40
Min Yoongi, conocido en las calles como «Isilo»; un hombre de un metro setenta y cuatro con mirada felina, delgado y piel blanquecina. Un sujeto que sin duda hacía temblar a cualquiera que se cruzara en su camino. Si alguien lograba sostenerle la mirada el suficiente tiempo, en sus ojos se podía ver cuanta historia había detrás de ellos; desde la forma en erguir su espalda ante una amenaza, hasta aquellas pequeñas y descaradas cicatrices alrededor de su cuerpo. Aquel que en una ocasión prometió cuidar con su vida a un grupo de chicos que ni siquiera conocía, el mismo grupo de chicos que ahora esta parado frente a él. Recordándole que, a pesar de que pase el tiempo, siempre se verá involucrado con ellos; con su pasado.
Y, pese a que, en otra ocasión hubiese irradiado felicidad de tenerlo en frente, las circunstancias que lo tienen frente a él, es la excusa perfecta para avanzar hasta el castaño de sonrisa cuadrada y estrellar su puño contra su pómulo derecho. Los recuerdos de aquel día del funeral, lo invaden con brutalidad cegando por completo su sentido común; la forma en que Taehyung apareció ese día, ebrio, repitiendo una y otra vez que aquella chica, que se encuentra detrás de él, había muerto por su culpa. Pero una vez más, todo fue mentira.
Al final, solo podía confiar en Jimin y Namjoon, porque al parecer todos a su alrededor sabían que ella estaba viva, y nadie tuvo el coraje de decirle la verdad; de mirarlo al rostro, aquel que había destruido a causa del alcohol, y decirle que ella no había muerto. Pues lo entiende, después de haberlo hablado con Yeonsoo, lo entiende.
Tal vez, si las cosas hubiesen sido diferentes, él hubiese hecho exactamente lo mismo que la pelinegra. Por eso ahora se encuentra golpeando con brutalidad al castaño; porque a pesar de haber cerrado ese capítulo con Yeonsoo, sus tres amigos que se encuentran frente a él, solo desaparecieron cuando más los necesitaba.
Taehyung lo golpea de vuelta, ahora dispuesto a no perdonar nada de Yoongi. Sin embargo este es más rápido y vuelve a abalanzarse sobre el castaño; golpea con fuerza su nariz provocando que estalle en sangre, y posteriormente tomar su cabeza y estrellarla contra su rodilla. Taehyung cae al suelo adolorido, gruñendo por lo bajo; empero, Yoongi no estaba dispuesto a dejarlo ir tan fácil, no después de tanto tiempo sintiendo culpa respecto a lo sucedido. Por eso avanza a él, de nuevo, y patea su estómago.
-No importa cuánto lo golpees, los hechos no cambiarán. -Yeonsoo se interpone entre un furioso Yoongi y un muy mal golpeado Taehyung.
-¿Te interesa entrar en el departamento de crímenes violentos, joven? -menciona el teniente, con una amplia sonrisa en el rostro.
Yoongi lo mira en una mezcla de enojo y confusión, sin embargo ni siquiera puede procesar lo que dijo, pues Taehyung se levanta del suelo dispuesto a no dejarlo ir incólume; golpea su puño contra el rostro del pelinegro, desestabilizándolo. Yeonsoo, cansada de las peleas, decide golpear de vuelta a Tae, para así hacerlo entrar en razón, y aunque en otra ocasión no se hubiese sorprendido, la manera en que Taehyung estaba dispuesto a devolverle el golpe la ha dejado pasmada. Si no fuese porque Yoongi se interpuso, está segura que aquél golpe, colisionaba en su rostro en vez de el del pelinegro.
-¡Suficiente! -espeta Hoseok, interponiéndose entre los chicos.
El horror se exhibe en el rostro del castaño de sonrisa cuadrada, pues ahora, que tiene sus cinco sentidos intactos, puede ver lo que estaba a punto de hacer de no haber sido porque Yoongi se interpuso; tal vez la historia, cambiaba.
-Jodido imbécil. -Yoongi escupe sangre al suelo.
-¿Ahora escucharás? -El teniente se cruza de brazos cansados. No es novedad para él ver como aquel grupo se destruye solo. Puesto que nunca ha visto amigos así, mucho menos que tomen tantas decisiones erróneas.
-¿Escuchar qué? -Ríe irónico el pelinegro-. ¿Cómo me mintieron durante todo este tiempo? o ¿Las veces que preguntaba por ti y fingías seguir molesto por algo que claramente no es cierto?
-¿Cuando? -susurra Namjoon a punto de un colapso mental.
-Fue tiempo después de que sucediera lo del almacén -responde Seokjin cruzado de brazos.
Se puede notar cuanto ha cambiado, puesto que aquella aura de niño rico e inofensivo, se ha esfumado por completo. Ahora mantiene una postura erguida, los músculos de sus brazos se tensan frente a su pecho. Se aprecia el tiempo en un gimnasio, su cuerpo ha crecido en masa muscular hasta el punto de ser un poco más intimidante que Namjoon; es por eso que nadie habla, ni siquiera se mueven, pues parece que aquél hombre está a punto de soltar sus puños y golpearlos hasta que solo queden cuerpos inertes.
-Jungkook nos lo contó. -Carraspea. Era de esperarse que el filtro mal roto de Jin fuera quien hablara; pues en el pasado, no tenía pelos en la lengua para decir lo que pasaba a su alrededor, y aunque ahora actúa de la misma manera, se puede apreciar el respeto de los demás ante el miedo de que los golpee.
-Eso no me dice una mierda. -Yoongi pasa su mano por su cabello, con desespero.
Lo cierto es que, en aquella ocasión, la primera vez que Yeonsoo viajó a Busan junto a su equipo, ese día en el que fue capturada por un viejo amigo de Hyun, JT, había visto por primera vez a Taehyung, Hoseok y Seokjin. Puesto que los tres chicos, decidieron entrar a la fuerza de policía en aquella cuidad para así no tener que seguir viendo sufrir a su amigo. Al principio, querían golpear a la menuda, querían decirle cuanto la odiaban por lo que estaba haciendo, pero al final, solo terminaron por callar todo. Pues esa noche, Jungkook llegó a su escuadrón en busca de refuerzo que nadie quería brindarle, a excepción de aquellos tres chicos, fue entonces que mientras ellos y su equipo de SWAT se equipaban, el pelinegro de ojos grandes les contó sobre la existencia de la pelinegra.
Luego de que todo saliera, casi a la perfección, Taehyung y Hoseok tuvieron una larga conversación con ella, que no dejaba de abrazar a Jin. A ellos dos los unía un suceso mucho mayor a los demás, y eso no se podía comparar, era la misma razón por la que Seokjin no dejaba que aquellos dos chicos le gritaran como en realidad querían hacerlo.
Al principio se sintieron confundidos y triste, puesto que recordaban el deterioro de Yoongi ante la muerte de ella, y de no ser porque Jimin le contó a Hoseok que estaban por abrir un bar, y que Yoongi había vuelto a la normalidad, están seguros de que no hubiesen aguantado tanto tiempo en silencio.
-Puedo contarte todo a detalle. -Suspira Hoseok-. Pero eso no cambia nada.
-Es una puta mierda. -Namjoon intenta avanzar hacia Hoseok, pues se siente traicionado por aquellos chicos.
Sin embargo, Seokjin se interpone, no está dispuesto a dejar que comience una nueva pelea. Es suficiente, sin mencionar que hay problema mayores que ellos mismos.
-No soy el mismo chico, Namjoon -suelta Jin, con la voz enronquecida-. No me provoques.
-Nos iremos de sus vidas y fingiremos que esto nunca pasó. -Taehyung limpia la sangre de su nariz con una gasa proporcionada por una enfermera. Pues habían perdido la noción de donde se encontraban, y de no ser porque el teniente les prohibió intervenir, aquellos hombres de seguridad, ya hubiesen sacado al grupo del edificio-. Lo haremos en cuanto atrapemos a Ghots, y ni siquiera lo hacemos por ustedes, es nuestro trabajo y Hunter nuestra compañera.
-No te atrevas a mencionar su nombre -escupe Namjoon, arrebatado.
-Si tanto te afecta, deberías estar ayudándonos a atrapar aquel hijo de puta, en vez de golpearnos -vuelve a interferir Jin, con la voz ronca.
-Yoongi... -susurra Yeonsoo e intenta llegar al pelinegro. Este retrocede consideradamente, sin embargo.
-Te amo, tanto para obviar toda esta mierda -murmura intentando calmar su acelerado corazón-. Pero ahora mismo estoy tan enojado contigo por mentirme. Así que, por favor, no me hables ahora.
La pelinegra se muerde la mejilla interior y asiente. Sabía que ocurría eso, y aunque está consciente de que Yoongi no le está diciendo que se vaya de su vida, es claro que necesita su espacio para pensar y procesar todo lo que ocurre.
-Necesito el expediente de Hunter. -Jin se gira sobre su propio eje y le tiende su mano al doctor, que se encuentra petrificado ante lo sucedido. El hombre tarda un momento en reaccionar, y para cuando lo hace, le tiende la carpeta amarilla con la mano temblorosa.
Seokjin comienza a leerla serio, sin atisbo de humanidad en su rostro. Como si aquellas cosas sucedieran todos los días, es por eso que Namjoon retrocede contemplando a todos los presentes. No son los mismos chicos que se juntaban en un almacén a beber, no son ni de cerca lo que solían ser, y eso lo aterroriza aún más. No tiene idea de quienes son los sujetos frente a él que intentan atrapar a un asesino serial.
-Con ella usó otros métodos -habla directo a Hoseok, que toma algunas hojas para leerlas a detalle-. No es normal, ha cambiado de patrón.
-¿Están en broma? -Yoongi ríe seco-. ¿Hablarán de patrones en vez de buscar a Ghots?
-Min. -Taehyung se cruza de brazos y sonríe malicioso, es claro que no tiene intención alguna de hacer las paces con su viejo amigo-. Mientras tu cocinabas fideos, nosotros estudiamos tanto para memorizarnos cada conducta de los criminales. No te metas, y sigue jugando con tu cocinita que te va mejor.
Yoongi aprieta con violencia su mandíbula, tanto que parece querer romperla en dos, y antes de decir algo, Hoseok vuelve a intervenir.
-Creo que lo mejor será cerrar el bar. Ghots cambió su patrón, lo que significa que ya no está jugando, está cerca y desesperado.
-De acuerdo. -Asiente el teniente en su dirección.
Namjoon mira a Yoongi dispuesto a intervenir, pero su amigo niega con la cabeza. Puesto que cerrar el bar, será la mejor opción para todos, así pueden tener su concentración cien por ciento en la investigación y no pendiente del lugar. Por eso decide callar.
-Además...
-¡Hyung! -chilla una voz familiar por los pasillos. Todos giran a ver al proveniente de aquella desesperada y agitada voz, entonces lo ven.
Kwan corre por los pasillos, con el rostro horrorizado. El cabello pegado a su frente producto del sudor y la respiración entrecortada.
-¿Qué haces aquí? -Yoongi llega él.
-Haneul me dijo que Hunter estaba internada, y corrí a ver qué pasaba -dice entre líneas, el aire no parece entrar a sus pulmones.
-Está bien. -Namjoon relaja sus músculos, puesto que ha estado tan tenso durante la confrontación que sus músculos duelen.
-¡Jesús! Creí que estaba grave, ¿puedo verla? -llega hasta el castaño que asiente y lo guía hasta la habitación.
-Supongo que mientras nos mantengamos en pareja, nada puede pasarnos. -Jin se encoge de hombros-. Aunque no estoy seguro de que Namjoon y Hunter sigan aquí.
-¿De qué hablas? -manifiesta Yeonsoo después de mantenerse alejada del grupo.
-No seas tonta-llega hasta ella y golpea suavemente su frente-. Ghots viene por todos nosotros, lo mejor será mantenernos en grupo. Pero Namjoon está solo y Hunter en coma. Él intentará llegar a ella a como dé lugar, debemos aislarla.
-¿Crees que él sería capaz de llegar hasta aquí para dañarla?
-A estas alturas, creo que es capaz de todo.
-Tengo un lugar. -El teniente le susurra a Jae algo, quien asiente y saca su celular de inmediato.
-¿A dónde los llevarán? -Yoongi se cruza de brazos.
-No puedo decirte, me arriesgaría a que bajo presión le dijeras.
-No sea ridículo, hombre. -Ríe seco-. Nunca sería capaz de vender a mis amigos.
-¿Y si eso dependiera de la vida de Yeonsoo? -Sonríe de lado. Yoongi se tensa y no puede obviar el hecho de que tiene razón, por eso calla-. Sí, eso pensé.
-Los trasladarán en una hora. -Jae anuncia luego de cortar la llamada.
-Deben llamar a Haneul y Jimin para advertirles -anuncia Hoseok sacando su móvil.
-Joder, Jimin-gruñe Yeonsoo conectando mirad con Yoongi. Este cierra los ojos con fuerza y saca su celular en busca de su contacto.
-¿Qué pasa con él? -Las alarmas de Taehyung se disparan.
-Jimin... él... -Yeonsoo sabe que lo que está a punto de decir, puede ocasionar otra pelea, o que el castaño corra en busca de su mejor amigo-. Tuvo una recaída y lo internamos.
El rostro de Tae se descompone tanto que debe sentarse. Le es imposible no revivir aquella época en donde pasaron a su lado, la peor etapa de su recuperación. Los grupos de apoyo, las mentiras, los golpes, incluso el olor a vómito se le instala en su sistema.
-¿Por qué...? -niega con la cabeza.
-Fueron muchas cosa, Taehyung. Es un milagro que aún respire con toda la mierda que se metió, pero ese no es el problema con él. -Suspira-. Debemos sacarlo de ahí, es blanco fácil para Ghots.
-No está -susurra el pelinegro en un suspiro, como si estuviera cansado de que todo salga mal-. Jimin no está en rehabilitación, se escapó.
⭒❀⭒
Haneul vuelve a protestar contra el pecho de su novio; las lágrimas han parado por completo pero el sentimiento de abandono se instaló en su pecho dispuesto a no dejarla ir.
Jimin pasa con delicadeza su mano por el cabello castaño y sedoso de su pareja. Lleva al menos una hora intentando convencerla de que entre al auto y se vaya tan lejos como sea posible, sin decirle a nadie, sin móvil ni nada con lo que pueda encontrarla. Por supuesto que ella se niega, no sabe cuánto tiempo va a estar ausente y la idea de que Ghots lo encuentre y lo dañe parece no dejar sus pensamientos tranquilos.
Parte de aquella desesperación es producto de un arduo tiempo en el campamento, ya que se suponía que ella estaría ahí para proteger a Jimin, pero de alguna forma se intercambiaron los papeles y terminó siendo, una vez más, la protegida del castaño.
-Amor, debes irte. -Jimin la separa lo suficiente para verle directo a los ojos-. Si sales más tarde viajaras de noche.
-¿Por qué no vienes conmigo? -Hane se aferra a la chamarra de su novio, con fuerza-. Sabes que Yeonsoo y el equipo entero lo encontrarán, no tienes que ponerte en peligro.
-Porque debo ayudar. Estas embarazada, Haneul. En tu vientre llevas vida creada por nosotros. -Jimin besa su frente con desespero. La idea de que lleguen a ella y la dañen lo tortura lo suficiente para entregar su vida a cambio de la de Haneul-. No puedo ponerte en peligro, aún si no estuvieras embarazada. Eres todo lo que tengo y me rehúso a perderte.
-Te odio tanto -solloza contra su boca, antes de unir sus labios en un beso triste.
-Lo sé -susurra Jimin. Se separa de ella y coloca la maleta en la cajuela-. Debes conducir con cuidado.
-Tal vez finja irme y termine escondida en tu closet. -Sus labios se arquean ligeramente en un tenue puchero.
-Haneul, no es broma. -Jimin suspira cansado-. Ni siquiera sabré si llegaste o no, solo me queda confiar en ti ciegamente. No juegues con esto, porque no lo resisto.
-Lo siento.
-No le abras la puerta a nadie, no hables con nadie, ve directo a la cabaña. En cuanto todo termine iré a buscarte. -Jimin besa sus labios y vuelve a abrazarla.
-¿Cómo conseguiste ese lugar? -cuestiona revisando su bolso de mano, verificando que tiene todo.
-Antes de que Yeonsoo apareciera y todo explotara, iba a llevarte a ese lugar para proponerte matrimonio -suelta desinteresado como si fuera algo de todos los días. Haneul se petrifica en el lugar, con la garganta seca y el corazón latiendo desenfrenado.
-Perdona, ¿qué?
-Quiero vivir mi vida entera contigo, creo que lo sabes, y prometo hacer la mejor velada para proponerte matrimonio. -Besa nuevamente sus labios-. Luego de que todo termine.
-Jimin...
-Es hora que te vayas, Hane. -La toma de los brazos y la guía hasta el auto, para cerrar la puerta una vez que se haya subido. Acomoda el cinturón de seguridad y la ve a los ojos. Sabe que aquella confesión puede haber desestabilizado a la menuda, sin embargo, no va a detenerse a pensar aquello, necesita que ella se vaya lo antes posible.
Haneul besa a su novio y arranca el auto dispuesta a esconderse en aquella cabaña, en una isla que no podrán encontrar, y ni siquiera tiene que ver por el lugar realmente, sino, porque ella jamás iría ahí a menos que su vida peligre.
Ve por el espejo retrovisor a un Jimin que se hace cada vez más pequeño, al punto de desaparecer. Quiere poder girar en «u» y volver a él, pero sabe que esta es la mejor decisión, por eso solo sacude la cabeza y sigue conduciendo.
Los edificios desaparecen, al mismo tiempo que los suburbios se hacen presentes, a tal punto de solo ver montañas y una avenida completamente desolada. Todo rastro de cuidad ha sido volatizada, por eso, mientras se dirige directo al ferri, se plantea si hay comida en el lugar; puesto que su estómago no ha dejado de gruñir desde que salió de casa de Jimin hace aproximadamente tres horas.
Para en la primera tienda de víveres que encuentra y compra lo suficiente para mantenerse al menos, unas tres semanas. Está segura que con la vuelta de Jimin, Yeonsoo, Hunter y Jungkook comenzarán a investigar; lo único que le inquieta es saber que aquellas tres personas pueden mantener un ambiente armónico, sin generar demasiados problemas, al punto de olvidar la investigación, pues si eso ocurriera volverían a empezar de cero.
Carga todo al vehículo y vuelve a la carretera. Como era de esperarse, llega justo a tiempo para subir al ferri que no tarda tanto en ponerse en marcha, directo a la isla Jeju. Haneul, aún alerta, decide colocar seguro a sus puertas y descansar lo que resta de viaje, pues a pesar del movimiento leve puede al menos controlar sus náuseas y dormir.
Está segura que en aquel lugar, a pesar de estar aislado y casi abandonado, puede aparecer Ghots. Por eso, se mentaliza con comprar un par de cámaras para la entrada, si al menos le pasa algo, quiere dejar registro de quién entró, para así, facilitarle el trabajo al departamento.
Finalmente, después de dos horas y media de viaje, Haneul baja del ferri en su auto, se conduce bajo la penumbra de la noche. Jimin tenía razón, la oscuridad la acogió entre sus mantos, cegando todo a su alrededor.
El camino es al borde de un precipicio, por lo que debe conducir a una velocidad lenta. Está segura que a pie llegaría antes. Su estómago gruñe y su cabeza comienza a doler. Todo comienza a perder sentido, se siente aturdida con lo que ocurre, y de inmediato se arrepiente. Debería al menos haberle dicho a Hunter o tal vez a Jungkook sobre su paradero, pues se van a preocupar y no tendrá señal para llamarles; está segura, que a pesar de que Yeonsoo sería capaz de dar su vida por ella, no podría poner su vida en sus manos, pues la primera persona a quien ella protegería sería a Yoongi, y por eso, no puede ponerse en riesgo, mucho menos a Jimin.
Los faroles del auto, es lo único que ilumina el camino de tierra. A lo lejos, ve una pequeña cabaña justo al filo del mar. En definitiva, hubiese sido la mejor propuesta de matrimonio, y ni siquiera sabe qué más tenía planeado el castaño.
Al llegar estaciona el auto en la cochera y entra en a la estancia, siendo recibida por un exquisito olor a lavanda y vainilla. Es claro que la dueña del lugar, aseo la cabaña para su llegada; por eso, antes de si quiera pensar en salir en busca de unas cámaras, se permite relajarse ante aquel olor y silencio.
Decide explorar; primero llega hasta una enorme estancia, donde yace un enorme sofá en forma semicircular, de color caquis. En él, se encuentran mantas de diferentes colores de la misma paleta. Almohadones peludos y una gran chimenea en frente. Haneul sigue su camino hasta la cocina donde ve un desayunado y una mesa de vidrio con cuatro sillas. El lugar está decorado de forma rústica, la madera de roble y los colores le dan una sensación cálida.
La castaña guarda la comida en la nevera y saca lo suficiente para comer, su estómago gruñe tan fuerte que no puede evitar sonrojarse. Sin embargo, antes de si quiera abrir el paquete de fideos, la puerta es tocada con sutileza. La alarma de Haneul se dispara con violencia, su corazón palpita con fuerza y sus manos comienzan a temblar.
Visualiza en la mesa cuchillos de todos los tamaños, por lo que toma uno y se dirige a la puerta. Tal vez no sea buena idea abrirlo, pero la posibilidad de que sea Ghots es remota, ya que Haneul piensa que podría ser la casera de la cabaña. Por eso, esconde su mano armada en su espalda y con sumo cuidado abre lento la puerta.
-Hola -saluda del otro lado. Haneul deja salir todo el aire acumulado, pues realmente estaba asustada-. Parece que viste un fantasma.
-Joder, me diste un gran susto. -Hane se abre paso para dejarle pasar.
-¿Esperabas a alguien más? -Frunce el ceño en su mano trae bolsa con comida.
-¿Qué haces aquí?
-Jimin me llamó, dijo que viniera a cuidarte. -Se encoge de hombros y saca la comida para ponerla a calentar-. No sé por qué te trajo tan lejos.
-Oh... -Es lo único que puede decir. Tal vez Jimin cambió de opinión y dejarla sola, a la deriva, no fue la mejor opción y le mandó para que la cuide.
-Nos divertiremos. -Le sirve comida en un plato y se lo da-. Créeme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro