Moría por verte
A pesar de todo, Jisung podía encontrar un poco de felicidad en su familia. Minho estaba sorprendido, todo el amor que había entre ellos era demasiado evidente hasta el punto de hacerlo sentir fuera de lugar; no estaba acostumbrado.
La familia de Jisung era increíble, mientras tanto, sus padres estaban divorciándose.
Sonrió de manera genuina después de mucho tiempo cuando al llegar a la casa de nuevo, estaban todos esperando a Jisung con un enorme y bonito pastel decorado en el centro de la mesa que siempre ponían en el patio trasero. Jisung estaba sorprendido porque a pesar de que su cumpleaños ya había pasado, su familia tuvo ese bonito detalle con él.
—¡Feliz cumpleaños!—gritaron al unísono, siendo Yuna quien se acercó a ponerle un gorro de cumpleaños en su cabeza.
Jisung rió conmovido y se acercó a la mesa, siendo rodeado rápidamente por los demás integrantes de la familia.
Había sido de improviso, mientras Jisung estuvo entretenido con Minho en el río, la señora Han salió a comprar el pastel más colorido y bonito que vio en el supermercado mientras que su esposo se encargó de pasar por la tienda del pueblo en busca de algunas decoraciones rápidas que funcionaran. Jisung estaba encantado, solo habían unos cuantos globos y un pequeño cartel de “feliz cumpleaños “, pero aún así, amaba cada cosa que ellos hacían por él.
—Gracias—sonrió ampliamente.
—Te mereces mucho más, hijo—la señora Han lo abrazó y dejó un corto beso en su frente—Voy a partirlo ahora mismo para que todos comamos—avisó. Jisung asintió de acuerdo, tomando asiento juntos a los demás en la mesa.
—Que vinieras fue coincidencia—comentó Jongho desde su silla hacia Minho—De seguro, tú celebras los cumpleaños en grande, tienes cara de que vives muy bien—dijo sin mala intención, curioso.
—No realmente—negó, murmurando un suave gracias hacia el tío Kibum quien acababa de darle un vaso con jugo. Vio a Jongho nuevamente sin lucir molesto—Mis papás dejaron de celebrar mi cumpleaños desde los diez.
—¿Hablas en serio?—se sorprendió Minji, haciendo un gesto de tristeza mientras se sentaba a su lado—Lo siento mucho, Min—puso su mano sobre su hombro en forma de consuelo y lo acarició un poco con la intención de acercarse, gesto que Jisung no pasó por alto y que no le gustó.
Cada vez era más evidente que a Minji, le atraía Minho y eso lo desanimaba porque cualquiera tenía oportunidad con Minho, menos él.
—Está bien—asintió despreocupado, moviéndose levemente y con disimulo para que dejara de tocarlo—No me importa mucho.
Puede que Minho dijera que no le importaba, pero Jisung sabía que eso no era cierto.
—Bueno, no te preocupes—interrumpió el señor Han—Anotaremos tu cumpleaños también.
—¡Si!—exclamó Sunoo, empezando a comer de su pastel—¡Más cumpleaños, más pastel!
Todos rieron con ternura, haciendo sentir a Minho como alguien especial y bienvenido en la familia.
El día transcurrió con rapidez entre el ruido de los Han, en medio de risas y conversaciones en las que trató de participar en lugar de quedarse callado como solía hacer. Había algo en esa familia que lo hacía salir de su zona de confort, y eso le agradaba.
Minho siempre intentó mantenerse en la tranquilidad, entre personas que no hablaran demasiado y que no fueran ruidosas, pero desde que conoció a Jisung, no volvió a tener esa tranquilidad que creía que le gustaba, no volvió a estar en ese abrumante silencio que una vez creyó que era bueno, sino que todo se convirtió en días llenos de compañía y ruido a pesar de que no era él quien lo provocaba.
Porque Minho era bueno escuchando y Jisung muy bueno hablando.
Después darse una rápida ducha y de ponerse su ropa de dormir, Minho entró a la habitación con cansancio tras una tarde llena de movimiento; Sunoo no se despegaba de él, llevándolo de un lado a otro sin darle descanso. No se vió nunca a sí mismo de esa manera, pero ahí estaba, obedeciendo a todo lo que un niño le pedía con tal de mantenerlo feliz.
Se recostó sobre la cama de Jisung recién arreglada y suspiró aliviado, cómodo entre las sábanas limpias que tenían un ligero olor al perfume de Jisung; eso no debió causar nada en él. A los pocos minutos, Jisung entró también con su ropa de dormir ya puesta y con el cansancio notándose en su rostro. Minho se sentó de inmediato y ambos se sumieron en un extraño silencio, pensando qué hacer porque ninguno de los dos habló sobre dormir juntos en una misma cama.
—Compartiremos cama—habló Jisung en respuesta a la pregunta silenciosa—Intenté negociar con Sunoo para quedarme con él, pero no me dejó—frunció un poco el ceño con indignación.
—Uhm, está bien—asintió lentamente—Aunque podría dormir en el sofá—sugirió.
—Mis padres me matarían si dejo que duermas en el sofá—negó varias veces—Dirían que es grosero de mi parte no compartir mi habitación.
Minho se quedó sin opciones y se recostó nuevamente sobre una almohada, quedándose en silencio durante un rato viendo como Jisung se movía de un lado a otro dentro de la habitación haciendo quien sabe qué, Minho tenía la sospecha que solo estaba dejando pasar el tiempo para meterse a la cama y dormir.
—Jisung.
El mencionado se dio la vuelta de inmediato al escucharlo, deteniendo lo que estaba haciendo para mirarlo con atención.
—Solo ven a dormir—dijo en voz baja, moviéndose hacia la orilla de la cama lo más que pudo para darle todo el espacio posible.
—Bien…—asintió apenas, caminando despacio hacia la otra orilla de la cama—Pero no necesito tanto espacio—comentó cuando vio todo el espacio que Minho había dejado para él, dándole la sensación de que no quería estar cerca.
Minho soltó un suspiro audible, creyendo que la situación estaba siendo más incómoda solo porque ambos no sabían cómo comportarse. Ya habían dormido juntos antes y sin ningún problema, incluso, Minho hasta lo abrazaba para dormir cómodamente, pero gracias a sus actitudes y todo lo que pasó, todo cambió hacia una dirección muy diferente, convirtiéndolos en dos desconocidos que jamás tuvieron otro tipo de acercamiento, tirando muy lejos la confianza que antes había.
La habitación estaba a oscuras, cada uno en un lado de la cama con un espacio demasiado notorio entre ellos, dándose la espalda.
Ciertamente, Jisung no pudo conciliar el sueño, se movió en su lugar varias veces sin encontrar una posición cómoda, quejándose para sí mismo sin ser ruidoso para no molestar a Minho quien según Jisung, ya estaba dormido.
—No me molesta si te acercas, Jisung... No diré nada si lo haces—Minho rompió el silencio, causando que Jisung se quedara quieto y dejara de moverse—Si no te sientes cómodo, puedo dormir en el suelo para que tengas la cama para ti solo.
—Al suelo no—negó de inmediato, acercándose solo un poco más, acortando la distancia entre los dos, pero aún sin siquiera rozarse—Creo que no tengo sueño todavía—confesó, cubriéndose con su cobija hasta el cuello.
Minho no le creyó mucho, lo había visto bostezar varias veces y pudo notarlo cansado. Con un fuerte suspiro, Minho se apoyó sobre su codo y se puso de lado, viendo directamente hacia Jisung.
Por su propio bien, Jisung evitó sus ojos a toda costa, la luz que entraba a través de las ventanas era suficiente para verlo, así que mantuvo la vista hacia el techo, sintiéndolo respirar a su lado.
Minho sonrió para sí mismo al ver cómo estaba evitándolo; estiró un poco su mano hasta alcanzar su cabeza y empezó a dejar pequeñas caricias, peinando su cabello con sus dedos. Jisung se sintió relajado en cuestión de segundos, manteniéndose en silencio mientras Minho acariciaba su cabello con lentitud hasta que sus párpados se sintieron cada vez más pesados, quedándose por fin dormido sin mucho esfuerzo. Minho volvió a sonreír, esta vez con una corta y casi silenciosa risa.
Momentos después, Minho también se quedó dormido en una posición no tan cómoda sin apartar su mano de Jisung, sin darse cuenta con exactitud de la cercanía de ambos en ese momento.
No quiso moverse, el espacio entre los dos se redujo a nada, sintiendo su respiración tan cerca y pausada. Y eso estaba más que perfecto.
[🌷]
Jisung arrugó un poco el entrecejo cuando intentó moverse para cambiar de posición y no pudo. Abrió los ojos un poco confundido y su corazón latió nervioso al darse cuenta de que Minho estaba muy cerca de él, recostado contra su hombro y con un brazo a su alrededor, casi abrazándolo. Sonrió para sí mismo y puso su mano sobre la de Minho, entrelazando un poco sus dedos, cerrando los ojos de nuevo poco tiempo después.
Minho despertó luego de una hora, dándose cuenta de la posición en la que se encontraba. Su primer pensamiento fue apartarse, pero su cuerpo no respondía a lo que su cabeza le ordenaba, quedándose de esa misma manera por un tiempo sin pensar demasiado sobre si estaba bien o no, por ahora no quería entrar en ese debate innecesario cuando podía admitir que le gustaba estar así.
Algunos toques en la puerta lo hicieron salir de esa pequeña nube de pensamientos, se quejó por lo bajo y se levantó de la cama sin hacer mucho ruido para no despertar a Jisung. Con pasos arrastrados se acercó la puerta y la abrió, bajando la mirada un poco para encontrarse con Sunoo.
—Llévame a la tienda—pidió el menor con una amplia sonrisa, ignorando completamente su ceño fruncido y su expresión de sueño.
—Dile a uno de tus tíos—respondió, a punto de cerrar la puerta y meterse en la cama junto a Jisung un poco más, pero el niño lo detuvo.
—Tú eres mi tío—sonrió otra vez, enseñando los dientes.
Minho lo vio de nuevo y soltó un fuerte suspiro, vio el reloj digital en el mueble que estaba a un lado de la cama e hizo una mueca al ver que apenas eran las ocho de la mañana.
—¿A qué horas te levantas?
—A las seis—respondió—Apúrate, la abuela dice que no puedo ir solo.
—Bien—asintió, revolviendo su cabello—Solo déjame ponerme zapatos.
—¡Te espero abajo!—exclamó, corriendo hacia las escaleras.
Minho rió suave y entró a la habitación, cepilló sus dientes, lavó su rostro y se puso un par de zapatos sin preocuparse mucho de la ropa de dormir que todavía llevaba puesta. Tras darle un último vistazo a Jisung quien seguía profundamente dormido, salió silenciosamente en dirección al primer piso de la casa.
Para cuando Jisung despertó, el sol ya brillaba un poco más y se podía notar en el interior de la habitación. Estiró sus brazos junto a un largo bostezo y se dio cuenta rápidamente de que estaba solo. El pensamiento de que Minho se había molestado porque estaba muy cerca pasó por su cabeza y dolió un poco, deseando que ese no fuera el caso porque si no, se sentiría muy avergonzado.
Recordó la última vez que Minho fue a su casa y que estuvo muy pegado a sus primas, en especial con Minji. No quiso pensar en que otra vez estaban juntos en ese momento, porque la última vez no se sintió para nada bien. Un poco preocupado por el cúmulo de cosas en su cabeza, se dirigió hacia el baño y se miró en el espejo, peinando con sus dedos su desordenado cabello, sonriendo levemente ante el recuerdo de Minho haciendo lo mismo para ayudarlo a dormir.
No podía entender a Minho, un día era cruel, grosero y desinteresado, y al siguiente día pedía disculpas y actuaba como el chico del que se había enamorado.
Después de una rápida ducha, Jisung se puso ropa cómoda y se fue directo a la cocina, guiándose por el olor a comida cocinándose. Se asomó y vio a su madre de espaldas junto a Yuna, ambas preparando el desayuno.
—¿Han visto a Minho?—fue lo primero que preguntó, llamando la atención de ambas al mismo tiempo.
—Buenos días para ti también—dijo Yuna, regresando la vista hacia el sartén—Y no, no he visto a Minho.
—Yo tampoco, pero ve a buscarlo porque la comida ya está lista—la señora Han le pidió sin verlo.
Jisung asintió y salió de ahí, yendo directo hacia el jardín delantero, creyendo que tal vez podría empezar desde ahí, se acercó con pasos silenciosos y se detuvo de golpe cuando escuchó la voz de Minho justo en el exterior, pero no estaba solo.
—Min, ¿podemos hablar?—Minji agarró la muñeca de Minho para llamar su atención y claro que la obtuvo, pero Minho parecía un poco incómodo por el toque repentino.
—Claro…—asintió, apartando su mano de manera disimulada.
Minji mordió su labio inferior con fuerza y juegueteó un poco con sus dedos antes de seguir hablando. Jisung conocía muy bien esos gestos, confirmando que ella estaba muy avergonzada y a punto de decir algo importante.
—Mira, sé que apenas nos conocemos y que es demasiado pronto…—tomó aire, desviando la mirada hacia todos lados sin detenerse mucho en Minho. Jisung sabía lo que venía y por un momento, su pecho dolió—Pero creo que me gustas—finalizó directamente, evitando darle tantas vueltas.
Minho estaba pasándola mal, no podía creer que otra vez, estaba pasando por algo así con alguien que le agradaba porque eso significaba que las cosas iban a ponerse incómodas entre los dos. Trató de ser paciente y con la mayor amabilidad del mundo habló:
—No puedo corresponderte de la misma manera—la rechazó de una sola vez sin palabras dulces. Ya varias veces tuvo que hacer lo mismo con otras personas y dejó de ser incómodo cuando aprendió a ser directo. Minji frunció los labios en una mueca apenada—Eres linda y me caes muy bien, pero no me gustas y no creo que me gustes en el futuro.
—¿Es porque te gusta alguien más?—preguntó, viéndolo con interés sin verse tan herida—Puedo entenderlo.
—Tal vez ese sea el caso—asintió lentamente en confirmación, soltando un corto suspiro.
Jisung sintió su cuerpo acalorarse de repente y las náuseas empezaron a molestarlo. A Minho le gustaba alguien, estaba confirmándolo y seguramente, ese alguien era Jeongin, se lo dejó en claro el día de su cumpleaños cuando su mayor preocupación era él. El solo pensamiento rompía su corazón una y mil veces más, a pesar de que era algo que veía venir, pero que no era capaz de dar por hecho; de todas formas, no estaba preparado para escuchar que era cierto.
Como pudo corrió hacia el baño, ignorando por completo el fuerte ruido que hizo cuando por accidente se golpeó con uno de los muebles en su camino. Sabía lo que pasaría a continuación y lo mejor era correr hacia el baño de su habitación sin llamar mucho la atención, alejándose de una vez por todas de esa conversación que no debió escuchar desde el principio.
Minho y Minji vieron hacia el interior de la casa a través de los ventanales cuando escucharon el fuerte ruido, interrumpiendo la conversación.
—¿Escuchaste eso?—Minji se acercó al borde y revisó qué había sido, pero no le tomó más importancia cuando se aseguró de que todo estaba en orden—A lo mejor solo fue Sunoo jugando por ahí—rió con timidez, tratando de mejorar la tensión entre los dos.
—Lo mejor es que vayamos con los demás… De seguro, Jisung ya despertó—sugirió, caminando hacia la puerta.
—¿Es Jisung?—preguntó Minji con un poco de temor, pero al mismo tiempo con mucho interés—Yo creo que a él le gustas y no creería que sea algo raro que a ti te guste también.
Minho se giró a verla por unos cortos segundos mientras analizaba sus palabras y luego vio de nuevo hacia la puerta sin darle una respuesta, ignorándola como si no le hubiera dicho nada. Posiblemente estaba siendo grosero, pero no iba a responder nada más en cuánto a eso, manteniendo en mente sus palabras.
Minji entendió que Minho no se lo diría, así que no insistió con el tema y se guardó para sí misma lo que quería decir, dando por hecho que Minho era alguien imposible para ella y que siempre lo sería.
[🌷]
Cada vez que iba al baño a vomitar, Jisung veía con temor hacia el interior del inodoro, rogando por no ver sangre o algo que le diera a entender que estaba realmente jodido. Un suspiro de alivio se escapó de sus labios cuando no había nada fuera de lo normal, tiró de la cadena e hizo lo posible por no ser demasiado obvio. Su nariz y mejillas rojas delataban sus lágrimas, así que esperaría hasta sentirse más tranquilo.
Cada vez era más complicado, ser correspondido era imposible ahora. Claro que sabía que obtener el amor de Minho era una idea muy inalcanzable, algo que perdió desde el momento en el que Minho decidió ya no amarlo, pero tenerlo cerca lo reconfortaba de alguna manera, guardando esa pequeña esperanza latente en su corazón de que podría salvarse y llevar el rumbo de su vida hacia otro lado menos devastador.
Pero Minho no sabía lo enamorado que Jisung estaba, mucho menos sabía que el tiempo se reducía con cada día que pasaba.
—Solo haz como que nada pasó, olvida lo que dijo Minji, olvida lo que respondió Minho…—se dijo a sí mismo, apoyándose contra el lavabo sin dejar de verse en el espejo, tragándose una vez más el nudo en su garganta.
Con eso en mente, salió del baño y bajó hacia el comedor en donde ya todos estaban tomando asiento para desayunar. En silencio, Jisung se sentó en uno de los extremos sin prestar mucha atención a su ruidosa familia, en su lugar, mantuvo la vista fija en los cubiertos frente a él que ya estaban acomodados.
—Buenos días—Minho susurró a su lado con una leve, pero notoria sonrisa.
Jisung se sorprendió, creyendo que tal vez, Minho querría sentarse en otro lado. Sonrió también.
—Buenos días.
—¿Dormiste bien?—preguntó, manteniendo la voz baja en una plática más íntima de lo que debería de ser—Ya sabes, porque dijiste que no tenías mucho sueño—aclaró.
—Oh…—Jisung se giró un poco para verlo y su cercanía lo puso nervioso—Si, dormí muy bien—asintió, su estómago revolviéndose ante el recuerdo de como amanecieron esa mañana—¿Y tú?
—Perfectamente—respondió cortamente. Jisung lo vio fijamente—Sunoo fue a despertarme porque quería que lo llevara a la tienda—negó un par de veces con la cabeza y rió—Habría preferido dormir un poco más.
Jisung no sabía cómo tomar aquello, ¿Minho también se dio cuenta o cuando él despertó ya estaban en otra posición?
No iba a preguntar, así que se quedaría con la duda.
—Sunoo es así—rió también.
La conversación terminó ahí, susurrar de esa manera frente a su familia podría traer malos entendidos.
A Minho no le importó, no estaba al tanto de si los demás estaban viéndolos, él solo quería conversar un poco con la intención de descubrir cómo seguían las cosas entre ellos.
Fue un alivio confirmar que todo estaba considerablemente bien.
—Esta vez haremos lo que quieras—Minho se ofreció cuando el desayuno terminó—La última vez me dijiste que no pasamos mucho tiempo juntos.
—Uhm, no—rió apenado—No es necesario—se negó—Creo que Minji o Yuna querrán pasar tiempo contigo, creo que les gusta cuando vienes.
—Pero yo quiero que tú y yo pasemos tiempo juntos.
—¿Seguro?—preguntó tímido, sin saber cómo tomar su decisión.
—Sí.
No te ilusiones, se recordó a sí mismo sin dejar de ver a Minho, se comporta así porque quiere tu perdón, hizo conciencia, haciendo lo posible por no dañarse más de lo que ya estaba.
—Está bien—accedió, emocionado y con el corazón roto.
[🌷]
Jisung estaba más relajado que hace un par de días atrás, pero regresar a su vida cotidiana lo mantenía en una constante incertidumbre, llenándose de preguntas: ¿Jeongin estaría esperando por Minho? ¿Minho dejaría de hablarle otra vez? ¿Minho realmente quería enmendar sus errores?
Todas eran alrededor de lo mismo, dándose cuenta de que mientras Minho siguiera ahí, no tendría descanso.
El camino de regreso en auto fue tranquilo, cortas conversaciones los mantuvo entretenidos hasta que por fin llegaron a la ciudad. Jisung tomó una siesta poco tiempo antes de llegar a su edificio de departamentos y Minho tuvo que despertarlo para avisarle que ya estaban en casa.
Bajaron sus cosas del maletero y se dirigieron hacia el elevador, viéndose casi obligados a decir algo para romper el hielo.
—Gracias por traerme—dijo Jisung primero, notando la lentitud con la que el elevador subía.
—No es nada—respondió Minho.
Jisung todavía no podía acostumbrarse a esa personalidad de nuevo, no podía ser real en tan poco tiempo; quería estar equivocado, pero tenía el presentimiento de que no iba a durar mucho.
El elevador sonó, anunciando que habían llegado a su piso, las puertas se abrieron y fruncieron el ceño al ver una pila de cajas amontonadas a un lado de la puerta de Jisung.
—¿Alguien se está mudando a tu departamento?—preguntó Jisung más para sí mismo, pero lo suficientemente audible para Minho.
—No creo, Chan no me ha dicho nada—revisó rápidamente su celular y se asustó un poco al ver algunas llamadas perdidas de su compañero de piso—Bueno, parece que Chan si llamó—murmuró, ahora más preocupado.
Caminaron a través del pasillo y se detuvieron en la puerta de Minho que estaba entre abierta. Minho la empujó para hacerse paso dentro de su departamento y de manera automática, su mentón se apretó y sus manos se cerraron en puño alrededor de la correa de su mochila.
Jisung no entendió su reacción hasta que entró al departamento también, parándose a su lado. Y fue entonces que se dio cuenta de que las cosas iban a cambiar un poco, y no para bien, especialmente para Minho.
—¡Minho! Estaba esperándote, tu amigo Chan dijo que vendrías pronto así que me quedé.
—Mingi—dijo entre dientes y sin dejar de verlo con seriedad.
—Y vienes con Jisung—se inclinó un poco para mirarlo—Hola Jisung—saludó con una amplia sonrisa, cosa que a Minho no le gustó.
—Hola, Mingi—saludó Jisung de regreso, desconcertado.
—Al parecer fue buena idea venir—Mingi se levantó del sofá y se detuvo frente a Minho, viendo a Jisung con una mirada coqueta—Moría por verte, Jisung.
El castaño sintió sus mejilla calentarse, nervioso y sin saber cómo responderle porque se supone que según Mingi, Minho y él eran novios. Fingir algo así otra vez iba a ser difícil con Jeongin de por medio.
Minho nunca había odiado tanto a su primo como ese día, el día en el que decidió mudarse a su departamento y complicarle las cosas más de lo que ya estaban.
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Ay no, de verdad no era mi intención que la historia se alargara, pero ya casi llegamos a la recta final. Espero que les guste💞
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