[01] 𝐇𝐚𝐧 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐢 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 𝐚ñ𝐨𝐬.
3 años.
La alarma comenzó a pitar en la mesita al costado de la cama.
Una castaña oscura de cabellos combinados con un purísimo blanco estiró la mano para darle unos perezosos golpes a la alarma con tal de apagarla. No importa cuántas veces lo haga, nunca podía hallar la forma de apagarla sin mirar bien los botones.
3 años, 11 meses y 4 días.
La misma se levanto de su cama, dándole un último golpe a la alarma cuando al fin se sentó al borde del colchón, y suspiro al ver la fecha.
4 de diciembre.
Se pasó las manos por el rostro, suspirando mientras intentaba secar la baba seca al borde de su mentón y sacar las legañas de sus lagrimales.
Han pasado 3 años, 11 meses y 4 días,
desde la última vez que te vi la cara.
- Y repiteme, ¿cuál es el lema de la empresa? - la voz alegre de un mago se escuchaba detrás del altavoz del teléfono, apoyado en el borde del lavamanos.
- Hazlo perfecto, o vete a casa - repitió tanto para su amigo como para si misma.
- ¡Exacto! ¿Lo ves? ¡te irá bien! -
- Eso dices tu -
- Ah vamos, sabes que irá bien, lo tienes en la bolsa. -
No he visto la cara de aquel chico durante un tiempo.
Más específicamente...
-... ¿te sientes bien? - oyó a douxie preguntar al aire luego de un silencio.
Tragó saliva con dureza, fermentando su auto ira hacia el nudo de mierda en su garganta.
- Otro mes más... hisirdoux -
No desde que tengo 18 años.
- ... Lo siento - dijo él apenado.
Ella suspiro, mirando su reflejo.
Su desordenado cabello, ya no más decorado por hebillas coloridas, ahora estaba desparramado por sus hombros y muy poca parte de su espalda superior, el antes extenso río de marrones ahora era acompañado de tonos igual de blancos que la nieve y tan brillantes como la propia luz.
- Está bien - negó con la cabeza - Debo olvidarlo algún día, después de todo -
- No digas eso... se que- -
- No. - lo detuvo con la voz firme - Ya cerramos este tema. -
-... Tienes razón, hoy tienes cosas primordiales que hacer - Sonrió mientras lo oía animandola.
- Bien. yo... - se miro una vez más - Voy a darme un baño, y terminaré de alistar mis cosas - dijo tomando el celular en sus manos, viendo como de forma automática este se prendía, mostrando el icono de la llamada entrante en la que estaba con su casi hermano.
- Vale, terminaré con mis cosas aquí... sería imposible que cuides a Ágatha hoy, ¿verdad? -
- Yo... - se fijó en la hora, dudando cuanto tiempo le tomaría la reunión. - Quiero creer que puedo, sin embargo te avisaré ante cualquier novedad de último momento -
- Eres un ángel caído del maldito cielo -
- Solo dices eso para comprarme, oh, que mago tan egoísta -
- ¿Como puedes llegar a pensar eso de mi? ¡mi corazón! - oyo el toque de la mano del chico en su pecho y su propia imagen mental, era del mismo en una dramática pose característica del rockero.
Ella negó con la cabeza, rogando los ojos, decorada con una sonrisa de complicidad mientras presionaba el botón de colgar, saliendo de dicha app para entrar a Spotify y colocar su playlist, comenzando a desvestirse y dejar la ropa en el suelo, poniendo un pie en la ducha, el otro, y finalmente sumergiendo su cuerpo en el agua caliente, la cual humeaba por sobre la superficie.
Esperaba que algún día volvieras.
Todo sería sencillo, ¿verdad?
Hacer la entrevista, triunfar, conseguir un buen puesto con un buen pago y porfin...
En realidad
Pero nunca... en estos años
Nunca haz siquiera dado indicios
Para volver.
En realidad, no estaba muy segura de que haría luego de eso.
Quiero decir, no necesitaba independizarse, vivía en camelot desde los 17 o 18. Hasta la fecha, a sus casi 24 años, no necesitaba dinero para hospedarse en un lugar decente.
¿Talvez era el hecho de sentirse monótonamente inútil al no tener un propósito u obligación diaria?
Douxie la tenía, y la misma tenía 2 añitos, casi 3, y tenía el carácter de su pelirosa madre.
Pero ella... ¿qué tenía ella que no fuera los muros de aquel castillo?
Talvez en el fondo si, sigo
con esperanzas a que vuelvas.
Nego sus propios pensamientos con la cabeza, cerrando la manija del agua caliente y destapando el desagüe.
Se levanto de la ducha, tomando la bata y la toalla para el cabello entre sus brazos y salió de allí, secando sus manos para tomar su teléfono y dirigirse a su habitación a cambiarse de ropa.
Se sentó en su cama, suspirando al ver a su alrededor, tenía lámparas, y un gran candelabro encima de ella, sin embargo, ninguno estaba prendido, lo único que iluminaba aquella habitación era la tenue luz que se colaba por su ventana.
Desde hace tiempo no dejaba que más luz iluminara su hogar.
Pero... supongo que al final del
día siempre me encuentro en el mismo lugar.
[...]
Tocó la puerta de una casa rápidamente, de forma impaciente esperó su respuesta.
La misma rápidamente fue abierta por una bella joven afroamericana, la cual sonrió al verla allí.
- ¿Lo tienes? - pregunto la hechicera con una sonrisa, acercándose a darle un abrazo.
- Listo, limpio y planchado - Respondió, correspondiendo a su abrazo con una sonrisa.
- ¡Mierda te adoro Dars! - la apretó contra sí.
- Iré a traerlo, esperameee- 10 segundos - corrió de forma rápida a su recamara, para luego de unos cuantos segundos volver igual de rápido con un elegante traje femenino negro de negocios, el cual estaba protegido por una capa de lona transparente plástica, y colgado de una pechera blanca de un material que presumiblemente podría ser madera pintada.
En todo caso, lo más importante allí era el traje.
- ¡Dios! Me salvaste el trasero mujer - Dijo suspirando aliviada.
- ¡Lamento no haberlo tenido listo antes! Tenía varios pedidos atrasados y ya sabes que a veces- -
- ¡No! ¡Está bien! Aún queda tiempo - Puso sus manos en sus hombros con una sonrisa aliviada y transmitió su calma a su amiga.
- Vale... - asintió, respirando unos segundos - ¿porqué no te lo pruebas? - sugirió segundos después.
Ella asintió con una sonrisa, yendo a la recámara de Darcy, mientras se desvestía, quedando por la parte superior en su sostén negro, miro a su alrededor, notando pequeños cambios, los cuales la desconcertaron.
La cama de su amiga siempre había sido de una plaza y media, sin embargo ahora pudo ver que su espacio era de un tamaño considerablemente más grande que antes, había notado nuevos muebles, pocos, pero estaba segura de que no habían estado ahí antes. En la misma cámara, entre las sábanas pudo divisar una camiseta que estaba demasiado demasiado segura que no era de Darcy.
Miro con extrañeza todo mientras se desconcentraba de su tarea anterior.
- ¡Claire! ¡se van a hacer las 10! -
Oyó la voz de la susodicha, por lo que volvió en sí de tantas especulaciones, se saco el resto de la ropa diaria, colocándose cuidadosamente el traje.
Volvió rápidamente al comedor con una sonrisa alegre. Pocas veces sentía que las cosas la hacían realmente feliz desde hacía tiempo.
Al verla, la de cabellos rizados lanzó un gritito emocionado.
- ¡Estas perfec- -
De pronto, el timbre interrumpió la emoción, claire notó como su amiga palidecía ligeramente mientras se quedaba de piedra.
-... ¿No vas a abrir? - le preguntó.
- Y-yo... si, ya voy -
Se acercó a la puerta, hablando por menos de 3 segundos con la persona detrás del umbral.
Cuando esta entro, claire notó que era un adulto de unos 27 años se podría decir, una barba rasurada y un cabello castaño tirando a un rojizo atado con una pequeña coleta corta detrás de su cabeza. Era de complexión algo robusta y aunque no tenía una altura prominente, no podría medir menos de 1,60.
- Oh ¡Hola! Debes ser Claire, Darcy siempre habla sobre ti y Mary -
- Huh... - miro de reojo rápidamente a la avergonzada Darcy, la cual apartó la mirada - Si, soy claire, un gusto -
- Soy Thomas, el gusto es mío - estrecho su mano con simpatía, para luego abrazar a Darcy y besar su mejilla - Estaré en la habitación ¿si? Estoy algo cansado -
Darcy asintió aún algo consternada, sin embargo él tomó camino a la habitación, cerrando despacio la puerta y dejando a las chicas en un silencio sepulcral.
Uno que claire decidió romper de una vez por todas.
- Así que... ¿de qué me perdí? -
- L-lo siento - dijo apenada - Te juro que tenía miedo, pero iba a decírtelo -
- ¿Miedo? ¿Miedo de qué? - pregunto cruzándose de brazos.
- Yo solo... han pasado casi 4 años claire, y yo... me siento tan- tan sola desde lo que pasó -
- Lo sé... - miro a otro lado suspirando - Pero eso no responde mi pregunta -
- Estaba asustada de... de que creyeras que soy una... que yo nunca ame a Toby -
-... - la miró como si hubiera escuchado la cosa más ridícula del mundo - Darcy - la tomo de los hombros - Jamás creería eso... esta bien seguir adelante, no significa que nunca hayas amado a Tobes -
- Es que yo- nunca te veo intentando seguir, ni con alguien más, o con posibles parejas nuevas, y siento que si yo lo intento estaría... traicionandolo -
- Dars - la abrazó suavemente - Tobes... hubiera querido que siguieras adelante, que fueras feliz, él talvez no era el chico más expresivo cuando se trataba de charlar realmente a futuro, pero puedes creerme cuando te digo que él... donde quiera que esté, está feliz, por verte feliz. -
La chica negra rompió a llorar en su hombro, abrazandola.
- L-lo siento... la camisa - lloriqueo saliendo de allí y limpiándose los ojos.
- Esta bien - le dio unas palmaditas - aunque aún espero que me cuentes como paso todo - dijo elevando una ceja con una sonrisa.
- Lo haré - sonrio intentando inhalar por la nariz, limpiándose los restos de lagrimas.
La maga sonrió, tomando su bolso y guardando su ropa allí, cómodo la camisa de vestir y se dirigió a la puerta luego de un último abrazo.
- O-oye - oyó a Darcy intentando llamar su atención.
Volteo rápido antes de salir, mirando a la chica.
- Yoo... - jugó con sus dedos - Tengo la cita perfecta para ti -
[...]
- Una última pregunta, señorita Nuñez -
La voz del jefe la sacó abruptamente de sus pensamientos.
- ¿S-si? - dijo intentando volver a la conversación en la que estaban hace menos de dos minutos de meterse en sus propias indagaciones mentales.
- ¿Qué es lo que usted busca en esta empresa? -
- Yo... - miro a otro lado, hacia todos lados, y rápidamente las bajo a sus manos - Yo supongo que... vivir bien, de forma estable - dijo tratando de volver su vista al hombre - Q-quiero decir, vivo bien solo- es difícil subsistir constantemente de forma estable con un trabajo de medio tiempo sin una paga tan... - suspiro.
- Comprendo - musitó él anotando una última cosa en su planilla - La llamaremos dentro de unos días para darle nuestro veredicto final, quiero creer que ya entrego su‐ -
- ¿Currículum en administración? Firmado, y una planilla de expedientes laborales a lo largo de dos años. -
- E-exacto - Sonrío ante su eficacia - Un gusto señorita Nuñez, espero verla en nuestras instalaciones uno de estos días -
Ella asintió, estrechando la mano del canoso señor, para luego tomar su bolso, café de Starbucks y retirarse de la sala de entrevistas.
Mientras salía por la puerta del lugar, abandonando el edificio, caminaba aún algo nerviosa por las calles sin realmente saber qué hacer o a dónde irse, sin embargo, por uno de los locales de la ciudad pudo ver el logo de una tienda de productos para mascotas, por lo que luego de pensárselo unos segundos entro, mirando a sus alrededores.
- Buenas tardes - pronunció la ancianita simpática del local.
- H-hola buenas tardes, y-yo hum... estaba buscando semillas y girasol -
La señora asintió, sacando una bolsa.
- ¿Cuánto, exactamente? -
- mmh, medio estaría bien -
Luego de pagar y guardarlo en una bolsita de comercio, se dirigió a camelot, odiaba las calles de ciudad muy pobladas, no podía hacer un portal desapercibido ni siquiera para poder al menos llegar a Arcadia. La enfadaba mucho.
Le dolían bastante los pies, por lo que al llegar dejó la bolsa de algunas compras que hizo en el camino para llenar la despensa y así las dejo en la mesa, se desparramo sobre la silla, abatatandose del cansancio.
Mientras prendía la antigua radio que se posaba sobre el costado del mesón, escuchaba todas las canciones que pasaban como un maratón antiguo, lo que la hizo sonreír.
Empezó a guardar todo en las despensas y el refrigerador, para luego fijar su vista en la bolsa de comida para aves, a lo que tomo un pequeño plato y sirvió una cantidad moderada.
Con una sonrisa, se acercó a la ventana de su habitación, y dejó allí el plato, justo en el borde grueso, asegurándose de no dejarlo caer.
Mientras miraba la distancia desde el castillo flotante, pudo escuchar un familiar canturreo aviar, este mismo la hizo sonreír al ver que se trataba de un azulejo que revoloteaba por los aires del alto castillo, y que al notar el tazón de comida, sin ni un poco de miedo, se sentó al borde de la ventana, mirando a Claire por unos segundos, y girando de forma rápida la cabeza para los costados con curiosidad, y sin más, se acercó al plato, comenzando a picotear las semillas.
Ella sonrió, amaba a esta ave, la vería al menos casi toda la semana, si podía, era un azulejo algo joven, con un azul vivo en sus bellas plumas, y con un negro brillante en sus ojos, que al mínimo reflejo con el cielo, se veía de un precioso celeste.
Ella lo alimentaba siempre, y realmente no sabía si era hembra o macho, por lo que simplemente le llamó Guince, Guince el azulejo.
Luego de ver que el pájaro se satisfizo con las semillas del plato, dejando unas pocas en él, con cuidado, cerco su delgada mano al ave, la cual con algo de duda, se movió de lugar.
Claire trato otra vez, siendo ahora menos invasiva. Acerco lentamente su mano, viendo que el ave casi ni se movió, y le dio una suave caricia con dos dedos, la cual hizo a Guince acariciarse contra los dedos de Claire con comodidad, haciéndola sonreír automáticamente.
Bueno, no había sido el peor día por ahora, al menos, ¿verdad?.
- ¡Tía Claire! -
Pudo escuchar en la puerta principal.
- ¡Oye cielo ya llegamos! - se oyó la voz de Zoe.
- ¡C-Bomb! ¡estamos en casa! -
Ella salió de su gran alcoba y fue rápidamente con ellos, viendo a aquella niña de cabellos castaño oscuro, la cual corrió como su cuerpo le permitió, para ella a saltar de alguna manera y abrazarla, a lo cual rápidamente la hechicera la tomó en sus brazos.
- Oye, hola tú - le dijo con una suave sonrisa.
- Hola tía - Dijo con la emoción de una niña de su edad - te extrañé mucho -
Nuñez soltó una risa.
- Pero me viste ayer ‐ rió.
- Pero hoy no - dijo la pequeña haciendo un puchero.
Claire soltó una risa, dándole un beso en la frente.
- Y... - douxie habló - ¿cómo te fue?-
- Yo... -
Miró a los presentes a su al rededor.
4 años.
Casi
Casi cuatro años de vivir ellos 4 bajo el mismo techo, pero aún no podría hacer esto.
Claire no abriría el miedo que sentía, o la angustia, ni la soledad.
Nunca pudo, ni en casa con sus padres, ni con sus amigos, y ahora tampoco podría hacerlo.
Hubo un solo lugar en la tierra al que ella podría ir y desnudar su corazón por completo, en el que ella dejaría a la intemperie su alma, en el que ella podría dejar que tengan la oportunidad de destruirla completamente y reconstruirla solo para volver a destrozarla otra vez. Ella sabía que eso jamás pasaría, así que volvía al lugar una y otra vez.
Un lugar que ya no la acompañaba, al que no veía, y al que recordaba con la misma dosis de melancolía, y aprecio.
Jim siempre supo cuidar de su corazón, y ya no estaba.
¿Dónde podría poner su corazón ahora?
- Pues- bien, eso espero, nada salió mal, y aunque hubo uno que otro imprevisto, logré solucionar mi inexperiencia en ello -
Sonrió luego de unos segundos en un serio silencio.
- Eso suena como un trabajo bien hecho -
Zoe alentó, dándole una seña de aliento en el hombro.
Claire le dedico una sonrisa afable.
- Y-yo hum... saldré en la noche, Doux - expresó la hechicera.
El mago maestro, con una expresión de sorpresa, abrió los ojos.
- ¿S-salir? ¿A dónde? - tartamudeo mientras la veía moverse por la cocina hasta la nevera.
- Pues... tengo una cita, y quería avisarte ahora para que te arregles con Ágatha -
- Alto alto alto - se posó frente a ella - ¿Cómo que cita a ciegas? No tienes una idea aún de los peligros que acechan ahí afuera para las mujeres, e-eres solo una niña y-y -
- Hisirdoux Casperan - fue detenido por Zoe, mientras el se trababa de su largo monólogo explicativo, el cual carecía de argumentos lógicos.
Douxie la miro hostigado.
- Pero zoe‐ -
- Claire ya no tiene 16 años Hisirdoux - reprendió acercándose a ellos - sé que quieres proteger a tu hermanita, pero ella está empezando a superar las cosas que no le permitían conocer gente nueva, como su hermano deberías apoyarla, no tratar de encerrarla en su peligro... creí que tu mismo lo entenderías, Doux - negó algo decepcionada con la cabeza.
- No, tienes razón ‐ suspiró él - Lo siento ‐ dijo mirando ahora a la menor ‐ tienes mi apoyo -
Y en respuesta, la cálida sonrisa de aquella hechicera que veía como una hermana le dio una linda sensación en el corazón.
Una que a pesar de todo, no eclipsaba a sus presentimientos.
Ella necesitaba ayuda.
[...]
- Verás que es muy buena gente -
Oyó a Darcy del otro lado de la línea en la llamada, mientras se colocaba un conjunto de ropa para la ocasión.
- Si eso dices -
Le respondió ella mirándose al espejo.
- Vamos Claire... al menos finge que te interesa -
Calló por unos segundos.
-... Lo siento -
- No, sé que esto es difícil para ti bombón, lamento forzarte- s-si quieres puedo cancelar‐ -
- No, Darse, está bien, probaré esto esta noche, ¿está bien? No va a matarme una cita, quiero decir, no es nada malo -
No lo era.
Pero ¿por qué algo inofensivo podría hacerte doler tanto el pecho?
- Vale, está bien... supongo que estabas lista -
Lista.
3 años, 11 meses y 4 días, lista.
-... ya voy a ir, Darse, te hablaré luego -
- H-huh, vale, suerte, ¡espero que sea de tu agrado! -
Claire cortó la llamada.
Reflejo sus ojos en el espejo.
Su cuerpo era algo precioso, a su manera, claro.
En su adolescencia, Claire era una joven radiante, su piel bronceada e hidratada brillaba con el sol, sus ojos, sus ojos eran el reflejo café de la convicción, la determinación y la esperanza, sus labios rosa podrían iluminar hasta el fondo del océano con solo una pequeña sonrisa.
Claire solía ser vida, Claire era luz.
A veces se preguntaba cómo se había ensombrecido tanto por algo de magia.
Su piel ahora de un tono arenoso pálido, casi blanco, podría ser enmarcado por un simple golpe, su piel ya no brillaba, por mucho que intentara hacer lo que sea para que así fuera, simplemente estaba opaca, al igual que sus labios.
Esos ojos café ya no brillan.
Talvez porque no ven a su príncipe azul cerca, talvez porque la última vez que brillaron, fue hace
sí, hace casi 4 años.
Así que, de tal manera, ella tomó su cartera, le dio un último vistazo a su reflejo, y suspirando, salió en busca de una vida fuera de las paredes de su castillo.
Porque si;
Fueron años, y años.
Pero la adolescente que iluminaba el mundo, aún espera pacientemente sentada en el trono de aquel castillo de su corazón.
Mientras que la adulta ensombrecida se marcha en busca de una forma para olvidar que por mucho que creciera,
Ni la luz, ni la sombra, iban a dejar de esperarlo.
Hayan pasado solo 2 semanas, casi cuatro años, o más específicamente, 3 años
11 meses
Y ahora, 5 días sin él.
[...]
Esto es todo por hoy, queridos amores, espero que hayan disfrutado de ello y que se queden conforme avance esta historia.
Les deseo que tengan una buena noche, y mucha felicidad.
Jaz fuera. ♥︎
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