Cada vez que te veo me hago la misma pregunta, ¿no desapareceras?

Tengo miedo de siquiera levantar la vista por unos segundos, te veo como algo que podría romperse con siquiera el tacto de una pluma de alguna ave, me siento asustado, me siento realmente aterrado. Tengo miedo, ¿Qué puedo hacer?

─Soy más fuerte de lo que piensas ─ me dices con una sonrisa, tal vez leyendo adivinando lo que estoy pensando.

─ ¿Es eso así? No puedo evitarlo, eres tan hermosa que tengo miedo de lastimarte ─

─Mira ─ me dice mientras sujeta mi mano y la lleva hacia su mejilla─. ¿Lo ves? Estoy bien, puedes tocarme cada vez que quieras ─

Yo solo sonrió, no quiero llevarle la contraria, no podría, aunque quisiera.

Te admiro, este sentimiento ahora es más grande que el miedo que había tenido. Eres admirable a pesar de todo, me animas, despejas mi mente de las penumbras y absurdos pensamientos.

Si, eres más fuerte de lo que había pensado.

─Buenos días, hemos venido para llevarla a su siguiente sesión ─ entran un par de mujeres vestidas de blanco y sonriendo amablemente.

La miro, ella a pesar de que tiene tristeza en sus ojos, esboza una sonrisa en sus labios.

─Estoy lista ─

─Cuídenla por favor ─ pido una vez ella es puesta en una silla de ruedas.

─Estará pronto en la habitación, su doctor ha bajado la dosis en la quimioterapia ─

Y aunque una de las doctoras intenta reconfortarme, yo no puedo sentirme mejor. Veo como sale de la habitación, veo como ella es empujada en esa silla de ruedas hacia la sala donde hacen esas quimioterapias, siempre he querido acompañarla, pero ella siempre se niega, dice que no es nada bonito verla con diferentes tubos saliendo de sus brazos.

Lo que ella no sabe es que, a mis ojos, siempre se ve hermosa, pero a la vez tan ligera y tan frágil, como una muñeca de porcelana. Siempre teniendo cuidado de tocarla para no remperla.

Ah, en verdad quiero ir con ella. Quiero reconfortarla en este momento, porque sé que ella suelta algunas lágrimas cuando algunos mechones de su cabello caen sin prejuicios. Se que ella intenta sonreír a pesar de que solo quiere llorar.

Ella es más fuerte de lo que pienso, lo sé, pero no puedo evitar sentir miedo de tocarla, teniendo miedo de que, al hacerlo, ella desaparezca como si se tratara de algo fuera de este mundo.

Ella saldrá de esta batalla y lo sé, mientras ella siga luchando yo lo haré a su lado, no, aun si ella se rinde, yo lucharé por los dos.

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Tal vez no es la sorpresa que se esperaban, pero lo escribí con mucho amor para ustedes.

Es corto, pero espero que les transmita mucho.

Gracias por sus lindas palabras hacia mí, hoy en mi cumpleaños. Muchas gracias.