No soy lo suficiente
— JiMin... ¿te encuentras bien? —preguntó YoonGi al ver como los ojos del contrario empezaban a cristalizarse.
— Estoy bien. No tengo nada que hablar contigo. —aclaró su garganta, respondiendo de manera firme.
— ¿Puedes al menos intentar escucharme?
— Yo... está bien. Pero que sea rápido. —inevitablemente cedió a la petición del mayor. Era demasiado débil cuando de YoonGi se trataba.
— JiMin, yo... lo lamento. —habló son sinceridad, manteniendo el contacto visual con el chico frente a él.
— ¿Por qué te estás disculpado?
— Ya sabes. Lo de aquella noche, y-yo actúe como un idiota. No te culpo si estás odiándome en este momento.
— Yo no te odio hyung. Fue mi culpa, no debí ir tan rápido. Supongo que no tenía porqué enojarme contigo.
— No fue tanto tu culpa ¿sabes? Después de todo yo te di motivos para que tomaras la iniciativa.
— ¿Lo hiciste? Es decir, claro que lo hiciste. —se cruzó de brazos fingiendo firmeza.
— Bueno, supongo que eso era todo. —encogió sus hombros dando por finalizado el tema.
— Espera... ¿sólo ibas a disculparte? —preguntó decepcionado, a lo que el pelinegro asintió. — Hyung, ¿te arrepientes de lo que casi pasó el sábado?
El mayor se sorprendió con aquella pregunta tan directa, que no pudo evitar que su rostro se tornara rojizo.
— No es eso, es más complicado de lo que crees. —rascó su nuca algo incómodo.
— ¿Por qué es complicado?
— JiMin, tú no lo entiendes. No deberías fijarte en alguien como yo. —añadió observando como el ceño del contrario se fruncía
— No entiendo a qué te refieres con "alguien como yo".
— Eres un chico genial ¿sabes? Podrías aspirar algo mejor... que un chico que no sabe ni que será de su futuro.
— Tú no tienes derecho en decirme en quien puedo o no fijarme. Porque tú realmente me gustas. Y un argumento como el que me diste no me hará cambiar de opinión. —espetó intentando no tartamudear.
El rubio no sabe de dónde sacó aquella valentía, porque declararse no estaba entre sus planes. Por otro lado, el pálido ahora tenía su mente en blanco, si bien ya sabía que el rubio gustaba de él, pero escuchar aquella declaración desde sus labios hizo que sus piernas se sintieran como gelatina.
— JiMin yo...
— YoonGi, mírame y dime que no te gusto. Y no te estoy preguntando si te merezco o no. Respóndeme lo que estoy preguntando. —apretó los costados de sus jeans con sus pequeñas manos temblorosas. Si bien parecía lucir osado en ese momento, la verdad es que los nervios lo estaba comiendo vivo por dentro.
— Tal vez, me gustas sólo un poco...
YoonGi, sintió como el alma abandonó su cuerpo al sentir la mano del contrario posada sobre mejilla. El rubio se acercó a una distancia tan diminuta, que podía sentir como ambas respiraciones se mezclaban entre sí.
— ¿Entonces por qué no intentarlo? —murmuró tan cerca, al punto de casi rozar los labios contrarios con los suyos.
JiMin, al no notar movimiento alguno por parte del pelinegro, susurró de igual manera "no seré yo quien tome la iniciativa esta vez".
En ese momento YoonGi no pensó en nada, sólo supo que cuando el rubio estuvo a punto de alejarse, posó la mano en su cintura para luego atraerlo hacia él nuevamente. Tomó su barbilla con delicadeza y no pensó dos veces antes de chocar sus labios con los del menor. No fue un beso agresivo, pero tampoco uno tímido. Los labios suaves y esponjosos del rubio se acoplaban de manera perfecta con labios delgados del contrario en cada pequeño movimiento, haciendo que ambos sintieran mariposas en su estómago como si fueran un par de adolescentes. JiMin enredó sin vacilación alguna sus brazos en el cuello del mayor, así profundizando aún más el beso. Las manos de YoonGi abandonaron la cintura del rubio, para luego empezar a recorrer su espalda con suaves caricias.
El beso tan sólo duro unos segundos, pero fue lo suficiente para despertar un montón de emociones en ambos jóvenes. Al separarse de manera lenta, YoonGi notó como aún los ojos del rubio permanecían cerrados. Y no pudo evitar sonreír, para luego acercarse al rostro del contrario y morder suavemente su labio inferior. Haciendo que este último se sobresaltara un poco por la sorpresa, pero al ver la sonrisa coqueta por parte del pelinegro, no pudo evitar corresponder esa sonrisa mientras sentía como toda la sangre subía a sus mejillas.
— Tienes razón, no parece que te gustara ni un poco. —comentó el rubio, siendo irónico.
— Eres un presumido. —bufó divertido.
— ¿No estabas haciendo ejercicios hace unos minutos, verdad?
— Tenía que tener una excusa para hablarte sin perder mi swag.
— Eres un tonto. —rió con dulzura observando al pelinegro. — Creo que se me hace tarde, me debería ir ahora.
— ¿Por qué te tienes que ir? —preguntó el pelinegro confundido.
— Pensaba ir a la cafetería de Suni nonna, le prometí que la visitaría hoy. ¿Quieres venir conmigo?
— Oh... no lo creo, necesito terminar de escribir unas partituras para la próxima clase.
— ¿Acaso YoonGi le importa más su clase que una salida? —abrió los ojos, gratamente sorprendido.
— No es eso. Sólo no quiero recibir otra reprimenda por no haber cumplido con los trabajos.
— Supongo que te creeré. —arrugó la nariz reprimiendo una sonrisa—. Entonces... ¿nos vemos más tarde? —inquirió recibiendo un asentimiento por parte del mayor.
JiMin, no quería apartar su vista del chico de quien se despedía con una sonrisa, por lo cual al estar caminando de espaldas provocó que su espalda chocara de manera dolorosa con el tronco de un árbol. YoonGi soltó una pequeña risa, al ver como el rostro del chico se tornaba carmesí, a lo que se daba vuelta de nuevo para irse corriendo de nuevo como si nada hubiera sucedido.
Al ver la silueta del rubio alejarse, YoonGi no pudo evitar preguntarse "¿Qué demonios había sucedido?", se preguntaba si lo que acabó de realizar por impulso fue un error o tal vez le había dado ideas equivocadas al chico. El pelinegro bufó con una sonrisa en el rostro, estaba siendo un idiota al pensar eso, él estaba consciente de que si el destino le daba otra oportunidad de besar a aquel chico de labios mullidos, lo haría una y otra vez sin dudarlo. Después de todo no es necesario siempre estar a la defensiva y debía admitir que su vecino lo traía loco... y quizás eso no era tan malo después de todo.
[♫]
YoonGi, quien permanecía sentado en el sofá, arrancó la hoja de su libreta en la que se hallaba escribiendo. Ya tenía una pila de papeles arrugados esparcidos por el suelo.
— ¡Lo logré! —exclamó una vez volvió a releer las partituras que tenía en manos.
Cuando sintió los rayos del sol entrando por el ventanal, pudo notar que había pasado toda la noche en vela, estaba tan inmerso que ni siquiera notó que había amanecido. Al observar todas las tazas de café que ahora permanecían vacías sobre su mesa, pensó que era buen momento para tomar un merecido descanso.
El resto del día no hizo gran cosa, no había hablado con JiMin en todo el día y tampoco parecía que el rubio se encontrara en casa. Así que sólo se dedicó a leer y ver series todo el día junto su mascota.
[♪]
Ya era inicio de semana, y JiMin se encontraba fuera del salón de YoonGi, esperándolo para irse juntos a la academia.
Uno, dos, tres timbres y aún el pelinegro no salía, llevaba más de 20 minutos esperándolo y si no se apuraban de seguro iban a llegar tarde. Cuando estuvo a punto de tocar el timbre de nuevo, la puerta fue abierta de manera agresiva dejando a ver a un YoonGi despeinado, con una chaqueta en manos, y luciendo algo exasperado.
— Mierda. Me quedé dormido, vamos a llegar tarde. —farfulló con torpeza, pasando de JiMin y dirigiéndose hacia su auto.
— Hyung. —mencionó el rubio llamando la atención de YoonGi, quien se detuvo a verlo—. Creo que se te olvida algo. —sonrió al ver como Holly corría a toda prisa con el zapato de su dueño en el hocico.
— Gracias, pequeño. —tomó su zapato y se subió al auto, haciendo señas a JiMin para que subiera también al auto.
Una vez llegaron a la academia, ambos bajaron rápidamente del vehículo, encaminándose a sus respectivas clases.
— YoonGi hyung. —llamó JiMin, haciendo que el pelinegro frenara sus pasos—. Ten un buen día. —musitó cruzándose y frunciendo sus labios en una línea recta.
El pelinegro bufó por lo bajo, con toda la prisa que tuvo desde que salió de su apartamento ni si quiera le había dirigido palabra alguna a JiMin. Caminó despacio hacia el rubio, y de manera tímida dejó un pequeño beso en la mejilla de este, provocando que los labios del menor formaran una sonrisa por la repentina muestra de cariño.
— Buen día, niño. —sonrió ladino, para luego, retomar su camino hacia su salón de clases.
Una vez JiMin se percató de que YoonGi ya había entrado a su salón de clases, no pudo evitar soltar un chillido, que al instante intentó callar cubriendo su boca con sus manos. Podía sentir como la temperatura empezaba a subir a sus mejillas, a lo que empezaban a entumecerse por la sonrisa que aún no desaparecía de su rostro.
[♫]
El señor Chung Hee, ya se encontraba en el escenario del auditorio mientras daba instrucciones de como se desarrollaría la clase del día; por supuesto YoonGi no sabía de qué hablaban, debido a su retraso. Se sentó en uno de los asientos ubicados en la parte más alta, e intento prestar atención a lo que decía su profesor, mientras sacaba su libreta y bolígrafo.
— Joven Min, que bueno que por fin llegó, estaba comentándole a la clase que hoy íbamos a presentar aquí en el escenario la canción que les solicité componer para hoy. El orden será por apellido, así que usted será de los últimos. —el mayor tomó la lista de alumnos, y empezó a llamar a cada estudiante.
No se podía negar que hubieron muy buenos trabajos, aunque las verdad es que varias composiciones resultaron un poco —bastante— mediocres, y muy pocas lograron sorprender gratamente al maestro.
— Min YoonGi. —llamó de nuevo el profesor, ordenándole al chico de piel pálida para que mostrara su trabajo.
El joven mencionado bajó las escaleras, para luego subir al escenario y tomar asiento en la silla frente al piano.
— ¿Nombre de la canción?
— "I Need U". Aunque realmente aún no tiene letra.
— Muy bien, adelante. —dio una seña para que el joven iniciara.
La pieza ahora tocada por el pelinegro conservaba una melodía suave y melancólica, los ritmos no tenían grandes cambios, pues las notas musicales se mantenían equilibradas y sobrias. Los pequeños cambios de tonos altos a bajos, podían apreciarse de tal manera que la armonía emitida por aquella conjunción de notas musicales era preciosa y relajante.
Una vez terminó de tocar aquella pieza musical, separó sus manos del instrumento, y se puso de pie haciendo una leve reverencia hacia su profesor, quien le sonrió con orgullo.
...
La clase ya había terminado, y ahora el auditorio se encontraba vacío a excepción de YoonGi, quien aún estaba organizando algunas ideas en su libreta. Estaba tan concentrado en ello, que se sobresaltó al sentir una mano posarse en su hombro.
— Alumno Min. Me gustaría hablar con usted. ¿Tiene tiempo? —el menor miró algo extrañado a su profesor, y asintió para que luego el señor Chung Hee tomara asiento a su lado.
— ¿Puedo ayudarle en algo Hee?
— Ya te dije que me llames profesor. —bufó al ver como los hombros del pelinegro se levantaban restándole importancia.
— Tienes mucho potencial muchacho, y te lo he dicho desde el primer día en que te conocí. No se lo he dicho a ninguno de mis alumnos, pero sería un privilegio que esta institución pudiera tener a alguien de tu nivel.
— No invente señor Hee, esta academia solo admite a los mejores, casi piden chicos prodigios. No sé por qué sería un privilegio el tener a alguien como yo aquí.
— Si no estuviera seguro de lo que pienso, no se lo diría joven Min. En realidad me tomé el atrevimiento de venir a darle un consejo, sinceramente creo que su talento se aprovecharía estando en un lugar como este. —explicó—. Para la audición final, los concursantes pueden participar de manera individual o en parejas, si bien hay 50 cupos disponibles de los 400 de los jóvenes que se postularon; pero quiero recordarte que la mejor presentación no sólo hará que sea admitido, sino que además recibirá una beca durante todo lo que dure su especialización.
— No sé porque eso me importaría. Desde que entré a este lugar no estaba en mis planes audicionar en la final. Sólo vine a matar el tiempo.
— ¿"Matar el tiempo"? joven déjeme decirle que cuando lo veo tocar ese piano, no parece como si sólo viniera a "matar el tiempo". Tienes un don, no debes tener miedo a demostrarlo.
— No sé porqué me dice esto a mí dentro de todos sus alumnos.
— Porque veo algo especial en ti chico, y yo no me equivoco en mi intuición, si te digo esto es porque en realidad no quiero que dejes ir esta oportunidad. Si audicionas con otra persona habrán más posibilidades de conseguir esa beca.
— No sé quien quisiera hacer pareja conmigo de todas maneras.
— Eres uno de los mejores alumnos de este curso, seguro alguien querrá participar contigo, lo más recomendable es que haya versatilidad en tu presentación. Muchos harán duetos musicales, pero si tú escoges a un bailarín podría ser un contraste genial, hay varios alumnos talentosos en la sección de danza.
— Gracias por sus palabra señor Hee, pero no creo audicionar. Así que no se preocupe más por ese asunto. Con permiso. —se levantó, dirigiéndose hacia la puerta.
— Al menos piénsalo Min.
El pelinegro suspiró con resignación, y asintió con su cabeza antes de salir del auditorio.
✦ ˚ · .
· •.
✺ * ⊹
Hola, disculpen la tardanza.
Esta vez me tardé un poco más de lo usual, siempre trato de subir capítulo nuevo antes de que se complete 1 semana. Pero esta vez se me complicó un poco por el estudio y otras cosas.
♡Espero que les haya gustado el capítulo♡
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