Jisung no está
Cuando Jeongin llegó con las bebidas, se extrañó por no encontrarlo en donde lo vio por última vez hace apenas unos minutos, lo buscó con la mirada y en su lugar, se encontró con que Hyunjin estaba ahí a pocos metros de él.
Frunció el ceño levemente, preguntándose si realmente, Hyunjin había ido a la fiesta porque Jisung lo invitó, o porque simplemente llegó a buscarlo. Dejó las bebidas en algún mueble de la sala y con pasos decididos se acercó hacia el más alto, dispuesto a obtener una respuesta.
—¿Qué haces aquí?—fue lo primero que dijo al estar cerca, llamando su atención.
—Jeongin—Hyunjin sintió su estómago cosquillear al escuchar su voz.
—Pensé que Jisung ya no te importaba—entrecerró los ojos hacia él, viéndolo ponerse nervioso de repente.
Hyunjin relamió sus labios en clara señal de nerviosismo, intimidado por su tono de voz tan acusador.
—¿Podemos hablar en otro lado?—preguntó apenado bajo la mirada de las personas a su alrededor.
Jeongin guardó silencio y se dirigió a otro espacio de la casa en donde la música no fuera tan molesta y no hubieran tantas personas que pudieran escucharlos.
—¿Y bien?
—Jisung no me importa, me porté como un idiota con él y quería hacer las paces...
—Entonces si te importa—se cruzó de brazos.
Hyunjin suspiró—Lo siento—se disculpó, no queriendo entrar en ningún tipo de discusión para no molestarlo ni hacerlo pasar un mal rato—Quizás debería irme—agachó la mirada un tanto apenado—No venía con la intención de acercarme a ti, me dejaste en claro que debo tomar distancia.
La expresión de Jeongin se suavizó y dejó caer sus brazos a sus costados. Mordió su labio inferior, guardándose lo que quería decirle porque no estaba seguro hacia donde lo llevaría ceder a sus impulsos y sus sentimientos por Hyunjin. Claro que no le gustaba verlo triste, pero no podía dejar atrás lo que había pasado.
En medio del silencio del menor, Hyunjin decidió darse la vuelta e irse sin algo más que decir. Jeongin se quedó en su lugar, viéndolo desaparecer entre las pocas personas hasta que lo vio salir de la casa. Quiso seguirlo y hacerle saber que no lo odiaba, que necesitaba más tiempo para aclarar lo que sentía y así poder darle una respuesta definitiva en cuanto a su relación, pero todas sus ideas desaparecieron cuando vio a Jisung bajar del segundo piso con prisa y con una expresión herida. Se preguntó qué pudo haber pasado y obtuvo su respuesta momentos después cuando vio a Minho bajar del segundo piso también, llevándolo a la inmediata conclusión de que habían estado juntos y que algo había pasado.
Jeongin sabía que había algo inconcluso entre Minho y Jisung, algo de lo que no sabía en su totalidad. Minho amó a Jisung, eso lo sabía perfectamente, pero después de la operación se suponía que nada de eso volvería.
Pero algo muy en el fondo de él sabía que tal vez, podría ocurrir otra vez.
[🌷]
—Sabes que lo que hiciste no estuvo bien—Chan suspiró y lo miró con decepción después de que Minho le contara lo que había sucedido antes de que Jisung se fuera—Estás haciendo que se confunda y lastimando sus sentimientos.
—Él hizo lo mismo conmigo—respondió Minho en un inútil intento de justificarse.
—Sabes que no fue a propósito.
—Aún así—desvió la mirada, sabiendo que Chan tenía razón. Suspiró sonoramente—Lo hice llorar—estaba apenado y arrepentido.
—¿Eso te hizo sentir mejor?
—No—fue sincero—Odié verlo llorar otra vez por mi culpa.
—Lo sé, lo sé porque tú no eres malo—Chan le habló con suavidad, tratando de comprenderlo y hacerle entender que no era necesario ser cruel—Tal vez todo el tema te haya hecho pensar que de alguna manera, Jisung merece sufrir, incluso yo lo pensé, pero después entendí que no fue su culpa.
Minho guardó silencio, analizando toda la situación. A lo mejor, Chan tenía razón, Jisung no merecía nada de lo que estaba recibiendo de su parte y estaba actuando con toda la mala intención del mundo cuando tiempo atrás, fue él el que se enamoró de alguien que amaba a alguien más.
Pero si era así, ¿por qué le costaba tanto aceptarlo? Quizás solo seguía molesto porque tuvo que sufrir tanto y a pesar de sus intentos, Jisung nunca lo notó; aunque eso seguía sin ser su culpa, no podía obligarlo a quererlo cuando las reglas entre ambos eran claras.
—No sé cómo disculparme—dijo finalmente, concluyendo en que no podía seguir con su actitud tan agresiva y cruel con Jisung.
—No importa como lo hagas, solo debes ser sincero, estoy seguro de que Jisung entenderá si se lo explicas.
—¿Y si no? No quiero quedar como un idiota.
Chan rodó los ojos y frunció levemente el ceño.
—Primero, deja de ser tan egocéntrico y orgulloso—lo regañó—Está en su total derecho si decide no hacerlo, pedir disculpas es tener en mente también que la otra persona puede negarlas.
—Bien—murmuró, moviendo su pierna con impaciencia.
—Entonces, ¿en serio quieres disculparte?
La pesada y directa mirada de Chan estaba sobre él, casi empujándolo a decir que si. Revisó en su interior, pensando en qué tan seguro estaba de tener la iniciativa, de cambiar todo con tal de que Jisung estuviera bien, con tal de no verlo llorar otra vez debido a su falta de tacto y por su crueldad.
¿Qué tan importante era eso para él?
—Si...
—Entonces ve y habla con él.
—Quieres decir, ¿ahora?—quiso huir o poner algún tipo de excusa cuando Chan asintió con obviedad—Debo pensar primero en qué voy a decirle—intentó zafarse, pero Chan lo vio con desaprobación. Suspiró rendido—Bien, iré ahora—se puso de pie y se dirigió hacia la puerta.
—Luego me dices como te va—le sonrió con orgullo.
Minho negó lentamente con la cabeza, diciéndose varias veces que eso podría terminar mal, algo muy dentro de él sabía que habían posibilidades de que acercarse a Jisung otra vez traería consecuencias. Sin embargo, ahí estaba, siendo guiado por la culpa y el remordimiento, apunto de pedirle disculpas al chico del que un día se enamoró y al que tanto estuvo lastimando.
Tocó la puerta un par de veces y en cuestión de segundos, logró ver a Félix al otro lado. Su expresión era seria, era así como lo veía últimamente aunque en realidad, no tuviera problemas con él; al menos no problemas directos.
—Sabes que estoy molesto contigo y no te llevas bien con Jisung, así que dime qué haces aquí—Félix fue un poco brusco, quedándose bajo el umbral de la puerta sin abrirla totalmente.
—De hecho, quiero hablar con Jisung—intentó no ponerse a la defensiva, no necesitaba más problemas con las personas que lo rodeaban—¿Puedes decirle que estoy buscándolo?
—No puedo—negó con la cabeza, relajándose un poco.
—No creo que quiera responder mis llamadas o mensajes—Minho confesó, apenado sin explicar las razones—Por eso vine personalmente.
Félix entrecerró los ojos hacia él y lo vio con sospecha, curioso sobre el porqué, ahora Minho parecía menos hostil y más tranquilo de lo que normalmente era.
—Jisung no está—dijo finalmente, cruzándose de brazos y apoyándose contra el marco de la puerta.
Minho vio la hora en su reloj, preguntándose porqué Jisung había salido tan temprano en un sábado por la mañana.
—¿Sabes como a qué horas vas a regresar?
—En un par de días, dijo que vendría en un par de días.
—¿A dónde fue?
—No tengo idea—se encogió de hombros, soltando un corto suspiro—Cuando desperté, él ya se había ido. Solo recibí un mensaje diciendo que no me preocupara y que estaría bien.
—¿Y tú le creíste?—un poco preocupado, Minho sacó su celular, revisándolo una vez más.
—Tengo un gran presentimiento de que esto es tu culpa—Félix dijo entre dientes—Algo pasó ayer en la fiesta, ¿no es así?
—No realmente—mintió otra vez, relamiendo sus labios con nerviosismo bajo esa mirada tan dura—No responde las llamadas—murmuró para sí mismo, pero Félix alcanzó a escucharlo.
—Claro que no, tonto—rodó los ojos, molesto—Estoy seguro de que lo que menos quiere ahora es que lo molesten, en especial tú.
—Gracias por nada—dijo también entre dientes y se dio la vuelta, regresando a su departamento.
Félix negó con la cabeza en desaprobación y cerró la puerta de su departamento, manteniendo su palabra de no decirle a nadie en donde su mejor amigo se encontraba. Todavía no sabía qué había pasado y tampoco insistió en saberlo, le daría su tiempo a Jisung.
Minho cerró la puerta de un portazo, haciendo sobresaltar a Chan quien se encontraba tranquilamente leyendo algo en su celular. Miró sobre su hombro y se encontró con un intranquilo Minho.
—¿Eso fue todo? No te fuiste ni cinco minutos.
—Jisung no está—respondió sin mirarlo—Pero creo saber a donde fue.
—¿Irás a buscarlo?—casi rió por la sorpresa, dejando su celular a un lado de manera despreocupada para prestarle atención al pelinaranja.
—Si—respondió sin dudarlo—Necesito tu auto.
—No sé si es buena idea.
—¿Es demasiado si voy a buscarlo solo por una disculpa?—se detuvo a mirarlo, teniendo muy en cuenta que si Chan decía que estaba siendo demasiado, entonces se detendría y esperaría.
—Hazlo si eso es lo que quieres—animó, formándose en sus labios una media sonrisa.
Minho simplemente asintió, siendo ese su último empujón para ir sin ningún tipo de dudas. Se metió a su habitación y llevó consigo una mochila, tomó las llaves del auto de Chan y salió del edificio de departamentos, dispuesto a arriesgarse y buscarlo sin estar seguro de donde estaba.
Tenía un leve presentimiento, conocía a Jisung y quería creer que el tiempo que compartieron juntos era suficiente para encontrarlo en el lugar correcto.
[🌷]
Condujo un poco más de una hora, tuvo el tiempo suficiente para dar la vuelta y regresar, pero mientras más lo pensaba, más cerca estaba de su destino hasta que detuvo el auto afuera de aquella gran y rústica casa, dejándolo sin más tiempo.
Ahora sí que no había vuelta atrás.
Apretó con sus dedos el volante, teniendo la mirada fija al frente, dejando por fin su guerra interna. Respiró hondo y exhaló, bajándose del auto segundos después antes de ponerse lo suficientemente nervioso como para irse.
Tocó suavemente la puerta, como si no quisiera que lo escucharan y fuera una excusa para irse, pero en cuestión de segundos, alguien al otro lado lo atendió. Esbozó una amplia sonrisa, rogando que Jisung estuviera ahí porque de no ser así, se sentiría avergonzado por llegar sin otra razón.
—¡Minho, que sorpresa que estés aquí!—la mujer se acercó a abrazarlo sin dejarlo responder.
—Señora Han—sonrió, rodeándola también con sus brazos en forma de saludo.
—Jisung no dijo que vendrías—frunció levemente el ceño al separarse.
—Él no sabe que vine—rió nervioso, jugueteando casualmente con la correa de su mochila—¿Jisung está aquí?—preguntó tímido y casi en voz baja, pero muy atento a su respuesta.
—Si, vino hace unas horas—asintió alegre—Ven, pasa—se hizo a un lado y lo dejó entrar—De seguro anda por ahí con Sunoo, los vi hace ratos. Siéntete libre de buscarlos donde quieras—le dijo con amabilidad, haciéndolo sentir seguro y tranquilo—Por cierto, ¿vas a quedarte también?
—Uhm, no lo sé...
—Bueno, si decides quedarte puedes dejar tus cosas en la misma habitación de la última vez, Sunggie también se quedará.
—Gracias—asintió.
La señora Han sonrió una última vez y se dirigió hacia la cocina, dejando a Minho en el inicio de las escaleras. Suspiró para calmar su nerviosismo y subió hasta la habitación, encontrándose con una pequeña mochila y ropa tirada en la cama. Rió un poco por el desorden y dejó sus cosas a un lado de las de Jisung.
Pensó un poco sobre a donde debía empezar a buscar primero, decidiéndose con empezar en el patio trasero. Mientras bajaba las escaleras podía escuchar algunas risas en el exterior, causándole cierta ansiedad por tener que saludar a tantas personas, sintiéndose más nervioso que la primera vez los conoció, pero la diferencia era que ahora, Jisung no estaba con él.
Tras una respiración profunda, abrió la puerta que conducía al patio trasero, obteniendo la mirada de los presentes que dejaron de hacer lo que estaban haciendo durante unos segundos para mirarlo. Claro que, la sensación fue un poco abrumante, pero se esforzó por dar su mejor sonrisa y no lucir tan asustado.
—¡Minho!—Minji se quitó los guantes que estaba utilizando para la jardinería y los tiró a un lado, acercándose con pasos rápidos hacia el mayor—Jisung no dijo que vendrías—limpió un poco de la tierra en su rostro y le sonrió—¿Vas a quedarte? Di que si~
—Hola, Minji—le sonrió amablemente, recordando que existía la posibilidad de que esa chica se sintiera atraída por él—Todavía no sé si voy a quedarme—dijo con sinceridad, porque si Jisung decidía echarlo, no haría nada por insistir, simplemente se iría—De hecho, estoy buscando a Jisung, ¿lo has visto?
—Mmm, hace rato pasó por aquí con Sunoo, dijo que iría a caminar—se encogió de hombros—Probablemente estén en el río.
—Entonces empezaré por ahí, gracias.
Minji asintió varias veces y soltó un suspiro sin dejar de verlo, pensando en lo atractivo que era y en lo emocionada que ahora estaba con su presencia.
Minho saludó cortamente a los demás integrantes de la familia, la mayoría dándole un abrazo que fue extraño, pero cálido al mismo tiempo. Cuando por fin terminó, se encaminó hacia el montón de árboles que llevaban hacia el río. Agradeció mentalmente que habían pequeños senderos por donde caminar para no perderse, escuchando cada vez más cerca el sonido del agua chocando con las piedras. Una sensación de nostalgia llegó a su pecho sin previo aviso, recordando muy bien que la última vez que habló con Jisung en ese lugar, la plática había sido particularmente dolorosa para él.
Agradecía no sentir ese dolor ahora.
Detuvo sus pasos cuando a lo lejos, cerca de la orilla vio a Jisung agachado frente a Sunoo, parecía que estaban hablando, pero al acercarse un poco más, pudo notar que Jisung estaba con los ojos cerrados y con una pequeña sonrisa en sus labios, dejando de Sunoo acomodara pequeñas flores moradas en su cabello, haciendo un lindo contraste con su tono castaño.
—Y... ¡Ya está!—exclamó Sunoo emocionado—Ahora si, tu pelo se veas bonito.
—¿Dices que antes no era tan bonito?—fingió indignación Jisung, haciendo reír al más pequeño.
—No dije eso—negó varias veces—Dije que-
Sunoo dejó de hablar cuando notó la presencia de Minho, dando un pequeño salto hasta llegar al pelinaranja. Jisung lo siguió con la mirada un poco confundido y al darse cuenta de lo que se trataba, sintió una horrible pesadez en el pecho junto a un revoltijo en su estómago, poniéndose tenso de manera inmediata.
—¡Mira, tío conejo está aquí!—abrazó con sus cortos brazos a Minho sin poder alcanzarlo en su totalidad.
—Hola Sunoo—saludó también Minho, revolviendo su cabello de manera juguetona que lo hizo reír.
Jisung se puso de pie y se quedó quieto en su lugar sin dejar de verlos, sintiendo la punta de sus dedos cosquillear ante el nerviosismo. ¿Qué mierdas hacía Minho ahí?
—Sunoo, regresa con la abuela, en un momento llego, ¿está bien?
—¿Es porque quieren hablar cosas de grandes?—preguntó inocente, viéndolos a ambos con curiosidad.
Jisung rió—Así es, así que regresa a la casa.
Sunoo hizo un puchero y asintió sin quejarse, sabiendo muy bien que nunca lo dejaban escuchar las cosas de adultos y que era inútil insistir para quedarse.
—Bien—suspiró—¡Nos vemos en la casa!—les dijo a ambos y se fue a paso rápido otra vez hacia el sendero que lo llevaría de regreso.
Jisung estaba tan sorprendido que no sabía qué decir, desvió la mirada varias veces con tal de no toparse con los ojos de Minho, sintiéndose fuera de lugar porque estaba en su casa, con su familia, tratando de despejarse un poco de todo eso, y que justo Minho fuera a buscarlo ahí era bastante chocante.
—¿Por qué estás aquí?—Jisung preguntó primero con un poco de seriedad.
—Félix dijo que saliste esta mañana y que regresarías en un par de días—dio unos cuantos pasos hacia el menor sin invadir su espacio.
—¿Félix te dijo que estaba aquí?
—No, lo supuse—respondió, haciendo una nota mental sobre lo mentiroso que era Félix al decirle que no sabía nada de Jisung.
—Recuerdo haberte dicho que no quería hablar contigo—su voz salió más baja de lo que le habría gustado, siéndole imposible demostrar indiferencia cuando en realidad se sentía triste.
—Pero yo si contigo.
Jisung se sintió levemente molesto, arrugando el entrecejo.
—¿Qué es tan importante que tuviste que venir hasta aquí? Solo tenías que esperar.
—Iba a esperar, pero Félix dijo que no sabía en donde estabas y sobrepensé demasiado—dijo con mucha sinceridad, demostrando su preocupación al no obtener ningún tipo de señales de su parte, creyendo que en realidad, Félix no sabía nada y que de alguna manera, Jisung se había fugado para no regresar—Si me hubiera dicho que estabas bien, habría esperado.
—Aún así, tú ni siquiera me quieres cerca, no es como que haya mucha diferencia para ti si no estoy—su voz se apagó—¿Por qué estás aquí?—repitió, listo para escuchar cualquier tontería fría que viniera de su parte, aunque a decir verdad, llegar hasta ahí solo para lastimarlo ya era demasiado.
Minho relamió sus labios sin encontrar las palabras adecuadas para empezar. Durante un buen rato, mientras conducía pensó en un buen discurso, algo que sonara convincente, y claro que lo tenía, pero ahora, estando frente a él, las palabras simplemente no parecían lo suficientemente buenas, así que por más que rebuscó, no pudo pensar en nada mejor que un simple:
—Lo siento—soltó luego de un par de minutos en silencio. Jisung ladeó un poco la cabeza un poco confundido—Lamento lo que pasó en tu cumpleaños, no quise hacerte llorar.
Jisung pestañeó varias veces y no apartó la mirada, esperando que dijera algo más porque desde su perspectiva, Minho lucía como si quisiera decir algo más, pero le estaba costando.
—Bueno...
—También lamento haberte tratado tan mal durante todo este tiempo—interrumpió, soltando un leve suspiro—Estaba molesto, pero no fue tu culpa, que no me amaras como yo lo hacía no era tu culpa... La decisión fue mía y creí que merecías sentirte mal por lo que me pasó, como un castigo por no amarme.
Jisung mordió con fuerza su labio inferior, sintiéndose tan triste y enojado como conmovido, ¿por qué nunca se lo explicó? Habría tratado de entenderlo; nunca supo exactamente qué tan mal Minho se sintió mientras estaba enamorado; supuso que bastante, él lo sabía de primeras, pero aún así, no podía evitar sentirse ciertamente culpable y bastante ofendido por hacerlo pasar por tanto por un resentimiento del que no sabía.
—El día de la cirugía quise hablar contigo y fue muy tarde—sollozó cortamente, tomando respiraciones profundas para no llorar—Ese día me di cuenta de que ya no amaba a Hyunjin—reveló, siendo la primera vez que lo admitía frente a él—Sé que ahora no importa, pero me habría gustado decírtelo antes. No sabía que me amabas y lamento tanto no haberme dado cuenta antes.
Ante esa verdad, Minho no sabía muy bien como debía sentirse. Estaba seguro de que no había decepción alguna, ni tristeza, ni nada que lo atara emocionalmente a Jisung, pero de alguna manera, logró tener un efecto que lo hizo arrepentirse por un breve momento de su decisión.
—Perdón por todo, Jisung—Minho finalizó, negándose a darle paso a otros sentimientos que no debían estar ahí.
Jisung asintió y se dio la vuelta con la vista hacia el río, escondiendo sus lágrimas una vez más. Estaba cansado, los vómitos constantes y el cansancio físico que eso le provocaba estaban afectándole más de lo que creía. Limpió las lágrimas que lograron salir y volvió a respirar profundamente, pestañeando varias veces para quitar las lágrimas que se acumularon en sus brillantes ojos.
Minho caminó un poco hasta alcanzarlo, de manera automática tomó su muñeca y lo hizo girarse nuevamente hacia él. Jisung no hizo nada por apartarse o por alejarse de su toque y se le hizo imposible no llorar cuando Minho lo atrajo a su cuerpo para darle un abrazo.
Las lágrimas mojaron sus mejillas sin ningún tipo de temor, recostó su mejilla sobre su hombro y se permitió llorar hasta que su nariz se volvió y sus ojos ardieron.
¿Por qué el dolor en su pecho seguía sin irse después de llorar tanto? Creyó que sacándolo podría sentirse más tranquilo, pero la sensación de vacío seguía demasiado presente.
La nostalgia volvió a golpearlo, Minho no recordaba como era abrazar a Jisung en silencio, no recordaba como era sentirlo tan cerca y consolarlo. Sin soltarlo, acarició su cabello con cuidado para no desarreglar las bonitas flores moradas que Sunoo le había puesto momentos antes, permitiéndose a sí mismo admitir que se veía lindo y bastante adorable.
—¿Viniste hasta aquí para pedir disculpas?—Jisung sorbió su nariz y limpió sus ojos cuando se alejó.
—Eso parece—respondió en voz baja.
Jisung no quiso elevar sus ilusiones, pero era inevitable cuando Minho hacía algo así. A pesar de que estaba conmovido y emocionado por tal acción, Jisung decidió que no se dejaría llevar solo por sus palabras; necesitaba comprobarlo con acciones.
Por su parte, Minho, al no obtener una respuesta que le asegurara que Jisung había aceptado sus disculpas, supuso que debía demostrar que en realidad, haría el intento de ser su amigo. Debía trabajar consigo mismo y dejar a un lado de una vez por todas lo que tuvo que hacer para sobrevivir, porque después de todo, había sido su decisión.
Aunque ahora, no podía dejar de pensar en el hecho de que si hubiera esperado un poco más, tal vez, en ese momento, su historia con Jisung habría sido muy diferente y sin dolor de por medio, lo cual lo llevaba a pensar más profundamente en que, ¿qué tantos sentimientos tenía Jisung por él?
Temía preguntar y en definitiva, no lo haría.
—Voy a quedarme un poco más aquí—avisó Jisung, interrumpiendo sus pensamientos—Puedes regresar con los demás o si deseas irte a casa, está bien—tomó asiento, dispuesto a relajarse un rato más frente al ruidoso río.
—Me quedaré contigo...—negó a su sugerencia, sentándose justo a su lado sobre el césped, apartando con sus dedos algunas hojas secas hasta encontrar una pequeña flor amarilla, tomándola cuidadosamente con sus dedos—Las flores en tu cabello se ven lindas—halagó, acomodando la flor que acababa de encontrar tras su oreja—Ahora te ves más lindo—murmuró más para sí mismo que para Jisung, creyendo que no lo había escuchado.
Apartó su mano y se apoyó contra sus palmas, dejando caer su peso en sus brazos en una posición más cómoda para disfrutar del aire fresco que los árboles le proporcionaba.
Las mejillas de Jisung se calentaron y movió la cabeza para dejar de verlo, otra vez con los latidos golpeando contra su pecho. Abrazó sus piernas contra su pecho y descansó su mentón sobre sus rodillas, esta vez seguro de que no podría dejar de amar a Minho.
Amaba a Minho y no haría nada por cambiar ese hecho, aceptando de esa manera que no tenía salida.
[🌷]
Alguien me dio la idea de que Jisung se muera para ponerle drama, ¿pueden creerlo? 😦
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