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¿Te preocupas por mi?

Lo primero que hizo Minho al despertar fue ver el calendario que tenía colgado en la pared de su habitación, lo observó durante unos minutos mientras trataba de ignorar qué día era. Cerró los ojos un rato más en lo que intentaba no sentirse afectado, pero su esfuerzo fue en vano, por más que tratara, no dejaría de doler.

Su intención era quedarse en la cama todo el día, pero sabía que quedarse ahí solo empeoraría su ánimo, por lo que con mucha pereza se quitó las sábanas de encima y se levantó, tomó una corta ducha y se dirigió al comedor, encontrándose con Chan todavía usando pijama y con el desayuno a medio hacer.

—¿Vas a comer algo?—preguntó el mayor al verlo tomar asiento en el comedor.

—Tal vez después—respondió Minho, jugueteando distraídamente con las servilletas de la mesa.

Chan estaba al tanto de lo que estaba pasando, desde que estaba viviendo con Minho supo sobre ese día, por lo que decidió servirle un poco de comida porque conociéndolo, no comería nada.

—Solo come eso—le dijo cuando dejó el plato frente a él—Al menos para que tengas algo en el estómago.

Minho suspiró—Estoy bien, no te preocupes tanto, solo es un desayuno.

—Sé qué día es, así que debes comer algo porque conociéndote, no lo harás si no te pido que lo hagas—explicó cortamente, sentándose también con su desayuno.

Minho empezó a comer en silencio y con pequeños bocados. Chan era bastante atento y era entendible ya que llevaban viviendo juntos desde hace algunos años. Agradecía enormemente su gesto, pero le daba vergüenza decírselo en voz alta, todavía no podía hacerlo.

—¿Salimos hoy?—sugirió Minho, tomando por sorpresa a Chan quien lo miró extrañado—Ya sabes, a divertirnos o algo así.

—¿Quieres salir hoy?

—Es sábado, ¿por qué no?—se encogió de hombros, luciendo desinteresado cuando en el fondo solo quería un día tranquilo.

—Bueno... Creí que estarías ocupado.

Minho suspiró y dejó los cubiertos a un lado para mirarlo con un poco de seriedad.

—Qué importa la fecha, Chan, estoy bien, no debes tomarle demasiada importancia. Ni siquiera yo lo hago.

—Y es eso lo que me preocupa, Minho—respondió con seriedad también, frunciendo un poco el ceño—¿Por qué actúas como si no fuera algo importante para ti?

—Si lo es—asintió con indiferencia, sintiéndose levemente molesto—¿Pero qué quieres que haga? No voy a llorar por eso, ya pasó.

—No lo sé, tal vez llevar algunas flores—se encogió de hombros—Cada año te comportas de esta manera, haces de todo para evadirlo.

—Ese es problema mío, ¿no lo crees?

—Si, completamente es tu problema y no debería ni siquiera entrometerme, pero nunca te das la oportunidad de sentirte triste tranquilamente como una persona normal... Retener tantos sentimientos no es bueno.

Minho rodó los ojos mientras soltaba un corto suspiro, estaba molesto.

—Como sea, Chan—empujó su plato de comida sin terminar—No te importa como debo sentirme, ese es mi maldito problema y no vuelvas a meterte en mi vida así, no tienes derecho de siquiera opinar porque no sabes absolutamente nada—se puso de pie, viéndolo inexpresivo.

—Quiero que te des la oportunidad de superarlo, Minho, es por eso que me preocupo... No pretendo obligarte, es tu decisión, pero mírate, estás a la defensiva y siendo grosero—su expresión se suavizó, luciendo intranquilo—Tal vez si lo visitas podrás sentirte mejor, no lo sabrás nunca si no lo haces, ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a verlo?

¿La última vez? Ni siquiera existió la primera. Minho estaba consciente de que estaba actuando como un idiota, el tema lo ponía verdaderamente sensible, especialmente ese día, ese día en el que se cumplían cuatro años de su muerte.

Sin darle una respuesta se dirigió a su habitación y cerró de un portazo, no estaba enojado con Chan, sino que consigo mismo. Aunque odiara admitirlo, Chan tenía razón, no podía superarlo, pensaba en ello más de lo que le gustaría y toda su personalidad de rechazo al amor fue gracias a ese momento tan traumático para él.

Llorar porque extrañas a alguien no está mal, recordaba muy bien a Jisung diciéndoselo, pero aún así le parecía estúpido. Estaba demasiado cerrado a si quiera demostrar que estaba triste, pero también sentía que en algún momento podría solo explotar.

Observó la fecha en el calendario una vez más y salió de su habitación, ignoró a Chan quien seguía en el comedor y se fue de largo, saliendo del departamento sin avisarle a donde iría. Necesitaba estar solo, necesitaba tranquilizarse y alejar todos esos pensamientos que rondaban su cabeza, esa fuerte voz que hacía un eco interminable que le repetía una y otra vez que era una mala persona.

Un nudo se formó en su garganta mientras se hacía paso entre las personas en la calle, sintiéndose perdido. ¿Por qué Chan tuvo que mencionarlo? Había planeado ignorarlo, así como siempre hacía, era mucho más fácil de esa manera y ahora no podía dejar de pensar en que tal vez, si debería enfrentarlo de una vez por todas.

Por primera vez en cuatro años, Minho se estaba dirigiendo al cementerio.

[🌷]

El sábado estaba transcurriendo con mucho aburrimiento para Jisung, había pasado la mañana terminando sus tareas y ahora no tenía nada más que hacer que mirar la televisión con la esperanza de encontrar algo que fuera lo suficientemente entretenido. Soltó un suspiro y agarró su celular, viendo de reojo como Félix corría de un lado a otro, apresurado porque Chan lo había invitado a salir.

—Jisung, ¿me prestas tu chaqueta azul? No encuentro la mía—Félix se detuvo frente a su mejor amigo, llamando si atención.

—Claro—respondió, regresando la vista a su celular—¿A dónde irán?

—No lo sé, no me lo dijo, pero creo que está un poco triste—explicó cortamente, terminando de acomodar su cabello—Tal vez solo quiere salir a distraerse.

—¿Y Minho?

—No dijo nada sobre él—se encogió de hombros.

Jisung asintió lentamente para sí mismo, pensando en que era una buena oportunidad para verse, para averiguar si las cosas entre ellos estaban bien después de lo que había pasado, de verdad necesitaba saber si eso había arruinado su amistad de alguna manera puesto que en los días siguientes de que se besaron, no volvieron a tocar el tema y en definitiva, no hablarlo e ignorarlo solo los dejaba en la incertidumbre.

Habían cosas que debían aclarar.

Cuando Félix se encerró de nuevo en su habitación, aprovechó ese momento para llamar a Minho, pero no obtuvo respuesta en el primer intento. Llamó un par de veces más y seguía sin responder, lo mandaba directamente al buzón de voz. Frunció el ceño cuando colgó la llamada por tercera vez, ¿de verdad estaba ignorándolo? Porque si no respondía sus llamadas, no le quedaba de otra más que ir a buscarlo.

Toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, deduciendo que era Chan se levantó a abrirla, lo saludó cortamente y lo dejó entrar.

—¿Minho está en su departamento?—preguntó Jisung cuando ambos tomaron asiento en la sala.

—Minho salió temprano... Discutimos y se fue, no responde mis llamadas así que no sé en donde podría estar.

—A mi tampoco me responde—le dijo casi en voz baja, aliviado de que no estaba ignorándolo por lo que pasó entre ellos—De seguro salió con alguien.

—No lo creo—negó contra cabeza, descartando esa idea—Minho no es de solo irse, sabes, mucho menos con alguien. Él está solo—aseguró. Conocía muy bien a Minho, no tenía más amigos que ellos, así que era imposible que haya decidido salir con otra persona.

—¿Por qué discutieron?—preguntó un poco dudoso, no sabía si estaba metiéndose demasiado, pero le acusaba curiosidad.

Chan suspiró—Es el aniversario de muerte de su amigo. El tema lo pone bastante sensible y puede que quizás me entrometí mucho—confesó avergonzado, realmente su intención no era molestar a Minho—Le dije que se tomara el tiempo para poder procesarlo y que podía sentirse triste al respecto, pero ya sabes cómo es él, trata de demostrar que nada le afecta y que no es sensible.

—Su amigo... Si, me comentó algo sobre eso—recordó haberlo visto llorar al hablarlo. Quizás Minho quería demostrar que era más fuerte, que no valía la pena verse como alguien sensible, pero verlo llorar simplemente tiró abajo toda esa imagen que tenía de él. Ahora tenía un leve presentimiento—¿Sabes en qué cementerio está su amigo?

Chan lo vio extrañado y asintió.

Minutos más tarde, Chan y Félix salieron del departamento, dejándolo solo. Se arregló rápidamente para salir, se puso ropa cómoda y cuando estuvo listo se fue en dirección al cementerio que Chan le indicó.

Durante el camino, no podía dejar de pensar en que Minho estaba pasando por un mal momento, tener que esconder sentimientos así de fuertes de seguro era bastante difícil. Él había estado lidiando con su corazón roto desde hace tiempo, pero a diferencia de Minho, él si se tomaba el tiempo de sentirse mal para poder exteriorizar todo lo que sentía en su interior, Minho simplemente decidía no hacerlo, había puesto una barrera en la que nadie tenía permitido verlo así, ni siquiera él mismo. ¿Qué había pasado para que se cerrara de esa manera? Eso iba más allá de solo no querer enamorarse, sino que parecía temerle a cualquier sentimiento.

Cuando estuvo cerca de su destino, Jisung se bajó del autobús y caminó hacia la entrada del cementerio, agradeciendo mentalmente que no estuviera demasiado lejos. Un poco nervioso pasó las puertas de entrada, el lugar era bastante grande y lleno de árboles, distintas flores de colores le daban un toque menos triste, porque fuera de eso, todo se veía muy solitario y silencioso. La última vez que estuvo en un cementerio había sido hace tiempo cuando fue a visitar a su hermano, pero aparte de eso, evitaba mucho ese lugar, era bastante deprimente.

Estaba claro que no sabía hacia donde ir, pero con mucha paciencia empezó a caminar entre las grises lápidas, algunas tenían ramos de flores bastante bonitas, pero otras estaban muy dañadas y sucias, parecían olvidadas. Siguió caminando sin detenerse a mirar demasiado, enfocado en recorrer todo el cementerio si era necesario porque si no estaba ahí, entonces no tenía idea de donde más podría estar.

Al cabo de un rato más, pudo ver a lo lejos a alguien sentado en una de las bancas de piedra que estaban alejadas de las lápidas, desde esa lejanía no pudo reconocer quien era así que siguió caminando en su dirección, hasta que una sonrisa de alivio se dibujó en sus labios cuando estuvo seguro de que era él.

—Minho—lo llamó con voz suave, estando más cerca.

—¿Qué haces aquí?—preguntó extrañado al darse cuenta de su presencia—¿Cómo sabías que estaba aquí?

—No lo sé, lo supuse-se encogió de hombros y se sentó a su lado—Chan dijo que discutieron y que no respondes sus llamadas, así que es un alivio que realmente estés aquí.

—Ah, eso—sacó el celular de su bolsillo y revisó las llamadas, dándose cuenta de que incluso algunas eran de Jisung—Lamento no responder—dijo a secas, guardándolo de nuevo sin ánimos de dar más explicaciones.

Jisung asintió y no dijo nada más, dejando que el viento desordenara su cabello y el silencio predominara durante un rato para darle tranquilidad hasta que quisiera hablar. Ciertamente, Minho no sabía qué decir, había llegado ahí sin detenerse a pensarlo mucho y ni siquiera fue capaz de acercarse a la lápida de su amigo. Era un cobarde, no se había dado cuenta de que ya habían pasado algunas horas y él seguía sentado en la misma posición sin intenciones de moverse.

Vio de reojo a Jisung y se preguntó cómo supo qué estaría ahí; a decir verdad, agradecía no estar solo ahora, eso lo hacía sentir bien a pesar de que se había propuesto no hablar con nadie ese día.

—Es la primera vez que vengo desde que falleció—empezó a hablar Minho. Jisung lo vio a su lado, prestándole atención—Nunca me he sentido listo de afrontarlo, es como si no quisiera aceptarlo a pesar de que ya no está. A veces creo que es sólo porque soy muy cobarde para darme cuenta de la realidad.

—Es difícil, para todos es difícil perder a alguien.

—Lo vi morir—dijo en voz baja, cerrando los ojos en un intento de alejar las ganas de llorar—Lo vi morir en el hospital, yo... Yo estaba sosteniendo su mano cuando murió.

Jisung sintió dolor en el pecho al escucharlo hablar con la voz quebrada, estaba seguro de que Minho estaba esforzándose.

—Fuimos mejores amigos desde que éramos niños—siguió hablando sin mirarlo, no quería que lo viera llorar otra vez-Era como un hermano para mi, éramos vecinos y hacíamos todo juntos, él empezó a cambiar con los años, lo cual fue normal, estábamos creciendo y justo en último año de la escuela, se enamoró por primera vez como todo adolescente de diecisiete años—sonrió a medias, recordando esos días cuando eran solo unos chicos llenos de ilusiones a la espera de encontrar el amor, dispuestos a vivir experiencias—Siempre estaba detrás de esa chica, intentando llamar su atención todo el tiempo y de todas las maneras posibles, incluso organicé algunas citas para ellos que terminaron siendo un fracaso—rió cortamente, regresando a su expresión herida en cuestión de segundos—Aún así no fue suficiente, simplemente a ella no le gustaba y no podía hacerla cambiar de opinión, pero a esas alturas, él ya estaba muy enamorado, no hacía nada más que hablar de ella, todo giraba en torno a ella.

—Y entonces se enfermó—dedujo Jisung en voz baja. Minho asintió.

—Traté de ayudarlo, pero él parecía estar muy bien así, como si vomitar pétalos de flores seguido fuera algo normal—guardó silencio unos segundos, sintiéndose enojado consigo mismo por no haber intentado más, culpándose—Dijo que estar enamorado lo hacía sentir feliz a pesar de que empeoraba cada vez más, ¿no es estúpido eso?

Jisung no pudo responder, la situación era bastante complicada, no había escuchado antes de alguien que quisiera seguir estando enfermo. Personalmente deseaba poder dejar de querer a Hyunjin, pero era un proceso más largo de lo que realmente le gustaría; de igual manera, estaba haciendo el esfuerzo, quería un día despertar por las mañanas y dejar de sentir esa opresión en el pecho con solo pensar en él, quería un día poder verlo a los ojos y no sentir nada.

¿Por qué alguien querría seguir enamorado sin ser correspondido? En cierta parte, comprendía que Minho no entendiera las razones por la que su amigo no quería ser ayudado, pero podía decir que entendía que el sentimiento de estar enamorado era una experiencia muy linda, pero claro, eso era así cuando era recíproco.

—¿Sigues enojado con él?—preguntó Jisung después de un breve silencio.

—No estoy seguro—agachó la mirada hacia sus pies, ¿qué sentía realmente?—Quizás estoy enojado conmigo mismo por no haber insistido más, por no ayudarlo.

—Hiciste lo que pudiste, Minho—le aseguró Jisung, obteniendo su mirada—Eras sólo un chico también y él tomó sus propias decisiones.

—De todas formas no logré convencerlo de superarla—suspiró—Ignoraba mis palabras, estaba encerrado en esa estúpida idea de amarla por siempre, no pensó en su familia... No pensó en mi.

Jisung pudo notar que Minho tenía muchas cosas guardadas en su interior que era incapaz de decir, su molestia no era sólo con su mejor amigo, sino que con él mismo también. Le dolía ver que estaba culpándose de algo de lo que no tenía control y además, seguía sufriendo porque lo dejó solo.

Minho se sentía solo.

—Ven, vamos—Jisung se puso de pie y extendió la mano hacia él.

Minho lo vio durante unos segundos y tomó su mano, poniéndose de pie.

—¿En dónde está él?—Jisung cuestionó con un poco más de ánimo.

—No está muy lejos de aquí.

—Llévame—pidió.

—No quiero ir—se negó de inmediato, intentando soltarse—Ya llegué hasta aquí, con eso basta.

—Voy a acompañarte. De seguro quieres hacerlo, pero eres demasiado terco—lo regañó—No voy a dejarte solo—le aseguró, sosteniendo su mano con más fuerza.

Rendido, Minho empezó a caminar hacia la lápida de su mejor amigo, llenándose la cabeza con todo tipo de regaños hacia sí mismo por sentirse tan cobarde. Caminaron unos metros y se detuvo justo frente a su tumba. Apartó la mirada rápidamente y fingió indiferencia, sin embargo, Jisung no iba a dejarlo pasar.

—Bueno, estamos aquí con...—se agachó un poco para leer el nombre tallado en la piedra—Kim Jungwoo. Lindo nombre.

—Ahora qué.

—Nada, creo que con solo el hecho de que estés aquí es suficiente para él aunque no digas nada.

Minho se sintió ciertamente aliviado con sus palabras porque a decir verdad, no había preparado nada para decir, tampoco había organizado nada que fuera significativo. Su visita había sido sumamente inesperada.

—¿Eso crees?—preguntó Minho en voz baja, viendo la lápida casi de reojo.

—Claro que si—asintió varias veces, podía sentir como la mano de Minho se aferraba a la suya con timidez y nerviosismo—Puede que creas que su actitud fue estúpida, pero fue feliz, ¿no es eso importante también?

Minho desvió la mirada mientras reflexionaba lo que acababa de decir. Nunca se detuvo a pensar en que en verdad, Jungwoo fue feliz de esa manera, el amor que sintió por esa chica lo hizo sentir completo a pesar de que lo mató lentamente.

Pensar en eso lo hizo cuestionarse sobre el significado de amar verdaderamente a alguien, ¿se podía amar hasta la muerte sin ningún tipo de remordimiento? Al parecer si.

Admitía que le daba miedo, morir por alguien más no era algo que considerara como algo bueno. Pero fue la decisión que él tomó y aunque odiara las consecuencias, ahora tenía la certeza de que fue realmente feliz.

—Gracias—dijo casi inaudible Minho, pero Jisung alcanzó a escucharlo y solo sonrió—Lamento que hayas tenido que venir hasta aquí.

—Te perdono solo si aceptas ver películas conmigo.

—¿Ese es tu plan de sábado?

—No veo lo malo—Jisung le sonrió con ánimos—Di que si~—hizo un puchero—Compré helado. Además, Félix salió así que tengo la televisión sin interrupciones para mi solo.

Tentador, todo lo que Jisung hacía y decía sonaba tentador. Minho no sabía cómo negarse, su corazón saltó emocionado con tan solo escuchar su propuesta y sin darse cuenta, ya se encontraba asintiendo a su plan.

Jisung sonrió ampliamente y soltó su mano, empezando a caminar en dirección a la salida del cementerio. Minho le dio un último vistazo a la tumba decorada con flores de su mejor amigo y sonrió cortamente antes de caminar tras el menor.

Dejando atrás en ese momento el dolor de su pérdida.

[🌷]

Tal y como esperaba, al entrar a su departamento no había nadie. Minho entró tras Jisung e inevitablemente el nerviosismo se apoderó de él. Ninguno de los dos había tocado el tema del beso todavía, era como si no hubiera ocurrido nunca.

Jisung estaba consciente de que debían hablarlo a pesar de que Minho no estaba actuando extraño con él y por más que odiara hacerlo, tenía que tomar la iniciativa.

—Antes de cualquier cosa, quiero que hablemos—dijo Jisung con seriedad cuando se sentó a un lado de Minho en el sofá.

Minho sabía de qué de trataba, por un momento creyó que se salvaría de esa conversación, pero al parecer, era importante para Jisung hablarlo.

—Sobre el beso, supongo—lo miró a su lado.

—Si...—asintió lentamente, acomodándose mejor para poder verlo de frente—Espero que las cosas no hayan cambiado entre nosotros.

—¿Parece como si cambiaron?

—Uhm, quizás... No lo sé, ¿tú qué crees? ¿sientes como si no quisieras hablarme nunca más?—bromeó con expresión afligida, molestándolo un poco para eliminar la tensión.

—No cambió nada, Jisung—sonó seguro de sí mismo—No estoy evitándote o algo por el estilo.

Es cierto que se sentía un poco más nervioso que antes, cada vez que lo veía, su cabeza solo pensaba en volver a besarlo y a decir verdad, lejos de estar asustado por esa inesperada necesidad, se sentía ansioso.

—Bueno... Creí que las cosas se iban a poner raras—rió por lo bajo, ahora mucho más tranquilo que antes—Pensé que dejaríamos de hablar y que sería incómodo estar juntos.

—¿Tú estás incómodo?—quiso asegurarse, de ninguna manera quería ser una molestia.

—No—le respondió, regalándole una corta sonrisa.

—Entonces... ¿Si lo hago de nuevo no habría problema?, es decir, ¿seguiría sin cambiar?

Jisung abrió los ojos en sorpresa y sintió su respiración cortarse por un momento. Se sintió tímido bajo su mirada y su estómago cosquilleó con el sentimiento de emoción que apareció inesperadamente con la propuesta. Ciertamente no estaba listo para escucharlo decir algo así otra vez, creyó que olvidarían el tema y jamás volvería a suceder. Pero ahí estaba otra vez, viéndolo con esos ojos brillantes, pidiéndole besarlo.

¿Cómo podía negarse cuando había estado pensando también en besarlo de nuevo?

Sonrió a medias sin darle más respuesta que acercarse a su rostro con valentía, vio sus labios y sin dudarlo, los juntó con los suyos.

Minho suspiró satisfecho sobre su boca, moviéndolos lentamente al ritmo en el que los labios de Jisung lo hacían. No hacía falta tener que decirlo, pero la sensación de besarlo lo hacía sentir en calma, desviando toda su atención hacia esa acción a la que se estaba volviendo adicto. Tal vez estaba equivocándose, pero no iba a detenerse a pensar en eso ahora que se encontraba tan encantado.

Jisung por su parte, estaba disfrutando mucho de esa atención. La manera en la que Minho lo besaba sin ser demasiado rudo generaba un leve cosquilleo en su pecho, pero no iba a negarlo, su cuerpo estaba necesitando más con cada vez que Minho mordía suavemente sus labios cuando tenía la oportunidad, con la manera en la que sus manos recorrían su cintura a pesar de la no muy cómoda posición en el sofá. Era simplemente satisfactorio.

Sin atreverse a romper completamente el beso, Jisung se subió ágilmente a su regazo, sentándose a horcajadas para poder besarlo con más comodidad, moviéndose sugerentemente sobre su entrepierna para provocarlo. Totalmente sorprendido, Minho rompió el beso sin alejarse de su rostro, identificando la sonrisa traviesa del menor como una clara invitación de que no se detuviera, enviando una corriente que atravesó su cuerpo entero, concentrándose en la creciente erección dentro de sus pantalones.

Llevó ambas manos hacia la cintura de Jisung y lo sostuvo con fuerza, deteniendo esos movimientos que estaban por dejarlo sin ningún tipo de control. Hace mucho que su cuerpo no tenía ese tipo de contacto y pese a que quería descubrir hasta donde eran capaces de llegar, lo mejor era detenerse.

Jisung lo miró extrañado y con las mejillas rojas, tratando de recuperar la respiración. Minho puso una de sus manos sobre su mejilla, acariciando su hinchado labio inferior con el pulgar mientras admiraba su rostro, dándose cuenta para sí mismo de que todas esas sensaciones eran totalmente nuevas para él.

Eso estaba muy mal.

—Tú empezaste—habló Jisung al encontrarse abrumado por el silencio.

—Tú me besaste a mi—se defendió Minho, bajando su mano nuevamente a su cintura sin dejar que se apartara, sobando suavemente esa zona.

—Porque tú lo sugeriste—estrechó los ojos hacia él, intentando huir de esa vergonzosa situación—Podemos discutir todo lo que quieras y seguiría siendo tu culpa.

Minho rió sin dejar de verlo, encantado con la expresión en su cara.

—Jisung...

—Sabes, podemos hablar sin que tenga que estar sobre tus piernas. Si no vamos a seguir, me voy a bajar.

—Solo quédate ahí—pidió con una sonrisa.

Jisung borró el ceño fruncido y se rindió, poniendo ambas manos sobre sus hombros sin dejar de verlo.

—Bien, ¿qué pasa?—preguntó, ignorando completamente lo que generaba en él estar sentando sobre las piernas de Minho.

—Deja de amar a Hyunjin—le pidió en un susurro y con una expresión llena de súplica.

—Otra vez con eso...—murmuró, haciendo el amago de hacerse a un lado, pero nuevamente, Minho lo detuvo.

—Odio la idea de que eso te enferme—confesó—¿Realmente crees que vale la pena?—quitó los mechones de su rostro y los recogió tras su oreja de manera con mucha dedicación, acariciando su mejilla en el proceso.

Jisung lo pensó durante unos segundos y notó la preocupación en su mirada. Después de saber un poco de su historia con su mejor amigo, logró entender muchas cosas sobre su personalidad tan distante y sobre su preocupación por su enfermedad.

Minho no quería pasar otra vez por eso.

—¿Te preocupas por mi?—le sonrió divertido, haciendo pucheros para molestarlo.

Minho rodó los ojos y luego sonrió también, pareciéndole muy tierno ese gesto tan característico en él.

—¿Sabes qué? Mejor quítate—bromeó, empujándolo a un lado—Hablaremos cuando lo tomes en serio.

Jisung se quejó y frunció el ceño cuando Minho se puso de pie y lo dejó prácticamente tirado en el sofá, lo siguió con la mirada hasta la cocina en donde sin preguntar abrió el refrigerador.

—Deja de robar mi comida.

—Dijiste que hay helado—respondió como si nada, sacándolo del congelador—Así que busca algo para ver antes de que me vaya.

—Que exigente—murmuró, rebuscando en su lista de películas algo que llamara su atención.

Minho se estaba perdiendo en sí mismo, su comportamiento no estaba bien, pero por alguna razón, no quería detenerlo. Nunca había sentido la necesidad de estar cerca de alguien o besarlo, él creía estar bien sin el afecto sentimental, pero con Jisung ya no estaba tan seguro de no querer sentirlo.

Momentos después se sentó de nuevo a su lado con el helado servido, ambos empezaron a ver la película sin prestar atención, cada uno en su nube de pensamientos que concluían en la misma pregunta:

¿Qué es lo que realmente estaba pasando entre ellos dos?

Minho temía ser el único sintiéndose así.

[🌷]

Cuando Minho entró a su departamento se encontró con Chan y Félix sentados en el comedor, ambos guardaron silencio cuando lo vieron, volviendo el ambiente un poco incómodo y tenso.

—Nos vemos mañana—dijo Félix, acercándose a dejar un corto beso en los labios de Chan antes de ponerse de pie—Adiós, Minho—se despidió cortamente con la mano, saliendo para dejarlos solos.

—¿Son novios?—preguntó Minho para romper el silencio, luciendo un poco tímido puesto que habían discutido más temprano y no sabía cómo lidiar con eso.

—Solo estamos saliendo—respondió secamente, levantándose de su silla para dirigirse a su habitación.

Minho mordió su labio inferior con duda, nunca había discutido así con él, nunca le había hablado con tanta dureza y ahora se sentía cohibido porque no sabía cómo acercarse.

Aclaró su garganta y antes de arrepentirse, lo llamó.

—Chan.

El mencionado se detuvo de inmediato y se giró a verlo.

—Yo... Uhm, lamento haberte hablado mal esta mañana—empezó, evitando su mirada—Solo estaba molesto conmigo mismo, no contigo y no debí tratarte así.

—No debiste—asintió de acuerdo.

—Bueno... Lo siento—se animó a verlo.

No podía descifrar la expresión de Chan, no parecía estar molesto o triste, pero pudo sentirse aliviado cuando lo vio sonreír sin mostrar los dientes, viéndose de nuevo como el Chan amable de siempre.

Chan se sintió orgulloso, haber recibido esas palabras de Minho significaban mucho para él a pesar de que lo habría perdonado aunque no se hubiera disculpado, simplemente no podía molestarse aunque se haya sentido herido por su pequeña discusión.

—Claro que te perdono—le dijo, acercándose para darle un abrazo.

Minho se mantuvo quieto en su lugar con los brazos rectos sin responder el abrazo, era la primera vez que Chan lo abrazaba así y no creía poder responder de la misma manera, aunque siendo honesto consigo mismo, ser abrazado por Chan no era tan malo.

Pero nunca le diría eso a él.

—Ya, suéltame—le dijo, moviéndose para zafarse.

—No vuelvas a discutir así conmigo—lo señaló al soltarlo, fruncido el ceño—Rompiste mi corazón—dijo de forma dramática, haciendo reír al pelinaranja.

—Trataré de no hacerlo.

—Con eso me basta—palmeó su hombro y retomó su camino hacia su habitación—Buenas noches~.

Minho se cruzó de brazos y sonrió cuando escuchó la puerta cerrarse.

Metido en sus propios pensamientos se encaminó hacia la cocina en busca de algo de beber, pero una fuerte sensación de revoltijo en su estómago lo hizo detenerse de golpe. Corrió al baño y abrió la tapa del inodoro, se agachó y las ganas de vomitar fueron más fuertes, terminando por hacerlo segundos después.

Su respiración se volvió agitada al terminar y su garganta dolía. No recordaba haber comido algo que le hiciera daño, pero supuso que tal vez había sido la mala alimentación de ese día. Sintiéndose un poco débil se acercó al inodoro para tirar la cadena y poder ir a dormir, pero sus movimientos se congelaron al darse cuenta de lo que estaba sucediendo en realidad.

Había vomitado pétalos de flores.

Sin poder creerlo, Minho se sentó en el frío piso de su baño mientras lágrimas se acumulaban en sus ojos , su mente estaba en blanco y su mirada pegada en un punto fijo; su corazón se estrujó, doliendo por su propia estupidez.

—No...—negó con la cabeza, encogiendo sus piernas hacia su pecho—No... Yo no...—volvió a negar en voz baja para sí mismo, abrazándose en busca de un tipo de consuelo que no logró sentir.

No fue capaz de moverse durante un largo rato, tratando de asimilarlo.

¿Cómo dejó que sucediera? ¿Desde cuándo? ¿Por qué recién se daba cuenta?

No podía responder ni una de sus preguntas y eso solo lo hacía peor. Pero había algo de lo que sí estaba seguro: estaba enamorado y sabía perfectamente de quien.

Han Jisung, estoy enamorado de Han Jisung.

[🌷]

Minho😢

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