09ও
Festival parte II
Félix no iba a negarlo, sin la presencia de Minho ahí se sentía un poco inseguro, especialmente porque Hyunjin se mantuvo en silencio durante un rato en lo que Minho y Jisung desaparecían de su campo de visión. No sabía exactamente qué debía decirle o cómo iniciar la conversación, pero para su suerte, él empezó a hablar:
—Entonces… ¿Si me recuerdas?
El meno asintió, desviando la mirada con esfuerzo para no profundizar más en las bonitas fracciones del más alto, admitiendo para sí mismo que era increíblemente guapo. Aún así, no tenía que dejarse llevar por su asombroso físico, no olvidaría que lo persiguió después de haber descubierto que era un hada.
—¿Qué es lo que quieres?—quiso sonar intimidante y seguro, pero su nerviosismo lo traicionó, haciéndolo lucir tímido.
—De nuevo, me llamo Hyunjin. Lamento lo del otro día, no quise asustarte.
—No lo parecía—respondió en voz baja, desviando la mirada hacia los lados—Creí que querías delatarme o que querías hacerme algo malo.
—Bueno… Es que tenía mucho de no ver un hada, eso es todo—explicó cortamente, omitiendo el hecho de que se sentía fuertemente atraído y que por esa razón lo siguió a pesar de que no fue lo correcto—De donde yo vengo, no hay muchas criaturas mágicas.
Eso llamó la atención de Félix, ahora viéndolo.
—¿No eres de aquí?
—Soy de Ravenham, vine hace unas semanas—con eso, Hyunjin confirmó que Félix no tenía idea de que era un príncipe, que no lo conocía y que nunca escuchó hablar de él. Eso estaba a su favor.
—¿Qué haces aquí en Windhall? Nunca te había visto antes.
Voy a casarme.
—Asuntos familiares—respondió con indiferencia, restándole importancia—Además, estar aquí es mucho más interesante, en Ravenham no hay chicos tan lindos como tú—lo vio con una sonrisa ladina.
Félix se sonrojó ante su coqueteo descarado, y para su mala suerte, estaba funcionando a la perfección, nunca nadie le había hablado con tanto atrevimiento.
—Aún así… No estuvo bien que me siguieras—habló en voz baja, ignorando su comentario.
—Estamos de acuerdo con que me equivoqué, por eso, te invito a algo de comer y de tomar como compensación, ¿qué te parece?—estaba casi seguro de que no se negaría.
Sin detenerse a pensarlo mucho, Félix asintió lentamente con timidez. Tal vez estaba tomando una mala decisión al aceptar algo de un desconocido, sin embargo, el temor que le tenía desapareció en solo unos segundos con su vaga explicación y sus disculpas, y el hecho que le dejara ver totalmente su rostro lo hizo sentir menos dudoso que antes. Además, estaba en un lugar lleno de muchas personas, dudaba realmente que quisiera hacerle algo frente ellos.
Hyunjin sintió satisfacción en su interior, Félix resultó ser tan ingenuo como pensaba, por lo que divertirse con él sería fácil. Justo lo que estaba buscando.
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Con sigilo, Jeongin logró salir sin problemas del castillo. Tal y como lo supuso, Jisung ya no estaba en su habitación, seguramente se lo encontraría en el festival, aunque en esta ocasión, le pareció un poco extraño que no le pidió acompañarlo, más no preguntó, deduciendo que a lo mejor, tenía planes con alguien más. En otro momento lo haría hablar.
Sin temor alguno, se adentró al bosque, utilizando esa ruta para no tener que encontrarse con alguien del castillo en el frente, porque si bien no era alguien importante como la realeza, estaba siempre siendo vigilado por algunos de los guardias para que se mantuviera bajo control.
Si quería quedarse en el castillo, no tuvo más que aceptar esas condiciones.
Se tomó el tiempo necesario para apreciar el silencio y oscuridad del bosque, dejando que el viento desordenara su cabello sin preocupación alguna, tomando un respiro de lo abrumante que se sentía estar en el castillo, especialmente con Chan a su alrededor siendo molesto y tentador.
Cerca del límite del bosque, algo llamó su atención. Sus sentidos se agudizaron de golpe, revelando su verdadera forma antinatural. Sus colmillos aparecieron sin poder detenerlos, sus ojos se tornaron rojos y su apetito se abrió de inmediato. Giró sobre sus pies y se quedó dentro del bosque, persiguiendo ese aroma que otra vez, estaba llamándolo.
Siendo sigiloso y rápido se movió entre los árboles, hasta que después de unos minutos, escuchó jadeos de dolor que hicieron su piel erizase, más no tuvo miedo, quería llegar hasta el final.
—Por favor…—jadeó la chica, cerrando los ojos con fuerza mientras apretaba los puños a sus costados sin poder apartarse—Me estás haciendo daño—se quejó con la voz quebrada.
—Si sigues quejándote será peor—la miró de frente, directamente a los ojos—Así que cállate.
Ella acató la orden de inmediato.
Jeongin sintió que su respiración se cortó unos segundos al presenciar tal escena, otra vez con esas ansias de alimentarse. Apretó sus manos en puños, apartando ese constante deseo para tener el valor de hacer lo correcto, convenciéndose de que era capaz, porque si no hacía algo en ese momento, esa chica podría morir justo frente a él.
Decidido, salió de su escondite para enfrentarlo.
—¡Chan!—lo llamó, haciéndose paso entre los árboles hasta llegar a él.
Sorprendido, Chan se apartó del cuello de la chica y miró a Jeongin quien tenía una mirada furiosa. Pero una sonrisa se asomó en sus labios al notar que estaba en su naturaleza de vampiro, lo cual significaba que se encontraba totalmente tentado y sensible a la sangre.
—Oh, Jeongin—sus colmillos se asomaron cuando sonrió—¿No crees que es increíble que hayas venido a la hora correcta? Estaba cenando.
—Déjala ir, ¡alimentarse de humanos está prohibido!—evitó acercarse, el olor de la sangre estaba empezando a marearlo.
—Vamos, Jeongin, no arruines la diversión—rió, volviendo la vista hacia la chica que seguía temblando a su lado—Después de todo, ella accedió.
—No lo creo—negó, notando el miedo proviniendo de ella. Con mucho esfuerzo se acercó y la miró directamente a los ojos—Vete de aquí y corre lo más rápido que puedas hacia el pueblo, ¿está bien?—la chica asintió de inmediato—Olvida lo que pasó, esa herida en tu cuello sanará en poco tiempo.
Tan pronto como se alejó, la chica corrió en dirección contraria a ellos, huyendo mientras presionaba con sus manos la ensangrentada herida en su cuello.
—¿Qué diablos te pasa?—Jeongin se dirigió al mayor con el ceño fruncido—¿Qué se supone que harás si se llegan a enterar de lo que haces?
—He sido cuidadoso, nadie va a darse cuenta, deja de asustarte tanto—rodó los ojos, un poco frustrado por la actitud del pelirosa.
—No sé qué pretendes, pero aquí no es Ravenham, este es mi hogar y no voy a dejar que un vampiro como tú haga destrozos solo porque si—sonó decidido, manteniéndose firme a pesar de que el olor de la sangre siguiera demasiado fuerte.
Chan sonrió de lado con egocentrismo, acercándose hasta acorralarlo contra el tronco de un frondoso árbol. Con sus dedos tomó el mentón del menor para obtener su mirada directa, manchándolo un poco con los rastros de sangre en sus dedos.
—¿Por qué no te sueltas, Jeongin?—preguntó en voz baja.
Atraído por el olor a sangre cerca de su rostro, Jeongin empezó a perder la cordura poco a poco.
—Porque…—suspiró—Porque si lo hago, no sabré como detenerme, así que aléjate.
A estas alturas, Jeongin ya no estaba poniendo demasiada resistencia, se encontraba tan inmerso en sí mismo que sus pensamientos no estaban claros.
—No parece que me quieras lejos—acercó el pulgar con el que sostenía su mentón hacia su labio inferior, provocándolo levemente.
Con cierta fascinación al sentir la humedad en sus labios, tomó la mano de Chan y vio con detenimiento la sangre que todavía estaba en ellos.
—Esto no es justo—susurró, inhalando ese fuerte olor.
—No va a pasar nada si la pruebas—tentó Chan, fijándose en cada uno de sus movimientos—Será nuestro secreto, estás a salvo conmigo.
Jeongin simplemente asintió, atreviéndose por fin a lamer la sangre, probándola con detenimiento directamente de sus dedos. Cerró los ojos con fuerza, llenándose de satisfacción sin recordar cuánto tiempo tenía de no probar sangre, solo sabía que habían pasado demasiados años, más de lo que le gustaría.
—Necesito más—jadeó cuando los dedos de Chan quedaron limpios y no fueron suficientes, notando ahora que habían más rastros de sangre en su mentón y boca.
Consciente de sus intenciones, Chan volvió a acorralarlo sin oportunidades de dejarlo ir, pero Jeongin no tenía en mente alejarse en ese momento, no pondría resistencia si solo quería saciarse.
—Tómalo entonces—murmuró sin dejar de verlo, dándole una sonrisa al verlo asentir.
Sin detenerse así mismo, Jeongin empujó con fuerza a Chan hacia otro de los árboles, esta vez acorralándolo él. No lo pensó por mucho más tiempo, su hambre de sangre ya lo había acaparado, así que sin ningún tipo de vergüenza, empezó a recorrer el mentón del mayor con su lengua, delineando cada parte con tal de quitar el rastro de sangre que había ahí, hasta que poco a poco, su lengua siguió subiendo hasta por fin tocar sus labios sin cuidado alguno.
Chan jadeó satisfecho con el contacto en su piel, poniendo ambas manos en su cintura para atraerlo más hacia su cuerpo, dejando que lo usara de esa manera tan desesperada, pero su cordura se perdió completamente cuando los fríos labios de Jeongin alcanzaron los suyos, dándole inicio a un beso desordenado, lleno de necesidad y deseo que no pudieron evitar.
Jeongin no iba a apartarse, no cuando los labios y la lengua de Chan sabían tan bien, tan adictivos. No se dio cuenta en qué momento todo se volvió de esa manera, solo sabía que necesitaba más para sentirse satisfecho después de haber quitado todo lo que había en la boca de Chan.
—Necesito más—pidió con ansias al romper el beso, pidiéndolo muy cerca de sus labios.
—Vamos por más—asintió Chan con una sonrisa cómplice, sintiendo la adrenalina correr por su cuerpo.
Después de décadas manteniéndose dentro del límite, Jeongin necesitaba un alivio para sentirse vivo otra vez.
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Félix no estaba consciente de cuántas bebidas llevaba hasta el momento, lo único que sabía era que todo a su alrededor se veía más brillante, la música sonaba con más fuerza contra sus oídos y Hyunjin parecía no dejar de sonreírle. Nunca antes había probado el alcohol, nunca tuvo la oportunidad para tomarse el tiempo de hacerlo con alguien, en el pueblo no era bienvenido de todas formas, y dentro del bosque, Minho era su única compañía, por lo que ofrecerle alcohol a él no era buena idea, lo que menos quería era alterar sus emociones en el estado en el que ya estaba.
Cuando Hyunjin se lo ofreció se negó sin dudas, pero su curiosidad fue más grande que su negación, así que después de unos minutos, le pidió solo un poco. Los primeros tragos fueron difíciles, pero a medida que pasaba la noche, dejó de sentir ese malestar.
—¿Estás bien?—Hyunjin le preguntó, sonriendo ante el sonrojo de las mejillas del más bajo—¿Estás mareado?
Félix negó varias veces, sintiendo sus ojos cada vez más pesados, pero no tenía ganas de dormir.
—Estoy bien—trató de convencerlo a pesar de que su entorno se veía un poco borroso—¿Cuánto tiempo hemos estado aquí? Creo que todavía es temprano.
—Cro que es algo tarde, tenemos horas de estar aquí—respondió no muy seguro. Félix abrió los ojos en sorpresa—¿Quieres irte ya?
—Uhm, no—realmente no sabía muy bien cómo se estaba sintiendo o qué quería hacer—Todavía podemos bailar si quieres, hay tiempo—propuso, sonriendo de nuevo con los ojos casi cerrados.
Hyunjin suspiró, en cuestión de minutos, Félix podría caer dormido. Negó para sí mismo y se levantó rápidamente a pagar la cuenta y así poder irse. Se dijo a sí mismo que darle alcohol a Félix no fue buena idea, creyó que tal vez, el pelinaranja estaría más suelto, pero no, solo estaba ahí, tratando de no dormirse.
—Vamos, ya casi es hora de que te vayas—tomó su muñeca y lo jaló, pero Félix se detuvo de golpe—¿Qué pasa?
—¿No vamos a bailar?—hizo un puchero.
Hyunjin negó y siguió caminando, ignorando los balbuceos del menor. Todo su plan había fallado, sin embargo, aprendió que para llegar a Félix no debía estar ebrio, con eso solo consiguió que estuviera casi dormido.
Caminaron unos cuantos metros, casi llegando al lugar en el que habían acordado con Minho, pero antes de llegar, Félix se detuvo de nuevo, viéndolo con ojos brillantes y con las mejillas sonrojadas.
—Estás casi dormido, no podemos ir a bailar si estás así—explicó de la manera más tranquila posible. Félix no respondió, se mantuvo quieto, viéndolo con una sonrisa traviesa que apareció en sus labios—¿En qué piensas?—preguntó divertido sin dejar de verlo.
Félix se encogió de hombros en silencio, soltando pequeñas risas que empezaron a confundir al mayor. Hyunjin suspiró, decidido a seguir caminando, pero sin poder preverlo, Félix jaló su brazo, acercándolo abruptamente hacia él, rodeó su cuello con ambos brazos y se elevó un poco para alcanzar su rostro, quedándose a escasos centímetros de sus labios.
—¿Puedo besarte?—preguntó en voz baja sin ninguna pizca de vergüenza, balanceándose ansioso sobre sus pies—Eres muy guapo, no sé si voy a verte de nuevo, lo más probable es que no.
Hyunjin rodeó su cuerpo con su brazo de manera automática para sostenerlo y evitar que callera, sintiendo como poco a poco, Félix dejaba todo su peso en él. Ese era el momento que estuvo esperando toda la noche, solo necesitaba acercarse un poco más para probar sus labios por fin, pero antes de si quiera intentarlo, Félix apoyó su cabeza en su hombro y su cuerpo se volvió pesado, quedándose dormido.
Tras un fuerte suspiró, Hyunjin logró cargarlo, no fue tan difícil puesto que Félix era delgado y más bajo; dejó que descansara su mejilla sobre su hombro para que estuviera más cómodo y solo así, pudo seguir caminando sin interrupciones.
No podía dejar de pensar en que había arruinado todas sus oportunidades, ¡pudo besarlo hace unos segundos atrás! Pero no, Félix tenía que quedarse dormido.
De manera inconsciente, Félix se aferró al cuerpo del mayor para no caerse, en ese momento no tenía fuerzas para nada más que eso, solo quería descansar, no podía ni siquiera pensar en qué reacción podría tener Minho al verlo así, pero poco le importaba en ese momento, no es como si pudiera prohibirle hacerlo.
Suspiró bajito, acomodándose mejor sobre el hombro de Hyunjin, deseando por un momento poder quedarse ahí más tiempo con él.
Definitivamente, era el chico más ingenuo de todos.
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Minho terminó de bajar del árbol sin demasiado esfuerzo, sacudió sus manos y elevó la mirada hacia Jisung quien lo miraba inseguro desde una de las ramas.
—¿Qué es lo que pasa? Baja.
—Está muy alto—negó con la cabeza, moviéndose inquieto sin saber muy bien cómo iba a saltar desde esa altura.
Minho le echó un vistazo a su alrededor en busca de algo que fuera útil para ayudarlo a bajar, pero no encontró nada, así que se acercó un poco más y extendió sus brazos en dirección al pelinegro.
—Salta desde ahí, voy a atraparte.
—Sigue siendo muy alto—lloriqueó, moviendo sus pies con nerviosismo—Probablemente termine golpeándote a ti.
—Vamos, solo hazlo—pidió—No voy a dejar que caigas, te lo prometo.
Jisung suspiró y asintió, tomando el valor suficiente para lograr hacerlo. Era su culpa por tener esa tonta idea de subir.
—Bueno, ahí voy…—se aferró con fuerza a la rama en la que estaba sentado, todavía dudando sobre si debería tirarse o no, pero al no tener más opciones debía hacerlo—¡Agárrame fuerte o moriré!
Minho bufó y rió por lo bajo, sintiéndose divertido por la situación, Jisung parecía un gato atrapado en un árbol sin querer bajar.
Listo para atraparlo, Minho se paró con firmeza y esperó pacientemente a que tuviera el valor de lanzarse desde ahí, y luego de unos cuántos segundos, Jisung se soltó.
Un corto grito salió de sus labios, y al abrir los ojos, se encontró a sí mismo aferrado con fuerza al cuerpo de Minho quien se había balanceado levemente. Por un momento creyó que no iba a lograrlo, pero tal y como Minho le dijo, no lo dejó caer.
—No ibas a morir si te caías—rió Minho, rodeando el cuerpo del menor con fuerza—A lo mucho, te habrías quebrado un hueso. Nada grave.
—Eso sigue siendo muy malo de todas formas—habló cerca de su oído sin mirarlo.
Sin soltarse de su cuerpo, Jisung se apartó de su hombro y lo miró a los ojos, otra vez en el total silencio hasta que Minho se sintió lo suficientemente avergonzado para desviar la mirada.
—Bueno… Creo que puedes bajarte, es seguro ahora.
Jisung recién reaccionó, dándose cuenta de la posición en la que se encontraba.
—Oh, si, perdón—rió nervioso, por fin sus pies tocando el suelo—Gracias.
Minho asintió con una pequeña sonrisa, viendo ocasionalmente hacia el cielo, notando que poco a poco, empezaba a amanecer. Asustado, tomó la mano de Jisung y esta vez, él lo guió de regreso hacia el pueblo sin darle alguna explicación.
En silencio y con Jisung caminando a paso rápido tras él, Minho logró ver a lo lejos a Hyunjin, pero su expresión se tornó confundida al verlo cargando a Félix. Un montón de pensamientos negativos llenaron su cabeza, pensando en que tal vez, algo malo le había sucedido. Cuando estuvo cerca soltó la mano de Jisung y se paró frente a Hyunjin, viéndolo con el ceño fruncido.
—¿Qué le pasó?—preguntó directamente con voz dura.
—Está dormido—respondió—Bebió alcohol y se quedó dormido.
—¿Alcohol? Félix nunca había tomado antes—preocupado, lo movió un poco para despertarlo, hasta que luego de unos intentos más, Félix abrió los ojos perezosamente.
—Minho—Félix sonrió levemente al encontrarse con el rostro de su amigo cuando abrió los ojos—¿Ya vamos a casa? Estoy un poco mareado—preguntó somnoliento.
Minho asintió en silencio sin lucir molesto, simplemente estaba preocupado por su amigo, pero aparentemente todo estaba bien y Hyunjin no había mentido.
—Ya debemos irnos—Minho vio el cielo nuevamente, no podía quedarse hasta el amanecer—Vamos, Félix, súbete a mi espalda.
Se puso de cuclillas, esperando a que el menor acatara la indicación. Sorprendido y un poco interesado por la relación de ambos, Hyunjin soltó a Félix y lo ayudó a posicionarse sobre la espalda del rubio.
Cuando Minho logró ponerse de pie con Félix en su espalda, Jisung se acercó con mucha vergüenza, atreviéndose a besar su mejilla descubierta rápidamente en forma de despedida.
—Gracias por venir—sonrió Jisung, su estómago revolviéndose—Cuida a Félix y regresa con cuidado.
Minho asintió en silencio sin saber qué decir al respecto; tal vez debió hacer lo mismo, besar su mejilla también habría estado bien, o al menos decirle algo lindo, sin embargo, preso de su nerviosismo y emoción, se dio la vuelta sin siquiera despedirse, adentrándose al bosque, y solo ahí, pudo sacar todo el aire retenido, sintiendo su pecho arder en emociones que no tenía idea de como explicar.
Félix balbuceó algo cerca de su oído, sacándolo de sus pensamientos.
—¿Puedo quedarme con Hyunjin?—preguntó, pegando su mejilla sobre su hombro.
—No—respondió de inmediato, caminando más rápido al darse cuenta de que cada vez había más claridad a su alrededor, causando que su piel empezara a picar.
—Aburrido—hizo un puchero y volvió a quedarse dormido.
Minho negó con la cabeza sin dejar de caminar, escuchando a lo lejos voces entre los árboles, muy seguramente de las otras criaturas mágicas que también estaban regresando al bosque.
Con la piel quemándole, Minho logró atravesar el portón de hierro del jardín delantero de su mansión, casi corrió hasta la entrada y realmente pudo sentirse aliviado cuando por fin estuvo dentro. Quejándose por lo bajo subió hasta la habitación de Félix y lo recostó sobre la cama, quitó sus zapatos y lo cubrió con las sábanas, dejándolo descansar apropiadamente.
A través de la ventana logró ver que ya había amanecido, tomó asiento en la orilla de la cama de Félix, analizando las quemaduras en la piel de sus brazos, luciendo terriblemente mal.
Salió de la habitación y entró a la suya, pensando en lo idiota que fue al dejar que pasara tanto tiempo cuando tenía claro que no podía quedarse afuera durante el día. Se detuvo frente al espejo y quitó la máscara de su rostro, sintiéndose demasiado expuesto antes su propia mirada. Tocó la piel lastimada de su rostro, pensando que hace unos minutos, Jisung había dejado un beso en su mejilla que ahora estaba levemente quemada. Sintió muchas ganas de llorar por lo mal que ahora se veía, ¿cómo es que Jisung si quiera podía verlo sin apartarse?
Llevó su mano hacia el lugar en donde Jisung lo había besado y cerró los ojos, creando una sonrisa inconsciente en sus labios, pensando al mismo tiempo en lo que había sucedido durante el festival, quedándose un poco más en esos momentos que se volvieron preciados. No quería abrir los ojos y verse de nuevo, eso solo causaría que todo ese momento en el que se encontraba inmerso se desvaneciera para darle paso a su diario lamento, pero lejos de eso, su expresión se volvió neutra mientras su cuerpo cosquilleaba por la impresión al verse a sí mismo.
Sus lesiones habían desaparecido sin haberse dado cuenta, como si nada hubiera pasado. Tocó sus brazos y ya no dolían, su mejilla anteriormente lastimada se veía levemente enrojecida, pero el ardor había desaparecido. Atónito, sintió su respiración agitarse, nunca le había pasado algo como eso, las veces que se había lastimado debido a la luz del día había durado muchas semanas de esa manera como un recordatorio de que no podía salir de su mansión, pero esta vez no fue así.
No sabía si sentirse aliviado o asustado, ¿qué cambió ahora?
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—Así que… ¿Me engañas con él?—Hyunjin preguntó mientras se encaminaban juntos hacia el castillo luego de un largo silencio.
—¿Ahora de qué hablas?
—De ese chico, ¿Minho? Creo que Félix le dijo así.
—Ah—Jisung sonrió para sí mismo—Eso no te importa.
—Me importa si te vas a casar conmigo.
—¿Eres posesivo?
—No mucho—respondió indiferente, divertido con la conversación.
—Entonces no te preocupes demasiado por tu futuro esposo—sonrió inocentemente, poniéndose serio en cuestión de segundos—De todas formas, ¿cómo conoces a Félix?
—¿Por qué? ¿Estás celoso?—bromeó.
—No realmente—negó con la cabeza—Es un amigo, por eso quisiera saberlo—se encogió de hombros con indiferencia, no sabía qué tanto conocimiento tenía Hyunjin sobre Félix y definitivamente no le diría nada al respecto.
Hyunjin iba a comentar algo más cuando vio a Jisung detenerse de manera abrupta. Miró hacia la dirección en donde Jisung estaba viendo para saber la razón por la cual tuvieron que detenerse cerca del castillo, y sus ojos se abrieron en sorpresa al darse cuenta de lo que estaba pasando.
—¿Jeongin?—Jisung temió acercarse a su mejor amigo, toda la sangre que manchaba su rostro y ropa lo hicieron sentir inseguro.
Jeongin intentó quitar los restos de sangre de su boca con rapidez, pero fue inútil, Jisung y Hyunjin ya lo habían visto, además, su ropa era un desastre, no había forma de esconder lo que estuvo haciendo.
—Jisung… Yo-
—¿Estuviste cazando personas durante el festival?—no quería darlo por hecho porque él le prometió que no sería así de nuevo, y a decir verdad, temía obtener una respuesta.
—Puedo explicar lo que sucedió—dijo en voz baja, pensando en algo realmente bueno para decir.
—Solo responde…—Jisung no necesitaba explicaciones, cazar personas era prohibido, no habían justificaciones para tal acto despiadado.
Jeongin agachó la mirada con vergüenza y asintió en silencio, sintiéndose decepcionado de sí mismo por la manera tan salvaje en la que actuó cuando prometió no hacerlo nunca más.
Jisung suspiró con expresión herida en su rostro, Jeongin le aseguró que había dejado ese pasado atrás, y verlo así lo hizo cuestionarse sobre qué tan seguido lo hacía y por cuánto tiempo lo estuvo escondiendo.
Con un poco de temor, Jisung se acercó al pelirosa e hizo que lo mirara; era claro que no se sentía del todo seguro, después de todo él también era un humano y fácilmente podría hacerle algo, sin embargo, quería pensar que Jeongin, su amigo más cercano no le haría eso a él.
—Quítate esa camisa, te ayudaré a limpiarte—pidió en voz baja—No puedes llegar así al castillo, te arriesgaste mucho al estar por aquí viéndote así en plena luz del día.
Con ojos cristalinos, Jeongin asintió, obedeciendo. No estaba muy seguro de qué iba a pasar, pero no parecía que Jisung fuera a entregarlo con los guardias, estaba ayudándolo.
Hyunjin se mantuvo en silencio todo ese tiempo, sorprendido por la reacción del príncipe a sabiendas de que al parecer, las acciones de Jeongin fueron graves. No pudo evitar pensar en Chan, estaba seguro de que tenía algo que ver con todo eso porque lo conocía, conocía su salvajismo y descaro.
Decidió mantenerse al margen y no decir nada al respecto, debía hablar con Chan antes de que ambos se metan en problemas, porque si los reyes de Windhall se daban cuenta y lo encierran, él no podría hacer nada más que darles la razón, porque ese lugar no era Ravenham y de por sí, Chan pudo entrar únicamente porque iba con él.
Debía detenerlo antes de que algo más grande sucediera
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El festival estuvo lleno de muchas emociones, ¿qué les pareció?✨
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