y a unos tres metros de él se encontraban un grupo de chicas reunidas hablando de cosas que realmente a él no le importaban, o al menos no lo hacían hasta que mencionaron a Yoongi.
— Te digo que siento que le gustó a Yoongi
— ¿Por qué lo dices?— escucho suspirar a una de ellas con cansancio.
— Hace unos días tenía unas cosas que hacer en el quinto pasillo, y él venía saliendo de los vestidores y en cuanto me vio se puso súper nervioso, mirando a todos lados y luego me llevó con él hacia el lado contrario al que iba, me dijo que tenía algo importante que decirme, pero cuando llegamos al final, me dijo que se le olvidó. Yo creo que se me iba a declarar.
Jimin con curiosidad volteo a ver de quienes se trataban, se fijó en que ninguna lo notará y estuvo atento a ver quién hablaba.
— Si Irene, claro que le gustas.— habló una chica; Joy. Jimin la recuerda porque estudió en su antigua escuela, y a Irene porque siempre se encontraba detrás de Yoongi, como una sombra.
Se sintió mareado y de repente unas risas estruendosas se escucharon por toda la cancha. Una pelota había aterrizado en todo su rostro.
Yoongi corrió a él, pero se detuvo a unos escalones, tomando la pelota en sus manos, miró su rostro preocupado y sus labios gesticular: “¿Estás bien?” a lo que respondió con un asentimiento.
Las personas seguían riéndose, así que calmadamente tomó sus cosas para irse de aquel lugar con el rostro empañado, esperaba que esa fuera la última humillación del día.
Yoongi pidió tiempo y se fue tras él llamando su nombre por los pasillos solitarios.
— Minnie, espera.— Jimin se detuvo porque era primera vez luego de tantos años que Yoongi lo llamaba de aquella forma fuera del sexo.
El pelinegro se posicionó en frente levantando su quijada para ver su mejilla totalmente roja y algo rasguñada.
Yoongi lo tomó de la mano y lo llevó rumbo a los vestidores, Jimin se dejó con los ojos aguados sintiéndose tan mal, usado, humillado, enamorado y con el corazón roto.
Fue dejado encima del mármol de uno de los lavabos que había en el lugar mientras que el pelinegro iba a buscar el botiquín.
Sacó de allí algodones para poder limpiar la zona afectada, que también se había manchado de suciedad.
— Duele…
— Lo siento…— respondió Yoongi.
Pero algo en ambos les decía que no estaban hablando precisamente de la herida en la mejilla de Jimin.
Solo pudo observar los movimientos del pelinegro, estaba siendo sutil a diferencia de como era en el sexo, y Jimin quería cachetearse por pensar en eso en ese preciso momento, pero tampoco pudo evitarlo teniendo a Yoongi todo sudado en frente. Se relamió los labios viendo como las gotas de sudor recorrían el camino que hacían las venas resaltantes de su cuello.
— ¿Te gusta Irene?— preguntó Jimin tratando de calmar sus ansias de lamer cada rastro de transpiración salina que contuviera el cuerpo de otro. Yoongi frunció el ceño ante la pregunta.— A ella pareces gustarle y dice que te gusta.
— No, en lo absoluto. ¿De dónde saca que me gusta?
— Ella dice que hace unos días la llevaste al final del pasillo para decirle algo, dijo que estabas muy nervioso, que piensa que te ibas a declarar.
— ¿Qué? — Yoongi parecía pensar y cuando recordó aquello rodó los ojos—. fue el último día que cogimos, iba a verte si la dejaba seguir.
— Claro, cierto que no quieres ser relacionado conmigo…
— Jimin…
— ¡No Yoongi! Obtuve suficiente de ti, de tu estúpida actitud y tus malos tratos e indiferencia. Me estás haciendo daño.— No pudo evitar que las lágrimas recorrieran sus mejillas— ¿Por qué me haces esto?— en un intento de irse Yoongi lo detiene entre sus brazos, escondiendo su rostro en el cuello, inhalando el olor a almendras que desprendía Jimin.
— Perdóname, lo siento tanto… Olvide quien era, quien estuvo allí para mí desde que era un niño, nunca debí dejarte solo, nunca debí dejarme influenciar, no debí perderte jamás y no quiero volver hacerlo… Por favor, Jimin. Haré lo que sea pero no me dejes.
— Por favor Yoongi, suéltame, ya basta.
— Jimin, te amo, perdóname.
El castaño quedó paralizado en su lugar sin saber qué decir o hacer.
— Perdón.— Yoongi dejó un beso en el cuello.— Lo siento.— otro en la clavícula.— Perdoname.— su voz de entrecortó mientras dejaba otro en la mandíbula.— Te amo.— lo tomó de las mejillas y dejó picos en distintas partes de rostro incluyendo los labios mientras repetía la palabra “perdón”.— Por favor— Yoongi besaba una y otra vez sus labios esperando respuesta y cuando no la obtuvo se separó para verlo a los ojos— ¿Minnie?
— Ya basta, no me hieras más, por favor…
— No Jiminie, haré lo que me pidas, seré el Yoongi de antes, el que te defiende, el bueno, lo prometo, está vez es en serio… Déjame volver hacerte feliz y si no lo hice déjame hacerlo por una vez.
Jimin sonrió con melancolía y respondió; —Me hacías feliz… Y quiero que vuelvas a hacerlo.
Yoongi secó las lágrimas y juntando sus labios de nuevo, está vez siendo correspondido en uno sutil pero intenso, salino por las lágrimas y no precisamente las de Jimin.
— Yoongi, estás llorando — afirmó Jimin cuando este se separó y volvió a su cuello mientras desabrochaba la camisa escolar.
Yoongi llorando mientras besaba su cuerpo y repitiendo una y otra vez las palabras “Perdón” y “Te amo” le hacían sentir re burbujeos en su estómago como un vorágine
— Yoongi espera un momento— ¿Estaba mal si confesaba que ver a Yoongi arrodillado ante él con los ojos lagrimear y el sudor recorriendo su cuerpo, le hacía sentirse gratificado y excitado a la vez? Seguramente si, estaba mal, pero por una vez en su vida quería sentirse así.
— ¿Qué pasa? ¿Quieres que me detenga?— Preguntó desde abajo besando el interior de los muslos.
— Mmh— cerró lo ojos complacido.— No quisiera, pero esa última vez que tuvimos sexo, justo aquí.
— Cómo olvidarlo, fue increíble.— Mordió la zona en la que estaba.
— Ajam…— Acarició los cabellos.— Y nos vieron…— reveló. Yoongi estuvo sus movimientos
— ¿Qué?
— Jungkook nos vio.
— ¿Tu amigo?— Jimin asintió— como es eso posible, me aseguré de que nadie estuviera por la zona antes de entrar.
— Pues al parecer, tu grupito de amigos lo trajeron hasta aquí, y lo encerraron en uno de los casilleros, vio todo, pero tranquilo, él no dirá nada—. Yoongi lo observó quisquilloso, procesando lo que acababa de decir. Se levantó y colocó cada brazo en sus costados, encerrandolo entre su cuerpo y el mármol. Jimin tragó duro.
— Ya no me importa que lo sepan, que te quede claro. Por mí, que todos se enteren que eres mío. Siempre fue así, nunca debió cambiar y tuve que dejarlo claro desde el día uno que llegamos a este lugar.
— ¿Era tuyo?— Sus manos se contornearon por el pecho contrario hasta ir a parar atrás de su nuca envolviendo su cuello.
— Lo eras, pero nunca me dí cuenta hasta ahora, pero las cosas cambian, ahora yo soy tuyo. Me tienes, Jimin.
Fue jalado desmedidamente hasta chocar sus labios con los contrarios, tuvo que estabilizarse, sujetando a Jimin de la cintura, subiendolo de nuevo al instante en el mármol del lavabo.
El cuerpo de Yoongi se inclinó hacia adelante haciendo que el de Jimin fuera hacia atrás, moviendo su cadera para rozar con la contraria, envolviendo sus piernas al rededor de la cadera del pelinegro.
La piel del basquetbolista se sentía pegajosa y a la vez fría, ya que el sudor había empezado a disiparse, pero un nuevo calor corporal empezaba a formarse, desde la coronilla hasta la punta de los dedos de sus pies.
— No te lo había dicho,— habló Yoongi al separarse de sus labios e ir a la mandíbula y morder, bajando hasta los pezones que resaltaban tras la tela— pero te ves precioso con maquillaje.
— Gracias— respondió quedito, empuñando un mechón de cabello azabache.
— Aún que siempre te has visto hermoso—. Jimin realmente ya no estaba escuchando en el momento que Yoongi bajo hasta su entrepierna.
Lo ayudó levantando su cadera para que el pantalón fuera bajado un poco, su pene fue masajeado por encima, incrementando la mancha que se estaba formando gracias al presemen, posterior a ello fue sacado y lamido sin aviso previo, arrebatándole el aire de manera intermitente.
Yoongi pocas veces le daba un oral en la parte de enfrente y cuando lo hacía parecía que en cualquier momento se ahogaría. Acarició su cabello apartando los mechones mojados de su frente sudorosa, la vista del pelinegro conecto con la suya y se dió cuenta de lo mucho que se estaba esforzando teniendo en cuenta de que sus ojos estaban aguados. Jimin podía jurar que con tal escena podía correrse en un segundo.
— ¡Oh, mierda!— No estaba equivocado, sus piernas se crisparon y los espamos de su cuerpo lo hicieron sujetarse con fuerza de los hombros de Yoongi, clavando sus uñas en ellos. Cuando fue consciente de lo que estaba haciendo, lo soltó rápidamente—. Lo siento mucho.
— No importa— respondió luego de haber tragado toda la escencia desprendida. Jaló de nuevo al chico, privandolo de sus prendas, echándolas a alguna parte del suelo.
— Te había dicho que no es buena idea seguir haciéndolo aquí.
— ¿Entonces quieres que me detenga ahora? Yo aún no acabo— reveló restregando su miembro erecto en la pierna ajena.
— Debería dejarte así— respondió, deslizando su mano por la zona.
— No seas cruel
— ¿En serio quieres hablar de quién es más cruel que quién en este momento?— replicó apretando demás el miembro ocasionando que Yoongi se quejara.
— Correcto, no.
— Si, eso pensé—. Introdujo la mano por dentro del elástico del shorts que llevaba y del boxer.
Luego de un rato en dónde Jimin jugaba con el pene contrario y lamía el cuello como tanto había querido hacer, se abrió de piernas esperando que Yoongi se introdujera de una vez.
— Debo prepararte.
— No, hazlo así, estaré bien.
— ¿Seguro?
Jimin asintió despreocupado, y Yoongi con inseguridad se acercó hasta la entrada introduciéndose con mucha lentitud.
— Si lo haces así, es más doloroso.
Yoongi suspiro y tomándolo de las caderas se introdujo sin refrenarse, motivando a Jimin a gemir con fuerza.
—¿Estás bien?— Jimin solo atinó a asentir y a esperar junto a Yoongi a qué el dolor se disipará y en cuanto eso pasó, le dió luz verde para que empezara a moverse.
La diferencia de altura entre la pelvis de Yoongi y el lavabo le estaba complicando moverse con facilidad, así que tuvo que subir una de sus piernas, colocando la de Jimin por arriba, quedando casi ambos encima del mármol.
Se miraron a los ojos, creando una atmósfera apasionada y provocadora, llena de estímulo, combinando también sus gemidos, inhalando el vapor que se creaba en el lugar gracias al mismo calor que emanaba sus cuerpos.
Jimin se colgó del cuello ajeno, atacando sus labios con fiereza, probando lo que por años había deseado, desquitandose por todo lo que había tenido que pasar.
— No te detengas— ordenó al separarse, moviendo su cadera al contrario del otro, creando un choque más violento.
Lamentablemente cuando estaban a nada de acabar unas risas se oyeron en el lugar.
— ¡Mierda!— susurró Yoongi exasperado, deteniendo sus movimientos y alzando a Jimin en sus brazos, corrió con él encima hasta llegar a las duchas, dónde los encerró.
— No otra vez— se quejó— te dije que no era buena idea volver hacerlo aquí— murmuró
— Si, pero no hiciste nada por detenerme— habló de igual forma.
— ¿Yoongi estás aquí?— se escuchó hablar a uno de los chicos que habían entrado— Tú ropa está aquí
El pelinegro maldijo a sus adentros.
— Si, aquí estoy.
— ¿Qué sucedió? Te fuiste de repente del entrenamiento.
Más voces empezaban a escucharse, el resto del equipo empezaba a entrar.
El castaño se encontraba con el rostro rojo, y las manos en la boca, intentando acallar cualquier sonido que quisiera escapar.
Y es que Yoongi se le había olvidado el pequeño detalle de sacar su pene dentro de él y ahora tenía que soportar que estuviera palpitando dentro de sí. Cuando el pelinegro se dió cuenta de aquel pormenor, sonrió con malicia y se movió.
— Si, no me sentía muy bien.— respondió sin dejar de moverse. Jimin le dió un golpe en el hombro.
— ¿Te estás duchando?
Jimin le empezó a hacer señas de que negara pero Yoongi no tenía de otra.
— Si, acabo de entrar— y sin dejar que Jimin se quejara siquiera abrió la regadera, empapandolos a ambos por completo.
—Ah, bien. Oye, sabes que esa tal Irene está interesada en tk—, siguió hablando. Yoongi rodó los ojos y volvió a penetrar a Jimin quien tenía el rostro mojado, escurriéndose por él el maquillaje que llevaba, haciéndolo ver más excitante y erótico.
—Ajá — respondió con simpleza, afianzando su agarré y elevando mejor a Jimin, chupó el lóbulo de su oreja y susurró en ella— Recuerdas que alguna vez te dije que iba a poder alzarte ¿Cierto?— Jimin mordió sus labios tratando de no gemir— Esto es más divertido a cuando eramos niños
— Yoongi, ¿estás escuchándome?— volvió a hablar el chico de afuera.
— Mark, ahora no quiero hablar, solo quiero bañarme en paz.
— Que genio…bien te dejo en paz pero tienes que hablar con Irene.
Yoongi chupó el labio inferior de Jimin ocasionando que se escapara un gemido, el cual no había sido escuchado, por el resto de las regaderas abiertas y el bullicio que tenían el equipo de básquet.
—Muerde mi hombro si quieres, pero no tus labios— Jimin le hizo caso, y se sostuvo bien de su cuerpo, escondiendo su cabeza entre el cuello y clavando sus incisos en dicha área.
El agua estaba haciendo que Jimin se le resbalara de las manos y cada vez que lo acomodaba entre sus brazos, el castaño sentía que era golpeado con más profundidad, tocando aquel punto sensible y erógeno de su cuerpo.
Yoongi lo empotró contra la pared y arremetió con más fuerza y rapidez. Jimin chillaba quedito, sintiéndose extasiado. Sin poder contenerse mucho más, se corrió, mordiendo con fuerza la blanquecina y delicada piel.
Para el pelinegro aquella mordida también fue una invitación a correrse, siendo apresado entre las exquisitas paredes anales de su amante que lo volvían loco.
Se quedaron un rato así, abrazados contra la pared esperando que sus respiraciones se regularán.
Cuando Jimin se separó se dió cuenta de la gran mordida que le había dejado a Yoongi, al punto de sangrar en algunos huequitos que había dejado con sus dientes.
Se asustó y le avisó con señas a Yoongi quien miró con dificultad aquel lugar, no siendo consciente del dolor hasta que las gotas de agua cayeron encima, ocasionándole ardor.
Jimin fue bajado con suma delicadeza y silencio, a pesar de que las voces habían disminuído, aún se podía escuchar ciertas personas y algunas regaderas abiertas aparte de la suya.
El castaño tomó un jabón y lo pasó por la zona afectada, limpiando la sangre que había una y otra vez hasta que ya no brotará ni una gota.
Yoongi tomó el jabón e hizo espuma con sus manos, pasándola luego con delicadeza por el rostro de Jimin, también le quitó la única prenda que le quedaba, higienizando su cuerpo, de todo rastro de semen que tuviera encima.
Ambos se lavaron mutuamente entre besos y toqueteos silenciosos, haciendo tiempo para que el lugar quedará vacía.
Disfrutaron del momento, sin pensar en el pasado, o en el futuro, simplemente siendo ellos en el presente, sin nadie que pudiera molestarlos.
No sabían que les esperaban, tampoco querían averiguarlo aún, no estaban apresurados, ellos simplemente querían que el mundo se detuviera en dónde estaba, siempre y cuando fueran juntos, nada más podía molestarles.
Capítulo dedicado a mi fiel lectora thvbos que está desde los comienzos de esta saga que está a nada de terminar.
En fin, espero que les haya gustado. Recuerden comentar que me gusta leerlos y también votar.
Se les quiere ( ◜‿◝ )♡
30/06/2024
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