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𝄈𝄈Treinta y uno𝄈𝄈

Hace tres meses atrás

Seungmin siguió viéndose frente al espejo con mucha atención, analizando con precisión su cuello libre de cicatrices, estuvo haciéndolo desde que se levantó muy temprano en la mañana. A través del reflejo observó a Chan todavía durmiendo sobre la cama, envuelto en una sábana para cubrirse del frío que lograba entrar por las ranuras de la puerta.

Suspiró entristecido, Chan llevaba más de tres meses cortejándolo y todavía no daba señales de querer marcarlo. Su parte razonable le decía que a lo mejor, todavía era muy pronto, que tal vez debían seguir conociéndose para estar seguros, sin embargo, habían empezado a prácticamente vivir juntos desde hace ya un buen tiempo, parecían una pareja de verdad, ¿no era eso suficiente? Es decir, ¿qué más debían conocerse? Ambos estaban seguros de sus sentimientos, Chan le decía una y otra vez lo enamorado que estaba de él, que lo adoraba más que a nada y que era muy feliz a su lado; entonces, ¿por qué evitaba marcarlo cada vez que había oportunidad?

En su cabeza solo existía una explicación: su desinterés por tener cachorros.

Hablaron del tema solo una vez, y fue el mismo día en el que le expresó que no tenía planes de tener cachorros nunca. Claro que notó la desilusión y la decepción en su expresión ante su decisión, y aunque el alfa intentó ocultarlo, no olvidaría jamás esa reacción. Admitía que tuvo miedo en ese momento, solamente podía pensar en que Chan dejaría de cortejarlo, que buscaría a otro omega y lo dejaría, pero grande fue su sorpresa cuando ni siquiera dudó en quedarse con él, aceptándolo sin insistir.

Se sentía horrible, cada vez que veía al alfa pensaba en que le estaba quitando la oportunidad de ser padre al decidir seguir juntos, y aunque Chan no daba señales de querer dejarlo, le preocupaba que fuera a suceder en el futuro si no lo hablaban con más detalle, y a decir verdad, prefería dejar lo que tenían ahora antes de que fuera mucho peor y con más sentimientos de por medio.

Dándose cuenta de que no podría dormir de nuevo, decidió darse una ducha, tomándose el tiempo suficiente para asearse ya que todavía era muy temprano y dudaba que Chan fuera a despertar pronto. Siendo lo más silencioso posible, buscó un conjunto cómodo para andar en casa, era domingo, así que no tenía planes de salir, era su día libre del trabajo.

Un poco más de una hora después, se dirigió a la cocina, notando en el reloj de pared que eran más de las ocho de la mañana. Sacó lo necesario del refrigerador para empezar a cocinar, distrayéndose en eso para no tener que pensar de más las cosas, aunque de igual manera, tenía muy presente que debían dejar de evitar el tema.

Por otro lado, Chan despertó minutos después de que Seungmin saliera de ducharse; rápidamente notó su ausencia en la cama, haciéndolo fruncir el ceño porque ya se estaba volviendo una costumbre despertar así. Suspiró cansado, no quería acostumbrarse a esa fea rutina, él solo quería poder despertar tranquilamente junto al omega, y estaba seguro de que el hecho de que se levantara casi siempre tan temprano, significaba algo más que solo falta de sueño, y creía saber el porqué.

Al levantarse ordenó la cama, buscó algo de ropa y se dio una ducha rápida, sabía que habían cosas que estaban pendientes de hablar, y aunque estuvo evitando el tema, no podía seguir fingiendo que nada estaba sucediendo.

Cuando entró a la cocina, se encontró con el pelirrojo muy concentrado cocinando; sonrió para sí mismo, enternecido con esa imagen que muchas veces solo vivió en su cabeza, y que ahora, era una realidad.

—Buenos días~—canturreó, abrazándolo por la espalda, recargando el mentón sobre su hombro.

—Buenos días—respondió el omega, sonriendo también.

Chan dejó un beso fugaz en su mejilla y se apartó, ordenó la mesa y ayudó a Seungmin a servir la comida. En cuestión de segundos, el ambiente se volvió demasiado silencio, ambos compartiendo el mismo pensamiento que no los dejaba estar tranquilos.

—Te levantaste muy temprano hoy... Bueno, últimamente te levantas más temprano de lo normal—comentó el alfa, empezando a comer.

—Si... ¿He sido una molestia para ti? ¿Interrumpo tu sueño?

—No—negó con la cabeza de inmediato—Eso es lo de menos, no me molestas en lo absoluto.

Seungmin asintió con una media sonrisa, guardando silencio nuevamente sin saber cómo abordar el tema. De seguro no era una buena idea hablarlo mientras desayunaban, pero era necesario hablar al respecto lo más pronto posible.

—Creo saber lo que pasa—siguió hablando Chan. Seungmin levantó la mirada rápidamente hacia él, un poco nervioso.

—¿Si?

Chan asintió, viéndolo atentamente.

—Es el tema de los cachorros, ¿verdad?

Seungmin agachó la mirada, y luego de unos segundos, asintió. Para Chan, no era tan difícil interpretar los pensamientos del omega, creía que había una conexión realmente fuerte que lo hacía entender como se sentía, así que fue sencillo para él llegar a esa conclusión, especialmente porque, Seungmin evitaba hablar de cachorros, y cuando salían, incluso evitaba verlos, como si ahora les tuviera miedo.

Y eso no debía ser así.

—No hemos hablado al respecto—dijo el omega—No me has dicho qué piensas o qué harás con eso.

—Seungmin—lo llamó, poniendo su mano sobre la del menor para sobar el dorso con cariño—Está bien si no quieres cachorros, es tu decisión y no voy a tratar de cambiarla.

—Pero tú si quieres... Te ilusiona la idea de tenerlos algún día—sintió un nudo en la garganta, sintiéndose triste por ser un obstáculo—No quiero interferir en tus deseos.

—Tampoco yo en los tuyos—respondió sin dejar de tomar su mano—Tal vez al inicio dudé un poco, no voy a negarte eso, pero lo entiendo, Seungmin, no voy a exigirte algo como eso.

—¿Y si buscas a otro omega?—sus ojos se cristalizaron, su voz se quebró—¿Y si me dejas algún día por alguien que si quiera formar una familia contigo? Tú eres muy guapo, atento, cariñoso, todo lo que un omega quisiera para formar una familia—sollozó sin mirarlo, manteniendo la vista hacia plato como si fuera realmente algo importante—Podrías elegir a otra persona y seguir tus sueños de ser padre algún día.

Chan se sintió culpable al verlo así, no quería que se sintiera de esa forma cuando la verdad era que sin importar qué, era incapaz de ver a otra persona. Podía comprender que pensara de esa forma, desde el momento en el que evitó el tema, le dio a entender de manera indirecta que no estaba seguro de hacia donde los estaba dirigiendo esa relación, y ese fue totalmente su error.

—Contigo es suficiente para tener una familia—le dijo con suavidad.

Seungmin no pudo contener más sus lágrimas, permitiéndose llorar por sus palabras. ¿Cómo era posible que Chan fuera de esa manera? Le daba miedo confiarse del todo, no sabía qué podría venir en el futuro, y esa era su mayor preocupación.

—No puedes hablar en serio—limpió las lágrimas de sus mejillas—No es tan sencillo.

Sin creerle, se levantó de la mesa con la intención de dirigirse hacia el baño, dispuesto a lavarse la cara para quitar los rastros de lágrimas; al mismo tiempo quería huir de esa conversión que ya no quería terminar.

Chan suspiró y lo detuvo, rodeando su muñeca con firmeza para que no escapara. Lo acercó hacia su cuerpo y lo abrazó, aferrándose a él con fuerza.

—Sé que no es sencillo—habló cerca de su oído, recostándose en su hombro—Pero no voy a perderte a ti por eso, me niego a dejar ir la oportunidad de que tú, Kim Seungmin, seas mi omega. Por mucho tiempo mi ilusión has sido tú.

—Lo dices porque quieres que me calme.

—Lo digo porque te amo, ¿por qué no confías en mi?

Esas palabras tomaron por sorpresa al omega, era la primera vez que Chan le decía que lo amaba directamente; siempre le mencionaba que estaba enamorado de él, pero nunca le dijo que lo amaba,  hasta ese momento.

Lloró otra vez, respondiendo el abrazo de la misma manera.

—Perdóname, Chan, pero no voy a cambiar de opinión.

—Está bien—asintió, separándose del abrazo para acunar su rostro entre sus manos, mirándolo directamente—Soy feliz contigo y lo seré siempre, con o sin hijos, seré feliz.

Seungmin apenas sonrió, cálido. Sin previo aviso, rompió la distancia entre los dos para darle inicio a un duradero beso, dejando que sus sentimientos se mezclaran con el movimiento de sus labios. Chan sobó sus mejillas, deseoso de seguir, pero Seungmin se apartó, mirándolo a los ojos.

—¿Por qué no me has marcado?—preguntó en un susurro sin dejar de verlo, sintiendo sus labios hormiguear por la sensación del beso que seguía muy presente.

—Creí que no querías que lo hiciera todavía—respondió con honestidad, sorprendido por la pregunta—Pensé que debíamos hablarlo primero y-

—Quiero que me marques—interrumpió, emocionado y decidido—Si quiero que lo hagas, lo he querido desde hace tiempo.

—¿Seguro?

Seungmin asintió repetidas veces, su corazón latiendo con fuerza contra su pecho.

—No hay nada de qué hablar... Pensé que no querías hacerlo porque no estabas seguro de quedarte conmigo—explicó el omega, dejando un corto beso sobre los labios contrarios—Pero estoy seguro de ser tu omega si tú quieres que lo sea.

Chan seguía impactado, había esperado tanto por ese momento que no sabía cómo debía actuar. Seungmin volvió a besarlo, esta vez con más lentitud, saboreando sus labios minuciosamente.

—Hace mucho estoy seguro, Seungmin—dijo cuando hubo espacio entre ambos.

Seungmin sonrió y se recostó sobre el pecho del alfa, sintiendo sus fuertes brazos rodearlo con firmeza junto al agitado latir de su corazón, llenándose de su agradable aroma que lo hacía sentir tranquilo, seguro y confiado.

—También te amo, Chan—confesó, cerrando los ojos mientras se acomodaba en ese reconfortante abrazo.

Chan no tenía más dudas con respecto a Seungmin, porque después de pensarlo durante un tiempo, se dio cuenta de que no necesitaba nada más que tener al omega a su lado.

Su familia serían solo ellos dos, y eso era más que perfecto.

🌙

Actualidad

Mientras se dirigía a su destino, Jisung se detuvo en un parque para pensar mejor en lo que estaba haciendo. Se sentó en una banca vacía y acomodó su mochila a su lado, todavía inseguro y temeroso.

Esa mañana había llamado al hospital muy temprano, preguntando por Minho; le dijeron que le darían de alta ese mismo día, y por mero impulso, Jisung guardó algunas cosas dentro de una pequeña mochila y sin decirle a nadie, se dirigió hacia la casa de Minho.

Realmente no comprendía sus propias acciones, no sabía ni siquiera si estaba haciendo lo correcto, pero algo muy fuerte dentro de él no le permitía simplemente ignorar el hecho de que su alfa estuvo a punto de morir, y que por suerte, logró salvarse. Sin embargo, casi llegando a su destino, empezó a cuestionarse, y es por eso que ahora se encontraba sentado en esa banca del parque, observando con detenimiento a las personas que pasaban frente a él mientras su cabeza se volvía un lío, ignorando por completo la presencia de alguien más que tomó asiento a su lado luego de unos minutos.

—Es un lindo día, ¿cierto?

Jisung salió de sus pensamientos al escucharlo hablar, regresando a la realidad.

—Uhm, si, hace un poco de frío, pero está muy bien—asintió, viendo en su misma dirección.

—Tú... ¿Estás bien?

—¿Nos conocemos?—Jisung frunció el ceño, tal vez estaba siendo un poco grosero, pero no recordaba haber visto alguna vez al omega, no reconocía su olor a cerezas, era totalmente nuevo para él.

—Cierto...—sonrió apenado—No nos conocemos, lo siento. Me llamo Jeongin—vio a Jisung asentir, todavía con una expresión confundida—Y tú eres Jisung... Yo si te conozco, o bueno, sé de ti.

—¿Si?

Jeongin asintió.

—Yo solía ser el omega al que Hyunjin cortejaba hace un tiempo.

Jisung abrió los ojos en sorpresa, uniendo rápidamente los puntos en su cabeza hasta llegar a la conclusión de que él era la persona importante con la cual el señor Lee lo tenía amenazado. 

—Entonces...

—Por eso sé sobre ti.

—Es extraño—dijo en voz baja—Es decir, se siente raro.

—Lo sé—rió cortamente—Te vi aquí y quise saber cómo estás... Supe todo lo que pasó, Hyunjin me explicó todo.

—Ah... Si, también me explicó su versión—agachó la mirada hacia sus manos, sintiéndose particularmente nervioso—No sabía que estaba cortejándote, lo siento mucho, tampoco sabía que estaba en el medio de su relación—lo miró apenado, sin saber cómo manejarlo, hablar al respecto era algo que ya no hacía con mucha frecuencia.

—Hyunjin hizo lo que hizo por mi, y eso me hace sentir culpable... Así que también te debo una disculpa.

—¿Cómo está él?

—No lo he visto mucho, decidimos separarnos... Bueno, lo decidí yo.

—Hyunjin es un buen chico—sonrió, recordando esa época en la que fueron muy unidos en el pasado—Siempre fue muy atento y amable, estoy seguro de que sabes eso—Jeongin asintió, escuchándolo atentamente—Simplemente tomó malas decisiones por temor a que algo te sucediera. Creo que puedo comprender eso.

—Aun así, lo que te pasó fue horrible.

—Estoy tratando de mejorar, no te preocupes por eso—le dijo amablemente, dándole una suave sonrisa—No te sientas culpable por las acciones de Hyunjin, creo que todos ya sufrimos lo suficiente, ¿no lo crees tú?

Jeongin asintió lentamente con un nudo en la garganta, preguntándose como Jisung podía tomarlo de esa manera cuando él no podía ni siquiera ver a Hyunjin por la culpa. Al final, pudo comprender que se estaba torturando más de lo debido hasta el punto de olvidar su propia felicidad.

Después de unos minutos en silencio, Jisung decidió que era hora de seguir su camino, si seguía esperando podría terminar arrepintiéndose, y mientras tuviera la intención, lo mejor era apresurarse.

—Debo irme—rompió el silencio, llamando la atención de Jeongin—Fue un gusto conocerte, espero que tomes una decisión que te haga sentir satisfecho... Alfas como Hyunjin no se encuentran todos los días.

Jeongin rió por el comentario, limpiando sus ojos para evitar llorar.

—Gracias, Jisung.

El rubio asintió con una sonrisa, acomodó la mochila sobre su hombro y se despidió con la mano, alejándose poco a poco hasta que Jeongin lo perdió de vista.

Había pasado mucho tiempo desde que Hyunjin y él se separaron, pero de igual manera, el alfa estaba pendiente de él, llamándole ocasionalmente, escribiéndole seguido para saber como estaba, intentando mantener aunque sea un poco de comunicación para saber que todavía estaba ahí, incluso le seguía ofreciendo su ayuda con su familia sin importar cuántas veces se la negara. Le daba la razón a Jisung, Hyunjin nunca le demostró otra cosa que no fuera amor, cariño y compresión, y a pesar de haber tomado malas decisiones, nunca dejó de ser su prioridad; alfas como Hyunjin eran muy pocos.

Suspiró, habían cosas que todavía debía pensar al respecto, pero definitivamente, hablar con Jisung después de todo, fue alentador, porque después de escucharlo, pudo sentir por fin un poco de alivio.

🌙

Minho supuso que Jisung no estaría esperando por él fuera del hospital, hizo lo posible por ni siquiera tener una pequeña esperanza porque a decir verdad, estaba acostumbrado a su ausencia. También estaba consciente de que el accidente que lo llevó ahí, no significaba una reconciliación con su omega, habían muchas cosas de por medio que resolver, sin embargo, su visita de hace días lo hizo sentir mejor, con un poco más de fuerzas con solo saber que él estaba bien.

Al salir, Félix lo recibió con una enorme sonrisa, emocionado de por fin no tener que seguir yendo a ese deprimente lugar. Minho agradeció su gesto porque siendo honesto consigo mismo, no quería sentirse solo en ese momento, le tenía mucho miedo a la soledad después de vivir tanto tiempo de esa manera.

—¿A dónde quieres ir? Yo invito como celebración porque te recuperaste—dijo muy sonriente, enganchándose en su brazo para empezar a caminar—Por cierto, traje tu auto, así que no te preocupes, yo te llevo.

—Quiero ir a casa—respondió, dirigiéndose al estacionamiento—No tengo muchas ganas de salir.

—Oh, está bien—asintió el omega, deteniéndose frente al auto—Entonces piensa en algo que quieras comer, siempre podemos pedir a domicilio.

Minho asintió con una corta sonrisa, de acuerdo con el plan. Se subió al asiento de copiloto y se recostó contra la ventana, dispuesto a descansar un poco más durante el camino.

Luego de unos minutos, Félix le avisó que habían llegado por fin. Minho bajó del auto con mucha pereza; es cierto que había estado en cama durante unos días, pero no se compara con la comodidad de su casa, además, en el hospital, no pudo descansar lo suficiente, conciliar el sueño no era tan sencillo ahí.

—Estuve aquí un par de veces—habló Félix cuando entraron—No fue por mucho tiempo, solo ordené un poco.

—Está bien, no tengo problemas con que vengas—aseguró Minho, tomando puesto sobre el sofá para relajarse de una buena vez. Suspiró satisfecho, nunca creyó que extrañaría tanto estar en su casa.

—¿Vas a seguir durmiendo?—preguntó cuando lo vio totalmente acomodado en el sofá.

—Tú deberías hacer lo mismo, dormir en las bancas del hospital no es muy cómodo.

—¿Cómo sabes...?

—Los enfermeros me lo dijeron—respondió, viéndolo con más seriedad—Debes estar cansado también.

—Bueno... Solo un poco—sonrió apenado, acercándose a uno de los espaciosos sillones.

—¿Por qué lo hiciste? Faltaste al trabajo, van a despedirte por eso.

—Lo sé—suspiró—Pero no podía dejarte solo... Ya estuviste solo por mucho tiempo, ¿qué clase de amigo sería si me iba?

Minho cerró los ojos y sonrió, sintiendo mucha calidez en su pecho ante su respuesta. Hace mucho que no sentía lo que era ser importante para alguien, y si bien, Seungmin fue un gran apoyo, también comprendía que ahora teniendo un alfa, no iba a darle la misma atención que antes, sin embargo, estaba bien porque seguía siendo su amigo, lo apreciaba mucho por haber sido el único en escucharlo justo cuando todo se vino abajo, fue la única persona que no le dio la espalda a pesar de que todo apuntaba a que había sido su culpa el abandono de su omega y la perdida de sus cachorros.

Realmente fue muy duro, fue difícil hasta que Félix apareció.

—Te ayudaré para que no te despidan, pero no vuelvas a faltar.

—Ser tu amigo tiene sus ventajas.

Minho rió en voz alta, alcanzó un cojín y se lo tiró al omega de manera juguetona, obteniendo una carcajada de su parte en respuesta. Segundos después, todo volvió a ser silencioso, pero a diferencia de otras veces, Minho se sentía cómodo en ese silencio, y sin darse cuenta, gracias al cansancio logró quedarse dormido.

Al cabo de unas horas, Minho despertó de golpe, causando un leve mareo por la brusquedad en la que se levantó, se enderezó en su asiento y analizó su entorno. Su cuerpo no se sentía del todo descansado, pero su lobo se sentía tan inquieto que lo hizo despertar de su placido sueño, tensándolo. Iba a quejarse al respecto, sin embargo, sus sentidos se agudizaron, su corazón se aceleró y su lobo empezó a lloriquear en busca de su omega.

Podía sentir a Jisung.

Entró en pánico, ¿por qué estaba sintiendo tan fuerte su olor?

—Félix—lo llamó, acercándose al omega que yacía dormido en una extraña posición sobre uno de los sillones—Félix, despierta—empezó a desesperarse, su lobo le indicaba que su omega estaba cerca, y temía que fuera real porque no estaba en condiciones para ver a Jisung, aunque, ¿Qué haría Jisung ahí?

Félix frunció el ceño aún con los ojos cerrados, quejándose por la molestia.

—Deja de molestar, Minho—dijo semi dormido, acomodándose nuevamente, esta vez dándole la espalda.

Minho suspiró sin saber qué más hacer. Estuvo a punto de hablarle de nuevo cuando escuchó golpes en la puerta, y con eso estuvo seguro de que efectivamente, Jisung estaba ahí.

—¡Félix!—gritó en un susurro, haciéndolo despertar al fin.

—¿Qué pasó? Ya desperté—dijo un poco exaltado y un tanto asustado cuando abrió los ojos.

—Creo que Jisung está tocando la puerta—mordió su labio inferior, nervioso—No puedo abrir.

—¿Por qué no? ¡Ve a atenderlo!

—Ni siquiera me he bañado—lloriqueó asustado—Dirá que soy descuidado y le voy a dar asco.

—¡Ve a bañarte entonces!

—Abre la puerta y dile que no estoy—pidió con expresión afligida—N-No me siento listo para verlo de nuevo, al menos no así.

Toques en la puerta volvieron a sonar, y convencido por la expresión lastimera del alfa, Félix accedió. Minho corrió escaleras arriba y se encerró en su habitación, se apoyó contra la puerta y se mantuvo en total silencio, tratando de escuchar a través de esta, pero para su mala suerte, no logró escuchar anda.

Félix abrió la puerta, encontrándose de nuevo con Jisung en esa semana.

—Hola, Félix—saludó Jisung, balanceándose nerviosamente sobre sus pies—Me dijeron que a Minho le dieron de alta hoy y... Quiero verlo.

—Minho no está—dijo rápidamente el pelirosa, sonriendo por el nerviosismo.

Jisung enarcó una ceja y lo miró directamente, identificando la mentira en sus palabras.

—¿No está?—preguntó, cruzándose de brazos—¿En dónde está, entonces?

—Él... No me dijo, solo se fue—apartó la mirada, sintiéndose estúpido por sus vagas respuestas, pero en su defensa, la expresión seria de Jisung lo estaba empezando a asustar—Le diré que estuviste aquí.

—¿Si sabes que puedo sentir su aroma, cierto? Sé que está aquí.

La expresión de Félix cambió, ahora si que estaba asustado por haberle mentido al omega de su amigo. ¿Cómo pudo olvidar ese detalle? Minho se lo había explicado en varias ocasiones. Ambos simplemente lo olvidaron.

Suspiró rendido.

—Está en su habitación—se sonrojó por ser descubierto, viendo hacia sus pies.

Al menos hizo lo que pudo.

—¿Por qué no quiere verme?—preguntó un poco desilusionado, Jisung sin entrar a la casa, parado todavía bajo el umbral, ahora pensando en que no debió ir.

—No es que no quiera—explicó rápidamente al notarlo herido—Es que no se ha bañado.

Jisung rió cortamente, sintiéndose un poco más relajado. Por un momento creyó que realmente, Minho no quería verlo y que estaba huyendo de él.

—¿Hace cuánto vino?—preguntó estando adentro, viendo a su alrededor. Minho había movido muchas cosas de su lugar.

—Hace unas cuantas horas... Se supone que íbamos a comer algo, pero nos quedamos dormidos.

—Entiendo—asintió, dejando su mochila sobre el sofá de la sala—Creo que subiré a hablar con él.

Félix asintió varias veces y tomó sus cosas, sentía que estaba estorbando un poco y realmente no quería estar en el medio de ambos sabiendo que tenían cosas que resolver. Comprendía totalmente el punto en el que Minho se encontraba, y de corazón le deseaba lo mejor porque odiaba verlo triste por todo lo que ha estado sufriendo, y si de alguna manera, Jisung podía cambiar eso, definitivamente no iba a meterse.

—¿Ya te vas?—preguntó Jisung cuando lo vio caminando hacia la salida.

—Uhm, si—sonrió avergonzado por la pregunta, ¿qué más tendría que hacer ahí?

—Creí que te quedarías a comer... Estaba pensando en cocinar algo, o tal vez ordenar algo de comida.

—No te preocupes. Tú habla con Minho, comeremos juntos otro día—sonrió amablemente, sintiéndose aliviado por la actitud de Jisung, agradecido porque no malinterpretó su presencia en la casa.

Jisung asintió con una sonrisa, viéndolo salir.

Su lobo insistía en que Félix era una amenaza, sin embargo, él no lo veía de esa forma, simplemente veía a un chico realmente amable que se preocupaba por su alfa, y le agradecía mucho por eso, así que no podía odiarlo, ni siquiera podía sentirse celoso porque algo le decía que no eran sus intenciones llegar a más con Minho. Solo era un buen amigo al que tuvo mucha suerte de conocer, podía admitir eso.

Al encontrarse solo, pensó durante unos minutos sobre si subir o no. Caminó de un lugar a otro sin estar muy seguro, mordiendo sus uñas por pura ansiedad, y sin alargar más el tiempo, simplemente se decidió por subir al segundo piso, luciendo decidido cuando en realidad, no sabía ni siquiera qué iba a decirle a Minho cuando lo tuviera enfrente, y eso era extraño porque no se sintió de esa manera nunca estando con él, ni siquiera en la época de cortejo. Siempre alardeó de su seguridad y confianza, eso era lo que le transmitía a Minho para hacerlo sentir más cómodo, pero después de tantas cosas que sucedieron en el medio, era como empezar de nuevo.

Se paró frente a la puerta de Minho, sintiéndose nostálgico al recordar que esa era la habitación que compartían hace mucho tiempo atrás, ¿qué tanto había cambiado con su ausencia? Tocó suavemente, esperando pacientemente a que Minho respondiera mientras su corazón latía con fuerza contra su pecho. Hace mucho no se sentía así de nervioso por un alfa.

—Minho...—llamó después de unos segundos, escuchándose todo extrañamente silencioso—Minho, Félix dijo que no estabas, ¿se te olvidó que somos destinados?—preguntó un poco herido.

Al otro lado, Minho se golpeó mentalmente por ese gran e importante detalle, ¿cómo pudo pasarlo por alto? Ahora Jisung creería que no quería verlo, y aunque había un poco de verdad en eso, Jisung no tenía porqué saberlo. Inhaló profundo y exhaló, y sin sentirse muy listo para lo que vendría, abrió un poco la puerta; no podía esconderse, tampoco podía evitarlo si Jisung ya estaba ahí.

Jisung empujó la puerta, encontrándose con el alfa con la cabeza agachada, sintiéndolo cohibido a través del enlace, evitando mirarlo.

—Perdón... Es que no me he bañado.

—Lo sé, Félix me lo dijo—rió cortamente, enternecido por el sonrojo en las mejillas del alfa.

—Omega traicionero—susurró para sí mismo, haciendo reír de nuevo al rubio.

Jisung tenía muchas cosas en mente antes de llegar a esa casa, estuvo pensando en las diferentes formas en la que hablaría con Minho, incluso pensó en cómo iba a decir todo lo que se había guardado durante tanto tiempo, sin embargo, al verlo tan tímido, callado y cohibido hizo que su pecho doliera, porque una parte de él atesoraba a ese Minho del que se enamoró, siendo su forma de ser lo que lo llamó su atención, tan diferente al resto de alfas egocéntricos y maleducados, y al mismo tiempo, le dolía ver que era de nuevo ese alfa inseguro y temeroso que no hacía más que hacerse daño a sí mismo por sentirse insuficiente, por sentirse inútil cuando la verdad era que no había mejor alfa para él. ¿Cómo solucionaban los problemas que existían entre ambos? Sabía que Minho no iba a mejorar fácilmente, ni siquiera quedándose a su lado, porque el sentimiento de culpa era difícil de desaparecer, especialmente cuando los daños eran irreparables, porque sin importar qué tanto las cosas mejoraran, Jisung no tendría de vuelta a sus cachorros, y Minho iba a sentirse horrible por no poder hacer algo al respecto, no había forma de cambiar eso.

Después de tantos meses, Jisung solo quería sentirse en paz por un momento, aunque fuera fugaz, dejar de lado esos problemas que los habían empujado hasta el fondo de ese horrible pozo, y podía sentir a su alfa deseando lo mismo, podía sentir el anhelo con el que lo llamaba, así que, sin retenerse a sí mismo de hacerlo, se acercó a él y lo abrazó con fuerza, sintiendo a su lobo corretear de felicidad por el fortalecimiento del lazo con solo esa acción que parecía ser simple, pero significativa para los dos. Por su parte, Minho no pudo evitar llorar tan pronto sintió al omega entre sus brazos restregándose con cariño contra su pecho, buscando su atención y consuelo.

Sabía que extrañaba los abrazos de Jisung, pero no sabía que tan fuerte sería el impacto para él volver a sentirlo de esa forma; lo había deseado tanto que sus emociones explotaron ante el contacto, sintiéndose tan reconfortado y seguro.

—De seguro apesto—dijo Minho entre lágrimas, respondiendo el abrazo del omega con la misma intensidad, apoyando su mejilla contra su cabeza, reconfortado con su dulce aroma.

—No es cierto—rió Jisung, todavía recostado cómodamente contra su pecho.

—Mientes—siguió llorando—Mientes porque no quieres hacerme sentir mal, pero no importa, puedes asquearte todo lo que quieras.

—Deja eso ya, vas a bañarte en lo que hago algo de comer.

—¿Vas a quedarte a comer?—preguntó ilusionado en un murmuro, sin poder creerlo.

Jisung cortó el abrazo y se alejó un poco para mirarlo, alzó su mano hacia el rostro del alfa y limpió sus lágrimas sin romper el contacto visual, ya no quería que siguiera llorando, odiaba verlo de esa manera.

—Yo creí que... Creí que tal vez puedo quedarme unos días—dijo con timidez—Acabas de salir del hospital y me gustaría cuidar de ti... Eres mi alfa después de todo, tu omega debe cuidarte.

Minho no dejaba de llorar, las lágrimas seguían cayendo una tras otra, dejando salir todos aquellos sentimientos que no podía controlar cuando se trataba de Jisung. ¿Estaba pasando de verdad? Porque si solo era un sueño, esperaba no despertar nunca, esperaba permanecer en ese momento para siempre, simplemente apreciando el rostro de su omega, admirando cada detalle que antes no hizo, aprovechando cada segundo que perdió estando lejos de él.

No quería que se fuera de nuevo.

Y esta vez, Jisung no iba a hacerlo.

🌙

holis, ojalá les guste :3 ¿cómo creen que vaya a terminar la historia?👁 cada vez falta menos😭

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