
༺ ᐯᗴᑎᑌՏ Y ᗰᗩᖇTᗴ ༻
La hermosa Venus fue casada con Vulcano, el Herrero, entre los pretendientes estaba Marte, pero el sol creyó que ese enlace sería terrible, puesto que Venus apaciguaba la Guerra de Marte y necesitaba un guerrero poderoso entre su tripulación
No obstante, Venus amo con fidelidad a Marte, y este solo pensaba en Venus.
El sol le hizo una promesa, si ganaba la guerra contra el universo haría que Venus dejara a Vulcano y se casaría con él. Con todas sus fuerzas este peleó y ganó al fin, el Sol, se convirtió en amo y Señor del Universo y todo lo veía.
Entonces hizo un encuentro entre ellos, se entregaron el uno al otro, como nunca antes había visto una pareja así, lleno de envidia y arrepentido de tal unión, el Sol fue con Vulcano y le dijo que Venus le era infiel.
Muy molesto y lleno de celos, Vulcano preparo una red de hierro mágica, que, acomodo en el lecho donde Venus y Marte tenían su encuentro, se escondió cuando los sintió llegar.
Apenas la feliz pareja se tumbó uno al lado del otro, las redes los aprisionaron, este les recriminó, y entre tantos gritos los dioses fueron a ese lugar, encontrándolos ahí.
Para sorpresa de Vulcano, los planetas se burlaron de él, y encontraron que los amantes hacían una bonita pareja, incluyendo el sol.
Fue así como Vulcano se fue a la tierra lleno de vergüenza, Venus se casó con Marte y de su amor, nació cupido.
Cupido, al saber la historia verdadera de sus padres, juro venganza contra el sol y con su flecha dorada, la más poderosa, lanzó hacia la Luna, y el amor entre ellos, si fue imposible, puesto que uno sale de día y otro de noche, solo pudiéndose encontrar una vez al año y solo por unos minutos
Hye despertaba en la enorme cama, su cuerpo dolía ligeramente, sonrió al recordar la maravillosa noche. La mejor Noche.
Se giró para seguir durmiendo, pero se encontró con el rostro sonriente de su amado.
— Buenos días, Preciosa.
— No te fuiste.
— te dije que quería dormir a tu lado y amanecer junto a ti.
— ¿Y tu vuelo?
— Sale en un par de horas —ella se acurrucó en su pecho—
— Debiste ir, tendremos muchos días por delante.
— Ya sé, pero me habría sentido mal, me habría arrepentido de no quedarme y despertar junto a ti.
— Jungkook —él hizo sonidos con su garganta— ¿Puedo quedarme aquí mientras no estás? —él sonrió hermosamente.
— Eso me encantaría, lo mío es tuyo, puedes demoler la casa y volver a construirla si quieres.
— No exageres.
— No lo hago, en serio haría lo que me pidieses y es que… —guardo silencio nervioso.
— Está bien… Ya llegará el momento, sé que lo haces, ayer lo vi en ti.
— Entonces… Vamos por un desayuno, y luego vamos por algunas de tus cosas.
— Solo un momento más —se acurrucó entre sus brazos— vuelve pronto ¿Sí?
— Claro que sí… No podré estar sin tus brujerías, enloqueciéndome —ambos sonrieron.
— No lamento usarlos.
— Tampoco lamento dejarte utilizarlos.
— En ese caso —subió sobre él— Los puedo usar cuando yo quiera. — se sentó en la cama acercando sus cuerpos
— Cuando y cuántas veces quieras —se besaron con cuidado.
—Ahora arriba, necesito comer algo, vamos por ese desayuno para que luego tomes tu vuelo, mientras antes vayas, más pronto volverás a mis embrujos —sonrieron a la vez
Hye no tenía que utilizar, el vestido que aquella noche había sido destrozado por la brutalidad y excitación del momento por Perseo, apenas le dio una mirada de molestia este carcajeo tiernamente.
La tomo de su mano y encaminó por una puerta directo al Walking closet, una vez más ella lo vio con molestia.
— Creí que solo vestías de trajes, Jungkook — dijo pasando su mano entre la ropa casual.
— Nunca dije que no tenía, solo que así vestía.
— Me mentiste —se giró a él viendo con detención y cruzando sus brazos.
— Solo omití información, según tú eso no es mentir —soltó de aquellos brazos en una postura defensiva— elige lo que quieras y cambiémonos, debo irme — beso con delicadeza.
Llegaron a una cafetería en el centro de Seúl, adornada de arte antiguo, curiosamente enfocada en los dioses.
Toda esa gente que los admiraba compartiendo momentos en dicho lugar sin saber que estaban ellos ahí.
Tomaron sitio en una de las mesas y ordenaron, el cual, compartieron entre pláticas y coqueteos propios de ellos.
Una hora después abandonaron el lugar tomado de la mano, Perseo daba leves caricias casuales en la cintura de Hye, las que hacían que su cuerpo se estremeciera, y despertaba el recuerdo de aquel anhelo que sentiría el tiempo que estarían separados.
— volveré a casa sola, tú debes tomar tu vuelo.
— ¿Estás segura? Siempre podría llevarte y asegurarme de que estás sana y salva al dejarte en mi castillo. Tal vez debería conseguir un dragón que te custodiara— dijo Kook entre risas—
— Ve, todo estará bien. Solo termina pronto tus deberes y vuelve a mí —llevo su mano a su pecho, acariciando levemente— estaré en casa esperándote
—Está bien, princesa, volveré cuánto antes, prometo extrañarte con mi alma y ansiarte con mi cuerpo cada día que estemos separados.
Sus cuerpos se apegaron lo máximo posible para sentir el calor del otro y despedirse con un beso lleno de amor y un toque de lujuria, tomando todo lo posible del otro para sobrellevar el tiempo que estuviesen separados.
Hye tomó un taxi mientras Jungkook la veía desaparecer a lo lejos de la autopista.
Al llegar a su automóvil sintió una presencia muy conocida para él, la cual lo hizo girar su cuerpo dominante para enfrentar a la persona que estaba a su junto.
— ¿Qué haces en este lugar Cancerbero?… Te dejé muy en claro que te mantuvieses alejado.
—Sé lo que dijiste, pero tenía que volver y explicar algunas cosas, no tienes que estar a la defensiva, solo escucha.
— Que sea rápido, esta será la única oportunidad que te daré, pero cuida tus palabras porque si lo que tienes para decir no es de mi agrado, no dudaré en romper tu cuello
— Es sobre Hades… Hay cosas que deben entender Hye y tú, no siempre el villano del cuento, lo es, si bien, mantuvo privada de su libertad a Afrodita por petición de Zeus, tu padre fue el que dio la orden de que las cosas se hicieran de esta forma.
— ¿Por qué haría eso?… Él amaba a Afrodita.
— La amaba, pero no pudo soportar que Afrodita posase sus ojos en su propio hijo, tú, y tomo la decisión de alejarlos de la única forma que sabía que no podrían volverse a encontrar y era enviándola con Hades.
Perseo escuchaba expectante todo lo que el Cancerbero le estaba contando.
Muchos cabos sueltos empezaron a tener sentido en su cabeza, no había duda en lo que escuchaba. Su padre siempre amó a Afrodita y no soporto que ella eligiera a su propio hijo.
—¿Y qué hay con Hye? ¿Por qué Hades te mantuvo cerca de ella por tanto tiempo?
— Él solo quería asegurarse del bienestar de su hija, sabía que no podía dejarla al cuidado completo de Afrodita. Es una mujer pretenciosa que no dudará en deshacerse de su propia hija, si ella interfiere en su camino.
— ¿Cómo puedo confiar en lo que me dices?
— Cuando la guerra con las bestias comenzó, tu padre fue en busca de afrodita, le dijo que una de ellas te secuestro y solo fue por amor a ti, pero, cuando te vio peleando entre todos, ella quedó sorprendida y fue ahí cuando la cabeza de la bestia se la trago. Hades me pidió que te dijera algo, tiene el presentimiento de que Hye está en peligro, dijo que no dudes en el cuándo lo necesites.
— Puedo cuidar de ella y de mí, no necesitamos a nadie.
— Yo… —suspiro con cansancio— volveré a decir sus palabras, ustedes no pueden estar juntos y si lo hacen, no les durará mucho tiempo, y no por él, por Zeus y Afrodita… es todo lo que tengo para decir, solo piensa en esto y abre los ojos, por el bien de ambos.
Cancerbero abandonó el lugar rápidamente, dejando a un Perseo pensativo, dudo incluso de hacer ese viaje, preocupado al saber que no podría hacer nada con este asunto.
Subió a su carro y se dispuso a irse, apenas llegará en tierras extranjeras, haría lo que debía y volvería lo antes posible.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro