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✭SEVENTEEN✭

Minho seguía moviendo con ansiedad y nerviosismo su pierna derecha mientras esperaba a Changbin en el mismo lugar de siempre. Pasó toda la noche dando vueltas sin poder conciliar el sueño, por lo que el cansancio era demasiado notorio, incluso se sentía levemente mareado por haber dormido tan solo un par horas nada más. Y es que no podía hacerlo, muchas ideas aparecieron en su mente luego de esos mensajes; tenía mucho miedo, miedo de que Changbin le haya hecho algo a Jisung para torturarlo, no quería ni siquiera imaginar cómo lo tenían, de seguro lo habían alejado de las demás hadas para mantenerlo a solas.

ㅡQue puntualㅡapareció Changbin, totalmente soloㅡMe alegra que hayas decidido venir.

ㅡ¿En dónde está Jisung?

ㅡTranquilo, vamos por partesㅡtomó asiento frente al pelinegro ya arregló su saco; sonrió al notar lo ansioso que el otro estabaㅡBien, antes que nada, eres un traidor.

ㅡNo me importa lo que tengas que decir de miㅡrespondió con dureza, conteniendo su enojo.

ㅡPues deberíaㅡsuspiró, removiendo el vaso con alcohol que recién dejaron en su mesaㅡNo todos saben lo que hiciste, y si se los digo, jamás estarán de tu lado, y eso no te conviene, lo sabes muy bien.

ㅡMira, en serio, te lo juro que eso es lo que menos me importa ahoraㅡrevolvió su cabello con desesperaciónㅡDime en dónde está Jisung, luego me hablas de tus estúpidos cazadores.

ㅡEstá bienㅡasintió, dejando el vaso en la mesa para dirigir su mirada hacia el mayorㅡEstá a las afueras de la ciudad con las demás hadas, y no, no lo he lastimado.

ㅡDebes soltarlo.

ㅡÉl no se irá sin su pueblo y definitivamente no los soltaré a todos, ¿si sabes eso, cierto?

ㅡ¿¡Entonces qué es lo que quieres!?ㅡexclamó enojado, no estaban llegando a nada y solo estaba perdiendo el tiempo.

ㅡQuiero que hagamos un trato.

ㅡ¿Ahora qué?

ㅡEl príncipe heredero y la reina por Jisung.

Minho se tensó, totalmente enmudecido, ¿acaso estaba loco? Lo vio sonreír, cayendo en cuenta de que él sabía que estaba acorralado, sabía que haría lo que fuera por salvar a Jisung y eso era jugar realmente sucio. Se encontraba en una situación demasiado estúpida en la que decidir algo sería apresurado.

ㅡDebes estar bromeando, ¿cómo pretendes que me aparezca en el bosque de las hadas después de lo que pasó? Además, Jisung no aceptaría irse si su familia es atrapada.

Changbin se encogió de hombros, indiferente. Si quería salvarlo, debía buscar una forma de hacerlo, él solo necesitaba que llevara a esas hadas y luego apartarlo del camino. Tenía muchas cosas a su favor y no dudaría en utilizarlas con tal de obtener lo que quería.

ㅡDéjame ver a Jisung primeroㅡpidió con decisión.

ㅡ¿Aceptas el trato entonces?

Minho apretó la mandíbula y cerró sus puños con fuerza. Asintió lentamente, tratando de mantenerse en calma y no lanzarse a golpearlo hasta dejarlo inconsciente, porque Seo Changbin merecía lo peor, él no debió meterse en su territorio, no debió meterse nunca con él, jamás debió meterse con Jisung, y eso era algo que iba a pagar, no lo dejaría ir tan rápido.

ㅡVamos con Jisung entonceㅡsonrió con suficiencia.

Changbin sabía que Minho podría volver a traicionarlo, pero también estaba consciente de que posiblemente ir al bosque de las hadas significaba un gran peligro, así que podría ser atrapado en el intento, o en el mejor de los casos, llegaría hasta el castillo y encontraría la manera de entregar a la realeza. Era un buen plan, un poco simple y propenso a fallar, pero para eso ya estaba preparado, porque sea como sea, esas alas serían suyas, y no solo las de Jisung, sino que la de la reina y el príncipe heredero también, no descansaría hasta obtenerlas.

Changbin bajó al sótano junto a Minho, todo estaba a oscuras y muy frío, encendió las luces, dejando ver a las hadas que tenía atrapadas, solo que éstas ya no lloraban, solo estaban ahí, en silencio, algunas dormidas y otras simplemente con sus miradas pegadas al suelo. Minho estaba realmente sorprendido, Changbin había ido demasiado lejos con todo eso, las hadas se veían decaídas, cansadas y con mucho temor. Recordó la primera vez que cazó un hada, no sintió remordimiento alguno cuando arrancó sus alas, y el solo pensamiento de que él podría llegar a ser igual que Seo, lo hacía estremecerse. Ya no quería esa vida, no le importaba los años de entrenamiento, no le importaba decepcionar a toda una historia familiar, no valía la pena luego de ver tanto sufrimiento. Todo ese tiempo pensó que ser Lee era algo que todos debían envidiar, sin embargo, en ese momento, se sentía demasiado avergonzado y asqueado; él nunca había tenido un contacto directo con un hada hasta que Jisung entró a su vida, le había enseñado que la raza de las hadas era pura y más humanas que ellos mismos, le había demostrado que no pedían nada a cambio, simplemente querían paz para ellos, para su pueblo.

ㅡDetrás de esa puerta está tu adorable novioㅡse cruzó de brazos, Changbin, sonriendo con burlaㅡNo intenten nada, él sabe que no puede irse.

Minho estaba siendo demasiado paciente en cuanto a Changbin, la única razón por la que no lo mataba en ese instante era porque eso sería poner en riesgo a Jisung, todos los demás cazadores que estaban cuidando afuera del sótano se irían contra ellos y los matarían sin pensarlo. Soltó un sonoro suspiro, tan nervioso que quiso vomitar; ni siquiera sabía con qué se encontraría, y siendo sincero, tenía mucho miedo.

Abrió la puerta lentamente, encontrándose con más oscuridad en esa pequeña y fría habitación. Encendió la suave luz y cerró la puerta tras él. Su estómago se contrajo y su pecho dolió al ver a Jisung en una esquina, sus piernas pegadas a su pecho y con la mirada hacia al suelo; lo vio retroceder en su lugar a pesar de que su espalda ya estaba pegada a la pared, como si quisiera alejarse más, ni siquiera lo había visto y reaccionó de esa manera.

ㅡJisung...ㅡlo llamó en un hilo de voz, sintiendo un doloroso nudo en su garganta al verlo encogerse aún más ante su vozㅡSunggie, soy yo.

ㅡVeteㅡle dijo apenas en un susurro, sus manos temblando y su pecho doliendo con fuerza.

ㅡVengo a hablar contigo.

Jisung negó con la cabeza, todavía sin ser capaz de mirarlo a los ojos. No quería verlo, tenerlo cerca lo hacía sentir inseguro y triste. Empezó a llorar en silencio sin darse cuenta, ¿Cuándo iban a dejar de torturarlo? Ya no lo soportaba, tenerlo cerca lo hacía sentir demasiado vulnerable, y se estaba odiando por eso.

ㅡPor favor...ㅡse acercó con cautela. Toda la situación le dolía, Jisung le temía, lo odiaba y eso lo hacía sentir cada vez peor.

ㅡNo te acerquesㅡpidió, viéndolo al fin.

Minho sintió su corazón romperse al ver esos ojos tan vacíos y cristalizados, no había rastro de los ojos que antes lo miraban con felicidad y cariño, no, solo había terror.

ㅡVoy a sacarte de aquíㅡle aseguró en voz baja, temiendo que Changbin pudiera escucharlo al otro lado de la puerta.

Jisung soltó una corta risa sin gracia, limpiando débilmente las lágrimas que mojaron sus mejillas, negándose a creer esas palabras. Minho le había fallado, no volvería a creer en él nunca más, no tenía razones para hacerlo; lo más probable era que lo sacaría de ahí para él mismo quitarle sus alas, y eso no hacía nada más que quisiera llorar con más fuerzas.

ㅡTe odio, Minho, vete, no quiero verte, no quiero que estés cerca de mi nunca másㅡvolvió a agachar la mirada, sintiendo el frío ahora en su corazón.

El pelinegro se acercó un poco más y quiso tocar con delicadeza el rostro del menor, pero éste solo movió su cabeza a un lado, temblando, y entonces Minho supo que no llegaría a nada, supo que lo había perdido para siempre.

ㅡEstá bienㅡsu voz salió quebrada, a punto de llorarㅡVoy a sacarte de aquí, aunque me odiesㅡsuspiró derrotado y se levantó, dirigiéndose hacia la puerta.

Jisung no dijo nada más y se abrazó a sí mismo, dejando salir todas las lágrimas que retuvo tan pronto Minho salió de la habitación, sollozando con fuerza, ahogándose con su propio llanto, ¿cómo se le ocurría aparecer como si nada? ¿acaso no le importaba el daño que había causado ya? Era claro que no. Su cuerpo seguía doliendo y solo quería encontrar una manera de hacer que ese dolor en él desapareciera, ya no quería seguir ahí, necesitaba estar con su madre, quería de regreso los regaños de su hermano, quería estar en su habitación, quejándose de su aburrida vida de príncipe; estaba arrepentido de sus estúpidas decisiones, siendo la más estúpida de todas enamorarse de un cazador.

ㅡ¿Y bien?ㅡpreguntó Changbin al ver al mayor salir de la habitación especial para Jisung.

Minho no dudó más, agarró del cuello al menor y lo estampó con fuerza contra la pared, ardiendo en furia. Changbin puso sus manos en el agarre de Minho, tratando de apartarlas de su cuello al empezar a sentirse sofocado y sin aire.

ㅡ¿Cómo eres capaz de tenerlo así?ㅡhizo más fuerza en su agarreㅡMe das ascoㅡlo miró antes de alzar su puño y proporcionarle un golpe en la mejilla, soltándolo con fuerza hacia el suelo.

Changbin empezó a toser y a tratar de llenar sus pulmones con aire, estabilizando su respiración. Sintió su mejilla arder bajo la dura mirada del mayor sobre él. Momentos después empezó a reír como si nada hubiera pasado. Se levantó del suelo y arregló su saco, ignorando el dolor que el golpe le había causado; le sostuvo la mirada a Minho por unos segundos y soltó un sonoro suspiro sin apartar su arrogante sonrisa.

ㅡNo seas agresivo, no pienso maltratarlo, sus alas son muy valiosa.

ㅡ¿Cómo es que puedes seguir con eso?

ㅡNo seas hipócrita, Minho, tú y yo sabemos que querías esto- extendió sus brazos, haciendo referencia a las hadas atrapadas en ese lugarㅡAún puedo hacerte parte de las ganancias, olvidaré todo lo que pasó para que veas que soy muy bondadoso.

ㅡVete a la mierdaㅡespetó, dándose la vuelta para salir de ese horrible lugar.

ㅡ¡Recuerda nuestro trato, tienes una semana!

Una semana.

Muchas cosas podían pasarle a Jisung en una semana, Minho necesitaba empezar a pensar muy bien lo que haría a continuación, no podía solo aparecer en el castillo, de seguro lo echarían a la fuerza tan pronto se asomara en los límites del pueblo de las hadas. La vida de Jisung estaba en sus manos, otra vez, solo que esta vez, haría lo posible por mantenerlo a salvo en un lugar seguro en el que no fueran capaces de hacerle daño de nuevo.

También debía encontrar la manera de deshacerse de Changbin.

ㅡ¿Cómo te fue?ㅡChan recibió a Minho en su hogar, un poco ansioso por la repentina reunión con Changbin. Lo vio subir las escaleras sin que le diera respuesta alguna, demasiado metido en sus pensamientos como para hacerle casoㅡ¿Minho?ㅡvolvió a hablar, siguiéndolo hasta su habitación. Al abrir la puerta, lo encontró sentado en la orilla de la cama con su rostro entre sus manos, sollozando en silencio.

Nunca lo había visto tan destrozado, ¿de verdad quería tanto a esa hada? Le seguía pareciendo algo muy difícil de asimilar. Minho siempre se caracterizó por ser alguien muy fuerte, a sus cortos veintidós años de edad, era alguien muy maduro, había pasado por la muerte de sus padres y creció en un ambiente diferente al de los demás, sin embargo, se dio cuenta de que por dentro era un chico muy sensible, olvidando por completo que también tenía permitido llorar por un amor, un amor que le habían arrebatado, algo que no pensó que pasaría considerando su forma tan cerrada de ser con todas las personas que intentaban acercarse.

ㅡLo tienen como un animalㅡhabló segundos después, aún escondiendo su rostroㅡDijo que me odia, que no quiere verme nunca másㅡvolvió a sollozar.

Chan se sentó a su lado, haciéndole compañía mientras se desahogaba, sin saber muy bien cómo debía consolarlo. Ellos eran muy cercanos, sin embargo, no tenían ese tipo de situaciones entre ellos.

ㅡTe ayudaré en lo que tengas que hacerㅡdijo con decisión en sus palabras, consciente de que eso sería tirar a la basura también todos sus años con la familia Lee, pero no soportaba verlo de esa manera, y le sorprendía demasiado lo sincero que Minho era en cuanto al dolor que estaba sintiendo.

Minho lo miró al escucharlo decir eso, sorprendido. Limpió sus lágrimas y asintió hacia él, ya sintiéndose más tranquilo porque no estaría solo, lo agradecía totalmente, porque Chan era la única familia que le quedaba, y tener su apoyo era reconfortante, mucho más de lo que imaginó.

ㅡEstaba pensando en ir con la reina de las hadas y hablarlo todo directamente con ellaㅡhabló luego de un rato en silencioㅡSé que será difícil, pero si saben que Jisung está vivo, estoy seguro de que me escucharán.

ㅡUhm, si, es muy arriesgadoㅡrascó su nuca con inseguridadㅡ¿Tienes algo más en mente?

ㅡNo, no tengo mucho tiempo antes de que le hagan algo, Seo me dio una semana y tengo que actuar rápido.

ㅡ¿Qué es lo que te dijo exactamente?

ㅡQuiere a la reina y al príncipe heredero, se supone que si los llevo, soltará a Jisung.

ㅡ¿Y tú le crees?

ㅡClaro que noㅡrió con amarguraㅡEs una rata mentirosa, es obvio que solo quieren usarme para llevarlos porque sabe lo mucho que Jisung me importa.

ㅡBien, entonces no hay más opción que ir por la reina y decirle todo... De seguro pueden armar otro ejército y podemos ayudarlos, sabemos en dónde están escondiéndoseㅡsonrió de manera tranquilizante, poniendo su mano en el hombro del menorㅡEstarán bien, mañana mismo iremos, ¿está bien?

Minho asintió y sonrió débilmente, sintiéndose un poco más tranquilo, rogando que esta vez sí le creyeran.

A la mañana siguiente, Minho despertó muy temprano gracias a su propia ansiedad de lo que pasaría; estuvo toda la noche comiéndose la cabeza con pensamientos negativos sobre lo que podría salir mal, apartando las pequeñas posibilidades de que haya una respuesta positiva ante la situación. De seguro, Hyunjin lo odiaba mucho más que antes, había quedado como el cazador que los llevó a la trampa, como un aliado de Seo Changbin.

Soltó un sonoro suspiro de cansancio y salió junto a Chan de su casa, ninguno llevaba armas en caso de que decidieran revisarlos, dando a entender que iban sin intenciones de hacerles más daño del que habían causado, simplemente querían hablar, aunque no fuera para nada sencillo.

Se dirigieron en silencio hasta la entrada del bosque, temiendo por lo que les esperaba. El sonido de las hojas moviéndose con el viento era lo único que se escuchaba alrededor de ese enorme y frondoso bosque. Estaban un poco confundidos al notar que no había nadie cuidando la zona, pero siguieron caminando con cautela hasta llegar al río que dividía el bosque. Se detuvieron un momento, apreciando la tranquilidad de la naturaleza, viéndose todo demasiado en calma, sin rastros del violento ataque de hace un par de días.

Un inesperado sonido entre los árboles los pusieron alertas, ambos buscando de donde pudo haber sido. Se quedaron en silencio unos segundos antes de que Minho lograra ver con su vista periférica una sombra a su lado, haciéndolo girar rápidamente para encontrarse de frente con un hada; en voz baja le pidió a Chan que se quedara quieto, a lo que éste obedeció.

El hada estaba usando el uniforme de soldado del castillo, y tras él, aparecieron dos más, los tres apuntando con sus armas para empezar a rodearlos.

ㅡ¿Qué hacen aquí?ㅡhabló uno de ellos, se notaba que era mayor que los otros dos. Apuntó sin temor alguno su espada hacia Minho, notándose realmente molesto ante la intromisión a ese lado del bosqueㅡNingún humano tiene permitido acercarse nunca más.

ㅡNo queremos hacerles daño-habló Minho, levantando sus manos en señal de que iban desarmados, acción que Chan también imitó ㅡNecesitamos hablar con la reina y el príncipe heredero.

ㅡNoㅡrespondió otro de ellos a sus espaldasㅡVáyanse y nadie saldrá herido.

Chan miró alarmado a Minho, definitivamente no quería morir sin poder defenderse correctamente. A esas alturas, ya no creía que las hadas eran seres pacíficos y era totalmente comprensible.

ㅡEs sobre el príncipe Jisungㅡsoltó por fin el pelinegro, viendo como el hada frente a él aflojaba su agarre en su espada y apretaba la mandíbula con fuerza.

ㅡNo le crea, solo quiere entrar al castillo, ¿qué tal si es otra trampa?ㅡdijo el tercero de ellos, temeroso.

ㅡNo es mentira... Sé que no tienen razones para confiar en mi, pero considero que a estas alturas de la situación cualquier cosa podría ayudar.

Los soldados se miraron entre sí, dudosos de esa información, porque claro, si eso era una trampa y se llevaba a cabo otro ataque, sería su culpa por dejarlos pasar al castillo. Pero por otra parte, sabían también que si estaba diciendo la verdad, estaba la posibilidad de que el menor de los príncipes siguiera con vida y había una posibilidad de llevarlo de regreso.

Minutos después, aceptaron con la condición de llevarlos esposados, a lo que ellos accedieron sin oponerse. Minho se sintió levemente aliviado, le dio una mirada tranquilizadora al mayor que iba esposado a su lado porque se notaba el temor de lo que podría suceder.

Y es que Minho tampoco estaba tranquilo, tan pronto Hyunjin lo viera lo querría matar, y no era para menos. Apartó esos pensamientos y se enfocó en salvar a Jisung sea como sea, al final ya no importaba las consecuencias que él podría obtener, simplemente quería cumplir con eso y saber que todo podría arreglarse.

Siguieron caminando por un rato hasta que por fin llegaron al pueblo. Todo el lugar estaba demasiado silencioso, algunas casas estaban destruidas, otras se veían realmente dañadas y eso no hizo más que hacerlo sentir culpable.

ㅡHáganle saber a la reina que estamos aquí y un par de cazadores quieren hablar con ella y el príncipe herederoㅡanunció a los soldados que cuidaban la entrada del castillo. Estos los miraron con odio, y era demasiado notorio, tanto que lo hizo recordar que Jisung lo miró de esa misma forma, causando que su pecho se oprimiera con dolor.

Los dejaron pasar en cuestión de minutos. Ya habían llegado lejos, no creyó que realmente los dejaran pasar, incluso había pensando en alguna manera de meterse por algún lugar del castillo con tal de llegar a la reina, sin embargo, ya se encontraban caminando en los grandes pasillos de ese enorme y asombroso lugar, quiso detenerse a admirar con más detalle las pinturas que adornaban las paredes, llamándole la atención una en donde estaban Jisung y Hyunjin, ambos usando ropas elegantes y con una corona brillando en sus cabezas como los grandes príncipes que eran.

ㅡCualquier movimiento será tomado como un intento de ataque y no vamos a detenernos en hacerles daño, ¿entendido?

Minho y Chan asintieron, sintiendo sus manos sudar y su corazón palpitar con fuerza.

Las puertas del salón principal se abrieron, dándoles paso por fin. Lo primero que vieron fue a la reina sentada en su trono; su semblante serio y sus alas demasiado grandes y brillantes, así como las de Jisung, pero más extravagantes. Les dedicó una sería mirada y vieron como trataba de no perder la compostura, pero a su lado estaba alguien más que sí que no pudo contenerse.

Sin darse cuenta, Minho estaba tirado en el suelo con un fuerte dolor en su rostro, sintió su labio adormecido y el desagradable sabor de la sangre se hizo paso en sus papilas.

ㅡ¿Cómo te atreves si quiera a venir hasta aquí?ㅡhabló Hyunjin, levantando al pelinegro bruscamenteㅡ¿Vienes a morir? Porque no tendré remordimiento para matarte con mis propias manos.

Chan quiso intervenir, pero la dura mirada de Minho lo hizo detenerse, por lo que se mantuvo quieto en su lugar.

Minho notó el dolor en los ojos de Hyunjin, tenía unas horribles ojeras, estaba pálido y su mirada estaba vacía, por lo que desquitarse con él era lo justo, si quería golpearlo, iba a dejarse, si quería insultarlo, iba a quedarse callado, no tenía por qué defenderse; era de esperarse que algo así pasaría.

ㅡHijo, déjaloㅡordenó la mujer, a lo que el castaño obedeció segundos después, soltándolo con fuerza contra el sueloㅡ¿Qué hace un Lee en este castillo?ㅡpreguntó, dirigiendo su penetrante mirada hacia él.

ㅡJisung está vivoㅡsoltó directamente, viendo a Hyunjin cerrar sus puños con fuerzaㅡYo... Quiero salvarlo, Chan sabe en donde está.

ㅡMientesㅡsusurró Hyunjin con la mirada perdida, sintiendo todo su cuerpo temblarㅡLos cazadores como ustedes no esperan tanto tiempo, menos por unas alas como las suyas.

ㅡEstá diciendo la verdadㅡintervino ChanㅡLas hadas que atraparon siguen con vida, están en la mansión de los Seo, en el sótano... Sabemos como llegar.

La reina miró a su hijo sin saber exactamente qué decir, ambos sintiendo una punzada de esperanza.

ㅡ¿De verdad sigue vivo?ㅡla voz de Hyunjin se quebró, otra vez sintiendo su pecho doler ante la noticiaㅡ¿Qué hay de Jeongin?ㅡse atrevió a preguntar, ahogándose con el nudo que se había formado en su garganta.

ㅡYo... Yo realmente no lo sé, solo vi a Jisung, pero de seguro sigue con vida junto a las demás hadas.

La reina miró de nuevo a su primogénito, sintiéndose tan preocupada y aliviada al mismo tiempo por esa información, porque eso significaba que aún había una esperanza de tener a su hijo de regreso.

ㅡHay algo masㅡsiguió hablando, MinhoㅡSeo Changbin me ha dicho que va a soltar a Jisung solo si ustedes se entreganㅡsabía que era algo muy duro de decir, pero debían saberlo tambiénㅡYo no le creo, solo quiere atraparlos... Él me dio una semana para venir aquí y llevarlos antes de que él mismo mate a todas esas hadas.

ㅡPero...ㅡotra vez todo parecía recaer en lo mismo.

ㅡPensé que sería buena idea llevar un ejército y atacarlos, no creo que esperen algo así luego de... Ya saben. Ellos creen que ustedes están indefensos.

Agachó la mirada, avergonzado.

ㅡNo tenemos un ejércitoㅡhabló Hyunjin, en voz bajaㅡLos pocos que quedaron siguen muy mal, no se han recuperado, y aún así, no son suficientes.

ㅡPodríamos tenerlo... Hyunjinㅡle dijo su madre, tomando sus manos con suavidad.

El mencionado la miró con dolor en sus ojos. Lo sabía, sabía que esa era una opción, pero no quería decirla, menos si Jeongin seguía vivo, porque a pesar de que él había hecho una promesa antes de que su padre desapareciera, no quería ni siquiera ver esa posibilidad. Pero bajo esas circunstancias, era necesario y su única opción, por lo que asintió lentamente a lo que su madre trataba de decirle, sintiendo su corazón romperse.

¿La razón?

Hyunjin debía comprometerse con la princesa del reino vecino si querían asegurar una alianza y obtener la ayuda de su ejército, tal y como su madre le había dicho cuando se fue de viaje.

Y si todo salía bien, él tendría casarse con su prometida e irse de ahí hasta que sea coronado rey, dejando su vida entera para hacer otra, con una familia y con deberes que cumplir.

Eso significaba también renunciar a Jeongin para siempre.

Hola~ un poco tarde, pero aquí está❤️ espero que les guste, de verdad gracias por los votos y comentarios🥺

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