✭ONE✭
Jisung terminó de aplicar sombra negra en sus ojos, sintiéndose satisfecho con la imagen en el espejo. Sonrió para sí mismo, definitivamente la ropa negra ajustada le favorecía mucho junto al delineador bajo sus ojos, haciendo contraste con su cabello gris y sus labios pintados suavemente de rojo.
¿Su plan? Divertirse hasta el cansancio, beber alcohol y conocer personas, como cualquier chico sin tanta responsabilidad de su edad. Revisó su celular, percatándose de que su mejor amigo, Félix, iba en camino para irse juntos. Se dirigió hasta su cama y acomodó varias almohadas bajo sus finas sábanas, solo por si acaso su hermano llegaba a vigilarloㅡno era algo que pasara normalmente, pero era mejor prevenirㅡ.
ㅡPsssst, pssst.
Jisung se acercó a su enorme ventanal, atendiendo al llamado de su mejor amigo. Sonrió emocionado al verlo haciéndole señas para que bajara. Félix miró a su alrededor, temiendo ser descubierto, no quería ser castigado por sacar de su habitación al príncipe.
ㅡ¡Ya bajo!ㅡgritó en un susurro, recibiendo un asentimiento por parte del menor.
Corrió a verse una vez más en el espejo, acomodó su chaqueta y se puso perfume; guardó su celular, su identificación y un poco de dinero. Abrió la ventana, dispuesto a bajar ayudándose del frondoso árbol junto a su ventana; había encontrado una forma de salir sin ser descubierto cuando huía de los regaños de su madre y de su molesto hermano mayor.
ㅡVamos, Lixㅡle dijo al pelimorado cuando llegó hasta él.
ㅡApúrate, no quiero que nos descubran, tu familia me da miedo.
ㅡYa, no dejaría que algo te pasara, no te preocupesㅡaseguró, apretando su mano con confianza.
Félix asintió y exhaló con más tranquilidad.
Ambos caminaron en medio de la noche, eran apenas las once, la noche estaba empezando. Llegaron rápidamente hasta un río que pasaba en medio del bosque, respiraron aliviados cuando supieron que estaban fuera del rango del castillo, por lo que, desde ahí, podían ir con más tranquilidad.
ㅡBien, si seguimos a pie llegaremos sudados y feosㅡdijo Jisung, parándose frente a la orilla del ruidoso río.
ㅡNo me digas que piensas ir volando.
ㅡ¿Cuál es el problema?ㅡcuestionó, quitándose la chaqueta y poniéndose en posiciónㅡ¿Quieres llegar con el maquillaje arruinado?
ㅡSung, no lo hagas, si alguien te ve estaremos en problemas. Te dije que la ciudad es genial, si, pero también es peligrosa, ¿sabes cuántos cazadores hay ahí?
ㅡMuchos, supongoㅡse encogió de hombrosㅡPero podemos cuidarnos. Ya te dije que voy a cuidarte, además, no llegaremos así hasta la ciudad, nos vamos a escabullir por la entrada del bosque y listo.
Félix lo miró dudoso, pero asintió, sabía lo insistente que el peligris podía ser. Jisung sonrió, haciendo que sus alas empezaran a aparecer.
Jisung se consideraba una persona enormemente agradecida por sus alas, eran grandes y muy brillantes, una mezcla de colores morados, rosados y celestes, contrastando con un poco de gris casi trasparente, dándole una imagen etérea ante la vista de todos. Al ser de la realeza, sus alas debían ser así, dignas de un príncipe. En cambio, Félix tenía alas más pequeñas, pero seguían siendo brillantes, de color rosa casi transparentes, dándole también un aspecto delicado y tierno.
Al tenerlas visibles, Jisung tomó la pequeña mano de su amigo y entre la oscuridad de los árboles, volaron hasta la entrada del bosque.
ㅡMinho, ¿no piensas levantarte de ahí?
El mencionado negó, atento a su alrededor en busca de algo que llamara su atención. Después de mucho tiempo, por fin tenía el permiso de salir a cazar. No iba a negar que estaba ansioso y un poco asustado a pesar de su seguridad, sabía que luego de la muerte de su padre, él debía seguir haciéndole honor a su apellido, y estaba orgulloso de tenerlo.
Durante todo ese tiempo, estuvo bajo la tutela de su mentor, Bang Chan, un hombre de veintiséis años muy apegado a los Lee, un joven muy preparado también para ayudar a Minho en lo que necesitara, guiándolo con dedicación hasta sus metas.
ㅡSabes, es aburrido si me dejas a mi soloㅡtomó el último trago de su vaso, dejándolo sobre la mesa.
ㅡEstoy trabajandoㅡse limitó a decir sin apartar la vista de la entrada.
ㅡTu trabajo apesta.
ㅡSeungmin, no seas groseroㅡrió el pelinegroㅡMejor vete, me distraes.
El pelirrojo rodó los ojos y se dirigió de nuevo a la barra, en busca de otro trago mientras murmuraba algo por lo bajo.
Los minutos seguían pasando y Minho se empezó a desesperar, no era posible que justo ese día ninguna hada se dignara a aparecer. Pero cuando más desesperado estaba, sus ojos se iluminaron al ver a dos lindos chicos entrar al lugar, su corazón empezó a latir con fuerza, llenándose de adrenalina. Los analizó con cautela, sintiéndose terriblemente atraído hacia el sexy peligris vestido de negro, sin embargo, lo que más llamó su atención, fueron sus brillantes alas, tan resplandecientes y llamativas para él; miró a su alrededor para cerciorarse de que solo él notara sus alas, y efectivamente, nadie más le estaba prestando atención, las llevaban escondidas.
"Bendito sea mi don"
Sonrió ladino, frente a él, estaban dos preciosas hadas. Era su día de suerte.
ㅡSung, hay un chico realmente guapo que no deja de verteㅡsusurró el pelimorado hacia su mejor amigoㅡDesde que entramos no deja de comerte con la mirada.
ㅡ¿El de cabello negro?ㅡpreguntó, viéndolo sobre su hombro con una sonrisa coqueta.
ㅡSi, ese mismoㅡlo empujó divertidoㅡVe con él, vinimos a eso, ¿no?
ㅡ¿Y tú? Vas a quedarte solo, dije que te cuidaría.
ㅡNo te preocupes, acabo de ver a un chico que se ve muy solo y no está para nada malㅡsonrió, señalando con la mirada a un aburrido pelirrojo sentado en la barra.
Jisung asintió, pidió dos tragos de manera amable y con un suave compás en sus caderas, caminó hacia la mesa en donde Minho yacía sentado, viéndolo con profundidad. Él nunca había sido tan atrevido, pero era su primera noche fuera del castillo, y eso hacía que su adrenalina y seguridad aumentara, sabía que era guapo, su belleza era llamativa, por lo que no se le hacía difícil llegar hacia el pelinegro y hablarle con confianza, de todas formas, también lo estaba viendo con profundidad.
ㅡHolaㅡsaludó el peligris con una coqueta sonrisaㅡEsto es para ti, yo invitoㅡdejó el vaso con alcohol frente a él, invitándolo a beber.
Minho soltó una suave y ronca risa, pensando en lo fácil que había conseguido a su presa, ni siquiera tuvo que esforzarse.
ㅡGraciasㅡfue lo único que dijo antes de acabar el contenido del vaso en un solo trago.
El menor lo miraba con fascinación, las únicas veces que había bebido alcohol fue a escondidas con Félix, así que esperaba no atragantarse y quedar como un ridículo primerizo en fiestas.
ㅡ¿Vienes solo?ㅡse aventuró a preguntar, Jisung, llevando el vaso a sus labios, frunciendo levemente su expresión debido a la amargura de la bebida.
ㅡVine con un amigo, está en la barra. ¿Y tú?
ㅡTambién vine con un amigo, pero se entretuvo por alláㅡseñaló con su pulgar sin prestar atención a donde exactamente.
ㅡ¿Entonces tienes tiempo para bailar conmigo?ㅡhabló suave, manteniéndose cerca de él para que pudiera escucharlo, siendo una excusa para acercarse y sentir su dulce aroma.
Y es que Minho sabía perfectamente que no podía hacer algo ahí frente a todos, por lo que su plan podría funcionar si lo emborrachaba y lo sacaba de ahí de manera sigilosa, sin levantar sospechas. No es que la caza sea ilegal, pero también existían esas personas defensoras de los derechos de las hadas y bla bla bla, un montón de cosas que a Minho no le interesaban, tampoco quería montar un escándalo, por ser su primera vez, debía ser cuidadoso, preciso, no podía fallar. Su mirada caía involuntariamente en sus alas, seguramente pagarían muchísimo por ellas, nunca había visto una con tantos colores que contrastaran entre sí. Rió en sus adentros, el pobre chico no sabía que podía ver que era un hada, de seguro se llevará una enorme sorpresa al ser cazado.
ㅡClaro, me gustaría bailarㅡrespondió el menor, tomando la mano del pelinegro para guiarlo hasta la pista de baile.
Por un momento, Minho sintió que su mano cosquilleaba, la suavidad de la mano contraria en la suya, hacía que una corriente atravesara todo su cuerpo. En definitiva, ese bonito peligris tenía algo realmente cautivador.
La música era suave, sensual. Las caderas de Jisung empezaron a moverse junto al ritmo de la música, pegándose al cuerpo del pelinegro con mucha confianza. Minho tomó sus caderas y con fuerza lo pegó a su cuerpo, sintiendo como el trasero del menor se movía sobre su entrepierna, y es que no iba a negarlo, el chico era realmente caliente.
ㅡ¿Cuál es tu nombre?ㅡpreguntó Minho en su oído, mordiendo el lóbulo de su oreja, causando que la piel de Jisung se erizara ante esa pequeña acción.
ㅡMe llamo Jisungㅡse giro a verlo, rodeando su cuello con sus brazos sin dejar de moverse, respirando con dificultad sobre su cuelloㅡ¿Y tú cómo te llamas?ㅡpreguntó también en su oído, dejando un beso en su mejilla y otro en su mandíbula, sintiéndose valiente para hacerlo.
ㅡSoy Minhoㅡsusurró tan cerca de su rostro que sentía que en cualquier momento podría besarlo.
Minho se sentía hechizado, de un momento a otro, había olvidado la razón por la que estaba ahí, de hecho, lo olvidó desde que el menor empezó a restregarse contra él en medio del baile.
Estuvieron varios minutos así, bailando, sintiendo sus cuerpos calientes, dándose besos traviesos por todos lados, menos en los labios, siendo más urgente cada vez para ambos. Jisung sentía su cuerpo caliente, sudoroso y ansioso, encantado con los placeres de la ciudad, sintiéndose cada vez más necesitado por sentir más allá de los besos inocentes de Minho en su cuello y clavículas, quería sentirlo más, quería que sus manos recorrieran su cuerpo, quería que fuera una noche inolvidable, algo que pudiera recordar por mucho tiempo en su aburrido castillo.
ㅡEntonces, Jisung, ¿quieres beber un poco más?
El mencionado asintió. Caminaron hacia la mesa de nuevo, bebiendo vaso tras vaso entre miradas coquetas y sonrisas provocadoras. La tensión entre ambos había aumentado de nivel cuando el alcohol empezó a hacer efectos en la sangre de ambos, pero Minho debía mantenerse sobrio, por lo que tomó sólo pequeños sorbos con los cuales todavía se mantenía consciente de lo que pasaba a su alrededor, en cambio, Jisung estaba muy sonrojado, riendo y haciendo pucheros a cada momento.
Minho lo miró por unos segundos y sonrió un poco enternecido, pero no, no debía, su deber era llevarse a esa bonita hada hasta su casa y arrebatarle aquellas preciosas alas. Pero, ¿por qué le estaba costando tanto? Había entrenado eso miles de vecesㅡcon hadas falsas, claramenteㅡ, no podía darse el lujo de arruinarlo en su primer día de trabajo.
ㅡVamos a mi casaㅡhabló por fin MinhoㅡQuédate conmigo esta nocheㅡle susurró.
Jisung asintió no muy consciente, lo único que sabía era que quería estar con ese guapo pelinegro, experimentar ese tipo de placer que su cuerpo le estuvo pidiendo a gritos desde que lo vio.
Minho sonrió satisfecho, no debía ablandarse, solo debía hacer su trabajo. Puso su mano en la espalda baja del menor y se encaminaron juntos hacia la salida.
ㅡ¡Jisung!ㅡllamó alguien a sus espaldasㅡ¡Jisung, debemos irnos!
Félix se detuvo frente a ambos, viendo a Minho con una sonrisa apenada.
ㅡLix, ¿qué pasa? Estoy en medio de algo importante.
ㅡDebimos irnos, yaㅡtomó su mano y lo apartó de Minho, desconcertándolo por completo.
ㅡIré a dejarlo mañana en la mañana si eso te preocupaㅡdijo Minho, buscando otra alternativa para que el pelimorado no se lo llevara.
ㅡYa lo escuchaste, estaré bienㅡtrató de soltarse, pero Félix forzó su agarre.
ㅡTu hermano sabe que no estás, Jeongin acaba de llamarme.
Y entonces Jisung reaccionó, su expresión cambió a una de total preocupación, olvidando que estaba ebrio.
ㅡMierda, debemos irnos ahora.
ㅡNo, espera, puedo-
ㅡToma, escríbemeㅡdejó un pequeño papel con su número escrito en la palma de MinhoㅡNos vemos otro díaㅡbesó su mejilla y le sonrió, alejándose rápidamente con Félix.
Minho vio los números mal escritos en el papel, levantó la mirada para darse cuenta de que sus presas habían escapado, y todo por dejarse llevar ante los encantos de una estúpida hada.
ㅡNo puede ser, falléㅡdijo para sí mismo, viendo el papel en su manoㅡPero nos veremos de nuevo, Jisungㅡasintió y guardó el papel en su bolsillo trasero.
Regresó a su mesa, encontrándose con Seungmin poniéndose su chaqueta, hizo un movimiento con su cabeza indicando que debían irse, el pelirrojo lo entendió perfectamente y salieron del lugar.
ㅡ¿Qué tal el trabajo?ㅡpreguntó Seungmin con tono burlesco.
ㅡNo encontré nadaㅡse limitó a responder.
ㅡLo sabía, las hadas ya no andan en la ciudad gracias a cazadores como túㅡlo señaló en forma de regañó. Él sabía sobre su don, por lo que sabía que su amigo podría encontrar hadas demasiado fácil.
ㅡA lo mejorㅡasintió sin quitar la vista del camino.
ㅡTe vi con un chico muy guapo, ¿pasó algo?
Minho negó con la cabezaㅡPero tengo su número, definitivamente debo verlo de nuevo.
ㅡ¡Ese es mi chico!ㅡlo felicitóㅡYa era hora de que dejaras de lado el trabajo por un tiempo, te la vives entrenando y no sales a conocer a nadie.
ㅡLo sé, quedamos en hablar.
Seungmin sonrió con emoción y empezó a hablar del chico con el que estuvo, solo logró escuchar que su nombre era Félix sin siquiera prestar atención a ese importante dato, después de eso, su mente vagó hacia el peligris y su amigo.
Esas alas serían suyas.
Estaba decidido a pesar de lo difícil que sería, no podía aparecer en el bosque y cazarla, mucho menos hacerlo en un lugar público, necesitaba encontrarlo a solas.
Estaba seguro de que podía hacerlo llegar hacia él, otra vez.
Decidí publicar el primer capítulo para que vayan viendo más o menos de qué va💕 a partir de aquí actualizaré depende del apoyo.
¿Qué les pareció?
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