Capítulo 11
— ¡Que te pongas mi abrigo dije! — ordeno Hyunjin parado bajo el marco de la puerta, sin importarle el estar siendo prácticamente empujado por Jaemin.
— ¡Y yo respondí que no! — siguió empujando con todas sus fuerzas, pero vamos, Hyunjin es mucho más alto y un alfa — ¡Que te quites! ¡Ya no soporto tu apestoso olor! — mintió, porque la verdad es que el aroma de Hyunjin le encantaba, no tanto como el de Jeno, pero le gustaba. Hyunjin olía a casa.
Hyunjin se separó solo un poco para mirarlo con expresión dolida.
— ¡¿Apestoso?! ¡Pero si huelo como el mismo cielo, Minnie siempre lo dice! — presumió orgulloso.
— Ugh, ¡Pues pégale a el tus pulgas! de seguro también las encuentra asombrosas.
— ¡Yo no tengo pulgas, pitufo! — tiró de un mechón del azul cabello del menor, quien lo miró diciendo mentalmente; "Caíste muy bajo" cosa que no lo diría en voz alta porque eso solo le daría una oportunidad a su hermano para burlarse de su estatura.
"Maldito rascacielos"
— Si, si, como tu digas. Ahora déjame pasar — trató de pasar por su lado, pero inmediatamente fue bloqueado una vez más — ¡Hyunjin!
Si de algo le había servido a Jaemin de crecer pegado a su hermano es que conocía cada una de sus fortalezas y debilidades, como las cosquillas.
— ¡No, porf-favor! — suplicó ya en el suelo fuera de la habitación, odiando el momento donde le contó a su hermano aquel secreto. — S-solo quiero protegerte d-de los tontos alfas. ¡Detente, porfavor! — se entrecortaba su voz por la risa, casi llorando.
— Tu también eres un alfa. Además... — se acomodó el bolso sin alejar sus manos de los costados de su hermano. — ya tengo a alguien que me marque con su olor.
— Espera, ¿Que? — trató de levantarse, pero las incesantes cosquillas no lo dejaban en paz, apenas y era capaz de respirar sin ahogarse — Na-Nana... espera, ¡Espérame! — jadeo antes de ver como su hermano salía corriendo, dejándolo tirado en el suelo del segundo piso y tratando de recuperar su respiración.
— Hyunjin, ¿Qué es todo ese ruido? Te dije que vinieras a mi oficina — ordenó molesto su padre, cruzado de brazos mirando a su hijo mayor en el suelo.
— Pero..
— Nada de peros, ven ahora — exigió y se retiró hacia su mini-oficina.
Mientras Jaemin corría hacia el patio se topó con Jeno apunto de tocar la puerta de entrada, así que con su mano simplemente lo tiró para que corriera tras él. No era momento para que su hermano se enterara de que quien lo marcaba era su mejor amigo, Jaemin lo quería hacer sufrir un poco antes de contarle la verdad.
— ¿Qué fue eso? — pregunto cuando se detuvieron, viendo como Jaemin trataba de recuperar el aliento al tener una peor condición física — ¿Dónde esta Hyunjin?
— Tenía que arreglar unas cosas con papá y... uf, quería darme su feo abrigo — se tiró aire con las manos en busca de refrescarse un poco —... ¿Qué acaso no se da cuenta que tiene un omega ahora? Podré ser su hermano y todo... pero nuestros lobos no se controlan con los celos. ¡Esta idiota definitivamente!
Jeno rio. Los omegas no habían tenido el mejor encuentro, pero aún así Jaemin quería evitar cualquier problema entre la pareja. El debía ser un ángel de seguro.
— Juro que no fue por la pelota que le tire hace unos meses — Jeno levantó sus manos de forma inocente — El ya era idiota desde antes.
Ambos se carcajearon mientras se dirigían hacia la parada de autobuses, hoy no existían las ganas de caminar hacia los establecimientos educacionales.
Cuando subieron al bus ya era muy tarde para dar marcha atrás, este estaba tan repleto que tuvieron que empujar a varias personas para poder afirmarse de algún lugar, pero Jaemin aún así agradecía que estuvieran cubiertos del frío exterior, sin importar que la mezcla de tantos olores estuviera a punto de hacerlo estornudar.
— Hoy habrá luna llena — tironeo el abrigo de Jeno para que le prestara atención, este se sacó uno de los audífonos para escuchar al bonito omega de mejillas sonrojadas por el frío — ¿Planeas ir al bosque un rato?
Jeno observó por la ventana antes de volver su vista al pequeño omega que se movía inestable por los movimientos del bus y la presión que las personas ejercían para acomodarse en el apretado lugar. Un alfa de aspecto desaliñado subió, captando la atención de Jeno cuando este prácticamente empujo a Jaemin desde atrás. Él solo atinó a afirmar al omega de la cintura para que no se golpeara y procedió a sisearle al alfa. Jaemin no se dio ni cuenta de la acción, solo vio a aquel lobo alejándose un poco de ellos.
— ¿Estas bien? — preguntó Jeno, haciendo que el pequeño omega lo observara para asentir cohibido por la mano que acariciaba su cintura por sobre la ropa y le aceleraba las pulsaciones. — Aún no se si asistir — contestó — ¿Tu quieres que vaya?
Ambos se miraron unos instantes en silencio tratando de leer las expresiones del otro, sin darse cuenta que estaban siendo observados por una sorprendida omega al fondo del bus que no quitaba su mirada del alfa.
— Si quiero — finalmente contestó. Jeno no dejaba de observar el llamativo movimiento de esos labios rosados y agrietados por el frío, como si lo invitaran a humedecerlos con su propia saliva.
Maldita sea. Debía aprender a controlar sus pensamientos.
Se miraron unos segundos más, sintiendo la tensión abordar sus cuerpos lentamente, pero Jeno fue el primero en apartar la mirada inseguro de lo que podría hacer si seguía observando esa linda boquita. Jaemin guio su mirada al paisaje exterior, sintiendo como la mano en su costado lo presionaba más contra el alfa, e inevitablemente sonrió, porque sabía que de alguna forma lo había puesto nervioso.
Antes de que Jaemin bajara del autobús Jeno lo detuvo y le colocó un gorrito negro sobre los desordenados cabellos. Jaemin no lo entendió al principio, pero se sonrojo al notar como el olor del alfa permanecía con el aún después de haberse alejado y despedido.
Iba tan perdido en sus pensamientos que no noto cuando el gorro se movía sobre su cabeza hasta que ya no lo sintió, se dio la vuelta dispuesto a gruñirle a quien se lo arrebató, pero no esperaba toparse con Renjun oliendo la prenda.
— ¿Esto es del alfa guapo, no? — dio vuelta el objeto en sus manos, jugando simplemente con el. — ¿Cuándo me lo vas a presentar? — se quejó como un niño pequeño, y Jaemin se sintió mal cuando aquello lo irritó.
No esperaba que el beta se le acercara como si nada después de ignorarlo por días, pero quizás era lo mejor, así que fingiría que nada paso como ya estaba acostumbrado.
— Algún día te lo presentare, lo prometo — mentira, la verdad esperaba nunca tener que hacerlo. — ¡Dámelo, tengo frío! — fingió tiritar obligándose a poner su mejor cara, sin saber porque la presencia de Renjun lo estaba molestando tanto.
— Aquí tienes — le colocó el gorro desprolijamente, cosa que Jaemin corrigió de inmediato mientras ambos comenzaban a caminar.
— Creí que estabas enojado conmigo — observó al que consideraba su mejor amigo. Renjun solo miraba el cielo sin detener sus pasos. — Me estuviste evitando. — refunfuño.
— Lo siento, no te había visto — Jaemin frunció el seño sin creérselo — Tuve unos problemas familiares y simplemente quería alejarme de todo.
Aunque Jaemin sabia que era una excusa, no quizo discutirlo.
— ¿Sabes que estoy aquí para lo que quieras, no? — posó su hombro sobre el beta tratando de darle consuelo, como un buen amigo haría.
— Claro que lo se cachorrito — tironeo juguetonamente la oreja del menor, sabiendo que eso en realidad no le molestaba — De hecho, hoy mismo tomaré tu palabra.
— ¿A que te refieres? — cuestionó
— ¿Quieres venir a una fiesta conmigo? — sonrió de una forma radiante, tratando de convencer al omega. — ¡Vamos!
Aunque el cariño por su amigo aún estaba presente, Jaemin se sentía mal porque no podía negar que había comenzado a ver a Renjun de forma distinta, como si ya no lo conociera.
— Lo pensare, pero no prometo nada.
— ¡Yei!
— Oppa. ¡Espéreme! — gritó la pequeña omega de cabellos morados mientras trataba de salir de aquel tumulto de gente en la puerta que no la dejaba bajar. — ¡Jeno oppa!
Jeno se detuvo, cerró sus ojos totalmente resignado y dio la vuelta. Tomó la mano de la omega y tiró de ella, pidiéndole a la gente en la puerta que se moviera para que dejaran que se bajara. InSeon logró bajar casi sin su mochila, pero logró sujetarla hasta estar de pie en el suelo.
— Muchas gracias oppa — reverenció — ¡Eh, oppa! — aceleró el paso cuando se dio cuenta de como este la estaba dejando atrás, terminado por entrelazar su brazo con el del contrario.
Molesto debido al olor a menta que estaba opacando el de lavanda que aún estaba impregnado en su ropa, Jeno deslizo su brazo fuera del agarre de la omega, quien simplemente ignoro el obvio rechazo del alfa y continuó caminando a su lado.
— ¡Oppa! — se rio nerviosa. — No sea malo conmigo y dígame quien era el tipo a su lado. — tironeo la ropa del molesto alfa que a cada momento perdía más la paciencia.
— Eso no es de tu incumbencia — gruño, pero lejos de asustar a la intrusa lo único que provocó fue que soltara un suspiro porque "Jeno oppa es tan varonil".
— Su apariencia me dice que no es un alfa, diría que es un omega ¿O estoy equivocada? — cuestionó tratando de ocultar sus celos. Teniendo plena consciencia de que se trataba de alguien muy cercano al alfa, porque los había visto en la cancha de basquetbol hace casi dos semana — ¡Omo! ¿Acaso es tu omega?
Jeno se detuvo una vez más, suspiro mirando al cielo y le pido a su madre que le diera un poco de la paciencia que ella tenia porque la suya ya se había agotado. Se giró para enfrentar a la omega metiche, siendo observados por gente que iba entrando a la universidad.
— Si, es mi omega ¿Y que? — levanto la voz. La omega quedo impactada, una corriente fría recorrió su espalda ante la nueva información. — Ahora déjame en paz — se marchó, dejando a InSeon en la entrada de la universidad.
Ella se quedó parada sin hacer nada, pero no sería así por siempre.
Ahora sip <3. Nos leemos la próxima semana.
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