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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕

𝟓. 𝐔𝐧𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚, 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐚𝐝𝐚. 𝐔𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨.

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—¿Por qué?— fue lo primero que Canary preguntó, sabía que el mayor problema de este plan sería hablar con su equipo sobre todo con Canary, sabía que no había tanto problema con Kurapika, pero con la alfa era otro cantar.

—¿Cómo que por qué?— preguntó con voz aburrida, la comida había sido buenísima y por primera vez en días había entablado una conversación larga con Gon y Ori, lo cual significaba mucho si quería devolverle el favor.

—Pues si, el omega está aún en celo y este lugar no es para personas como él— dijo con tanta obviedad que le dolió.

—Bueno... Tampoco es que sea tan indefenso— dejo salir Leorio, recibiendo una mirada de reproche de la alfa—. Yo nada más decía, joder— alzó las manos en señal de rendimiento.

—Leorio tiene razón— dijo Bisky que había estado callada escuchando, la alfa la miro sorprendida—. Lo ví pelear, mucho más que tú esa noche en el barco y el chico sabe defenderse.

Leorio asintio varias veces señalandola por completo, Kurapika rodó los ojos:—No es solo eso— dijo Canary tajante—. No lo conocemos, no sabemos si esto no es un plan para algo más.

Esto los dejo a todos callados, porque si tenía un poco de razón llevaban muy poco tiempo conociéndolo y no podía bajar la guardia... Al menos no tan rápido.

—Perdón Canary— Alluka se había levantando con el ceño fruncido—. Pero Gon no es una mala persona.

—Si vas a decir que nos ayudó, a él le convenía hacerlo— le dijo severa, ese cuento ya le estaba hartando—. Era obvio que no iba a decirte que no.

Pensó que la chica bajaría la mirada, al final de cuentas está fue la primera misión de la omega para su sorpresa el aroma que todo el tiempo era dulzón paso a ser agrio y su semblante se oscureció:—De hecho no tenía porque creernos, Zushi y yo le dimos muy poca información. Él se negó a ayudarnos al inicio— la habitación se quedó en silencio—. Tal vez pienses que soy ingenua, pero soy una Zoldyck me enseñaron a ver mucho más de lo que un rostro te deja ver y Gon no tiene ningún tipo de maldad.

—Alluka— esto empezaba a enfurecerla, ¿por qué se ponía del lado de él? ¿Un chico que apenas conocía?—. Estaba dentro del palacio, vivía con todas las comodidades, era como un príncipe.

—Pues vaya príncipe al que encerraron en un calabozo— contesto tajante, con los brazos cruzados Killua la vio incómodo esa información no debía salir aún—. Solo digo que no estás siendo objetiva.

—De hecho estoy siendo muy objetiva— contra-ataco hastiada.

—No lo haces, Melody no confiara en ti, ni en Killua— señaló con una seguridad que al mismo albino le sorprendía—. Si Aziz la conocía si de verdad lo hacía al único que le hará un mínimo de caso es a Gon.

—En eso tiene razón— dijo Zushi en voz baja sin mirar a la alfa.

—Lo tiene en todo— dijo Leorio con satisfacción—. Yo digo que dejen esta pelea absurda y acates las ordenes del jefe.

—¿Qué pasa con ustedes?— preguntó la alfa viendo a cada uno en la habitación furiosa e intrigada—. ¿Por qué están confiando tan rápido en él?

—Porque hay un niño de por medio Canary— dijo Bisky con una mirada fría—. Porque el chico nos salvó y porque no ha hecho nada que nos perjudique.

—Hasta ahora— dijo Kurapika, recibiendo un asentamiento de la morena.

—¿En serio, Kurapika?— Bisky se veía algo enojada ahora, había visto poco de la ciudad pero la imagen de esa reina flotando y absorbiendo esa energía aún la perseguía en sus sueños—. Tú estuviste dentro del palacio, ¿en serio eran tratados bien?

Kurapika lo pensó, no desconfiaba del juicio de Killua mucho menos del suyo, pero, ahora... Había algo que no cuadraba con Gon o con ese país, tal vez a eso era a lo que le tenía tanto repelus.

—No ví casi nada— dijo en parte cierto en parte falso.

—Pues yo si que escuche mucho, niños que son arrebatados de sus hogares y son encerrados en esos palacios sin poder ver a sus familias— explico con los ojos puestos en Canary—. Gon tiene poco más de veinte años y sabe manejas cualquier arma que se le ponga encima, ¿por qué crees que pase eso?

La pregunta que iba dirigida a ella la enojo, sabía a qué estaba jugando. Y no se iba a dejar.

—No creo ciegamente en Gon, pero bien pudo limpiarse las manos dando nuestras coordenadas— les dijo viendo a cada uno—. Y lo siento pero pocas veces hemos tratado con alguien que se lleve bien con los niños.

—Yo digo que le demos una oportunidad— Leorio se alzó de brazos—. No sé porque haces tanto drama Canary— la mujer le vio con flamas en los ojos—. Literalmente todos hemos confiado en el otro en muy poco tiempo.

—Hemos estado al borde de la muerte— le recordó—. Y nos ayudamos en esa situación, es diferente.

—Fue lo mismo aquí— alzó los hombros—. Teníamos la información errónea, ustedes hubieran hecho un alboroto cuando el eclipse era al siguiente día.

—Es diferente— escupió rechinando los dientes por el coraje.

—No, no lo es— rebatió.

—Ya— la voz severa de Killua resonó en la habitación, su cabeza comenzó a doler, ¿era tanto pedir un poco de paz después de la comida?—. ¿Irás o no irás? La decisión está tomada, él vendrá.

—Killua...— la chica parecía que volvería a quejarse, pero en ese momento y con la quijada apretada Killua alzó una mano a nivel del rostro contrario para que se callara y señaló a Bisky.

—Bisky prepara tus cosas irás conmigo— dijo cansado, la rubia asintio—. ¿Kurapika?

—Yo nunca dije que no iría— señaló con inocencia—. Pero necesitamos hablar.

Casi rueda los ojos, no lo hizo solo asintio sin mirar a Canary, la chica salió de la habitación echando flamas y los demás se dispersaron con respiraciones tensas.

La habitación se quedó a solas. Kurapika y él, siempre le gustó el juicio del rubio, veía cosas donde otros no verían y al momento de tomar decisiones a contratiempo siempre era el mejor haciéndolo, calculador y frío.

—No debiste regañar así a Canary— dijo de primeras.

—Ni siquiera la regañe— se defendió.

—Lo que es peor— dijo con una leve sonrisa—. Escucha Killua, tienes que entenderla...

—No puedo— se nego—. Desde que lo miro lo odio y ni siquiera es que Gon pidiera mucho, solo pidió salir de ahí— aclaro viendo que Kurapika asentía lentamente—. Él nos saco de ahí, tenía el plan ya hecho, sabía dónde y cómo hacerlo, nos dió armas, nos dió esperanza— cerro los ojos con fuerza—. Y me dejó encontrar con vida y sana a mi hermana.

Fue tal vez ahí que Kurapika comprendió los sentimientos de Killua, se sentía en deuda con Gon.

—Y ni siquiera lo hizo con nuestro equipo— aclaro—. Fue con el de Basilius, que al final de cuentas es familia de Gon. Mira— se frotó la frente cansado—. Gon, no quería salir de Slunce solo por capricho— esto lo hizo sentir curiosidad—. Fue por Ori y por una deuda que tenía con el padre del niño, sé que hay algo más que no me ha dicho pero cuando me dijo que su motivo era Ori no pude no creerle.

Kurapika analizó las cosas, Killua sabía más que todo el grupo y eso lo ponía nervioso, pero si es así entonces Killua estaba trabajando bajo su juicio y jamás había fallado, nunca tomo una decisión que perjudicará al grupo.

—Gon nos saco de ahí, con Alluka sin ningún rasguño, nadie salió herido, nuestra deuda con el Ryodan será eliminada y ustedes siguen con vida, ¿entiendes?— Kurapika lo hizo, comenzaba a ver todo desde otra perspectiva.

—Por eso me jode que Canary sea tan mal agradecida y grosera— exteriorizó con un suspiro—. No entiendo que le pasa. Ni siquiera con Retz ha sido así y eso que la chica tampoco le cae bien.

—Perdón— se disculpo—. Me deje llevar un poco por ella, es mi amiga.

—Y también mía.

—Killua siempre te apoyaré, creo que estuve un poco nervioso por dónde viene— dijo esperando que Killua lo comprendiera.

—Si, yo también estoy muy curioso— dijo Killua pensando en todo lo que vio esa noche—. Pero tú sabes que jamás me equivoco cuando digo que alguien es de confianza y cuando no lo es.

Y el cabron tenía razón. Killua jamás había fallado.

—Esta perdido Kurapika— dijo con una mueca complicada—. Él y Ori.

Killua tenía razón. Habían piezas faltantes en este rompecabezas, muchos huecos que esperaba poco a poco comenzarán a cubrirse, pero como todo él también debía poner de su parte para taparlos.

—Empacare mis cosas— dijo con una sonrisa—. No seas tan duro con Canary.

Ambos salieron de la habitación, Gon estaba afuera hablando con Jingū mientras Ori leía un libro de botánica en el suelo. Basilius ya estaba hablando con Leorio con risas cómplices y con lo que parecía una bonita botella de alcohol.

Suspiro dejando salir una sonrisa divertida, ese idiota. Salió acercándose a Gon, el chico lo miro con curiosidad el niño se levantó de inmediato acercándose al omega.

—¿Pasó algo?— preguntó curioso.

—No— nego con la cabeza—. Vienes con nosotros mañana.

—Creí que ya era un hecho— respondió confundido, Killua casi dejas salir una sonrisa divertida.

—Si algo así— miro hacia atrás donde estaba Canary junto a Kurapika—. Aunque quiero que nos digas la información, los chicos y yo no queremos ir a ciegas.

—Bueno— le sorprendió un poco la aceptación de sus palabras—. No es mucho tampoco— sonrió avergonzado—. Aziz lleno las cartas con lo justo, debes entender que si esa información llegaba a manos equivocadas...

—Lo sé— se apresuro a decir—. Lo entiendo, es solo...

—¿Canary?— adivinó con un mirada aburrida—. Si es el precio que tengo que pagar para que me lleves no hay problema.

—Entonces— con su mano dirigió el camino para que caminara primero—. Después de ti.

—Oh gracias, caballero— ironizó el chico haciendo una reverencia que hizo que se sonrojara, era bueno que el omega no lo hubiera visto pues le dió la espalda para caminar junto a Ori, quien si lo vio fue Jingū que le dió una mirada divertida.

Desgraciada, esa mujer siempre tenía la cara de poker es increíble ver una mueca burlona dirigida a él. Sin reacción alguna camino detrás de Gon, hasta que llegaron al centro de la fogata dónde estaban todos reunidos.

—A ver, ya que aún hay un poco de desconfianza— dijo en alto sin mirar a la morena—. Le pedí a Gon que compartiera la información con todos no solo conmigo.

A su lado Gon parecía bastante calmado por lo que prosiguió:—Puedes empezar.

Canary le dió una mirada expectante aún furiosa, a su lado el omega rubio vio con curiosidad.

—La mujer en cuestión es conocida como Melody— dijo el chico aún sosteniendo a Ori con una de sus manos—. Según Aziz es una músico que ayudo a escribir los tratados de ambas islas.

—¿Una cantante?— preguntó Canary con condescendencia.

—Musico— corrigió Gon, poniéndose serio—. Eso fue lo que dijo.

—¿Vas a confiar en las palabras de un hombre que murió hace poco? ¿En palabras que sucedieron hace ya más de tres años?— la mujer le preguntó enojada retandolo con la mirada.

—Si, lo haré— respondió tranquilo aunque por dentro ya empezaba a enfurecerse, seguía en celo un poco por lo que se concentro en su aroma no quería darle esa satisfacción.

—Pues es una estupidez— dijo de lleno, Basilius la veía como si en cualquier momento saltaría encima de ella—. ¿La conoces por lo menos?

—¿Captas que estuve encerrado en un palacio por varios años?— preguntó irritado—. ¿O no puedes entenderlo?

—Lo único que entiendo es que de nuevo estás siendo infantil y no comprendes las consecuencias que pueden atraer tus actos— dijo con una agresividad que incluso sorprendió a Kurapika.

—Lo único que necesito— siguió Gon ignorándola—. Es que me lleven a dónde se supone que Aziz la vio por última vez y de dónde la misma firmó su última carta que de hecho fue de hace un año— miro a todos ignorando a la chica—. Yo hablaré con ella.

—¿Y luego que más quieres, el té?— dijo la mujer con sarcasmo—. ¿Ir a Casiopea con nosotros para tomar unas pequeña vacaciones?

—Por supuesto— ironizó el omega con una sonrisa falsa—. Puedes acompañarme si quieres y nadar agarrados de la mano.

Dios mío, Killua casi se golpea la cabeza creyó ingenuamente que si hacía a Gon hablar enfrente de todos tal vez Canary comprendería que debía acompañarlos.

—¿Killua iremos a ciegas?— preguntó al alfa ignorando a Gon—. ¿Ahora ya hacemos eso? ¿Seguimos las órdenes de un omega caprichoso sin tener nada seguro? ¡Perdiendo valioso tiempo!

—Canary...— dijo el alfa con advertencia, negando con la cabeza y viendo de soslayo a Gon y al niño...

Mierda Ori seguía aquí.

—Es increíble ver cómo te sientes tan amenazada por un omega— se burló de ella con la sonrisa más mordaz que pudo darle—. ¿Tan inferior e insegura te pongo?

Los ojos de la chica se oscurecieron de inmediato, cualquiera diría que eran flamas queriendo salir de sus cuencas la alfa se acercó a él con los puños apretados y sacando feromonas bastante picosas y agrias.

Gon no se hizo para atrás en ningún momento, pero si que puso a Ori detrás de él protegiéndolo con su aroma y dejando una salida por si las cosas se ponían feas el niño pudiera correr.

—Estas jugando con fuego idiota— dijo la mujer con los dientes rechinando, Kurapika la miro alarmado mientras que los demás veían la escena sorprendidos, Basilius y Jingū muy enojados.

—Tendre que quemarme entonces— dijo Gon con una sonrisa burlona pero el color ámbar de sus ojos brillaban con furia.

—Eres un hijo de puta— escupió lista para lanzar el primer golpe, aunque hubiera una pequeña parte lógica en su cabeza que le gritaba que no hiciera una tontería, que estaba siendo muy infantil.

—Ah mira, al menos ahora tenemos algo en común— le sonrió con altanería pero su voz era baja—. Ambos pensamos lo mismo del otro.

El gruñido furioso de la alfa pudo haber puesto a llorar a cualquier omega, bajando la mirada y dando mil disculpas, pero no Gon. Incluso alzó más el rostro dando una mirada que le decía que no le tenía miedo, el gruñido sorprendió a todos en la fogata, Basilius casi corre hacia Gon para apartarlo de esa tipa, pero ahora y después de unos segundos de pedirle con la mirada a Ori que fuera con él no podría hacerlo, el niño ahora estaba aferrado a él. Miro a Jingū que estaba lista para hacerlo.

—¡Canary, basta!— gritó Killua alarmado, liberando sus propias feromonas para aplacar al lobo de la morena y su impulsividad. Ambos salieron de ese combate, Gon mirando hacia atrás viendo que el niño ya estaba con Basilius, Canary lo veía aún muy enojada, aún así suspiro paso una mano por su cabello y se alejo del lugar.

—Gon...— Killua quiso acercarse al chico para saber si estaba bien, lo que recibió fue una mirada enojada.

—Ella empezó— se defendió—. He sido muy bueno, he respetado los límites de su manada, no he sido grosero con ninguno y estoy tratando de ayudar para largarnos de aquí— le reprochó furioso—. Pero ella no está cooperando, te sugirió que la tengas alejada de mi unos cinco metros porque a la siguiente no respondo.

—Esta bien— trato de tranquilizar—. Solo necesito que pongas de tu parte ¿Si?

—¿Más de lo que he hecho?— le pregunto indiganado—. ¡Ella es la que no pone de su parte! ¡Yo no le hecho nada!— señaló por donde la mujer se había ido—. Solo mantenla alejada de mi y Ori— le dijo con rencor, se acercó a él y susurro—. El niño no merecía ver esto, y lo sabes.

Killua quiso ponerse del lado de su amiga, porque es lo lógico pero no podía hacerlo. Canary se había estado comportando muy agresiva con el chico desde que lo conoció. Estos días han sido una guerra de palabras mordazes y miradas desaprobatorias, y aunque Gon las ignorara Canary lo sigue haciendo. Sinceramente el omega tenía la razón, no podía ponerse del lado de Canary por mucho que fuera su amiga.

—Tienes razón— dijo para que todos escucharán, los demás asintieron avergonzados—. Hablaré con ella y... Me disculpo.

—No— le nego—. No es tu culpa, que ella venga y se disculpe de lo contrario no aceptaré las tuyas— dijo con un tono que le hacía entender que no era debatible el requisito.

El omega suspiro alejándose de Killua para acercarse a Basilius junto con Ori que de inmediato lo abrazo, Gon lo cargo y sin mirar atrás se dirigió a su cabaña seguido de Basilius y Jingū.

Mierda.

Bajo los frondosos árboles, Kurapika caminaba detrás de Canary con el ceño fruncido.

—¡Canary basta!— le gritó teniéndola a escasos centímetros.

—No me da buena espina— fue todo lo que dijo.

—¡Casi ocupas tu voz de mando!— le gritó enojado—. Está bien que no confíes en él yo también sigo teniendo mis dudas— dijo con exasperación—. Pero no puedes gritarle en medio de todos, enfrente de Ori ¡El niño estaba aterrado!— se tocó el puente de su nariz con irritación—. Mira, para bien o para mal ahora somos un equipo, debes entender eso.

Lo último la tenso por completo, pasando saliva.

—Lo sé

—Pues no lo parece— rodó los ojos—. Killua sabe lo que está haciendo, siempre has confiado en él, ¿por qué ahora no?

—Ya no puedo confiar en Killua, lo siento.

Kurapika contó hasta diez, si bien tenía sus dudas, estaba prohibido que los alfas usarán su voz de mando dentro del grupo o con omegas inocentes. Y Canary casi ocupaba su voz, no solo pudo haber humillado a Gon si no también a Alluka incluso a él. Por eso siempre pensó que era malo que dentro del grupo hubieran sentimientos románticos.

Porque Canary solo tenía celos.

—Dire esto una sola vez— sentenció con voz dura, Canary era su amiga pero no podía permitirle este tipo de comportamiento contra alguien que ciertamente no ha hecho nada malo—. Separa tus sentimientos del trabajo— vio que el cuerpo de la alfa se tenso por completo—. Aún estamos en misión, deja ya esos celos infantiles que solo te nublan el juicio.

No recibió una respuesta, tampoco es que la esperara, dando un suspiro se alejo del lugar viendo que Gon y Killua hablaban afuera de la cabaña, el moreno se veía tranquilo como si no le importara que hace unos momentos literalmente le habían gruñido.

—Es un dominante— dijo una voz detrás de él, Bisky sostenía varios troncos con su cabello recogido en una coleta.

—¿De verdad?— preguntó curioso, no se había dado cuenta. Ya comenzaba a entender porque el chico tenía el aroma del sándalo en su olor.

—Lo es, aunque Canary hubiera ocupado su voz no le habría pasado nada— dijo con voz severa—. Aún así es de mal gusto, estás tú, Alluka y un niño.

—Ya hablé con ella, Bisky— dijo con una voz neutral—. Ella debe entender.

—Pues ojalá— suspiro pasando los tronco a su otro brazo para descansar el otro—. Nos vemos mañana.

Kurapika asintio, estresado.

—Entonces así están las cosas— respondió Killua viendo al omega que asentía con seriedad.

—Me parece bien, mañana a las seis— le sonrió, luego pareció meditar algo en su cabeza—. Killua debes ponerle un alto a tu novia.

Killua le miro confundido:—¿No-novia?

—Canary— dijo con obviedad—. Sé que siguen sin confiar en mí y mira no me importa lo entiendo— explicó—. Lo que no voy a permitir es que me juzguen por medio de ojos celosos, mucho menos que lo hagan enfrente de Ori.

—Canary no es mi novia— contesto afligido, ¿celos? De que podría tener celos Canary.

—¿No?— el moreno se veía genuinamente sorprendido, eso era... incómodo—. Lo parecían.

¿Lo parecían? Canary solo era una gran amiga con un juicio inquebrantable y que prefería tenerla de su lado que como enemiga. ¿Fue por eso?

—Bueno— el omega lo veía como si no le creyese—. Tu amiga... Mantenla alejada de mi.

—Lo haré, lo prometo.

—Bien— le dió un suspiro cansado—. Nos vemos mañana.

El moreno entro a su cabaña dejándolo con mil dudas, ni siquiera le gustaban los alfas. ¿Y una pareja? ¿Con el trabajo que tenía? No, solo sería una perdida de tiempo, no podrían llevar una relación normal y sinceramente no quería encariñarse a ese nivel. Era peligroso.

Los Zoldyck siempre han sido conocidos por muchas cosas al rededor de los años; piratas temidos, empresarios exitosos, políticos leales, músicos talentosos, "héroes", asesinos. El apellido Zoldyck siempre fue acompañado por la muerte y corrupción desde niño sabía en qué se convertiría, y aunque tuvo miedo lo hizo porque tenía qué. Habían historias llenas de heroísmo protagonizadas por un Zoldyck y leyendas de asesinos contadas en las tabernas como si fueran cuentos para espantar niños, pero, dentro de todas ellas había una en específico que a Alluka le encantaba pero que a él le aterraba.

Una que decía que los Zoldyck, cuando se enamoraban lo hacían una sola vez. Y lo hacían con tanto fervor e intensidad que incluso podrían morir por ello.

Era una leyenda que rondaban las tabernas, los pasillos de las mansiones y que servía como un chisme jugoso para la servidumbre. Alfas u omegas no importaba, Killua siempre pensó que era falso quería creer que lo era.

Más no fue así, no después de ver lo que pasó con Illumi. Era una absoluta realidad, se decía entre familias que era un castigo por la Diosa Lunaris, el apellido Zoldyck ha sido uno muy viejo en Casiopea, y de la sangre más pura. Incluso se dice que los primeros Zoldyck fueron hijos de Lunaris, entrenados por ella, es eso por lo que su nombre es tan sonado; en el brillo de las buenas acciones como un apellido de renombre que no dudaría en dar su vida por otros y... En lo más profundo de la oscuridad como diablos a los que no les importaría mancharse las manos de sangre.

Durante años tuvo que verlo por sí mismo e investigando encontro casos así sucedidos alrededor de los años, era una maldición para el apellido.

Aunque muchas historias estuvieran contadas desde el heroísmo, había falsedad en ellas. El apellido siempre fue acompañado por la corrupción y el poder, uno que no se viera a simple vista, que fuera misterioso y que los enemigos no pudieran predecir. Los Zoldyck amaban su posición ya sea porque los alfas eran fuertes y talentosos soldados, los omegas manipuladores natos y los betas inteligentes estrategas.

Pero si había una cosa que todos con aquel apellido temían, era por esa leyenda. Esa maldición.

Entonces tener un amorío estaba entre las mil cosas que no quería probar, mucho menos con una alfa. Si era coqueto y podía ver la belleza de ambas castas pero eso no significaba que pudiera albergar sentimientos, porque no quería. Era sorprendente que Gon pensará de Canary y él como una relación amorosa.

Dejando salir un suspiro cansado se acostó en su cama, listo para descansar hasta que la mañana llegó.

Eran las seis de la mañana. El viento era frío aunque se encontraban a pocas horas de la costa, tomo las riendas de dos caballos caminando a la cabaña de Gon viéndolo salir de la misma con una pequeña mochila.

—Buenos días— saludo el omega pasando su mirada a los caballos que se mostraban pacientes a su lado. Killua vio el destello de preocupación en su mirada.

—¿Todo bien?— ¿Se estaba arrepintiendo de ir?

—S-si— contesto apresurado sin dejar de mirar a los caballos, de repente Killua tuvo que hacer uso de sus habilidades para leer a la gente, el rostro de Gon era apacible con una sonrisa cortes, sus manos sujetaban –con más fuerza de lo debido– la cinta de su mochila que se cruzaba sobre su pecho y sus ojos; el ámbar estaba brilloso de ¿miedo?, miro a los caballos y pensó que tal vez esto era lo más sorprendente del omega.

—¿No sabes cabalgar?— el rostro del omega cayó a uno de asombro para luego pasar a un ceño fruncido lleno de indignación.

—Claro que sé— miro al caballo más grande, de color negro con una cabellera del mismo color, estaba seguro que a la luz del sol está brillaría—. Solo...

—¿Te dan miedo?— preguntó el alfa curioso, Gon lo miro esperando burla se su parte tal vez, más lo único que encontró fue comprensión—. Realmente solo conseguimos tres caballos, pensé en darte uno a ti para que no te sientas incómodo de ir con nosotros... Pero...— esto era muy gracioso de hecho, el omega más temerario que conocía; poderoso y que no tenía miedo de alzar su voz parecía un conejo asustado al ver un caballo—. ¿Podemos compartir? Si quieres claro, o... ¿puedes hacerlo con Bisky? Ustedes se llevan bien.

Gon analizó las palabras del alfa, si bien sabía cómo cabalgar jamás lo puso en práctica, los caballos le daban ciertamente miedo. Eran animales increíbles, majestuosos y con una belleza muy única pero su miedo se remontaba a cuando aún era un niño.

—Contigo está bien— dijo Gon aún viendo el animal—. A menos que tu no quieras.

—Por mi está bien— de repente a su lado se acercó Bisky jalando la correa del caballo en dónde Kurapika ya estaba montado—. Bisky toma el otro caballo, montare con Gon.

Kurapika vio con asombro en su mirada, con cuidado paso su mirada a la cabaña donde residía Canary estaba seguro que estaba viendo esto. La alfa hizo caso, monto al caballo junto a sus cosas. Killua le ofreció una mano a Gon para ayudarlo a subir más sin embargo el omega ma rechazo con un leve manotazo.

—Se cabalgar—dijo ya arriba del caballo con una sonrisa tensa y haciendo lugar frente a él para Killua, mismo al que tendió una mano. El alfa bastante divertido con el omega tomo la mano poniéndose frente a él.

—Bueno, a New Hanover—con un mapa en sus manos, lideró el camino los caballos comenzaron a galopear. Gon se agarró de la cintura del alfa, sus manos estaban tensas ya indagaria un poco acerca de eso, al estar muy cerca el aroma del omega le picaba en la nariz, como si este revoloteara a su alrededor. Poderoso y dulce.

Lmiro sobre su hombro vio los ojos maravillados del omega al pasar por diferentes y pequeños pueblos.Los cielos si pintaron de amarillo y naranja, dejando que ese brillo recayera en los ojos ámbar que parecían estar fundiendo oro.

A veces hacían que los caballos llevarán un ritmo tranquilo en los que los cuatro hablaban, Bisky hacía preguntas a Gon que contestaba sin dejar de mirar por dónde estaban. Más o menos a las cuatro de la tarde llegaron a una playa, solitaria dónde la arena brillaba gracias a la sal y se sentía como seda entre sus pies.

El agua azul y tranquila se movía a un ritmo casi hipnotizante Killua vio la mirada nostálgica en el chico, viendo el mar como si este le dijera cosas que solo él podía escuchar.

—A Ori le encantaría— dijo cuando lo notó a su lado—. Le gusta el mar.

—¿Y a ti?, ¿te gusta?— le pregunto viendo cómo Gon dejaba de observar al mar para verlo a él.

—Lo hace— pero había más ahí, más en esa sonrisa nostálgica y en la forma en la que el moreno se abrazaba a si mismo, luego que pasó su mirada a los dos chicos que los esperaban en la sombra se frotó sus brazos y dijo—. Vámonos, ¿ya mero llegamos?

—Si, faltan unas horas— siguió al omega, está vez el moreno acepto su ayuda para subir al caballo.

Para las seis de la tarde, con el cielo oscureciendose y con la brisa más fría llegaron a un gran pueblo costero, New Hanover. Gon se maravillo con la infraestructura, además de la gran casa que había en la colina más alta, se veía desde donde estaban por lo que solo significaba que estar ahí también dejaría ver todo el pueblo.

—Vamos a buscar a tu músico— dijo Bisky haciéndose una coleta para luego tomar las riendas de su caballo y dirigirse a una taberna.

—Son lugares horribles— a su lado Kurapika dijo, viendo cómo Killua ayudaba a Bisky—. Pero en las tabernas siempre hay información.

—Si tu músico sigue siendo una persona importante— Bisky señaló el lugar—. Ahí vamos a encontrar algo, además podremos comer y beber.

—No bebo— respondió Gon, viendo que Killua se acercaba a ellos.

—Es una pena— se lamento la mujer—. Entonces procura cuidarnos a mi y a Killua.

—¿Yo que?— el alfa la vio curioso, recibiendo una mirada mordaz de Kurapika.

—Ni se les ocurra a los dos tomar— les amenazó tomando el brazo de Gon para dirigirse a la cantina.

—Tu no me dices que hacer— dijo la mujer con diversión seguida de Killua.

Gon no sabía porque sentía que algo pasaría esta noche, como sea confiaría en su instinto y en el de estos tres... Esperaba que no fuera una mala idea hacerlo.

Holaaa!

He regresado a mi casa, ayer en la tarde. Ya tenía este capítulo completo pero ayer estaba tan cansada de esas cinco horas de viaje que al llegar dormí. JAJAJAJ.

Estaba revisando los capítulos que había terminado y me sorprendí que hice 2 terminados y uno a la mitad :0. Jamás había trabajando tanto en solo dos semanas JAJAJAJJS. Obviamente falta editarlos, como a este. Lo único bueno es que ya no sentiré presión ya que dos semanas más seguirán teniendo cap y yo no me presionaré :').

Ahora, sé que Canary es un poco irritante JAJA, pero tenganle paciencia ella será buena chica. 😋

Si hay dudas por favor comentalas :3.

Sin nada más que decir, nos leemos la siguiente actualización. Bye bye. 💗

-Annie ☾-

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