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¿Algo nuevo?

Un deseo no cambia nada, una decisión lo cambia todo...

Abigail era una chica que amaba leer toda clase de libros de romance. Hoy era el día en el que Isabella iba a la biblioteca en busca de un nuevo libro. Este era su día favorito del mes, tenía pensado leer algo nuevo y en vez de elegir un libro de romance elegiría uno de terror.

Al sonar la campana de la escuela, Abigail sale de la escuela en dirección a la biblioteca, estaba tan emocionada por llegar a tiempo que cruzó la calle sin mirar y casi la atropella un auto. Sin dudas fue un susto de muerte, pero afortunadamente ella estaba bien. Se disculpó con el conductor y siguió su camino.Cuando entró a la biblioteca saludó a la señora Bianca, la bibliotecaria. Se dirigió a la sección de terror y empezó a leer los títulos de los libros. Ninguno le convencía, pensó que era porque no estaba acostumbrada a leer libros de ese género así que siguió leyendo los títulos hasta que encontró uno que le llamó la atención. El libro tenía tapa de cuero y parecía algo viejo. "

‶El juego de la vida y la muerte"

Decidió que este sería el libro que leería. Fue hasta su asiento favorito y se sentó, una vez cómoda empezó a leer.

El tiempo pasaba y el libro se ponía cada vez mejor. En cada capítulo había un dilema ético muy interesante, pero cuando llegó al último capítulo había algo extraño, las hojas restantes estaban en blanco. 

No le dio mucha importancia y se levantó para irse a casa, pero al levantarse del asiento todo se puso en blanco...

Asustada, miraba a todos lados pero todo seguía del mismo color, de pronto apareció en una habitación. 

En ella pudo ver un sillón y una mesa; el piso y las paredes eran de madera. Estaba sola y confundida pero eso no duró mucho, ya que apareció un hombre de mediana edad con un traje negro.

—Señorita Abigail, mi nombre es "Anónimo", un gusto—le dijo aquel hombre extraño—¿Quiere que le explique cuál es su situación?

Abigail quería saber que estaba pasando por lo que asintió ante la propuesta del hombre, dándole permiso para continuar.

—Este es un juego en el que deberá elegir entre unas de las opciones que le daremos —Eso fue todo lo que dijo el tal llamado "Anónimo".

Abigail no tuvo tiempo de hablar cuando nuevamente se encontraba en otra habitación. En esta estaba su madre y un hombre que no conocía, ambos colgados de una pared y amordazados.

—¿Qué carajos? — es lo único que pudo salir de su boca cuando el señor "Anónimo" le interrumpió.

—El juego es sencillo, deberás elegir quien vive y quien muere  —interrumpió a la chica con una expresión de seriedad— Si usted decide salvar a su madre el hombre morirá—apuntó con el dedo índice al nombrado— En cambio, si decide salvar al hombre, su madre sufrirá las consecuencias y morirá. ¿Cuál es su elección señorita, Abigail?

—«Mamá o una persona que jamás había visto en mi vida. Mi madre es mi familia y además es quien me cuidó desde que era un bebé. En cambio él... Ni siquiera sé su nombre» —pensó Abigail.

—Señorita Abigail le queda un minuto—interrumpió nuevamente el hombre mientras miraba un reloj de mano— Si el tiempo acaba, los tres morirán.

—No me dijo que tenía un tiempo límite y muchos menos que yo moriría si no elegía antes de que el tiempo acabase—reclamo Abigail muy confundida.

—Cuarenta segundos, señorita Abigail.

Ella estaba bajo mucha presión bajo la situación en la cual ahora se encontraba, pero sabía que ambas vidas, la de su madre y la de el hombre que no conocía valían por igual. "Anónimo" habló sobre que pasaría si elegía a uno pero no dijo nada sobre elegir a ambos.

¿Verdad?...

—Veinte segundos, señorita ¿Ya tiene su elección?—dijo mirando fijamente a la chica que se encontraba muy frustrada. 

—¿Qué pasa si elijo salvar a ambos? — Preguntó con algo de esperanza.

—¿Desea salvar a ambos, señorita Abigail?

—¿Qué pasa si lo hago? —pregunto nuevamente pero aun así no hubo respuesta.

—Le quedan quince segundos, señorita.Abigail ya no sabia que elegir, tenias muchas ganas de salvar a su madre y a aquel hombre el cual no conocía su nombre, pero aun así. Pero te tenía miedo de las consecuencias por lo cual en su mente aparecieron muchas preguntas. 

—«¿Que hago? ¿Salvo a mi madre o al hombre? ¿Qué pasa si elijo que se salven los dos? ¿Pero que pasará conmigo después de eso? » —tantas preguntas que no la dejaban pensar bien, pero aun asi tomo la decisión.

—¡SÍ, SÍ DESEO SALVAR A AMBOS, CARAJO!
Al principio hubo un silencio hasta que "Anónimo" habló.

—Gracias por jugar, señorita Abigail —le ofreció una pequeña sonrisa a la chica, para después chasquear los dedos.

Entonces Abigail, sintió que algo no andaba bien, notó que le costaba respirar, hasta que todo se oscureció. Silencio era lo único que había, de pronto apareció una luz que la cegó. 

Se encontraba en la biblioteca nuevamente. Se había quedado dormida encima del libro... 

Lo primero que hizo fue revisar las páginas que antes estaban en blanco, pero ahora en ellas estaban su historia. Se titulaba...

—Una decisión difícil

No pudo evitar quedar sorprendida ante todo lo sucedido que no pudo evitar pensar que solo era un simple sueño o pesadilla, pero aun así decido ir a comprobarlo. Salió rápidamente de la biblioteca y fue directamente hacia su casa.

Al estar ahi abrio la casa con la llave que cargaba en su bolso, ya que su madre no respondía ante los sonidos que produjo al tocar la puerta. 

Entró y se encontró a su madre acostada sobre el sofá de la sala, al parecer estaba descansando, se acercó en donde estaba su progenitora y pudo divisar un sobre encima de la mesa. La agarro con mera curiosidad y empezó a leer el contenido.


Para: Abigail Hernandez

Señorita Abigail, muchas gracias primeramente por participar en mi juego de decisiones, le agradezco con toda mi alma. Espero no haberla asustado mucho y no guarde rencor hacia mi persona.

He dejado a su madre resguardada en su casa no se preocupe si no ha despertado, le he puesto un calmante, por lo cual no tardará en despertar.

Y en cuanto al hombre el cual usted le salvó su vida, se encuentra en perfectas condiciones junto a su familia.

Una última cosa...

No todas las personas eligen la misma decisión que usted decidió tomar.

ATT. Anónimo


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