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Capítulo 21: ֍‡ Punzada ‡֍



¡Truk!


Una niebla se formó de la nada dentro de un bar, expulsando de ella lo que parecía ser un objeto grande, cayendo pesadamente lo que tenía resguardado, dejándolo sobre el piso refinado.

Uhhh...

Shigaraki.

Cállate...Kurogiri masculló con dolor y resentimiento. Esos bastardos...me jodieron ambos hombros tratando de mover sus brazos al frente suyo, pero fallando miserablemente. ...Y también las piernas...uugh detrás de su máscara, el único ojo visible que tenía se expandía en una clara expresión de locura. -fuimos derrotados rghk~.

Su compañero solo lo veía indiferente, recientemente reformado, incapaz de formular otras emociones que no sean las de un trastornado común. Algo para nada normal en un humano, pero para su amo, eso era perfecto.

Incluso teniendo al Nomu... ¡Rrgh! ¡Se deshicieron de nuestro Nomu! Sus dientes rechinaban por debajo de la mano que lo cubría. Y todos esos payasos...ni siquiera pudieron hacerle algo a esos chicos -su mirada se entrecerró. Eran fuertes... más sin embargo. ... Jum...

Una risa salió de sus deteriorados labios.

Ujujuju~ejejeje~...sin embargo~...



Los pude romper...uju~... ¡Ujujujujejejaja~! —A pesar del punzante dolor en sus heridas, él seguía riendo. —pude verlos romperse~...mmh —su regocijo se apagó. —pude haberlos matado...pude haberlo ¡Hecho! ¡Todo...! —su carraspeó con agresividad. — ¡Es su culpa! ¡Me...mentiste~! ¡Ese sujeto no se ha debilitado~!

Tranquilízate, Shigaraki Tomura...

Una voz llena de estática provino del único televisor dentro del local, adueñándose fácilmente de la atmósfera del lugar con su tono galante y altivo.

Yo no te he mentido, yo solamente fui...muy optimista —sus últimas palabras se connotan en un tenue desagrado. —Hmm, a pesar de eso... —una segunda voz se unió a la conversación. —parece que fuimos subestimados, ¡hmf! Me alegra saber que por ahora nuestro nombre de "La liga de villanos" sea tan simple —comentó con cierto alivio la anciana voz. —De todos modos, ¿qué pasó con aquel trabajo que hicimos el maestro y yo? ¿Aún no han recuperado su cuerpo?

Tomando un paso al frente, Kurogiri daba el informe sobre su arma perdida.

—Lo mandaron a volar —contestó mientras inclinaba la cabeza. —Fue expulsado fuera de los límites del centro de simulación; desconozco donde haya caído. Sin la disposición de sus coordenadas exactas, no seré capaz de encontrarlo, por mucho que me transporte —estando en la misma posición. —En estos momentos, dudo que tengamos esa clase de libertad para buscarlo.

Ahhh...pensar que me esmeré tanto en ese proyecto como para injertar aquel poder que rivalizaba con All Might...Ahh-oh bueno...no se puede hacer nada, es un pesar —exhalando con desánimo ante la pérdida de una de sus mejores creaciones hasta el momento.

Un poder...que rivaliza con el de All Might...Ah —aquellas palabras le habían hecho recordar algo. —es verdad, había un tipo en nuestro grupo...que pudo rivalizar...



...con All Might.



—...Oh, ¿en serio?

—Pero el tipo perdió, fue lanzado junto al Nomu —sus nervios se crisparon nuevamente. —pensé que sería útil y tan solo decepciono. Creciendo y cambiando su forma; sin duda fue solo un payaso más.

Hmm, ¿un tipo de las calles con el poder de All Might? Sin duda debió ser una rareza, algo cómo eso no se ve todos los días...será mejor checar eso para después —poniéndose como nota mental buscar entre los registros de los criminales mandados a la invasión. —Parece que lo de hoy no fue del todo en vano...—volviendo hablar la misma voz grave y galante. —Lo intentaremos otra vez, ¡con un nuevo grupo, elegidos de manera manual! ¡Cada uno siendo una herramienta eficaz para la misión! No importa el tiempo que nos tome, nos volveremos a levantar ¡Y recuerden, en estos momentos no podemos movernos libremente! Es por eso, que un símbolo como tú es necesario...¡¡Shigaraki Tomura!! ¡La próxima vez que salgas al exterior, le demostrarás al mundo, lo verdaderamente terrorífica que es tu existencia!



∞‡ {-֍-}-ᴥ=-ᴥ֍ᴥ-=ᴥ-{-֍-} ‡∞



Tap~

           Tap~

Tap~


— ¿Aki-kun? —Subiendo su madre por las escaleras, ella se paró frente a su puerta, levantando uno de sus brazos para tocar suavemente. 


Toc~

            Toc~


—...


Pero no hubo respuesta.


—...Huff... Hmp.

Creeak~

Tomando valor, abrió la puerta de la habitación, aplazándola con lentitud para no ocasionar ruido en caso de que su hijo siguiera durmiendo.

—Aki-ku-¿Huh? —Asomando su cabeza por la ranura, dirigió su mirada hacia su cama, solo para notar que estaba vacía. — ¿Ya...ya se despertó-¡ah!?...¿Eh?... ¿Qué...?

Al no verlo, extendió su vista a todo el lugar, checando si es que estaba en uno de los rincones del cuarto, ¡y los estaba! Solo que...de la forma que no se esperaba.

— ¿Akini?

Hasta la otra punta de donde estaba parada, se podía apreciar la forma de un bulto tapado superficialmente con mantas. Al principio creyó que se trataba de solo ropa amontonada arrinconada en una esquina, siéndole extraño; no fue hasta que se acercó un poco más en el que noto una cabellera negra tambaleándose de lado a lado.

Mmh-mrf~mrrgf~... —parecía hablar entre sueños.

¿Huh? « ¿Acaso...él durmió así toda la noche?», la incógnita de saber si su hijo se desveló durante toda la madrugada de esta forma, o si tal vez, era a causa de algo que no lo dejaba dormir. « ¿Cómo qué?», bueno, eso era fácil de saber. ¿Cómo no saberlo cuando la razón estaba inundando todas las redes de comunicación en éste momento?

Si bien él ya les había dicho ayer que es lo que había sucedido, no suprimió el temor cuando ambos escucharon la noticia está mañana. 110 criminales invadieron U.A; nueve heridos, cinco en estado grave, dos profesores y tres alumnos; uno de ellos...siendo su hijo.

Hahh —no podía olvidar esa imagen de él...en una camilla...otra vez. « ¡Basta!»...Ahhh —no había que pensar en eso. En éste instante, lo único que importaba ahora era...despertar a su pequeña lagartija. —...Uhm ¿Aki-kun? —Subiendo su mano para acariciar su melena. —Despierta cariño, ya es hora del desayuno —sonriendo dulcemente, pasó su mano dorada por la curvatura de su cabeza, esperando que con su toque se levantara.

— ¡¿Hah-ah?!!

¡BAM!

— ¡Uagh!

— ¡¿Akini?!

La inesperada acción de su primogénito la hizo tropezar hacia atrás, pero recomponiéndose con rapidez para ir y ver si se dañó del golpe que él mismo se dio.

— ¿¡Estás bien!?

Ay~, ay~, ¿qué...qué pasó ugh~? —Levantándose del piso algo desorientado, mientras se masajeaba la coronilla de la cabeza. —... ¿Uh? ¿Me caí de la cama? —Notando como él se encontraba en el piso con sus cobijas dispersadas en el suelo.

—Oh-uhm, eso...creo —respondió Ima con cierta duda. Escucharlo decir que se cayó le hizo darse cuenta que posiblemente pudo haberse bajado de la cama en un determinado tiempo de la noche, y que él no se había dado cuenta. «Hmm...» huff, deberías tener más cuidado cariño; ahh bueno, no importa, vístete que el desayuno ya está listo.

—Uh sí, lo siento —disculpándose por el regadero de tela que había dejado varada en el suelo.

Parándose con cierta dificultad y extrañeza, agarró entre sus manos las cobijas desdeñadas por su actuar errático nocturno. Ahora mismo, no recordaba muy bien él porqué de aquella actitud.

En el día de ayer a las tres con cuarenta y cinco minutos de la tarde, la tan prestigiosa escuela preparatoria U.A fue invadida por un grupo de villanos autoproclamados como "La Liga de Villanos", tal organización se desconocía con anterioridad, por lo que se especula que ha sido creada recientemente. Unos teorizan que es así debido a que su único propósito era invadir la anterior dicha localización, en una clase de primer y único golpe.

—Mmh...

¡Crunch! Mrunch~

Un cereal no era malo para iniciar el día y menos cuando ahora mismo observaba atentamente las noticias en la televisión, nuevamente informando acerca del atentado del día anterior en su escuela. Debió de ser un suceso muy impactante como para que lo vuelvan a retomar.

Sin embargo, es innegable no vislumbrar el daño que ocasionaron, dejando heridos a profesores y alumnos dentro del incidente, teniendo incluso dentro de sus filas al recién adquirido maestro All Might —un ligero rastro de incredulidad pasó por las últimas palabras que leía. —Es cierto, aun cuando fue noticia nacional el nuevo empleo del héroe número uno, pareció no importarles —la presentadora parecía intrigada.

No lo creo —negó su compañero ante lo último dicho. —Ellos sabían muy bien a lo que iban.

¿Entonces...?

Sí, parece que esos malhechores lo tenían planeado desde un principio —confirmó él, tratando de desviar su mirada hacia abajo para que no vieran su nerviosismo. —Después de la noticia de All Might, algo como esto pudo ser previsible.

Uhm...bueno, alejándonos un poco del tema, el director se anunció está mañana para resolver dudas y aclarar desentendidos por parte del público, siendo el tema principal uno de los alumnos damnificados durante la invasión —mostrando la foto del mencionado con la cara pixelada. —sufriendo lesiones permanentes que le privaron de su movilidad...


¡Crunch!


¡Mgh~!

Como también...de su sueño de ser un héroe. 


Ya no tenía hambre.


—...«...Mineta»


A pesar de que lo intentó, a pesar de que verdaderamente quería salvarlo, él...no pudo hacerlo; él falló.

—...

—... ¿Uhm? ¿Hay algo malo cariño? —Preguntó su madre al otro lado del cuarto, viendo ella cómo parecía perdido en el plato que tenía debajo de él.

—... —el plato seguía medio lleno. —No...solo estoy pensando. 


→/-/


Hah...huff...

Sentado en el borde de su cama, solo en su habitación y con la mirada decaída, Akini seguía meditando lo sucedido en aquel día.

« ¿Lo estaba sobre-pensando?», tal vez, tal vez no, es solo que...esto es lo primero dentro de todo lo que vendrá; ¿cómo sería capaz de hacerle frente a todo lo del futuro si acababa de perder esta primera batalla? Y no es que ganar hubiese significado meter a todos en prisión y derrotar a AFO en el mismo día; para él, ganar debió ser que los sucesos de la línea original nunca se hubiesen alterado.

A cómo debieron ser las cosas, él tenía la ventaja, pero claro, lo había olvidado...había-olvidado ¡Todo!

— ¡¡Maldición!! —Masculló con frustración, golpeándose la cabeza con ambas palmas de sus manos, a la vez que se jaloneaba los mechones rebeldes de su pelo.

¡Eso habría cambiado todo! ¡Sí solo...! Ahhh... ¿A quién quería engañar?

—... —su mirada anteriormente vivaz de enojo, fue cambiada tenuemente a una afligida, para después convertirse en una de tristeza. —...no «No creo que nada de eso habría cambiado algo».

Eso ya lo había pensado con anterioridad, en un intento de cambiar los acontecimientos venideros para que al final resulten en peores sucesos. No quería correr esos riesgos.

«Oh simplemente no quiero hacer esto»...Ahhh —ya había decidido que sería un héroe ¿No es así? Qué patético sería de él huir ahora. «Ya no hay vuelta atrás»

Creeeak~

— ¡Ah! ¡¿Ah?! — ¡Su espalda! ¡Escucho algo! — ¡Ahh! Ah-¿Uh?


Solo fue la puerta de su habitación.


—... ¡Aahg! —Con disgusto, cubrió su cara con su mano, dejándose caer de sentón sobre el suelo con su parte de atrás cubierta por la pared en la que se sostenía. — ¡Tch!

Con su parte trasera de la cabeza golpeando la edificación detrás suya, pensó...en lo ridículo que se sentía respecto a esto.

« ¿Por qué reacciono así?», era raro, pero cada vez que le daba la espalda a algo, se sentía débil, indefenso, como si estuviera a la merced de algo más. «Lo odio», era un sentimiento desagradable.

Por si no fuera poco, cada vez que intentaba pensar en eso, un malestar terrible bajaba por su estómago, golpeando pesadamente hasta obligarlo a vomitar, convirtiendo automáticamente a su paladar en un foso de carne descompuesta. ¿Por qué?

Huughh...—pasando su mano por sus cabellos azabache, nuevamente golpeó su cabeza contra la pared anterior a él. —Qué tontería.

¿Era tonto de su parte pensar en estas cosas que le hacían sentir mal? ¿O era tonto por sentirse mal por cosas sin sentido como estas? De igual forma, cualquiera de las dos opciones que él pensaba en este momento; ambas resultaban ser igual de tontas. 



→/-/


Hhuj~...Huhj~...Huhj~ —pequeños y silenciosos ronquidos salían de la boca de aquel chico reptil. — ¡Haahjj~! ¡Cof! ¡Cof! ¡Ahgcof! ¡Ahem! Ugh... ¿Uh? —Mirando extrañado sus alrededores. « ¿Me quede dormido?»

Preguntándose ahora internamente su ahora afán de dormir en la pared, se puso de pie y estiró un poco su cuello antes de dar un paso más. Acarició con su mano su hombro dolido por la mala postura que tomó al dormir; Akini suspiro para aliviar su pesadez.

Hughh... —tallándose los ojos para limpiar cualquier rastro de lagaña, parpadeo un par de veces para que su vista se vuelva a recomponer. « ¿Por qué me siento tan adormilado?», según él no era de los que tomaban siestas así de repente; esto era una acción bastante fuera de lugar por su parte. —Extraño.

No queriendo pensar mucho sobre eso, decidió ignorarlo, así optando en este mismo instante ir a tomar una ducha, para así al menos despejar un poco su mente después de todo lo sucedido.

—Jum.

Volviendo a su habitación para tomar nuevas prendas, no se había dado cuenta de los murmullos que se oían por debajo de su piso, siendo estos originados por dos personas en la sala del comedor.

Trick~

            Trick~

Trick~

El sonido de trastes chocando los unos con los otros era el único indicio de presencia luego de que un silencio cortara los murmullos que se oían con anterioridad. El traqueteo de los platos seguía, acompañado con el exprimir de una esponja mojada, siendo evidencia de que alguien estaba ocupándose de limpiar los trastes hoy.

— ¿Estás bien?

— ¿¡Huh!? —Dando un pequeño salto en su lugar ante la inesperada pregunta, volteo su cabeza hacia un lado para mirar el origen de la voz. —...

— ¿Hm? —Él simplemente la miro.

Huff...sí...no, no lo sé —tres estados de ánimo pasaron en menos de cinco segundos por la cara de Ima, siendo la última un gesto de preocupación. —Solo...Uhhg.

—... ¿Cómo está? —Iría de a poco, no quería presionarla.

Eso me gustaría saber —su cabeza se agachó con vista a sus rodillas, evitando cualquier contacto ocular con el otro en la habitación. —Aunque...Ahhg, muy posiblemente no la esté pasando bien.

Dejando la tarea que estaba haciendo, Héctor se limpió las manos y se encaminó directo al comedor, tomando una silla a la par de ella y sentándose en el lugar.

— ¿Ya hablaste con él? —Poniendo una de sus manos en sus hombros en un gesto de confort.

—Sí, pero...—rascándose la mejilla con cierta inseguridad. —No parece triste o más bien, parece...normal —eso era lo que le daba más temor.

— ¿Normal?

—Pero sé que no es así —dejando que su espalda se recline en el respaldo de la silla, subiendo su mirada al blanco techo que tenían. — Ha estado actuando extraño desde ayer, todo eso de...alejarse y mirarnos de esa forma...Huff —con cansancio, se dejó caer en el hombro de su marido, quien la recibió con un abrazo.

—Ciertamente, es algo lo cual me produce escalofríos —concordando Héctor ante las acciones peculiares de su hijo.

—No lo puedo culpar —una mirada triste brillo en sus ojos. —...Sabes, no puedo dejar de pensar...en lo horrible que debió ser para él —Héctor solo se quedó callado. —No sé qué es lo que debería decirle. Cada vez que pienso unas palabras reconfortantes para decirle, mi garganta se cierra, siempre que...siempre que veo esa zona lacerada suya~, hace que mi voz no quiera salir~ —su voz se apagaba cada vez más y grietas en ella comenzaban a aparecer. —Eso~...solo me vuelve en una hipócrita~, ¿no es cierto?~

—Ima —firme, Héctor la puso en frente de ella, sujetándola de los hombros y mirándola directamente. —No digas esas cosas —su tono no era de regaño, ni tampoco de enojo, solo era...un comprensivo y acogedor tono que la envolvía.

—Pe-¡Pero-...!

—Lo sé, entiendo tu sentimiento, sé que ahora mismo estás bastante preocupada —una ligera sonrisa adorna su rostro. —Te preocupas por él, quieres estar con él, pero no sabes cómo puedes acercarte sin provocar ese rechazo hacia nosotros; sé que eso te disgusta —un ceño fruncido apareció en la cara de su esposa, siendo esta una evidencia que sus palabras eran verdad. —créeme...yo también lo estoy —su cara decayó por solo un momento, siendo esto no visto por Ima.

—...Pero yo~-...

Shhh~ —su marido la silencio con unos de sus dedos, poniéndolos suavemente sobre su labios. —...nosotros ya pensaremos en algo.

Pero es que-...

—Shhh-shh, ya, ya.

Uy~ush-mph —Ima sentía como sus mejillas eran moldeadas y jaladas por la propia voluntad de su esposo, siendo ella que intentaba decirle que se detuviera. — ¡Heschctoor! ¡Shueltamee-ee!~

Noprespondió con una sonrisa.

—Uuhh-huh-huuh~ —ahora sintiendo como le apretujaba su cara. — ¡Deja de mashajear mis cashetes!

— ¡Jejejejaja! Lo siento, pero me causa ternura verte de este modo —siguiendo jugando con ella, hasta sentir como se le escapó el aire ante un golpe de sus palmadas dirigidas a su pecho. — ¡Huahh! ¡Cof! ¡Cof! ¡Ahga-Okey, okey, está bien! Me detengo jeje —intentando recuperarse del anterior "golpecito".

—Hmp, ¡uish! Deja de lado tus bromas Héctor, esto es serio —cruzando ella sus brazos a la vez que miraba a otro lado con pena, ahora intentando recuperar su seriedad de antes.

— ¡Jajaja! —viendo el actuar de ella. 

—No me gusta verte triste, Ima —con delicadeza, posó su mano en un lado de su rostro, pasando sus dedos entre su lisa piel y escamas refulgentes. —...A ninguno de ustedes.

— ¿Uh? —Mirándolo ella con curiosidad, viendo de nueva cuenta esa faceta que muy pocas veces ve en él.

—Ima...

— ¿Sí?

—Yo seré quien hable con él, ¿entendido?

— ¿Eh? ¿E-estás seguro? —Replicó un poco insegura ante eso.

—Tranquila, por supuesto —subiendo sus hombros con confianza. —Entre hombres nos entendemos Jejeje.

Ahhh...por supuesto —rodando sus ojos al ver de nueva cuenta que su actitud normal había vuelto.

—Sí Jeje, después de todo tengo que hacer algo con este día que me dejaron libre.

Mientras esta conversación daba lugar, el joven lagarto seguía un piso arriba de ellos, resguardado en la habitación del baño donde anteriormente había entrado. En un principio quiso darse un baño, pero se encontró con el inconveniente de no poder despejarse de sus prendas.

No es que estuvieran pegadas directamente sobre su piel con un adhesivo puesto a broma, sino que...no podía, no se sentía...bien.

—... ¡Tch! —Apretando sus dientes con desagrado, ya molesto ante estas actitudes sin sentido que tenía. ¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¡¿Qué razón había de estas?! ¡Estas sensaciones desagradables que sentía cada vez que intentaba pensar en su origen! Era asqueroso...horripilante. — ¡Gugh!~ —Tapándose la boca con rapidez ante el reflujo inesperado. — ¡Ahh-hah-ahh! ¡Khg!

El sudor frío salía por sus poros y sus vellos se erizaron como nunca; se sentía débil, indefenso, que no importaba donde mire, siempre había alguien ahí ¡Siempre ahí! ¡¡Siempre en su espalda!! ¡¡Está ahí!!

¡¡Ahh-hah-ahh!! —Estaba hiperventilándose, no podía respirar bien, este lugar era muy pequeño, no podía ¡No podía! —¡¡Ahh-hah-ahh!! — ¡Necesitaba salir! ¡¡Necesitaba salir de aquí!! —¡¡Graah!!

¡Truck!

¡Truck!

            ¡Cruck!

¡Truck!

Sin nada de tacto con sus movimientos, golpeteo con salvajismo la puerta hasta abrirla, desesperado y con la mente distorsionada, Akini veía ahora mismo solo sombras y túneles cerrados, acercándose para apresarlo en la oscuridad más profunda, uno donde no podía gritar, donde no podía pensar; solo un maniquí...prisionero de su propia mente.

—¡¡Fuera!! ¡¡Fuera!! —Gritaba a las ilusiones frente a él, corriendo y tropezando en su camino para salir de aquí. « ¡Necesito salir!~ ¡Hah-ahg! ¡¡Quiero salir!!!»


—Me es curioso el cómo de fácil te dejan el día a ti, Héctor —miró Ima con cierta sospecha, alzando una ceja y rascando su barbilla con intriga.

— ¿Hmm? ¿Acaso no te gusta tenerme cerca de ti? — Recargando todo su peso en una silla, mirándola con un gesto seductor.

— ¡Jajaja! Ay~, si tenerte en el trabajo significa no tener que ver esa expresión pretenciosa tuya... —reclinando su rostro para que quedara a centímetros de él, igualando su misma expresión. —Pues por mí estaría bien~.

—Aúch, tampoco era para que me dijeras eso, yo si te trato bonito —poniendo todo de sí para mostrarse lindo ante ella.

— ¡Uish! No hagas eso, ya estás grande —desviando su cara con fingido desinterés y claro desagrado.

¡Uagh! —Un estrujón potente fue lo único que sintió Héctor en su corazón, como también en su ya socavado orgullo. — ¡Cof!~ ¡Cof!~...que mala~ —derrotado a pies de ella.

Fufufu~ ya levántate —riendo y pateándolo suavemente para que se pusiera de pie. —Ahhh~...gracias —una cálida sonrisa, acompañada de un mirar agradecido, era lo que su esposo recibía de ella.

Jum~, no es nada —devolviendo su clásica sonrisa, una...siempre radiante.


¡TRUM! ¡TRUM!

            ¡TRUM! ¡TRUM!

¡TRUM! ¡TRUM!

— ¡Ah! ¡¿Qué...?! —Ambos exclamaron con sorpresa ante los fuertes golpeteos que escucharon a poca distancia de ellos. — ¡¿Qué fue-Ah?! ¡¿Akini?!

Su padre siendo el primero en ir a ver, observó cómo su hijo estaba tirado en el suelo, siendo ahora consciente que él había sido el causante del ruido reciente.

— ¡Akini!

— ¡¿Ah?! ¡Hah! ¡Agh! —Recuperándose al instante, se removió de su lugar y se paró en su sitio, listo para correr de nuevo.

— ¿Eh? ¡Espera! —Tratando de llamarlo para que se detuviera, mas no tomando en cuenta el estado en el que se encontraba en ese momento. — ¡Akini!

¡Hah-ahh-ahh! —Sus oídos estaban tapados por su propio miedo.

¡Espera!Corriendo para poder alcanzarlo. — ¡Necesitamos hablar sobre lo de-...!


¡Tap!


Un toque en su hombro...de alguien que no veía.

«¡¡¿Hah?!!», sus ojos se deslizaron con pavor. « ¡Ahh-hah-ahh!», y lo único que vieron...fue la figura de una sombra alzándose sobre él. —A...aléjate~ —su voz apenas fue un susurro. —No...no... —y de repente...todo explotó. —¡¡¡NO ME TOQUEES!!!!



¡Trum!

—¡¡Aahh-aahh!! —Tropezando sobre sus pies, Akini se arrastró desesperado sobre el suelo, con sus garras rasgando la madera y dejando pequeñas trizas en ellas. — ¡Hah-ahh! ¡Hah-ahh! —Apoyándose de la puerta, dejo escapar grandes exhalaciones, una detrás de otra con cortos periodos de tiempo entre ellas. Parecía como si hubiese salido de un mar lleno de sal, con la piel ardiendo a causa de las quemaduras de su propio sudor, pidiendo con impaciencia salir de su cuerpo. —Hah-ahh...Hah-ahh... ¿¡Uh!?

Su corazón dejó de gritar; la sangre anteriormente histérica se hizo apaciguar; sus oídos prontamente volvieron a la claridad. Ya no era más un tenue y sofocante vozarrón, sino más...unas voces ligeras que lo llamaban.

— ¡Héctor!

— ¿Huh? —Reaccionando al tono de su madre, el joven lagarto desvió su atención a la escena frente a él, siendo impactado por la imagen que sus ahora ojos veían, transmitiéndole un sentimiento; ese recuerdo...que deseaba olvidar.

Agh...

Tres cortes medianamente profundos trazaban paso por la mejilla izquierda de su padre, con pedazos de carne expuesta y ríos de sangre brillando por el borde de su cara, pero lo que más le aterro fue su mirada. ¿Por qué lo miraba así? Con esos ojos que denotaban sorpresa y...miedo






¡Ahh-Hah-ahh! ¡Ghg! —Eso...él...no quería~. — ¡Hah-ahh-Krgaah!! —No quería recordarlo. — ¡Ahh-hah-aah-graaah!!!

¡BAM!

¡BAM!

¡BAM!

¡BAM!

Queriendo sacar esos pensamientos horribles de su cabeza, posó su mano a un lado de su cara y se azotó a sí mismo en la pared que estaba tras él. No quería pensar más en eso...no quería recordar eso...¡¡No quería recordar nada!!

—¡¡Akini!!

— ¡¿Ugh?!

Deteniéndose ante el llamado de su madre, vio entre la abertura de sus dedos su cara fruncida; una expresión que solo se podía describir con una sola palabra. Aterrorizada.

« ¡NO!»...lo...lo siento~ —sus piernas temblaban ante el peso que cargaban, con sus músculos apenas aguantando mantenerse en pie. — Lo siento~ —no quería seguir estando más aquí. — ¡Hah~! ¡¡Perdóname!!

— ¡Espera!

Sin mediar palabras, abrió con urgencia la puerta del corredor principal, extendiéndola lo suficiente para que su cuerpo quepa y salga de allí de una vez, dejándolos con un sonoro portazo como signo de su salida apresurada.

— ¿Qué... qué le sucede?... ¿Por qué...?

—Me equivoque.

— ¿Huh? —Giró con sorpresa ante las palabras de su esposo.

—Parece-¡Auch!—Con una sonrisa decaída, topó con cuidado las marcas que le dejó su hijo, sintiendo todavía como su líquido vital seguía escurriendo. —...que le afectó más de lo que pensé.


¡Tap!

            ¡Tap!

¡Tap!

            ¡Tap!


— ¡Hah-ahh! ¡Ahh-ahh! 


Corriendo en las calles de su vecindario, el pequeño Akini escapaba velozmente de su casa, no creyendo lo que acababa de hacer.

¡Hah! ¡Debo de calmarme! ¡Debo de calmarme! ¡Debo de calmarme~! —Cerrando sus ojos con fuerza, obligando a que su mente hiciera caso a sus demandas. 

¡Tap!

            ¡Tap!

¡Tap!

             ¡Truk!

— ¡Agh! ¡Ey! ¡Fíjate niño! —Grito enfadado un señor en el piso, alzando su puño y maldiciendo al joven lagarto que ya se había ido momentos atrás.  


¡Tap!

            ¡Truk!

¡Truk!

            ¡Tap!

¡Tap!

            ¡Truk!

— ¡Uogh!

— ¡Ey!

— ¡Oye!

— ¡¿Qué te pasa?!

Sin prestar atención a sus alrededores, empujaba de su camino a cualquier persona que se le pusiera enfrente. Ciego y sordo ante los reclamos, el joven kobold buscaba un lugar donde poder estar solo; ¡necesitaba pensar, necesitaba calmarse, necesitaba...! Necesitaba...

— ¿Uh?

Sintiendo un cambio claro en el ambiente, frenó en seco, tropezando un poco ante su abrupto detener, rasgando tierra y pasto en el proceso.

« ¡Espera!»

Sin darse cuenta, había llegado a aquel lugar donde concurría antes cuando era niño. Un sitio fuera de gente y ruidos, con la única compañía de los árboles, el viento...y el cielo.

—... —hace tiempo que no venía hasta este lugar. —...Hmm.

Todo parecía más descuidado, desolado, con hierba tan alta que le cubría hasta las rodillas. Era claro para él que este lugar había sido abandonado.

—...


Swrish~

          Swrish~

Swrish~

Decidiendo caminar un poco por aquel lugar, se adentró de a poco en el extenso bosque, intentando que las sombras que lo cubrían lo envolvieran en un sentimiento de calma...pero no resultó así.

Ghg~ —en vez de una paz en la arboleda, lo único que sintió fue repelús, tapando su boca con cierto asco.

Trataba de no prestar tanta atención a ello; pensaba que solo se trataba algo de su mente, algo que no importaba en absoluto. Ignorando cada vez más esas fosas de su psique, apresuró su caminar dentro del bosque, como si hacer eso lo alejara de los problemas que ahora mismo estaba teniendo.

Pero no era así; no era así cómo se resolvían las cosas. Haciéndose el tonto y cerrando la basura detrás de un armario de madera, no contando que con el tiempo esa misma basura comenzaría a oler hasta que sea insoportable. ¿Era capaz de estar en esa misma habitación con ese desagradable olor encima?, ¿creía que con solo ignorar el hedor este solo se desvanecerá? Para nada.

¡Srish~!

            ¡Srish~!

¡Srish~!

           ¡Srish~!

Pronto comenzó a correr, rompiendo y deshaciendo cualquier hoja o rama que se le atravesase. Era un tonto en hacer eso y, era aún más tonto creyendo que todo esto sería fácil, pensando que todo seguiría bien mientras dependiera de una sola persona; ese...fue su error. 


¡Track!


— ¡Uah-agh!

Tropezando con una raíz, dio tumbos por un pequeño desnivel, pasando entre maleza y rocas, desalineando su apariencia por completo.

—Hah-agh ¡Ghk! ¡Tch-rraah!

Sin perder tiempo, volvió a levantarse, corriendo de nueva cuenta, ignorando el túmulo verde con el que se acaba de golpear hace segundos. ¿Dónde estaba yendo? No tenía idea, solo quería escapar, escapar de la culpa, escapar de la responsabilidad; ¡escapar del miedo! ¡No quería esto! ¡No quería soportar estos sentimientos tan absurdos!

Era demasiado, parecían casi desbordarse de su cuerpo cual si fuese una copa llena a punto de explotar. ¡Su cabeza no daba para más!

¡Hah-ahh! ¡Ahhh! —No pudo hacer nada... ¡Lo arruino todo! ¡Debió hacer algo! ¡¡Debió haberse preparado mejor!! —¡¡Tch-grrgh!!~

Era su responsabilidad... ¿no es así?

—¡¡No!! ¡¡No lo es!!! —Sus garras agarraron los mechones de cabello que le colgaban. —¡¡No es mi responsabilidad!! ¡¿Por qué?! ¡¡¿Por qué pienso que es así?!!

Un peso autoimpuesto que desconocía su origen, o simplemente renegaba de ello; probó lo que trataba de convertirse en héroe y no le gusto, ¿ahora lloraría por ello?

¡Maldición!~ —Sus dedos pasaron de su cabello a su frente, lentamente pasando por sus párpados. —... ¡Yo~!...yo solo quería hacer bien las cosas~.

Sus lágrimas no se hicieron esperar, cayendo de la misma forma que lo hicieron siempre, con un camino hecho solo para ellas. Se sentía...realmente culpable, especialmente con él, a pesar de que estaba cerca, no pudo...no pudo salvarlo.

¡Ghk! —No podía creer que fuese tan inútil como para caerse en el medio de una situación tan grave. — ¡¡Maldita sea!! —La voz quebró con furia.

Incluso sus compañeros pudieron haber muerto, si-si tal vez...no, no, no.

« ¡¡Qué tontería!!», sacudió su cabeza con violencia hasta hacer estallar los huesos de su cuello con sonoros crujidos. Él negaba la idea que todo fuese su culpa. — ¡Maldición! ¡No, no lo es...Krgh! —Y aun así, ese sentimiento no mermaba.

El salvajismo apareció en su mirada, brillando con un fulgor rojo que se desprendía de sus escleróticas blancas, venas que parecían a punto de estallar.

¡¡Kgrh-hghaaaahhhh!! ¡¡¡Aaaaaaaah!!! —Un grito gutural desde lo más profundo de él, sacudiéndose el cabello con fiereza, moviendo sus brazos sin cuidado en movimientos frenéticos. —¡¡Grraaah!!

El mismo punto estático del cielo se volvió a cerrar, engulléndolo otra vez en un cilindro de tinieblas que pronto se oscureció, apresándolo como si una habitación claustrofóbica se tratase; sin poder moverse y faltándole el aire ante el avance imperturbable del miasma negro.

¡Hah-agh!~ —Pronto subieron por él, aquellas manos que ahora resguardaban su cuello, rasgándolo y obligándolo a abrir su boca para que su voz no vuelva a emitir sonido. — ¡Hah-ahh! ¡Hah-ahh! —El solo podía presenciarlo, con sus ojos a punto de salirse de sus cuencas ante el momento memorable de varios años atrás. «¡¡Guaaaah!!!»

En un instante los recuerdos nublaron su mente, golpeando crudamente como un martillo en su cráneo, abriéndose entre grietas en sus sensaciones físicas, cosa que ya no puedo aguantar.

—¡¡Bruaargh!!~ —Un vómito ácido salió de su garganta. — ¡Ghg-rrgh! ¡¡Gruaaagh!!~ —Un segundo embate de su estómago lo hizo inclinarse sobre su abdomen, sintiendo el vacío y estrujamiento en esa parte. 


¡¡SHRUAK!!


¡¿Ugh?!... — un estremecimiento fantasmal...que le hizo romper. 

¡Trum!


«¡¡UAAAAAAAAAAAAAHHHHH!!!», su boca estaba sellada, teniendo prohibido el don del habla, teniendo que ahogarse en su propio dolor imaginario.

Acostado boca abajo en el césped, meciéndose ante la suave briza de la tarde, acompañándolo con las hojas siempre verdes de los árboles; brindando sombra y luces cálidas del sol para quienes estén por debajo de ellos. Hacer que tales elementos le brinden a cualquiera la paz que tanto necesitaban.

—...

Sus ojos estaban a su máxima capacidad.

—...

Mirando nada más que a la nada.


Shrish~


Apoyándose con una de sus manos para levantarse del suelo que ahora ya no siente.

—...

Preguntándose una vez más ¿Por qué?


Swish~


Deslizando sus rodillas para apoyarse en ellas, dejando que todo su tronco quede curvo hacia adelante, con sus hombros, brazos y espalda temblando ante el aire.

—...

Sus brazos tan livianos cómo ramas salidas de un árbol joven, que las llevó a su rostro, cubriéndolo por completo.


—...Huh~...Uhuhuhu~...


Remojándolas con el líquido de sus ojos.

¡Krich!

Apretando sus dedos con más fuerza, dejando que se enterraran más en su tersa piel.

¡Huh! ¡Uhuhuhuhu~!

¡Trisc!

            ¡Cruich!

Cada dedo penetrando con más ferocidad las escamas que lo cubrían.


¡Hah! ¡Ahhhh! ¡Hah-ahhh! ¡Khg! ¡Jajajajajaja!


Deslizándose lentamente bajo su piel.


—¡Hah! ¡Ajajajajaja! ¡Hah-uaaah! ¡Jajajaja!



 — ¡Hah! ¡Ajajajajajaj! ¡¡Hah!! ¡¡Grruaa-...!! 


Jajaja~

            Jajaja~


¿Uh?


—Jajaja~

— ¡Ey! ¡Espera! Jajaja~



—...

A unos metros de él, había un par de niños jugando alegremente en una pequeña zona abierta, corriendo con inocencia y gozo, totalmente ajenos al mundo exterior, sin ni siquiera conocer lo verdaderamente cruel que puede ser el mundo. Pero a pesar de eso, ellos se veían felices.

—... ¿Huh? —Miraba de lejos cómo los niños se divertían, ahora alejándose del sitio donde estaban.

Aún después de haberse ido, él siguió quieto mirando el vacío anteriormente ocupado.


—...




El recordaba cómo era jugar con alguien así antes.



→/-/


Srush~

            Srush~

Srush~

            ¡Srush~!


—...No esperaba verte por aquí, joven Shiwara.

— ¡¿All Might?!

Girando su tronco con vista a la visita inesperada, agrandó sus ojos con sorpresa al ver que se trataba de su maestro demacrado.

— ¿Qué hace aquí? —cuestionó con curiosidad e intriga el reptil.

—Eso mismo podría decirte a ti.

—Ah...uhmm —sin poder decir nada más, volvió a su posición original, balanceándose en el columpio que estaba sentado.

...Hmf~.

¡Ruick~!

            Cruink~

Con un corto suspiro sin soltar, el hombre rubio se sentó a la par de su estudiante, entendiendo ya por donde iba esto.

— ¿Qué es lo que te preocupa, joven Shiwara? —Empezando con una pregunta suave, no queriendo provocar una alteración instantánea en el joven lagarto.

...Perdí.

¿Uh? —Musito All Might sin entender.

—Yo...perdí~ —sus manos se apretaron con fuerza en sus piernas, tronando con gravedad ante la fuerza que su portador ejercía sobre ellas.

— ¿Perdiste? —Repitió el hombre rubio, no intuyendo muy bien a lo que se refería.

—...Mineta no podrá caminar por mi culpa —hablo con una voz helada, una que era incapaz de mantenerse sólida.

—Pero, ¿por qué dices eso? No es tu culpa, los villanos le hicieron eso al pobre chico, tú no tienes nada que ver —intentando hacer que se diera cuenta que lo que pensaba no era verdad.

¡Pude salvarlo!Declaró con un grito que hizo retroceder al mismo símbolo de la paz. — ¡Pero yo...yo!...Me caí —cayendo sobre su lugar al perder el calor de su furia. — Yo... —temblando y con resentimiento, llevó sus manos de camino a su cara, queriendo escapar por unos momentos de la realidad. —Tuve que ver como sufría, sin que yo pudiera hacer nada —el entre medio de sus dedos comenzó a humedecerse con gotas frías. —Todos...todos pudieron haber muerto —su cuerpo comenzó a temblar. —Es...es horrible escuchar los gritos de las personas que sufren...hacen que me den ganas de vomitar~.

—...

El héroe se quedó mirándolo, pensando en que palabras decirle para mejorar su ánimo, pero...

—...Huff «Esto será difícil», conocía lo que pasó con el joven Mineta, obteniendo lo que podría decirse como una desgracia de por vida, una por lo que también se culpaba cada vez que pensaba en eso. Un suceso trágico; junta con las demás que estaban guardadas en el fondo de su mente y corazón. —Huhgf~.

Pensar sobre ello hace que automáticamente llevará una de sus manos a su entrecejo, deslizándose con fuerza, pero delicadeza por su ya desgastado rostro, acabando su recorrido en su afilado mentón. 


Ahora mismo no podía ponerse triste por sucesos del pasado.


—Chico...

—No creo poder ser un buen héroe, All Might.

— ¿¡Qué!?

Interrumpiéndolo justo en el momento que planeaba decirle algo, el joven lagarto va y suelta algo para nada ligero.

—Pe-pero ¿Acaso no querías convertirte en un símbolo, en uno de inspiración? —Recordando esa promesa que dijo hace años, por si se le había olvidado una de las principales razones por lo que entró a U.A. —Tú mismo lo dijiste.

¡Lo sé! —Esas dos sílabas eran clara evidencia de su frustración, pronunciándolas con siseo de rencor consigo mismo, de ser alguien que no es capaz de siquiera seguir con sus propios ideales. — ¡Es-agh!...Es por eso que no puedo ser un héroe.

—...

Está plática parecía bastante familiar.

—... ¿Qué cambió?

— ¿Eh? —Dirigiendo su rostro un poco confundido ante la pregunta de su profesor.

— ¿Qué fue lo que hizo que esa determinación tuya se vea mermada? —Mirándolo directamente con esos ojos hundidos y nada de luz, sin parecer enojado, sino más bien estricto ante él, con un intenso brillo azul en sus pupilas que no hacía más que encenderse por momentos.

Kgh-¡Tch! —Le avergonzaba que algo como esto lo hiciera recluirse en una esquina a llorar, paranoico de su alrededor. ¿Pero qué podía hacer? No podía evitarlo, sentía...sentía. —...Tengo miedo, All Might —su voz resquebrajó con amargura. —tengo miedo de seguir adelante~.

— ¿Le tienes miedo al dolor? —No le gustaba decir esto, pero el chico lo necesitaba. — ¿Tienes miedo a salir dañado en tu próxima batalla, pensando que morirás?

—... —Él solo respondió afirmativamente, agachando la cabeza.

Hmm...ya veo.

Por un tiempo no se escuchó nada más, excepto el rozamiento de las hojas de los árboles unas con otras, con un par de aves cantando en las ramas de estos y el contacto del viento con ellos. Akini comenzó a incomodarse, impacientándose ante este extraño silencio que se generó de la nada.

Parecieron haber pasado horas, pero en la realidad, solo fueron un par de segundos.

—Entonces es verdad...—el cuello del joven dragón trono ante la velocidad que giró. 



Tú no puedes ser un héroe.



—... —eso mismo se había dicho él; eso mismo había dicho apenas y entonces, si es así... ¿Por qué se siente tan mal que otra persona más lo diga? —S-dh-e-entonces~...

No a menos que dejes que ese dolor te tire al suelo.

¿Huh? —Su mirada cambió radicalmente de una lúgubre a una un poco más colorida.

El dolor no está hecho para que lo cargues tú solo, joven Shiwara —volteando a ver al joven de manera sería. — hacerlo simplemente hará que te dañes más, ocultarlo o tratar de mantenerlo para ti mismo no es una solución a corto, ni a largo plazo; eso simplemente te destruirá.

Dando un corto suspiro, continuó.

—Necesitas de otras personas para llevar ese peso, alguien con quien compartir tu dolor.

—Eso... ¿No es algo malo? —Dejar caer tus males a otras personas no era algo que sintiese que fuese correcto, sería molestarlas con cosas innecesarias. —ellos no tendrían por qué cargar con mis problemas.

—Sí, sé que puede sonar cómo una mala acción, pero te aseguro que no es así; no cómo yo lo veo para ti.

Tap~

¡¿Hah?!¡¡Uaaah!!

¡Plaf!

Con un manotazo, retiró el brazo del hombre rubio de su hombro; lívido y fuera de la realidad, miraba con fiereza y tensión al sujeto frente a él, quien se sujetaba su brazo adolorido y veía con sorpresa su expresión.

—...Ya veo «Ahora lo entiendo», en un principio pensó que aquella actitud se trataba solo de su cola y la situación con su compañero Mineta, pero...resultó que no era así, sino de...algo más. «Lo de U.S.J te hizo recordar a lo de aquella vez, ¿verdad?»

Jamás se habría imaginado que tal trauma se avivaría de nueva cuenta en el futuro, siendo lo mejor para él que se hubiese quedado marginado en los fondos oscuros de su mente, olvidado con el tiempo. Pero parece que el destino no quería ser tan gentil.

¡Hah-ahh~! ¡Hah- ahg! ¿Qué?... ¡Ah! —Volviendo en sí. — ¡Lo-lo siento! ¡Yo no-yo-...!

—Tranquilo muchacho, no pasó nada —tratando de calmar al joven kobold de sus disculpas, lográndolo de a poco.

—Yo-lo...lo siento —volviendo a esa mirada de pesadez con la que lo vio al llegar.

Hmf~—este chico sí que era un caso, uno bastante problemático. — ¿Por qué elegiste ser un héroe, joven Shiwara?

— ¿Huh? — ¿Y esa pregunta? —pues...para poder inspirar a los demás.

—Pero dijiste que ya no querías hacer eso, ¿no es así?

— ¿¡Eh-ehm¡? ¡No, para nada! Es solo que...que...no me creo ser capaz de hacerlo —sobre saltándose un poco al principio por eso, solo para al final volver a su estado actual.

— ¿Entonces qué es lo que te motiva a seguir adelante? Sí no es para ser un símbolo, ¿qué es? —Las cuestiones de su maestro calaban en lo profundo de su subconsciente.

—...

Un héroe...un héroe, por mucho que lo repitiese, esa palabra seguía sonando igual de fantasiosa que en aquel día.

Hmm...

¿Era inspirar, o era algo más?, ¿qué es lo que verdaderamente quería convertirse? Lo que debía ser él, lo que puede ser. Y de pronto...lo golpeó.

—Me sorprende...—los ojos hundidos de su maestro brillaron con interés ante sus próximas palabras. —Lo mucho que los niños pueden llegar a admirar a los héroes.

— ¿Huh? —Siendo sincero consigo mismo se esperaba otra cosa.

—Tal vez sea por su poder, por sus trajes, o porque solo se ve genial —mirando el cielo, en una introspección de su pequeño pasado. —y otros...porque verdaderamente tienen fe en ellos.

—Hmm.

¿Será así? El sentimiento de tener alguien a lado con el que sabes que todo va estar bien, que no hay nada que temer. ¿Será que de esta forma...era cómo se sentía su hermano cuando estaba al lado de él?

Siempre le repetía, lo mucho que le gustaba estar junto a él, teniéndolo tan alto que lo definía cómo...su héroe.

   

Tuk~


Cómo...cómo deseaba en estos momentos poder decirle que ahora podía ser un héroe de verdad, uno quien salvaba a la gente de las desgracias que el mundo les enviaba. Traer fe; traer alegría; traer paz, y también...poder traer ese color que su vida alguna vez tuvo; uno que un desconocido le arrebató.

All Might...—el mencionado prestó por completo su atención. —Deseo ser alguien cómo usted —tales palabras de su joven estudiante le hicieron abrir con impresión sus ojos. —tal vez aún no pueda inspirar cómo la hace usted, pero...—sus puños crujieron con fuerza. — ¡Eso no quiere decir que yo no pueda sonreír!

— ¿Huh? —Musitó un poco confundido ante lo último dicho.

—Yo...tengo miedo.

La pausa de su voz lo dejó en un estado de duda, « ¿Qué es lo que este chico va a decir?», eso era lo que pensaba.

Pero me daría más miedo... ¡Ghk!—Sus dientes se apretaron ante el solo pensamiento que se deslizaba en su boca. 


¡Fum!


—¡¡Pero me daría más miedo, quedarme sentado esperando a que alguien venga y me quite lo que más amo!! 



Fiuush~



El viento solo sopló después de aquel grito propio del corazón del joven reptil, siendo el tercer presente de ver aquel juramento que el niño se dio ante el mundo.


—... Jum, bueno —levantándose de su asiento con un ligero quejido, el héroe de la paz se dio la vuelta para irse. —Me alegra ver que esa llama de determinación tuya no se ha apagado, aunque esta vez podría decir, que simplemente aumentó.

— ¿Uh? Eh-¡Espere! —Tratando de pararlo al ver que ya se estaba marchando.

—Eres un buen chico joven Shiwara y, con ese sentimiento, esa forma con la que te expresas, solo haces que esa idea se refuerce —dando media vuelta a la localización del lagarto. —Me hace ver que ustedes dos son bastante parecidos.

«" ¿Nosotros dos?"», confundido ante lo dicho por su profesor.

—Solo recuerda lo que te dije, no está mal compartir el dolor, y menos cuando se trata de las personas que más amas —dándole la espalda. —por qué ellos serán los que mejor lo comprendan.

¡POOF!

—Cuídate chico, ¡y recuerda nunca rendirte! Confió en que tú y tus demás compañeros, lograran grandes cosas —elevando su gran mano hasta su cabeza, sonrió de manera característica y se despidió. — ¡Nos vemos! ¡Bye,bye!

¡Track!

            ¡FRUM~!

¡Agh-cof-coagh! ¡Ptú! Ahh —aleteando el polvo que el héroe dejó ante su despegue. —...Jum, es increíble pensar que siempre llegas cuando más lo necesito, ¿acaso no es curioso? —Alzando la mirada, solo vislumbrando un destello en el gran mar bermellón. —...




Gracias.




→/-/


— ¡Ay,ay, ay!

— ¿Te duele mucho? —Preguntó con preocupación Ima al escuchar los constantes quejidos de su esposo.

—N-no, no es nada —haciendo un ademán con su mano para que no le tome tanta importancia. —es solo la medicina.


Pat~

            Pat~

Pat~


—... ¿Y si ya no vuelve más? —Deteniendo su mano en su labor de cuidado.

—Ima-...

— ¿¡Acaso viste la cara que puso!? —Un escalofrió tocó el cuello de Héctor. — ¿¡Notaste lo horrorizado que se veía~!? —El dolor era palpable en la madre del pequeño Kobold, que a pesar de no ser herida físicamente, aún sentía ese corte en su alma cuando lo vio a los ojos; unos ojos llenos de terror.

—Ahm-yo... —quería decir algo, pero no se le ocurría nada.

—Tal vez...él ya no quiera vernos más.

—...

La pesadez se sintió por los alrededores del corredor, sumiendo a ambos padres en un agujero que lentamente los comenzaba a hundir.


Creeeak~


Pero el sonido de la puerta abriéndose fue suficiente para hacerlos volver.


Uh-uhm-yo, ho-hola —con los nervios azotando cada centímetro de su cuerpo, para Akini se le dificulta hablar. —Y-yo-...

¡Fruap~!

¡Uagh! —Un peso extra en su pecho que se sintió cómo un costal, lo envolvió en un cálido abrazo. — ¡Ah-Hah! —Conmocionado ante el tacto, sacó sus garras listo para defenderse.

— ¡Ima! —Viendo el lenguaje corporal de su hijo, Héctor trató de llamar a su esposa para que se alejara, pero ella hizo sordos ante su advertencia. — ¡Espera-..!

Lo siento~.

Sus brazos se tensaron al escucharla hablar.

Lamento...Hah~, lamento no haberte ayudado cuando lo necesitabas~ —sentía el escurrir tibio de sus lágrimas manchando su ropa, deslizándose serenamente hasta el piso. —Debí haber intentado más, debí...haber intentado más —separándose un poco más de él, Ima lo vio con sus bellos ojos cristalizados. —Ahhh...mi pequeño Kobold~ —y deslizó dulcemente su mano por lo cabellos rebeldes del chico, acomodándolos en su peculiar posición.

—...Lo siento —verla así...no hacía más que generarle un profundo malestar, una tristeza que le disgustaba sentir. — ¡Hah! ¡Lo siento~!

Dejando que las lágrimas también la cubrieran, atrapó en sus brazos a su pequeño niño, dejando que se desahogara en este abrazo lleno de calor.

Shhh~, está bien, tú padre está bien~.

Con eso dicho, giro suavemente su rostro para mirar a su marido, haciéndole señas para que venga él también a este reducido espacio.

—...Hmf~ —con una ligera sonrisa, Héctor camino hasta a un lado de ellos, alzando su mano para arropar Akini, pero dudando un poco en el momento, siendo ayudado de inmediato por Ima quien lo atrapo y lo puso en el hombro de su hijo.

Hubo un claro estremecimiento por parte de él, pero parando en el momento que su padre lo llamó.

Akini.

—...Papá ¡¿Hah?!—Ensanchando sus ojos al ver la marca de garras que dejó en su rostro. —Y-yo-perdóname p-p¡Por favor~!-..

— ¿Qué, esto? —Señalando la herida. —Jaja no es nada, solo fue un pequeño accidente; nada más ¿Está bien? —Su sonrisa afable era lo único que necesitaba de su padre para saber...qué todo estaba bien.

¡Agha! ¡Hah! Lo siento~ ¡Lo siento~! —Abrazando a su padre, ocultando su rostro en el pecho de este.

—Te disculpas tanto para un simple accidente ¿No es así? Jajaja —carcajeando, como siempre lo hacía.

Hmp...Fufufu~ —Y su madre, también riendo con tranquilidad.


Escucharlos reír, verlos sonreír, era todo lo que necesitaba en este momento. Le aliviaba; le aliviaba saber...


...que ellos no lo odiaban.





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