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𝄈𝄈Veinte𝄈𝄈

Minho se encogió del susto en su asiento cuando el señor Han se levantó de la silla seguido de un fuerte golpe sobre la mesa con una expresión molesta en su rostro.

La noticia de la marca en Jisung no pareció agradarle mucho, aparentemente.

Al contrario de él, Jisung se encontraba a la defensiva, a la espera de responder sin temor alguno ante cualquier cosa que quisiera decirle. Siendo él un alfa, se sentía demasiado intimidado en la presencia de otro alfa que le ganaba en edad, experiencia y fuerza. No tenía la mínima intención de discutir o de exaltarse, controlar sus emociones era primordial para no tener que entrar en un conflicto, no sería prudente de su parte ponerse agresivo con el padre de su omega.

De cierta forma, comprendía la molestia del señor Han, Jisung era su único hijo y aceptaba que tal vez, había sido un poco irresponsable al marcarlo tan pronto sin haberse tomado el tiempo de que al menos lo conocieran.

—No has terminado tus estudios, Jisung—recordó el señor Han con evidente tono de regaño.

—¿Y eso qué tiene que ver? ¡No es como si la marca significara que voy a dejar tirado todo!

—Dios, Jisung, parece que no lo entiendes—el señor Han sobó sus sienes con frustración, viendo ocasionalmente a su esposa que parecía demasiado tranquila.

—Sunggie, lo que tu padre trata de decir es que tener cachorros en este momento no te conviene—dijo con tranquilidad—Los dos siguen siendo muy jóvenes para aventurarse a todo lo que viene—los miró a ambos.

—¡Nadie está hablando de cachorros!—se exaltó el menor de inmediato—Además, ¿no era eso lo que querías, papá? Estabas tan preocupado por conseguirme un alfa hasta el punto de presionarme todo el tiempo con absurdas amenazas. Tengo un alfa ahora, ¿por qué estás en contra?

Si, Jisung tenía razón, Han Heejun podía aceptarlo para sí mismo, estuvo mucho tiempo enfocado en encontrarle un buen alfa a su hijo, alguien que le asegurara una buena posición social y que fuera un buen partido, y Minho cumplía con todo eso al ser el hijo de Lee Joongi, pero su lado protector salió a flote sin haberlo esperado, enfrentando una realidad que ya no podía cambiar.

—Como sea—el señor Han apartó la mirada, tomando asiento de nuevo con total resignación—Al menos es el hijo de Joongi, es lo único que me importa ahora que no hay vuelta atrás—dijo casi en un susurro para sí mismo, suficientemente audible para los presentes.

—¿Conoce a mi papá?

—No… —respondió inseguro bajo la atenta mirada del pelinegro—Es lo de menos, no me hagan caso.

—¿Por qué eso te da alivio?—le preguntó el omega, curioso—No parecías estar muy feliz con la idea de que me gustara Minho hace unas semanas.

El señor Han suspiró rendido, conocía a su hijo, estaría insistiendo hasta conseguir una respuesta que lo hiciera sentir satisfecho.

—Minho es el heredero de una gran cadena de hoteles, su padre, Lee Joongi es el actual dueño... Es un hombre muy poderoso.

Jisung abrió los ojos, sorprendido, dándose cuenta de que no conocía esa información.

—No es algo que me guste decir—dijo Minho al ver la sorpresa en el omega—Yo no quiero nada de eso, es el deseo de mi papá, no el mío.

—¡Y lo dices hasta ahora!

Heejun esperaba no haberse equivocado al decir eso, nadie debía saber que él y él señor Lee han estado contactándose ocasionalmente para ponerse al tanto de las cosas que estaban pasando entre sus hijos, y al parecer, la noticia de la marca era algo que ninguno de los dos sabía.

Minho le dio una mirada apenada a Jisung, de acuerdo con que habían cosas que definitivamente debían decirse, lo suyo era mucho más serio y oficial, no había nada que ocultar.

El resto de la charla se enfocó en el miedo de que Jisung empezara  formar una familia a tan corta edad. La señora Han estaba preocupada, un embarazo a esa edad solo complicaría las cosas, no era conveniente ni recomendado, y en cuanto al señor Han, no quería ni pensarlo, el tema todavía no terminaba de procesarlo, pero debía aceptar que no podía hacer nada al respecto, obligándose a asimilarlo porque al final, eso era lo que tanto le estuvo exigiendo.

De regreso al hotel, ambos se mantuvieron en total silencio, Minho no sabía qué decirle a Jisung en cuanto a lo que el señor Han le dijo sobre él y su herencia. Podía sentirlo molesto a través del lazo, podía sentir como su omega le gruñía a su alfa para que se alejara, y eso lo hacía sentir peor.

—Debiste decirme, esa es información necesaria y básica—dijo el omega, cruzándose de brazos sin apartar la vista de la ventana—Ni siquiera es porque me interese mucho tu posición social, ¿sabes? Me hace sentir como si no te conociera lo suficiente.

—Perdón—suspiró, estacionándose ya en el hotel—No sabía cómo hacerlo, tampoco quería sonar presumido, odias eso, y yo no quiero que me odies como a todos los alfa.

—No te odiaría nunca, somos destinados, pensé que confiabas en mi como para contarme algo así. Ahora entiendo por qué mi papá no volvió a decir ningún comentario malo sobre ti.

—Lo sabes ahora… Prometo que es lo único que no te dije.

Jisung lo miró una vez más antes de bajar del auto, dirigiéndose hacia la entrada del hotel sin esperarlo.

La sensación de que tal vez, no conocía a su alfa lo hacía sentir fatal porque su relación había alcanzado un nivel más allá de lo que antes tenían, pero al mismo tiempo, estaba ciertamente consciente de que tal vez, estaba exagerando un poco. Se propuso a sí mismo olvidar el tema, no era la gran cosa después de todo, y discutir con él por algo como eso no le parecía muy bien. Se detuvo frente al elevador y sintiéndose más tranquilo, esperó al alfa que recién iba entrando al lobby. Ambos entraron al elevador, en silencio. Minho estaba un tanto nervioso, pensando en algo que hiciera sentir mejor a su omega.

—¿Salimos a cenar?—preguntó el alfa, rompiendo el horrible silencio que se había creado—O podemos hacer lo que tú quieras, pero ya no estés molesto.

Jisung notó el leve puchero en los labios del pelinegro, convenciéndolo solo con ese simple gesto. Se preguntó muchas veces como es que podía calmar cualquier emoción cuando se trataba de Minho, pero no había respuesta alguna, nunca se vio a sí mismo en esa situación, así que en lugar de darle vueltas a lo sucedido, simplemente lo dejó pasar, dándose cuenta de que no valía la pena estancarse en algo que pronto resolverían.

En lo que Minho esperaba alguna respuesta, Jisung rodeó su cuello con ambos brazos y se acercó lo suficiente para alcanzar sus labios, atrapándolos en un repentino beso. Minho puso ambas manos alrededor de su cintura, acercándolo un poco más hacia sí mismo para disfrutar de ese contacto.

Por un momento, Jisung olvidó por completo en donde se encontraba, subiendo la intensidad del beso, mordiendo sus labios sin mucha fuerza; lo empujó levemente hasta que el alfa no pudo retroceder más por las paredes del elevador. ¿Por qué tenía tanta urgencia otra vez sí su celo ya había terminado? Tal vez se convirtió en un omega necesitado, pero no podía culparse, Minho le gustaba muchísimo, y ahora que había experimentado con él, siempre quería más.

El sonido de las puertas abriéndose causó que se alejaran de golpe, suspirando con alivio al notar que no había nadie en los pasillos. Jisung soltó una risita divertida mientras sacaba casi corriendo a Minho de ahí, dirigiéndose directamente hacia la habitación con la intención de seguir en lo suyo con más privacidad. Con rapidez, Minho pudo abrir la puerta, y antes de tomar al omega para besarlo de nuevo, algo llamó la atención de ambos.

—Min, ¿y todas tus cosas?

Al igual que Jisung, Minho notó que la habitación estaba vacía, como cuando empezó a vivir ahí. Abrió su armario y tampoco estaba su ropa, ningún libro en sus muebles y tampoco ninguno de sus lienzos o pinturas.

—No hay nada, mis cosas no están—regresó con el omega, luciendo preocupado—No pudo haber sido un robo, es imposible, creo que-

Guardó silencio de golpe, uniendo los puntos hasta llegar a una conclusión que logró ponerlo furioso.

—Ya sé qué pasó aquí—despeinó su cabello con frustración—No puedo creerlo.

—Pues dime porque no entiendo nada.

—Es culpa de mi papá—suspiró, dirigiéndose hacia la puerta—Debo hablar con él, voy a buscarlo.

—Vamos entonces—caminó hacia la puerta también, pero el alfa lo detuvo, sosteniéndolo de la muñeca.

—No, quédate aquí, o puedo llevarte a tu casa, tú dime. Pero iré solo.

—¿Por qué? No quiero ser grosero, pero tu papá es aterrador, no irás solo—dijo con seguridad, soltándose de su agarre para mirarlo con seriedad—¿Y si te hace algo?

—Por eso mismo, Jisung. La otra vez fue horrible, no voy a permitir que pase lo mismo si puedo evitarlo.

Jisung relajó su expresión, comprendiendo su posición. Si el señor Lee volvía a imponerse, no tendría más opción que obedecerle, y eso causaría más problemas entre ambos alfas, pero, ¿Cómo iba a dejarlo solo? Odiaba la idea de que Joongi se pusiera violento con Minho, y aunque de seguro su presencia era innecesaria, quería asegurarse de que nada malo pasaría.

—Prometo apartarme si se pone difícil, si crees que debo irme, te haré caso—dijo con voz suave, tomando la mano del mayor para entrelazar sus dedos con suavidad—Pero no quiero que vayas solo.

Minho dudó unos segundos antes de asentir rendido, y aunque la idea de que su padre tuviera que estar en el mismo espacio que su omega no le gustaba, estaba más que dispuesto a luchar si era necesario, no dejaría que Jisung volviera a salir lastimado por culpa de su padre.

No tenía un buen presentimiento, pero poco podía hacer ahora que se encontraba de camino junto a su terco omega.

🌙

El señor Lee se mantuvo paciente a la espera de ser contactado por su hijo para recibir la noticia de que había marcado a un omega, pero al final, fue el señor Han quien le comentó al respeto. Esperaba escucharlo satisfecho con el hecho de que su hijo marcara a Jisung, pero muy al contrario, sonó preocupado.

Poco le importaba de todas formas.

Claramente, la noticia lo alegró muchísimo, su hijo por fin estaba yendo por el camino adecuado a la edad justa, todo iba tal y como quería, a excepción de su actitud que seguía siendo dócil, pero algo le decía que eso pronto cambiaría.

Tenía que cambiar.

Sonrió satisfecho al ver desde la ventana de su oficina de trabajo que el auto de Minho se estacionó frente a la casa, suponiendo que se dio cuenta de que la habitación de hotel estaba vacía. A paso lento, caminó hacia la entrada principal, él mismo iría a recibirlo.

—Regrésame mis cosas—Minho entró a la casa, ignorando a su padre quien se quedó parado bajo el umbral de la puerta con los ojos puestos en el omega.

—Buenas noches a ti también—se giró hacia su hijo con una sonrisa tranquila.

—Deja todo eso, solo dame mis cosas para irme de aquí.

Jisung solo se mantuvo en silencio a un lado de Minho, evitando la mirada del señor Lee mientras se aferraba con fuerza la mano del alfa en señal de nerviosismo.

—¿Por qué? Ya están todas acomodadas en tu habitación—dijo como si nada, cerrando la puerta principal—Esta es tu casa ahora.

—No, no pienso vivir en este lugar contigo—estaba decidido a no permitir que su padre siguiera controlando su vida a su antojo, mucho menos dejarlo convivir con Jisung.

—Vivirás con tu omega, no conmigo—rió cortamente al ver la expresión confundida de ambos jóvenes—Te dije que cuando marcaras a un omega, podrías vivir aquí, ahora lo estoy cumpliendo.

—¡Deja de hacer esas cosas sin mi permiso! Lo que menos quiero es que estés cerca de nosotros.

Jisung trató de tranquilizar al alfa a través de su lazo, sintiéndolo demasiado tenso, soltando gruñidos llenos de enojo y disconformidad.

—Min… Lleguen a un acuerdo, ¿si?—sugirió en voz baja a su lado, sobando el dorso de su mano hasta que sintió al lobo de su alfa tranquilizarse un poco.

—Hazle caso a Jisung, resulta que es más civilizado que tú—dijo con dureza, dirigiéndose hacia la sala principal de la casa.

Minho no estaba dispuesto a ningún acuerdo, no había nada que lo hiciera aceptar a quedarse en ese lugar en el que sabía que estaría controlado y vigilado por su padre, eso solo traería problemas con Jisung, no podría soportar ningún tipo de maltrato hacia su omega sin actuar como un total violento, su alfa buscaría protegerlo a toda costa.

—Esta casa es tuya también, Minho, sabes que tu madre también querría lo mismo, que hicieras tu vida con tu omega aquí.

—Hay muchas cosas que le hubieran gustado a ella y ti te importó una mierda, ¿por qué debería escucharte ahora? Esa manipulación barata es ridícula.

—Mira, no voy a discutirlo contigo, tus cosas ya están aquí y las de Jisung pronto estarán también.

—¿Qué?—Jisung lo miró confundido, ni siquiera habían hablado muy bien sobre el tema.

—Como lo escuchaste—asintió el señor Lee con una sonrisa—Hablé con tus padres y ellos estuvieron de acuerdo, incluso empacaron algunas de tus cosas.

—Ellos no lo harían… —dijo apenas en un susurro, negándose a creer que le harían algo así sin consultárselo.

—Te sorprenderías.

Minho empezó a sentirse culpable por las acciones imprudentes de su padre, ¿Quién se creía que era para intervenir cada vez que quisiera? Se estaba saliendo de control, y el hecho de no poder ponerle un alto definitivo, lo preocupaba de sobremanera porque Jisung estaba de por medio.

—Lo único que quiero es que vivas bien, ¿pretendías vivir con tu omega en una habitación de hotel?

La pregunta lo tomó por sorpresa porque a decir verdad, tenía razón. Era vergonzoso para él como alfa vivir en una habitación con su omega, no podía ofrecerle eso. Podía conseguir un mejor lugar, pero para eso, tenía que trabajar otra vez, ahorrar y empezar con esos gastos, ya tenía un poco de dinero por lo que estuvo trabajando antes, pero no era suficiente para empezar a vivir con alguien más. Y no iba a ofrecerle miserias a Jisung.

—No viviré contigo—volvió a negarse.

—Como dije antes, no vivirás conmigo. Estoy feliz y orgulloso de ti, hijo, no me hagas ver como si fuera el villano, solo quiero que estés cómodo. Yo tengo otro lugar en donde vivir, todo esto es tuyo por cumplir tu parte como alfa.

Era como un premio por marcar a un omega. Eso sonaba horrible.

Era un cínico, Minho lo sabía de sobra porque nada podía ser así de simple con él, todo sonaba como una gran locura. Ahora que tenía a un omega, de seguro empezaría a presionar con los cachorros, lo presentía. Tal vez, la única forma de vivir en paz sería irse del país sin decirle a donde, pero aún así, no tenía el presupuesto para hacerlo, y muy seguramente, terminaría encontrándolo por medio de sus contactos.

Estaba acorralado.

Tiempo más tarde, algunas de las cosas de Jisung llegaron y el señor Lee aprovechó ese momento para irse, prometiendo dejarlos tranquilos por el momento. Parecía irreal lo que estaba sucediendo, no creyó que todo sería tan complicado, él solo quería estar feliz junto a Minho sin demasiadas preocupaciones, teniendo citas como una pareja normal y pasando juntos todo el tiempo que pudieran, no contaba con que sus padres y el padre de Minho estuvieran interesados en elegir todo por ellos, era totalmente inaceptable.

Trató de comunicarse con su madre para que le diera una explicación del por qué accedieron a ese absurdo plan de enviarlo a vivir con Minho a esa casa, pero solo consiguió que su padre se molestara y colgara la llamada.

—No sabía que todo esto iba a suceder—Minho miró a Jisung con mucha vergüenza cuando estuvieron solos, nada le estaba saliendo bien por culpa de su padre—Lo que menos quiero es que estés incómodo. No quiero que pienses que soy un alfa tonto que no sabe manejar ese tipo de situaciones—estaba decepcionado de sí mismo, Jisung no merecía eso—Es solo que no sé qué más hacer.

—Tranquilo, debes estar consciente de que no tienes la culpa de nada, sé que eres un gran alfa—le sonrió con cariño, sobando su mejilla con dulzura antes de darle un corto beso—Buscaremos la forma, pero por ahora, aceptemos esto.

—Me sigue tratando como un incompetente, ¿Cuándo se dará cuenta de que no puede manejar mi vida? Ya no soy un niño—sintió sus ojos picar, pequeñas lágrimas se habían acumulado cuando la impotencia y la desesperación lo llenaron—Lamento arrastrarte a todo esto.

Jisung sintió tristeza por su alfa, verlo tan decaído y vulnerable lo quebraba completamente, hace ya un tiempo que no lo veía de esa forma, estaba acostumbrándose a verlo con esa brillante sonrisa que tanto le gustaba, y ahora estaba ahí, frente a él, luchando para no llorar.

—¿Qué tal si me enseñas la casa? Viviremos aquí un tiempo, así que muestrame qué hay.

Minho levantó la mirada, limpió las lágrimas que lograron mojar sus mejillas y asintió con una media sonrisa, levantándose del sofá para tomar la mano del omega y empezar un pequeño recorrido.

Empezaron en la planta baja, Minho lo llevó a ver el patio trasero primero, era espacioso y el jardín estaba muy bien cuidado, las flores se miraban muy coloridas y vivas, y el césped estaba muy bien recortado. Siguieron hasta la cocina, encontrándose con todo muy ordenado, limpio y abastecido, como si hubieran llenado todo con la intención de recibirlos ese mismo día. Al salir de ahí, se encontraron con el comedor; ya conocían esa parte, pero no dejaba de sorprender al omega. Luego de unos segundos, subieron al segundo piso.

Minho le explicó que habían habitaciones a las que no podían entrar, como por ejemplo, la habitación en donde dormían sus padres y la oficina.

—Cuando mamá murió, cerramos la puerta con llave—empezó a contar el alfa mientras veía una foto familiar colgada en la pared del pasillo—Todo ahí dentro sigue igual desde entonces… Papá se deprimió tanto que decidió usar otra habitación para superarlo, él creía que si olvidaba hasta el olor en sus cosas, sería un proceso más rápido.

—Eres idéntico a ella—comentó, admirando el rostro de la joven mujer en la fotografía—Debió ser muy difícil para ustedes.

—Lo fue—asintió—Esta casa me trae muchos recuerdos, si no fuera por mi papá, estaría muy feliz de vivir aquí.

Jisung asintió en silencio, comprendiendo la amargura en esas palabras, no debía ser tan sencillo para Minho tener que rechazar el lugar que consideró su hogar durante mucho tiempo por culpa de su padre. Podía sentir su tristeza, el aire estaba impregnado de ese peculiar aroma que ponía sensible a su omega.

—¿Cuál es tu habitación?—preguntó, desviando la atención del alfa.

—Es el último, vamos.

Minho caminó hacia la puerta, tenía mucho tiempo de no abrirla, pero también tenía curiosidad sobre si algo había cambiado. Al abrirla, su pecho se llenó de nostalgia con solo ver como algunas de sus cosas de cuando era más joven estaban ahí, incluyendo todo lo que habían sacado del hotel.

—Bueno, mi papá tuvo que ser muy rápido para acomodar todo sin que se viera desordenado.

Jisung analizó la habitación con detenimiento, sorprendiéndose una vez más de lo grande que era todo ahí dentro. La cama era espaciosa, el armario era casi la mitad de una habitación normal, el baño hasta tenía una bañera, ¿de verdad esa era la habitación de un niño? En casa, su habitación era grande, si, pero no de ese tamaño, porque incluso las pinturas y lienzos de Minho tenían un espacio designado ahí dentro.

—Bueno, se nota que eres el heredero de una cadena hotelera—comentó en tono de broma el rubio, obteniendo la atención del alfa.

—Siempre odié todo este espacio—rió por lo bajo—¡Es demasiado para mi!

—Eso está claro—rió también, acercándose a él para abrazarlo por la espalda, descansando la mejilla en su hombro—Pero estaré contigo ahora, así que tendrás que darme la mitad de todo este espacio, a menos que quieras que duerma en otra habitación vacía. Pero eso sería muy grosero de tu parte teniendo en cuenta de que llevo tu marca en mi cuello.

Minho lo imaginó por un momento. Compartir todo lo que tenía con su omega sonaba como la mejor idea del mundo, hizo su mayor el esfuerzo para ignorar todo lo sucedido anteriormente con su padre para dejarse llevar por la felicidad que Jisung le transmitía en ese preciso momento.

Deseaba que las circunstancias fueran otras, pero ya estaban ahí, solos, sin su padre que los estuviera molestando, y mientras siguieran así, no iba a quejarse en lo absoluto, menos si Jisung estaba tan empeñado en hacerlo sentir bien.

—¿Qué clase de alfa crees que soy?—Se giró a verlo, llevando los brazos del omega para que rodearan su cuello, dejando sus manos alrededor de su cintura.

—El mejor de todos, definitivamente—sonrió cerca de sus labios, dándole paso a un pequeño juego de coquetería entre los dos.

Minho sonrió también, acercándose lentamente hasta que sus respiraciones se mezclaron, ambos todavía viéndose con sonrisas divertidas, hasta que luego de unos segundos, no quedaba más espacio de por medio, iniciando un inocente y cálido beso.

Jisung pudo sentir a su omega corretear inquieto en su interior, otra vez con esa necesidad de obtener más de su alfa, pero al mismo tiempo, su parte humana estaba encantada con la suavidad del beso, siendo demasiado dulce y gentil, incluso podía jurar que podría vivir en ese mismo instante durante mucho tiempo.

Por otro lado, Minho sentía su corazón golpear con fuerza contra su pecho, nervioso y emocionado, ¿algún día tendría otra reacción al besarlo? De seguro no, nunca iba a aburrirse de eso, de las suaves manos del omega acariciando su cabello, de esos dulces labios moviéndose contra los suyos, de ese embriagante aroma que llenaba sus pulmones cada vez que respiraba y de esa sensación de su lazo fortaleciéndose.

Era simplemente perfecto.

—Debemos acomodar tus cosas—susurró el mayor, dejando cortos besos que hicieron reír al omega—Hay que hacerlo antes de que te pongas perezoso—volvió a besarlo con un poco más de fuerza.

Jisung se sentía acalorado hasta ese punto, Minho soltó un gruñido que lo hizo reaccionar de inmediato.

—Deja… Deja de gruñir así—dijo entre besos, olvidándose de todo a su alrededor para prestarle atención únicamente al alfa que había empezado a bajar cada vez más sus manos.

En lugar de responder, Minho posicionó ambas manos en su espalda baja, metiéndolas de manera sutil bajo su camiseta, erizando su piel ante el contacto de sus dedos en esa zona.

Cada vez que las cosas empezaban a subir de nivel, Minho olvidaba por completo su personalidad tímida e introvertida y le daba entrada a su lado extrovertido, comportándose como un chico seguro de sí mismo y de lo que hacía. Jisung no iba a quejarse, le gustaba mucho que durante esos momentos, pudiera tener más confianza para besarlo, tocarlo y sentirlo, así que en lugar de cuestionarlo, lo disfrutaba en su totalidad.

¿Qué clase de persona quisiera cortar ese momento con tontas preguntas de todas formas?

Un casi inaudible gemido se escapó de su garganta cuando los labios de Minho bajaron hacia su cuello, delineando sutilmente con su lengua toda el área en donde estaba la marca, regalándole sutiles caricias en toda su espalda. Fácilmente, Minho era el chico más caliente que alguna vez vio; su físico era increíble, todo él era increíble.

En un momento de lucidez, Jisung se apartó con lentitud para mirarlo a los ojos, notando la chispa de deseo en ellos. Sonrió ampliamente y lo empujó hacia la cama, causando que cayera de espaldas sobre el colchón. El alfa, sorprendido por la acción, se mantuvo quieto y expectante, sintiendo la excitación recorriéndolo cuando Jisung tomó posición sobre él, desabrochando descaradamente el cinturón de su pantalón con el único objetivo de desnudarlo en el menor tiempo posible.

Suspiró con una sonrisa coqueta en sus labios sin dejar de tocar el trasero del omega.

Por fin le daría un buen uso al espacio de esa cama.

🌙

Capítulo feo, lo sé😭 prometo que los siguientes serán mejores. Gracias por comentar y votar♡

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