
Capitulo 6
Jennie Kim
Habian pasado un par de días desde la última vez que ví a lisa. Cada una tenía sus cosas que hacer seguramente, y estaba demasiado ocupada en realidad con el trabajo, así que si quedábamos para hacer algo sería como la última vez…y al final de ello lo había arruinado.
¿Había sido muy impulsiva?
Quizá debí pensar mejor lo que iba a preguntar, ya que no se puso muy bien que digamos despues de la última pregunta.
Había analizado ese momento una y otra vez para llegar a saber la razón por la cual se sintió mal y dejó de hablar. Pero siempre llegaba a la misma respuesta, y por supuesto que esa respuesta no me gustaba en absoluto. No quería pensar que simplemente ella estaba muy mal, más de lo que había esperado o imaginado.
Mi cabeza daba vueltas en aquel momento, todo eso no dejaba de rondar por mi mente y necesitaba sacarlo de alguna manera. La curiosidad era palpante en mi, y ya no podía con ella, tenía que saciarla.
Agarré mi celular y llamé a E'dawn. Escuché con impaciencia el pitido que sonaba por medio de mi celular, hasta que este dejó de oírse y se cambió por la pacifica voz de mi hermano.
— hola ¿Qué necesitas? —Al hablar el cansancio en su voz era muy notorio, probablemente había estado trabajando turnos completos los últimos días— Es de nuevo sobre Lisa ¿cierto?
Al parecer mi silencio respondió por si solo.
— ¿Qué tienes con Lisa? — ¿Qué tenía?, en realidad no tenía nada con ella, no éramos amigas ni teníamos una relación más allá de eso, no éramos nada más que dos desconocidas intentando conversar, y a pesar de que no era mucho, tener eso me gustaba, lo disfrutaba.
— Nada, tan solo…—nuevamente no sé que decir, no se con claridad porque quiero averiguar más sobre ella, porque me preocupo por alguien que acabo de conocer—quiero ayudarla.
— ¿Ayudarla de qué forma, Jennie?
Eso era parte de lo que intentaba averiguar.
— Por eso te llamé —el guardó silencio —. Ayer estuve hablando con ella y dije algo que logró que ella se comportara diferente conmigo y me hiciera dudar. Lisa no quiso contarme la razón de su cambio de actitud repentino, la única forma en la que puedo conseguir información sería de tu parte.
El suspiró.
— ¿De qué hablaron?
Le conté la conversación que habíamos tenido el que anterior, pero no todo, bueno, habían cosas que quería se quedaran entre ambas. Así que simplemente le conté lo último que había causado el cambio de actitud en ella, y lo último que esperé al decirle eso a mi hermano era que este me respondiera casi gritando.
— ¿Cómo le dices eso a Lisa? —Parecía algo molesto— Más bien ¿Cómo le dices eso a alguien con cáncer?
— Pero Lisa está bien ¿No? —debia estarlo, si no no habría otra explicación lógica por la cual ella no estuviera internada en el hospital. Si ella estaba afuera caminando como si nada y con solo uno o dos chequeos médicos al mes era porque se encontraba mejor que los demás que estaban internados— Responde E'dawn, por favor.
— No está bien como tú piensas —ahora me sentía mal. Era lo que no deseaba oír pero que quizá en el fondo sabia desde nuestra conversación.
— ¿Tiene algo incurable? ¿Por qué está mal?
— No, y en parte está tan mal porque ella lo decidió así —ahora estaba confundida. ¿Por qué ella habría decidido esto? No es como si ella hubiera elegido tener cáncer.
— Por favor, se mas claro.
— Lisa es un tema complicado que he tratado desde hace un par de años. Ella estuvo internada durante un año en el hospital, cuando le descubrieron el cáncer, intetamos que su tratamiento fuera lo más efectivo posible, pero digamos que despues de mucho ella se rindió. Y es que, bueno, al principio todo iba bien, hubo una operación y ella hacía su quimioterapia diaria, era facil teniendola ahí, pero después digamos que no fue progresando como anteriormente, al contrario, pues mínimamente la enfermedad iba avanzando, y aunque era poco eso la desanimó demasiado. Su madre había invertido mucho dinero en su tratamiento, y no es alguien de dinero, así que el no ver avance hizo que se rindiera.
El suspiró antes de continuar.
— Lisa no está haciendo su tratamiento correspondiente y eso es a lo que me refiero con que esta así de mal porque ella lo eligió. Asi que no esperes que se pueda tomar a bien una pregunta como esa sí no está haciendo su quimioterapia y sabe que no durará mucho. Solo va a revisión y toma algunos medicamentos por insistencia de su madre, pero nada más.
— ¿Por qué no la ayudas? —pregunté sintiendo que mi voz temblaba.
— ¿Como ayudas a alguien que no quiere ser ayudado?
Bajé la mirada, algo afectada.
— ¿Que tipo de cancer tiene?
— corazón.
La conversación con mi hermano no paraba de rondar por mi cabeza. No dejaba de pensar en que Lisa si estaba mal, mucho, y yo como una tonta había pensando que no, que mejoraba y probablemente casi estuviera curada. No debí suponer nada de eso. Y es horrible darme cuenta de que ni siquiera lleva el tratamiento que debería. Ha tenido suerte de no tener alguna recaida como la que Lia tuvo...
¿Por qué me ocultaste eso, Lisa?
Sé que no somos cercanas, que como he dicho ni siquiera nos conocemos demasiado, pero debió mencionarlo. Tuvo muchas oportunidades.
Yo solo quiero ayudarla de cualquier manera. Más sencillo aun para mi si es que todo esto se trata de dinero. Podría ayudarla a pagar sus medicamentos y tratamientos. De hecho, podría hacer mucho por ella.
Pero ahora, pensando en que la acababa de conocer y en cómo era ella, probablemente no aceptaría mi caridad. Porque así es como Lisa llamaría a mi intento de ayudarla, caridad.
No sé que tan metida debí estar en mis pensamientos que sin darme cuenta estaba frente a la puerta de Lisa, a tan solo escasos centímetros de que mis nudillos la tocaran.
Sabía que quizá ella se sorprendería de que yo estuviera aquí pero yo solo necesito hablar con ella, de verdad que sí lo necesito.
Después de vacilar durante unos minutos toqué la puerta de su casa. No tardó mucho para que esta fuera abierta por una señora rubia, algo mayor pero no demasiado, con rasgos muy similares a los de Lisa. Sin duda alguna era su madre.
— Hola, ¿En qué puedo ayudarte? —a pesar de no saber quien era me sonrió, cosa que me hizo gracia. Ya que en absoluto su hija habría hecho lo mismo, de hecho cuando la conocí lo último que hizo fue sonreírme.
— Estoy buscando a Lisa.
— Oh...—por alguna razón su expresión fue de sorpresa—. Ella salió, pero no se específicamente hacia donde fue.
— ¿En serio? —asintió, bueno al parecer no era mi día, tendría que esperar para hablar con ella— ¿Le molesta si la espero?
— En absoluto, si gustas puedes pasar —he negado.
— No se preocupe, puedo esperar aquí fuera
— Insisto en que pases, seguro eres amiga de Lisa —en realidad no, pero no iba a decirle eso.
— De verdad no se preocupe, yo esperaré en mi auto —la madre de Lisa no insistió más, y dedicándome una dulce sonrisa cerró la puerta de casa.
Me subí a mi auto y llamé a Lisa.
— ¿Quieres otra salida sin razón, Jennie? —con tan solo oírla podía imaginar que estaba sonriendo al otro lado del teléfono, pero yo tenía de todo menos ganas de sonreir.
— No, ahora sí hay una razón por la cuál quiero verte —quizá estaba siendo algo fría, y yo no era especialmente fría.
— Oh, bien, esto parece ser serio —dijo dejando que una risilla se le escapara—¿Dónde quieres que nos veamos?
— Estoy afuera de tu casa, pero claramente no estas, así que te esperaré aquí.
— Bien, llegaré en unos minutos.
Llegó rápidamente, mas lo que esperaba. La vi a la distancia, en la acera, mirando a sus lados en mi búsqueda hasta que me diviso por medio de la ventanilla, era entendible que no me hubiera visto con facilidad, pues nunca había visto mi auto. Ella se acercó hacia el vehículo y lo rodeó para subirse al asiento del copiloto. Al tenerla a mi lado yo solo pude mirarla fijamente sin mostrar expresión alguna.
— Siento que hoy no tendremos una charla bonita como hace unos días —murmuró. Ella me miraba desde su asiento con curiosidad.
Y estaba en lo correcto.
— No, necesitamos hablar de algo importante.
— ¿Importante respecto a qué?
— ¿Por qué no haces tú tratamiento? —nada más dije eso ella desvió la mirada para posarla en la ventana, fijándose en los autos que pasaban a nuestro lado e ignorando por completo mi pregunta— La quimioterapia es importante.
— La primera vez que hablamos ¿Acaso no recuerdas las palabras que te dije aquel día? —por supuesto que si — Yo, desde hace mucho dejé de tener ganas de seguir viviendo, de vivir así. No deseo en absoluto pasarme mis últimos días de vida en un maldito hospital junto a gente que esta igual de jodida que yo pero que finge no estarlo y ser feliz pese a saber que durante la noche podrían morir. Eso es lo último que está en mis planes, Jennie.
— No necesariamente tienes que estar internada, con ir una o quizá dos veces al día, o no tengo idea de cada cuando exactamente...—ella no dijo nada— Pero lo que quiero decir, es que no necesariamente pasaras todos tus días ahí.
Lisa negó.
— Además, no puedes saber si esos en verdad serán tus últimos días de vida.
— mi madre ya ha gastado mucho en mi, no la haré desperdiciar mas dinero que no servirá de nada — Estaba a punto de hablar pero ella me detuvo — No aceptaré caridad.
Sabía que diría eso.
— Lisa, por favor hazlo.
— ¿Por qué deberíade luchar? ¿Por mi misma? De ser así en absoluto pienso hacerlo —quizá debía de comenzar a pensar en las personas que la querían—. Ni siquiera tengo muchas personas en mi vida a quienes les importe, no tengo en quienes pensar.
Ella se acomodó en su asiento, y volvió a girarse hacia mi y darle la espalda a la ventana.
— Mira, Jennie, mírame —se corrigió—. Ahora mismo estoy bien, feliz, con eso me basta.
— Pero está avanzando, en meses no estarás bien como ahora —ella ha suspirado—. Solo intenta, intenta hacer tu tratamiento de nuevo, por favor.
— Me conoces hace menos de una semana, ¿Por qué te preocupas por mi? — Ella se giró hacia mi, y nuestros rostros estaban algo cerca.
Sin duda, esa era la pregunta que más me había hecho desde que la conocí en el hospital. Y aun no podía responderla.
— No hay una razón.
— Nunca tienes una razón para nada.
— Lisa, solamente me preocupo por ti —ella bufó. Parecía molesta, o más bien lo estaba.
— en ningún momento te pedí que lo hicieras.
— No, no necesitas pedirmelo, yo misma soy quien quiere hacerlo.
Estaba completamente sin palabras, sin duda no pensé que todo lo que había descubierto pasará con ella, pensé que su tratamiento iba bien y que lo hacía constantemente. Pero no era así, y me preocupaba demasiado por ella.
— No hablemos mas del tema, Jennie, dejemoslo pasar, dejemoslo así sin resolver —pidió.
— No puedo seguir hablando contigo y fingir que absolutamente nada ha pasado, que no me acabo de enterar que estás acabando con tu vida.
— Si no puedes con eso entonces no hablemos más —me dolió escucharla decir eso—. Solo sirvo para dar lastima y yo no quiero eso.
No me daba lastima, de todo lo que dije...¿Eso había entendido?
— Yo no quería decir eso.
Pero dió igual, lisa ya había abierto la puerta y así sin mas salió por la misma dejándome sola en el auto.
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