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✭NINETEEN✭

En los cortos años que llevaba de vida, Hyunjin no creyó un día llegar a ser así de violento con alguien, incluso mató a un par de cazadores que se aparecieron en su camino mientras iba tras Changbin. No estaba orgulloso, ese no era él, pero apartó ese sentimiento, no podía flaquear justo en ese momento, debía mantenerse firme y decidido, lo estaba haciendo por su hermano, por su novioㅡex novioㅡy por su pueblo.

Escuchó el ensordecedor sonido de los disparos, algunos muy cerca de él, pero el ejército estaba haciendo todo por protegerlo. Su madre no tenía ni idea de que él estaba en medio de un ataque, no lo hubiera dejado ir si se lo hubiera planteado, es más, lo hubiera dejado encerrado con soldados cuidando todo su alrededor para que no tuviera como escapar; ahora que estaba comprometido, era de mucha importancia que estuviera vivo, a salvo, sin embargo, deseaba hacerse cargo de Seo Changbin, quería ser él mismo el que lo atrapara y lo hiciera sufrir. Su corazón estaba lleno de rencor, no había otra cosa que quisiera más que tenerlo en sus manos y ver el terror en sus ojos.

ㅡ¡Hyunjin, cuidado!

El mencionado se giró rápidamente hacia aquella voz, sin embargo, justo en ese momento una bala se enterró en su pierna izquierda. Se quejó fuertemente ante el dolor, cayendo de golpe hacia el suelo. Chan corrió hacia él tan pronto se deshizo del cazador que le disparó, percatándose de que no estuviera otro cazador cerca en lo que se acercaba.

ㅡDebes irte, estás heridoㅡrevisó la herida. Rompió un pedazo de su propia camisa y la amarró con fuerza sobre la herida, al menos eso iba a detener el sangrado.

Hyunjin estaba sorprendido y confundido, ese humano que también era un cazador lo estaba ayudando sin haberlo dudado antes.

ㅡNo, necesito ir por Changbinㅡvolvió a quejarse por el dolor ante la presión en su piernaㅡEstaré bien, graciasㅡlo miró decidido.

Chan asintió y se alejó, uniéndose de nuevo al ejército que cada vez eran menos, mientras que los cazadores seguían sacando más y más armas. No iba a negar que eran muy ágiles, pero de alguna manera debían acabar con ellos, o al menos con la mayoría.

Hyunjin cerró los ojos con fuerza y se concentró, dejando de lado el enorme dolor físico que estaba sintiendo, debía saber de alguna manera en donde estaba Seo, lo más seguro era que lo tenían escondido en algún lugar de esa enorme mansión. Muy al fondo, escuchó murmullos, reconociendo perfectamente la voz del mayor.

Perfecto.

Se escabulló en medio del caos con dificultad por su pierna y se dirigió a una de las puertas al final de un pasillo. Trató de abrirla, pero estaba con seguro, y según escuchaba las voces que eran cada vez más audibles, supo que Changbin definitivamente debía estar ahí al menos con cinco cazadores más. Una ola de sollozos se hizo demasiado audibles, y dedujo de inmediato que todas las hadas estarían ahí, incluso Jisung y Jeongin.

Golpeó la puerta con fuerza a pesar de su pierna lastimada, estaba furioso, descontrolado, necesitaba deshacerse de ese maldito cazador de una vez por todas, su mente no podía pensar en nada más que eso. Segundos después, cuando logró tirar la puerta, se adentró a ese oscuro lugar, y escuchó como los murmullos se detuvieron de golpe, quedando solo el sollozo escandaloso de las hadas. Bajó las escaleras con mucho cuidado, no soportaba el dolor de su pierna, pero no pensaba echarse para atrás, estaba demasiado cerca.

ㅡAlto ahíㅡdijo alguien bajo la tenue luz del sótanoㅡNo avances o te matamos justo ahoraㅡlo apuntó con su arma al igual que los demás, amenazándolo.

ㅡ¿En donde está Seo Changbin?ㅡignoró la advertencia, sintiéndose demasiado valiente en ese momentoㅡ¡Deja de esconderte, cobarde!ㅡgritó, sintiendo un nudo en su garganta tan pronto vio las celdas llenas de hadas con expresiones horrorizadas.

Las hadas se sorprendieron al ver al príncipe heredero ahí, sintiendo una pequeña pizca de esperanza, por lo que detuvieron su llanto y se mantuvieron a la expectativa.

ㅡ¿Qué necesitas?ㅡapareció de repente, Changbin como si nada, mirándolo con cierto egocentrismo.

ㅡVoy a matarteㅡsentenció, ignorando de nuevo las armas que lo apuntaban a su alrededor.

ㅡCreo que no se va a poder, mi preciosa hadaㅡrespondió con calma, posicionándose justo enfrente de los demás cazadores.

Changbin hizo un movimiento con la cabeza hacia sus colegas, y dos de ellos caminaron hacia otro lado del sótano. Hyunjin no les prestó atención, sentía impotencia porque otra vez, no sabía qué hacer, estaba demasiado débil y luchar él solo no era una opción; volvió a sentirse inútil, otra vez esa sensación de que no podía hacer nada por cuidar a los que amaba. Quiso llorar de enojo por sí mismo, pero no era el momento.

ㅡEntrégate y todo esto terminará.

ㅡNi hablar, ¿crees que vine a que me atraparas tan rápido?ㅡrió sin gracia, Hyunjin, escuchando aún el alboroto en la mansión.

ㅡBueno, no es como que puedas hacer mucho, ¿sabes? Sigues siendo débil.

Hyunjin cerró sus manos en puños, molesto. Quiso acercarse, pero aún habían tres cazadores apuntándolo con armas.

ㅡOh, mira qué tenemos aquí, un buen incentivoㅡvolvió a hablar, Changbin, esbozando una sonrisa.

El corazón de Hyunjin se rompió en miles de pedazos, ¿cómo podían tenerlos de esa manera? No podía ni siquiera imaginar lo que tuvieron que pasar para tenerlos en ese estado.

Jisung estaba tan pálido y poco consciente, apenas podía mantener los ojos abiertos, demasiado molesto por la luz. Jeongin estaba igual, solo que su cuerpo estaba lleno de golpes, y se notaba más delgado. Hyunjin no pudo evitarlo y soltó las lágrimas que estuvo reteniendo al tratar de mantenerse fuerte. Miró con asco al par de cazadores que los sostenían como si fueran trapos, sin cuidado ni delicadeza, importándoles poco los suaves quejidos que emitían ante cada movimiento.

ㅡSunggie... Innie... ㅡsusurró con la voz quebrada. Dirigió su mirada hacia Changbin, no pudo contener la furia, y sin dudarlo más, se tiró sobre éste, tomándolo del cuello.

Los cazadores estuvieron a punto de disparar, sin embargo, Changbin los detuvo, no podía permitir que le hicieran daño al príncipe heredero, lo necesitaba vivo si quería sus alas intactas.

ㅡ¿En serio vas a matarme?ㅡsonrió egocéntrico.

Hyunjin no respondió, solo hizo más fuerza en su agarre mientras de manera inconsciente creaba un escudo protector sobre ambos, demasiado enojado para prestar atención a la enorme liberación de energía en su cuerpo. Changbin dejó de sonreír al darse de cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor, dándole paso al miedo, no sabía qué estaba pasando o qué pretendía hacerle. Movió su mano hacia los cazadores, dando la orden de llevarse de nuevo a Jisung y Jeongin, pero en ese momento el ejército se hizo presente, atacando a los cazadores sin darles mucho tiempo para defenderse correctamente.

Jisung y Jeongin cayeron al suelo, ambos sin la energía suficiente para levantarse por su cuenta.

ㅡNo v-vas a m-matarmeㅡhabló entrecortado, Changbin cada vez con más temor.

ㅡ¿Por qué no? Mereces morirㅡsusurró muy cerca de él.

ㅡT-Tu hermano e-está en p-problemasㅡtuvo que decirlo, de otra manera, terminaría muerto, y sabía que no podría negarse si se trataba de esos dos.

Hyunjin aflojó el agarre en el mayor y lo dejó caer al suelo, observó el campo de protección que había creado, y luego buscó con la mirada a su hermano y Jeongin, pero no los vio por ninguna parte. Rápidamente tomó a Changbin y lo encadenó a una de las celdas, dándose cuenta de que los cazadores que antes estaban ahí, yacían adoloridos o muertos en el suelo. Corrió como pudo escaleras arriba mientras algunos soldados soltaban a las hadas atrapadas en el sótano, al llegar al salón pudo notar que todo estaba hecho un desastre, demasiadas cosas rotas y muchas hadas y cazadores heridos.

ㅡ¡Busquen a Jisung y Jeongin!ㅡordenó a los soldados que se habían acercado.

ㅡPríncipe, su hermano y Jeongin están con el joven Bang, afueraㅡavisó uno de ellos antes de seguir ayudando a las demás hadas lastimadas.

Hyunjin corrió hacia el jardín delantero, sintiendo su corazón palpitar con fuerza contra su pecho. Se detuvo de golpe al notar que Jisung y Jeongin estaban dentro del auto de Chan, listos para irse. Cayó sobre sus rodillas, olvidando por completo el dolor en su pierna y lloró con fuerza ante la mezcla de sentimientos, por fin todo eso había terminado, Jisung estaría en casa de nuevo al igual que Jeongin, ambos con vida.

ㅡSu Majestad, ¿qué hacemos con Seo?ㅡpreguntó un soldado a su lado.

ㅡLo llevaremos al castillo.

Hyunjin sobó con cariño el cabello de Jisung a un lado mientras sostenía la mano de Jeongin al otro, encontrándose él en medio de los dos en los asientos traseros del auto. Sentía alivio, aún estaban demasiado débiles para entender que sucedía, por lo que lo mejor era dejarlos descansar y atenderlos tan pronto llegaran al castillo.

Jisung abrió por fin sus ojos con totalidad, dándose cuenta rápidamente que no estaba en aquella oscura y fría habitación. Se asustó y se removió afligido sin comprender lo que estaba sucediendo, sintió las caricias en su cabello y se giró a ver quién iba a su lado. Su garganta se cerró al ver a su hermano ahí, ¿otra vez estaba alucinando cosas? Se sentía demasiado real.

ㅡSunggie...

ㅡ¿Qué está pasando?ㅡpreguntó con la voz quebrada, sintiéndose levemente mareado al tratar de acomodarse bien en su asiento.

ㅡSunggie, todo está bienㅡlo miró con los ojos cristalizadosㅡVamos a casa.

Jisung pellizcó de manera disimulada su propia mano para asegurarse que todo era real, y las lágrimas salieron sin darse cuenta cuando todo su alrededor se quedó intacto, su hermano seguía ahí, viéndolo con tristeza y alivio.

ㅡEstoy muy cansadoㅡlloró, abrazando al mayor, encogiéndose cada vez más entre leves temblores.

ㅡLo sé, pero ya vamos a casa, estarás bien.

El peligris asintió aún con las lágrimas mojando sus mejillas. Cuando logró calmarse un poco, notó la herida en la pierna de su hermano, no pudo evitar asustarse al darse cuenta de que era una herida de bala y se veía realmente grave. Hyunjin se dio cuenta y le dio una cálida mirada, dándole a entender que estaba bien, pero Jisung no podía dejarlo así, debía ser doloroso, así que puso sus manos sobre la herida a pesar de lo increíblemente débil que estaba.

ㅡSung, noㅡlo detuvo, quitando sus manos con delicadezaㅡNecesitas energías, van a curarme cuando lleguemos.

El menor negó con la cabeza, poniendo sus manos de nuevo, ignorándolo. Se notaba que esa herida iba a durarle un buen tiempo, y también se notaba que la pérdida de sangre había sido grande. Quitó el vendaje improvisado y lo tiró en algún lugar del auto, una suave luz apareció en la palma de sus manos y poco a poco la herida empezó a cicatrizar, hasta que luego de algunos segundos, la herida había mejorado su aspecto, no había sanado del todo debido a que ya no podía mantenerse mucho más tiempo soltando esa energía, pero ya no se veía mal y a Hyunjin ya no le dolía.

ㅡCuando lleguemos diles que te saquen la bala, luego haré que esa fea herida ya no esté, ¿entendido?ㅡdijo suave hacia su hermano, recostándose de nuevo en su asiento, sintiendo sus párpados cada vez más pesado.

ㅡEntendidoㅡrespondió, limpiando algunas lágrimas con el dorso de su mano, retomando las caricias en el cabello del menor para relajarlo.

Chan miró la escena desde el espejo retrovisor, demasiado conmovido ante el afecto entre ellos, sintiéndose culpable por haber cazado algunas hadas en su pasado. La raza de las hadas no dejaba de sorprenderlo, ahora entendía por qué Jisung era tan importante para Minho, se notaba que era un buen chico, poniendo el bienestar de otros sobre el suyo a pesar de su condición. Estaba muy decidido a no seguir su vida como cazador, aunque no sabía qué le esperaba al llegar al castillo, no sabía que sería de Minho, y ese futuro incierto lo asustaba mucho.

Entendía el enojo del príncipe heredero, entendía que los odiara tanto, y si debían encerrarlo por ser un cazador, iba a aceptarlo, porque después de todo, también se lo merecía.

ㅡ¿¡Cómo si quiera se te ocurrió ir!?ㅡexclamó alarmada la reina al ver a Hyunjin entrar al castillo. Cuando se dio cuenta de que no estaba en su habitación, dedujo fácilmente que se había ido con el ejército, haciéndola sentir demasiado angustiada todas esas horasㅡ¡Deja de desobedecerme así! No sabes lo asustada que estaba.

ㅡTraje a Jisung y Jeonginㅡrespondió, ignorando el regañoㅡLo siento, es que no quería quedarmeㅡagachó la mirada.

La reina se acercó y lo abrazó con fuerza, aliviada por las noticias y porque sus hijos estaban bien.

ㅡ¿En dónde está mi hijo?ㅡpreguntó sin dejar de abrazarlo, su voz escuchándose más inestableㅡ¿Él está bien?

ㅡEstá un poco débil, se ve muy mal, pero estará bienㅡla miró, limpiando las lágrimas en su rostroㅡJusto ahora los médicos reales lo están atendiendo.

La mujer asintió y se dirigió a paso rápido junto a Hyunjin hacia la enfermería del castillo. Entraron al enorme salón lleno de camillas y de médicos corriendo de un lugar a otro, atendiendo a todos los soldados heridos. Llegaron hacia una de las puertas, al adentrarse en esta se encontraron con Jisung y Jeongin siendo atendidos por varios médicos, curando sus heridas y haciéndose cargo solo de los dos. La reina Han se sentó a un lado de Jisung, mirándolo con cariño mientras apartaba los mechones de que caían en su frente, él aún seguía durmiendo y no sabían hasta cuando iba a estar bien.

Hyunjin tomó la mano de Jeongin, demasiado preocupado por su bienestar, no lo había visto reaccionar desde que lo encontraron y eso le asustaba mucho, los doctores le dijeron que era por las condiciones en las que estuvo sometido, las bajas temperaturas y por la mala alimentación. Sintió un nudo en su garganta, deseando poder ver de nuevo a Jeongin bien.

ㅡ¿Cuándo ibas a decirme que estaban en una relación?ㅡpreguntó la reina de repente sin mirar a Hyunjin, totalmente en calma cuando los médicos salieron de la habitación.

ㅡ¿D-De qué hablas?ㅡpreguntó Hyunjin, dirigiendo su mirada afligida hacia ella.

ㅡ¿Creíste que no me daría cuenta?ㅡsuspiró sonoramente, viéndolo al finㅡHyunjin, dime, ¿hacia donde pensabas llevar eso? Tienes responsabilidades, lo hablamos antes.

ㅡYo solo...ㅡagachó la mirada, avergonzado de sus propias accionesㅡNo lo sé, no fue a propósito. Yo sabía que no podía ser para siempre y aún así...ㅡlevantó la mirada, encontrándose con la decepcionada mirada de su madreㅡSé que es mi culpa, no lo castigues a él por ser un soldado, sé que debí tratarlo como un hermano desde que fue aceptado en la familia luego de la muerte de los Yang, pero solo pasó, entiendo que un soldado no puede relacionarse así con un futuro rey, que esta prohibido, pero por favor, no es su culpaㅡhabló con desesperación, temiendo que su madre tomara represalias con Jeongin ya que lo que ellos tenían estaba totalmente prohibido.

ㅡDebo pensarlo... Tú sabes las reglas, Hyunjin, eres el príncipe heredero, no un soldado, ni sirviente, respeta tu lugar.

ㅡ¿Crees que no lo sé?ㅡsollozó con desesperación, tomando de nuevo la mano del menor entre las suyas, viéndose tan pálida a comparación de la propiaㅡÉl no fue el que vino hacia mí, fui yo el que insistió, fui yo, mamá, no él.

ㅡDebes ir al reino de los Kim mañana junto a su ejército para los preparativos de la bodaㅡdijo en voz baja luego de unos largos segundos en silencio, pensando en cómo debería actuar al respecto.

ㅡLo séㅡsusurró, sintiendo sus ojos cristalizarseㅡDe verdad lo siento mucho.

La reina asintió lentamente, notando el arrepentimiento en los ojos de su hijo. Siempre deseó que sus hijos fueran felices, que se casaran con alguien a quien amaran, así como ella tuvo la suerte de hacer, sin embargo, era muy complicado, porque el mundo de la realeza es así, los matrimonios arreglados eran normales y muy necesarios. Cuando supo sobre lo de Hyunjin con el joven Jeongin pensó que sería algo temporal, que Hyunjin iba a recapacitar, a madurar e iba a terminar esa relación, confiaba en eso ya que habían hablado en distintas ocasiones sobre que él un día tomaría el trono al casarse con alguna princesa o príncipe, pero no ocurrió, su hijo no dejó su relación y supo que sufriría por eso. No sabía exactamente desde cuando estaban juntos, pero de seguro sería un golpe emocional muy difícil de superar, tomando en cuenta lo emocional que Hyunjin era.

ㅡMinho...

Jisung se removió inquieto, balbuceando palabras mientras cerraba sus ojos con fuerza, dejando escapar pequeñas lágrimas.

ㅡEstá despertandoㅡsusurró la reina, frunciendo el ceño ante la mención de Lee, limpió las lágrimas que seguían saliendo de los ojos cerrados de su hijoㅡLlama al doctor.

Hyunjin asintió, obedeciendo rápidamente.

ㅡEse maldito cazador no volverá a hacerte dañoㅡaseguró la mujer, sobando la mejilla de su hijoㅡEstarás bien.

El doctor entró rápidamente junto a algunos enfermeros, dándole especial atención a su estado.

Hyunjin y su madre salieron de ahí, dirigiéndose hasta el salón principal del castillo, en silencio.

ㅡ¿Qué haremos con Seo?ㅡpreguntó el castaño cuando las puertas se cerraron tras ellos.

ㅡVamos a encerrarlo en una celda alejada y nunca saldrá de los límites de este bosque.

ㅡ¿Solo eso?ㅡbufó molestoㅡDebe morir. Es más, yo voy a matarlo.

ㅡ¿Estás escuchándote? Eso no es propio de ti, no quiero escucharte decirlo de nuevoㅡtomó asiento en su trono con total seriedad ante las palabras de su hijo.

ㅡMadre, casi mata a tu hijoㅡrecordó, haciendo especial énfasis en ese hecho.

ㅡ¿Eres un humano, Hyunjin?

El mencionado guardó silencio, comprendiendo por donde iba todo eso. Él era un hada, un hada bondadosa, un príncipe hada que debía velar por el bienestar de los demás, no era un asqueroso humano lleno de rencor y odio que buscaba la muerte de otros.

Estaba molesto, demasiado molesto porque gracias a eso es que los humanos nunca los respetaban y los cazaban, sin embargo, eso las hacía ser lo que eran, eso las caracterizaba más allá de su belleza física. Por un momento quiso que eso dejara de importarle, pero la dura mirada de su madre lo estaba impulsando cada vez más a dejar esas ideas arrebatadas; tanto Lee Minho como Seo Changbin estaban prisioneros en su castillo, los dos alejados de cualquier hada. ¿Será ese castigo suficiente para todo el daño que hicieron? No estaba muy seguro, pero no podía hacer más que eso.

ㅡNo, no soy un humanoㅡrespondió, rendido ante las palabras de su madre.

ㅡEres mejor que eso, Hyunjin, nunca olvides quién eres.

El castaño asintió y salió del salón, dirigiéndose hacia su habitación. Se detuvo frente al espejo, mirando su propio reflejo, decepcionado de sí mismo, entristecido por su propio destino, entendiendo que él tenía sus propias obligaciones y que nunca podría hacer lo que realmente quería.

Empezó a llorar de nuevo, ni siquiera podría quedarse hasta que Jeongin despertara y ese solo pensamiento hacía que sintiera una interminable amargura.

No sabía cuándo podría verlo de nuevo, y sabía que tan pronto Jeongin despertara, iba a preguntar por él, y él ya no estará para explicarle, Jeongin iba a pensar que simplemente decidió abandonarlo y que no le importaba cuando la verdad era que deseaba quedarse a su lado, amándolo y cuidándolo.

Te amo, Yang Jeongin, nunca mentí con eso.

La noche se alargó demasiado para el gusto de todos, luego de una fuerte y larga disputa, decidieron soltar a Chan. Hyunjin fue el primero en contar los sucesos, la manera en la que se mantuvo luchando a su lado y como lo había ayudado sin dudarlo cuando le dispararon. Al principio el Consejo Real no estuvo de acuerdo, después de todo, seguía siendo un cazador, tenía un historial y no podían dejarlo libre solo por sus acciones en una noche, sin embargo, Chan todo el tiempo estuvo a favor de ser castigado si lo creían necesario, no se opuso ni objetó al respecto, era consciente de sus propias acciones y lamentablemente se dio cuenta un poco tarde; creía que no era demasiado tarde todavía para redimirse, deseaba mantener una conciencia limpia luego de ver el valor que tenían las hadas, y no precisamente por sus alas.

Discutieron sobre el tema, llegando al acuerdo de que lo dejarían libre siempre y cuando no volviera a acercarse al bosque. Chan quiso negarse, Minho aún seguía encerrado ahí, siendo totalmente inocente porque al fin y al cabo, la idea de ir al castillo arriesgando su vida, fue suya. ¿Cómo podría convencerlos de eso? El apellido Lee estaba muy manchado debido a su historial, no había esperanza para Minho, y eso desgarraba su corazón. Hyunjin estuvo de acuerdo con la resolución, mandando a dos de sus soldados para que acompañara a Chan hasta las afueras del bosque, no sin antes mostrarle gratitud por lo que había hecho por él.

En cuanto a Seo, las cosas fueron totalmente diferente, y con mucha razón.

Changbin no cambió su expresión ni siquiera cuando fue sentenciado por la reina de las hadas a un eterno encierro en la prisión del castillo, quería mostrar que era fuerte a pesar de que por dentro estaba muy asustado. Ni siquiera se dio cuenta en qué momento todo se vino para abajo, a lo mejor fue muy ambicioso, demasiado soñador. Claro que estaba furioso, habían matado a la mayoría de sus hombres y destruyeron su mansión, además, todo su plan de obtener las alas de la realeza simplemente se derrumbó. Cayó en cuenta de que había sido su propio descuido, estaba seguro de que Minho había corrido hacia la reina a contarle todo el plan, y honestamente, no pensó en que lo traicionara de esa manera de nuevo, principalmente porque Minho las llevaba de perder al meterse en el territorio de las hadas, incluso pensó que había muerto al no tener noticias de él, no esperaba un nuevo ejército, no esperaba que el propio príncipe heredero apareciera ahí para atacarlo. Fue demasiado egocéntrico, y ahora se odiaba por eso.

Gruñó molesto cuando uno de los soldados que lo llevaban lo jaló con fuerza mientras caminaban, odiaba ser tratado como un animal, nunca lo habían tratado con tanta brusquedad y menos una raza tan inferior para él.

Bajaron unas interminables escaleras, topándose con una abrumadora oscuridad que se fue disipando a medida que seguían caminando, hasta llegar a las celdas. Mientras caminaba junto a los soldados, se detuvo cuando reconoció a Minho en una de ellas; rió sonoramente al verlo sentado en una esquina, llamando su atención.

Minho se levantó y se acercó, demasiado sorprendido con encontrarlo en ese lugar, ¿eso significaba que habían salvado a Jisung?

ㅡ¿Qué miras, idiota?ㅡse detuvo, Changbin frente a Minho. Los soldados no lo forzaron, simplemente dejaron que se acercara también a la celda del pelinegroㅡ¿Me extrañaste?

ㅡAl fin estás donde pertenecesㅡdijo el menor, sonriendo ladino.

ㅡIgual que tú. Mírate, encerrado también, el mejor jodido cazador de la ciudad siendo prisionero de las hadas, ¿es gracioso, no crees?

ㅡMe conformo con que tú también te pudras en este lugarㅡlo miró con furia, teniendo el repentino deseo de poder acabar con él en ese momento.

Changbin se encogió de hombros y siguió caminando con esa sonrisa orgullosa, como si hubiera ganado algo con estar ahí. Minho nunca iba a comprender realmente lo que Seo Changbin pensaba en cuanto a su vida, ni siquiera en esa situación se notaba asustado, simplemente parecía orgulloso por no ser el único encerrado.

Suspiró sonoramente al verlo desaparecer con los soldados en una puerta que estaba al fondo, sintiendo sus piernas flaquear, causando que cayera al suelo mientras su pecho se llenaba de alivio ante la noticia de que todo había terminado, aunque necesitaba saber sobre Jisung, algo que realmente le comprobara que estaba bien, que no lo habían lastimado.

Solo necesitaba eso para tener al menos una noche de paz.

Espero que les guste❤️

Hyunjin por fin volvió🥺🍀

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