
𝚝𝚛𝚎𝚜
-Mala mía, vieja. - habló Yeji, tendiendole la mano a Jennie para ayudarla a levantar del suelo.
-Ya de una vez entierrame en el piso, Yeye, vergación. - se quejó la mayor, tomando la mano que la chama le ofrecía para levantarse.
Ya había oscurecido por completo y las lámparas alumbraban la cancha, ya debían ser pasadas las 7:30 de la noche y se supone que ella y Jisoo deberían irse antes de que su madre llegara y las consiguiera en la calle.
-¿Último gol gana? - le preguntó a Yeji, quien asintió con una sonrisa.
-Dale pe.
Jennie sonrió y levantó los brazos, avisándole a sus amigas que el último gol terminaría con el partido.
Los gritos de las jugadoras y los chirridos de los zapatos contra el suelo volvieron a escucharse, Rosé quién estaba sentada en la banca, simplemente miraba a las demás jugar sin entender nada y escuchaba la conversación que tenían sus amigas.
-No, y no saben lo último. - dijo Nayeon. - Escuché de Yunjin que Jennie y Chaewon terminaron la semana pasada.
Rosé dejó de mirar el juego y observó a su amiga con curiosidad. No era como que si le interesaba mucho lo que los demás hicieran con su vida, pero igual siempre era bueno estar informada.
-¿Quién terminó a quién? - preguntó Irene.
-Ay mija, tú sabes lo embobada que estaba Chaewon con Jennie, ¿de verdad tú crees que la iba a terminar ella? - dijo Jihyo con obviedad, centrando su mirada en Jennie. - Pobre carajita, hace dos semana estaba de lo más feliz contándome sobre como había sido su primera vez y la semana pasada me contó llorando que Jennie había terminado con ella.
-Y eso que se lo advertí, eh. - habló Sana. - Pobrecita.
-Y tú aprende. - dijo Jisoo mirando a Rosé. - Nosotras sabemos que palito e agua te gusta desde niñas, así que no te dejes calentar la oreja.
-Pff. - bufó la rubia. - ¿Ustedes creen que Jennie arruinaría su amistad con Lisa nada más pa caerme a mí? Medio bobas. - rió, volviendo a mirar el juego. - Ella siempre me ha visto como la hermanita de su mejor amiga.
-No, yo nada más digo. - Jisoo se encogió de hombros. - Yo conozco a mi ganao'.
Rosé rodó los ojos y decidió no prestar tanta atención al siguiente tema de conversación de sus amigas. El balón estaba en posesión del equipo contrario en ese momento, había escuchado que el equipo que hiciera el último gol ganaba, por lo que estaba vez estaban jugando de una manera más bruta y descuidada.
Había visto como Jennie había discutido con Tzuyu, una chica del otro equipo, por haberle hecho una barrida sucia para quitarle el balón, sin embargo, tan solo unos minutos después ya estaban hablando con normalidad.
-¡Jennie! - gritó Jeongyeon luego de tomar el balón en el área del arco, lanzandolo con fuerza hasta llegar a los pies de Kim, quien rápido se movió al ver cómo Ryujin corría hacia ella para quitarle la pelota.
-¡Jennie, pásala! - escuchó gritar a Lisa.
Ryujin comenzó a meterle el pie sin cuidado alguno, dificultandole realizar el pase. Vio la oportunidad cuando se dió cuenta de que la otra chica había dejado un espacio entre las piernas, pasándole el balón por ahí suavemente, haciendo confundir a Ryujin y justo cuando estaba a punto de hacerle el pase a Lisa, cayó al suelo con fuerza. Quiso discutir con Ryujin hasta que se dió cuenta de que ella también estaba en el suelo, miró hacia arriba y se encontró con Felix.
-Mierda. - murmuró, arrastrándose hacia atrás con rapidez cuando vio al chico levantar el pie hacia atrás para darle un pisotón en el lugar en donde había tenido su pierna.
-¡Te lo advertí, Kim! - gritó el muchacho enfurecido.
De repente la cancha se había llenado de gritos hostiles, por lo que miró a todos lados, notando como sus amigas habían ido en su defensa pero se habían encontrado con los amigos del chico.
-¡Te dije que no jugaras con mi hermana!
-¡Yo no jugué con ella! - gritó, levantándose de un salto cuando vio las intenciones del chico de darle otra patada. - ¡Así que anda a mamate un güevo, chico, yo a tu hermana no le hice nada que ella no quisiera!
-¡Tiene 16 años, plasta e mierda! - Felix arrojó un puñetazo, logrando darle en el rostro a Jennie, seguido de otro y otro. - ¡Vas a pagar cada lágrima que mi hermana bote por ti!
De un empujón, Jennie cayó al suelo, viendo al chico intentar sentarse sobre ella con el brazo arriba para seguirla golpeando. Le dió una patada en el pecho, haciéndolo caer sentado y usó los segundos que tuvo para esta vez ella lanzarse sobre él y darle un par de golpes.
-¡La policía! - gritó alguien.
Félix les había dado la vuelta y estaba de nuevo sobre ella, Jennie había cerrado los ojos, esperando recibir un golpe que nunca llegó. El chico se detuvo al escuchar el grito y había levantado la mirada, dándole chance a Jennie de también mirar a su alrededor, las personas que vivían en las casas que rodeaban la cancha habían salido y estaban mirando todo el revuelo, sus amigas también estaban peleando con los muchachos que habían acompañado a Félix, y desde el final de la calle podia ver a dos camionetas del CICPC acercarse a toda velocidad a la cancha.
Ella y sus amigas no iban a pasar la noche en la comisaría, eso era claro.
Aprovechando la distracción de Félix, le dió un golpe de lleno en la cabeza, haciéndolo caer a un lado. Dos segundos bastaron para que se levantará de un salto y le diera una patada en el estómago.
-¡Mamagüevo! - le gritó enojada.
Corrió hacia Lisa, quitándole al chamo que se llamaba Hyunjin de encima, ayudándola a levantarse del suelo.
-Hay que irnos. - le dijo, corriendo hacia Momo que no podía quitarse a Seungmin de encima. Miró a su alrededor, notando como Jeongyeon y Mina estaban ya saliendo de la cancha con sus respectivas parejas.
Corrió hacia las bancas y tomó a Rosé de la mano, para salir junto a ella de la cancha también.
-¡Corre, corre, corre! - le gritó, dejándola correr delante suyo para mantenerla en su campo de visión.
Había visto como Félix ya se había levantado de nuevo y venía detrás de ellas con Changbin y Han pisandole los talones.
-¡Te vas a arrepentir por haber jugado con mi hermana! - le gritó Félix de nuevo.
-¡Al callejón, Rosie, al callejón!
La rubia le hizo caso, comenzando a correr entre las estrechas veredas con Jennie detrás de ella. Estaba nerviosa, el corazón le latía mas rápido que nunca y no era precisamente porque Jennie la había tomado de la mano.
Los gritos de los chicos se iban alejando cada vez más, y cuando pensó que ya por fin habían logrado perderlos, notó que se había metido en una de las veredas que no tenían salida.
-¿Qué pasó? - le susurró Jennie con la respiración agitada, notando también que se habían metido por donde no era. - ¡Coño! - se quejó al escuchar los gritos de Felix y los otros dos acercándose.
Miró a su alrededor, notando las escaleras de un edificio.
-¡Ven! - volvió a tomar a la rubia de la mano y la jaló consigo por un espacio pequeño entre la pared y una baranda de las escaleras. Ella sabía que detrás de las escaleras había una caja de fusibles que dejaba un espacio pequeño entre la pared que rodeaba el edificio y la caja.
Empujó a Rosé contra la pared y apenas le dió tiempo de ocultarse ella cuando vio como la luz de una linterna alumbraba el espacio detrás de la escalera. Le hizo una seña a Rosé para que hiciera silencio y pidió que la disculpara antes de ponerle la mano en la boca al ver una araña sobre ellas.
Los ojos de la rubia se abrieron tanto como pudieron y dejó salir un quejido, haciendo que está vez la luz de la linterna volviera a alumbrar a su pequeño escondite. Jennie cerró los ojos y negó, pegando está vez su cuerpo al de Rosé para evitar que la luz alumbrara sus piernas.
-En la azotea no está. - escuchó.
-¡Coño e la madre! - gritó Félix con arrechera.
-Quizas por aquí no se metieron y lo hicieron por la vereda de arriba.
-No sé, pero dejen que la vuelva a ver mal parada que está vez no se va escapar de la coñiza que le voy a dar. - se apagó la luz de la linterna y Jennie echó la cabeza hacia atrás, aliviada. - Vámonos.
Jennie no quitó la mano de la boca de Rosé hasta que estuvo segura de que los tres muchachos se habían ido pero sin embargo, no la permitió salir de su escondite todavía.
Tomó un pequeño palito de madera y espantó la araña lo más lejos de la rubia que tuvo, sabiendo el pavor que la menor tenía hacia ellas.
-Lo siento, Rosie. - se disculpó sinceramente a la vez que se alejaba de la rubia para salir de allí. - Es que no me imaginé que ese webon se aparecería en la cancha y tampoco me imaginé que nos sapearían y que llegaría la policía y no podía dejarte ahí y-
-Cálmate. - le dijo Rosé, tomándola de los hombros. - Todo bien, al menos no me dejaste ahí tirada. - rió. - ¿Sabes el grito que hubiera pegado mi mamá si le tocaba irme a buscar a la comisaría?
-No iban a llevarte, eres menor de edad.
-Bueno, una nunca sabe, estamos en Venezuela. - se encogió de hombros, ambas comenzaron a caminar y llegaron bajo a un poste de luz, el cual iluminaba perfectamente el rostro de Jennie y las heridas que había obtenido de la pelea.
-Bueno, sí. - la mayor se rió. - Venezuela thingsssss. - notó la seriedad que había aparecido en el rostro de la rubia y frunció el ceño. - ¿Qué fue?
-Tú mamá va a asesinarte.
-¿Por qué?
-Estas vuelta mierda. - Rosé le tocó el corte que tenía en la ceja y presionó un hinchon que tenía en la frente. - Si Félix no te mato, tu mamá si lo va a hacer.
-Nah. - Jennie se encogió de hombros y siguió caminando. - Primero me va a preguntar cómo fue y cuando se de cuenta de que no me dejé joder, no me va a decir nada.
-Ah, tu mamá es de esas que: "si te joden y tú te dejas joder, después te jodo yo a ti".
-Exaaaacto. - Jennie sonrió al ver a la rubia reír. - Bueno, mija, aquí se partió una taza y cada quien pa su casa. - dijo, notando como Rosé frunció el ceño. - Es jodiendo, vamos que te acompaño, si Lisa te ve llegar sola esa sí que me va a matar.
Ambas comenzaron a caminar de regreso por las veredas del callejón en dirección a la terraza donde ambas vivían. Jennie de vez en cuando miraba a su alrededor para asegurarse de no volverse a encontrar de frente con Félix y sus jalabolas.
No tardaron mucho en llegar a la casa de la rubia, notando como sus amigas y las amigas de Rosé estaban sentadas en el porche esperando por ellas.
-¿Dónde coño se metieron? - preguntó Lisa entre enojada y preocupada, acercándose a su hermana para asegurarse que estuviera bien. - Gracias Dios.
-Exagerada. - dijo Jennie, yendo a sentarse al lado de Momo. - ¿Tas bien?
-Bueno, marica, a mí me tocó Seungmin, pero a Mina le tocó Changbin, deberías preocuparte más por ella. - le respondió la pelicorto.
Volteo a mirar hacia donde estaba su amiga tirada en el suelo con Nayeon a su lado. La caraqueña la miró con reproche señalando el rostro moreteado de su novia.
-Estoy mamada de que cada vez que te ganes un peo, Mina salga perjudicada también. - escupió Nayeon. - ¿Qué crees que hubiera pasado si Lia no hubiera avisado sobre que iba llegando el CICPC y no nos hubiera dado chance de nada? Por tu culpa se las hubieran llevado a la comisaría y les hubieran dado su muenda e pela también.
-Yeonnie, ya deja. - quiso intervenir Mina.
-No, tú cállate esa jeta. - espetó. - ¿Cuando será el mardito día en el que dejes de ser una puta egoísta y madures, Jennie? ¿O no vas a parar hasta que de verdad te metas en un problema del cual no salgas viva?
Jennie frunció el ceño y agachó la cabeza, quedándose en silencio.
-De acuerdo, suficiente. - dijo Mina, sentándose. - Vámonos, te acompaño a tu casa.
Jennie se quedó en silencio y no dijo más nada hasta que cada una de sus amigas se hubiera ido, incluso Lisa y Rosé habían entrado a su casa y habían dejado a Jennie ahí con Jisoo haciéndole compañía.
-Deja de matarte la cabeza, carajita. - fue lo único que dijo Jisoo después de un largo silencio. - Estoy segura de que ninguna de las muchachas está realmente enojada contigo, solo que pues, Nayeon tiene razón, pudo haber sido peligroso. - Jennie suspiró. - Ven, vamos, ya tía Fanny debió de haber llegado.
Con eso, Jennie recordó que no había lavado la losa del almuerzo y lo más seguro era que su madre le cayera a palo nomás entrara por esa puerta. Jisoo no pudo evitar soltar una risa al ver a su prima pasarse las manos por la cara.
-El coño e su madre.
-Te lo dije.
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