─── 𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗇𝗂𝗇𝖾
| W I N T E R I S C O M I N G |
Pese a que la fiesta duró hasta bien entrada la madrugada, cuando llegó la mañana, Ser Rodrik ya había dispuesto del material necesario para supervisar el entrenamiento de los jóvenes, como hacía cada mañana. Por supuesto, los muchachos no se habían quedado hasta los últimos momentos del banquete, pero sí hubo ciertas quejas por parte de los escuderos y guardias por tener que asistir, Ser Rodrik solo se justificó en que se estaba intentando mantener la rutina cotidiana pese a la visita de la familia real, y por eso mismo, la septa Mordane estaba lista y dispuesta para impartir sus lecciones, especialmente porque ese día se le iba a encargar a la princesa Myrcella, un verdadero honor. Lo que no fue un honor para Royse, ya que también se le había obligado a asistir a las lecciones. No había tenido opción, su madre le había sermoneado diciendo que como primogénita era su deber dar el ejemplo a sus hermanas y demostrar que la casa Stark podía criar a hijas dignas, no a pequeñas salvajes como muchos del sur suponía. Así que la castaña estuvo encerrada en la habitación por al menos una hora, para muchos era un tiempo razonable, pero no para ella que tuvo que sentarse y tocar el arpa, primero para la reina y después para amenizar el ambiente. Se sintió tentada a cantar alguna canción inadecuada, alguna que escuchaba cantar a Robb, Theon y Jon cuando estaban muy borrachos y que ella no debía repetir, todo para recibir un regaño y ser echada del salón, pero una sola mirada a su madre le hizo entender que no esa no era la ocasión para hacerlo. Así que interpretó las canciones adecuadas, "flores de primavera", "hermosas doncellas de veranos" y lo último que todo fue "las lluvias de Castamere", justo antes de que la reina se retirara.
Tenía que admitir que esa última canción no fue toda una tortura, no diría que era su favorita, pero siempre le había gustado. Tal vez era la tonada melancólica, o la letra lenta y hasta oscura, fuera lo que fuera tenía su encanto y al fin tenía oportunidad de tocarla, hasta el momento no había hecho más que meras prácticas. Como su Majestad se había retirado se le permitió a ella hacerlo, y se levantó de un salto, casi tirando el arpa y salió trotando del salón. Una vez fuera respiró el aire fresco, no tendría que convivir con las doncellas del sur y podría hacer algo más entretenido, observar como sus chicos pateaban los traseros de los niños del sur.
Sería demasiado pretencioso de su parte ofrecerse a practicar arquería para demostrar sus dotes, existían ciertos límites que hasta ella sabía que no debía cruzar. Así que se conformaría con ver la humillación de los demás en vez de ser ella quien los humillara.
Con una sonrisa en el rostro se dirigió al campo de entrenamiento, el clima estaba agradable y mientras se acercaba solo podía sonreír con gracia al ver a caballeros y escuderos cubriéndose con pesadas capas. Cuando le veían creía que estaba coqueteando y devolvían torcidas sonrisas como si con eso la encantaran, quería reírse a carcajadas, pero simplemente bajaba la mirada como si fuera una jovencita tímida y seguía con su camino. Era divertido, tenía que admitirlo, ninguno de ellos la conocía y se creían tan importantes como para que les diera su atención, si solo supieran que se estaba burlando.
Pronto llegó al campo de entrenamiento, deteniéndose por unos momentos para observar quienes estaban ahí. Veía los colores de los Baratheon y los Lannister, en medio de estos el príncipe Joffrey con su presumida sonrisa, Royse resistió rodar los ojos. Siguió pasando su ojos ámbar hasta que en el lado contrario vio a los muchachos, esbozando una pequeña sonrisa antes de acercarse. Los hombres habían hecho un óvalo amplio, en el medio estaba uno de los hombres Lannister luchando contra Piper, un escudero de los Stark.
— ¿Cuánto a cuanto va el marcador? — preguntó, llegando junto a Jon, fijando la mirada en el pequeño enfrentamiento
— No hay un marcador, están luchando — respondió el pelinegro, alzando una ceja con cierta sorpresa por ver ahí a la castaña
— Me refiero al total ¿cuántos de los nuestros han vencido a los sureños?
— Siete a cuatro — la voz fue de Theo, que se acercó por el lado contrario para recostarse en un barril cercano, sonriendo de forma presumida — Yo le gané a uno, creo que se llamaba Bobby o algo así
— Alardeas mucho, casi te derriba en el último momento — se burló Robb, avanzando un poco más para quedar al lado de Royse y luego observarla a ella — ¿no deberías tú estar con la septa y nuestras hermanas mostrando tus dotes a la reina y la princesa?
— ¿No deberías estar tú ahí en medio demostrando la fuerza del heredero de la casa Stark? — cuestionó, ladeando la cabeza en un falso gesto de inocencia. Robb solamente la miró y sonrió, negando con la cabeza.
— Ser Rodrick aún no me ha llamado a pelear, imagino que espera un contrincante digno para mí
— O quizás uno que no vaya a hacer mucho daño al futuro lord — esas palabras le sacaron una risa a Theon, quien recibió inmediatamente un codazo por parte del Stark como reclamo — ¿y tú Jon? Seguramente ya has derrotado a un buen par
— A los bastardos no se les permite golpear a príncipes — respondió el muchacho, encogiéndose levemente de hombros notando de reojo como la chica hacía una mueca no exactamente disimulada — está bien por mí, no tengo entusiasmo por mostrar mis habilidades en esas demostraciones banales
La joven iba a decir algo, ya había abierto la boca para extender las palabras de consuelo que nunca llegaron, pues fue interrumpida — Ahí está nuestro pequeño guerrero
Bran llegó al grupo caminando, aunque más bien estaba tambaleándose de un lado a otro. Lo había cubierto en protectores, aunque más bien parecía cubierto en almohada, se veía adorable y a opinión de Royse, pues muy abrazable. Rio levemente hasta que Bran se detuvo frente a sus hermanos, luchando por moverse lo suficiente para apartarse el pelo del rostro, aunque no con mucho éxito,
— ¿Contra quién peleara contra nuestro pequeño caballero? — preguntó la joven, acercándose al niño para ponerse a su altura y apartar los cabellos de su rostro con dulzura
— Contra el príncipe Tommen — respondió el mayor de los Stark, llevándose una mirada casi alarmada por parte de Royse, sabiendo que su espanto era por poner a pelear a dos niños con armas peligrosas — con espadas de juguete, por supuesto.
Incluso con el espacio que los separaba juró escuchar el suspiro disimulado de la joven y sonrió, era ilógico que alguien pensara que se pondría a pelear a dos niños con acero afilado, ni siquiera a él se le permitiría usarlo ese día, pero su preocupación era adorable así que no había razón para regañarla.
— ¡Príncipe Tommen! ¡Bran! Es su turno — indicó el maestro de armas una vez el enfrentamiento en curso terminó, quedando victorioso el joven de los Lannister.
El pequeño Stark tragó y se acercó al medio, recibiendo la espada de juguete de ser Rodrik que también le ofreció otra al príncipe Tommen. El niño también estaba envuelto en protectores, moviéndose con algo de torpeza y esperando las indicaciones del maestro de armas. Una vez ambos niños estuvieron acomodados se les dio permiso de iniciar, no era una gran pelea, eran dos pequeños buscando pinchar y golpearse el uno al otro con las espadas, para muchos era tan aburrido que ni se molestaban en mirar de reojo.
— O van a durar demasiado o no van a durar nada — comento Theon, negando levemente con la cabeza y bostezando — vendrían bien unos bocadillos en ese momento
— Parece que no has desayunado Theon ¿o es que tu enfrentamiento te dejo tan agotado que te dio hambre? — preguntó Royse sonriendo con descaro y burla hacia el muchacho, Greyjoy entrecerró los ojos básicamente fulminando a la castaña con la mirada.
Royse lo ignoro totalmente y se quedó al lado de Robb y Jon, observando el enfrentamiento en curso. Estaba tan concentrada en ello que no notó el momento en el que Arya se unió a ellos, si no hubiera sido porque Snow le dio un pequeño empujón para darle espacio a la niña para subirle al alfeizar nunca se habría enterado.
— Lograste escapar — comentó mirándola, Arya se encogió un poco en su lugar, casi esperando un regaño, pero recibió una sonrisa — Bien hecho, pulga
Dicho eso regresó su mirada al centro. Bran y Tommen siguieron picándose con las espadas hasta que el pequeño rubio soltó un grito y cayó al suelo como saco de papas, gracias a los protectores no podía ni levantarse y más bien parecía una pequeña tortuga. Se escucharon las risas de quienes los veían, pero fueron mandados a callar por ser Rodrik que ayudo al príncipe a levantarse y ordenando a dos hombres que lo ayudaran a quitarse sus protectores.
— Ese es mi hermanito — murmuró Robb con orgullo, recibiendo un pellizco en el brazo por parte de Royse, como regaño silencioso por impulsar la violencia entre niños, pero no le importaba, un Stark venciendo a un Lannister era todo un gusto que recientemente había descubierto.
— Muy bien, príncipe Joffrey, Robb ¿quieres intentarlo esta ronda?
— Por supuesto — aceptó el Stark con una sonrisa de suficiencia, adelantándose inmediatamente impaciente por tomar una espada e iniciar con el combate.
Pero Joffrey no mostraba el mismo entusiasmo, en su lugar mostró una mueca de fastidio — Esto es una burla ser Rodrik, un juego de niños
— Es que son niños — murmuró Theon riendo por lo bajo, aunque no lo suficiente para no ser escuchado por el príncipe
— Tal vez Robb Stark sea un niño, pero yo soy un príncipe — espetó con ese tono alzado e insoportable — y me niego a pinchar a los Stark con espadas de juguete como si fuera un enfrentamiento real
— Me parece a mí que el príncipe recibe más golpes de los que da ¿tienes miedo, Joff? — preguntó Robb igualmente en un tono burlón
— Sí claro, estoy temblando de miedo — dijo el rubio, manteniendo sus ojos fijos en el Stark — Eres mucho mayor que yo
Se escucharon las risas de los soldados Lannister, claramente divertidos por la respuesta que ofrecía el príncipe que era una total burla. Claramente, eso molestó un poco a Robb, pero de todas formas se quedó en silencio.
— ¿Entonces que sugiere usted, Majestad? — preguntó el maestro de armas
— Acero con filo, por supuesto
Royse estaba segura de que el príncipe jamás había blandido una espada de acero, seguramente tenía una o tal vez varias, pero tenerlas no significaba saber usarlas. Por otro lado, ella era testigo de que Robb es sumamente diestro en el manejo de la espada, desde los quince que Rodrik enseñó su uso a él, Theon y Jon. Los había visto luchar entre ellos, había curado algunos cortes superficiales. Si alguien tenía la potestad de quejarse porque los hicieran usar espadas de juguete era Robb, pero él sabía que no las usaban porque peleaban contra la corona y seguramente lastimar al príncipe heredero era motivo de decapitación cuando mínimo.
— Si su Alteza insiste yo no tengo problema en usar acero — contestó el Stark, otorgando una mirada tranquila al maestro de armas — por supuesto, seguramente lo lamente después
— El acero afilado es demasiado peligroso. Permitiré que usen estadas de torneo envainadas, eso es todo
La molestia de Joffrey se reflejó en su rostro e inmediatamente después uno de los caballeros se adelantó. La joven Stark lo observo, era el más alto de todos y también el más grotesco, la mitad de su rostro estaba quemado y solo por eso lo reconocía, Sandor Clegane, mejor conocido como el Perro. El hombre le gruño algo a ser Rodrik, algo sobre que recordara con quién estaba hablando, pero aun así Cassel no dio el brazo a torcer.
— Yo entreno a caballeros, Clegane. El acero lo dejamos para cuando estén preparados y tengan la edad suficiente
No lo decía por Robb, él ya tenía la edad suficiente para blandir una espada y seguramente comandar a un ejército, era por el príncipe. No hacía falta decirlo, ser Rodrik estaba seguro de que Joffrey pasaba sus días en King's Landing haciendo de todo menos entrenar, incluso con una guardia condecorada al lado suyo, se notaba en su expresión, en su postura y el simple hecho de que tenía la constante necesidad de decir que era el príncipe.
— Yo maté a mi primer hombre a los doce años, y te aseguro que no fue con una espada de torneo envainada — escupió Clegane, fijando entonces su mirada en Robb que se había puesto cerca a ser Rodrik — ¿y este no puede blandir una espada de acero con dieciséis años?
Royse intercambió una mirada con Jon, solo para confirmar que ambos habían notado lo mismo. El orgullo de Robb estaba haciendo atacado y el muchacho no era exactamente bueno lidiando con ese tipo de agresiones. La castaña hizo una mueca y se cruzó de brazos, no había forma de que terminara bien, lo notaba. Si bien el mayor de los Stark intentaba controlarse no iba a ser suficiente, Joffrey se burlaba según lo deseara y era respaldado por los suyos, era un niño haciendo lo que quería sin recibir ninguna consecuencia.
— Permíteme intentarlo, lo venceré en menos de cinco minutos
— Robb, no
No debería entrometerse, pero Royse era así, no iba a terminar bien y lo único que quería era protegerlo, no necesitaban problemas por un niño caprichoso que disfrutaba de provocar todos a su alrededor. Rodrik entendía eso, por ello siguió insistiendo en que ambos usaran espadas de torneo.
— En ese caso puedes volver a retarme cuando seas mayor, Stark — con simpleza el rubio se encogió de hombros, esbozando una sonrisa sarcástica — mayor, no viejo ¿lo entiendes?
Esa fue la gota que colmo el vaso. Robb maldijo y no entre dientes como hubiera sido prudente, lo hizo en voz alta y mirando con furia al príncipe, un poco opacado por las risas de la guardia Lannister. Justo cuando la Stark daba un paso para sujetarlo del brazo Theon ya lo detenía, impidiendo que hiciera alguna locura como lanzarse sobre Joffrey para molerlo a golpes. El rubio llamó a su hermano menor mientras seguía burlándose, llamando niños a los del Norte en general. Theon mantuvo un agarre firme en el Stark, impidiendo que diera un solo paso hasta que los príncipes y toda su corte se hubo retirado del patio, bajo la atenta mirada de todos los hombres del Norte.
El ambiente era incómodo y tenso, no solo habían herido el orgullo de Robb, sino de todo el Norte. Al atacar a su futuro señor muchos de los caballeros no pudieron evitar tomárselo a pecho y las miradas de furia no faltaban en ellos, si esa había sido una visita pacífica y amistosa, pues se había acabado en ese instante.
Nadie movió ni un músculo por varios segundos, Royse juraba que hasta el mínimo movimiento haría que uno o todos empezaran a correr con espadas en mano para atacar a la comitiva de los Lannister. No se había dado cuenta de que hasta contenía la respiración y que su cuerpo estaba totalmente rígido hasta que la voz de ser Rodrik se alzó.
— El espectáculo termino, todos regresen a sus deberes.
(...)
Se había planeado una cacería al amanecer del día siguiente, puesto que el anterior se usó como descanso del gran banquete de bienvenida. El rey había insistido, deseaba jabalí para el banquete de esa noche y mimarse un poco antes de su partida al día siguiente, sí, la visita real duraría menos de una semana. Eso solo confirmo las sospechas de muchos sobre el motivo, Robert Baratheon había acudido a Winterfell en busca de su nueva mano y la había conseguido, además de una esposa para su primogénito. Dado que no tardó mucho en convencer a Eddard Stark no había más razones para permanecer en el frío norte, tenía un reino que gobernar, o más bien, tenía un trono en el cual embriagarse mientras su mano reinaba.
Fuera como fuera, aún se le concedían sus caprichos hasta que abandonara las tierras y una cacería no se le podía negar. Los hombres se prepararon, Baratheon, Stark y Lannister todo ensillando sus caballos y preparando sus provisiones, porque quién sabía a qué hora regresarían.
Aunque era temprano Royse se presentó, no porque fuera a ir, más bien porque ella no iría y los muchachos sí, necesitaba insistir nuevamente. Caminaba por el patio seguida de cerca por su loba, se llevaba ciertas miradas, pero esta vez optaba por ignorarlas, tenía su mente concentrada en algo y no iba a distraerse. Divisó a Jon, Theon y Robb cerca a las caballerizas, junto al resto de cazadores preparando las mochilas de los caballos. Inhaló profundamente y levantó la barbilla, acercándose con seguridad.
— Quiero ir — fue lo primero que dijo
Ninguno de los tres la había visto llegar, así que inmediatamente dejó salir esas palabras la miraron, no impresionados en realidad.
— Es un cacería Royse — dijo Theon mirándola — no es lugar para una dama
— No me importa si es o no lugar, yo quiero ir. Soy mejor arquera que todos aquí, y si no de todos de la mayoría, iría con ustedes junto a los cazadores, el rey ni siquiera tiene que verme — sus ojos ambarinos se fijaron en el chico de cabellos castaños rojizos, haciendo un puchero hacia él — Robb
— No depende de mi, Ro — respondió este, ajustando las correas de su caballero antes de mirarla
— Eso ya lo sé, pero si hablaras con padre...
— Tú ya hablaste con padre
— Sí, pero no es lo mismo, a ti va a escucharte y...
— Ro, madre expresamente le dijo que no te dejara ir
Las palabras se quedaron atascadas en su garganta, la castaña solo atinó a quedarse con la boca abierta por algunos segundos antes de fruncir el ceño en molestia y cruzarse de brazos, abultando su labio inferior. — Eso no es justo
Los tres intercambiaron una mirada que básicamente era una conversación muda.
— No te perderías de mucho, solo iremos por un jabalí, puedo quedarme contigo si te hace sentir mejor — habló Jon, ofreciéndose a brindar un poco de consuelo a la joven.
— No, no, tú ve. No vale la pena que dos quedemos fuera de este
— Yo me adelantaré — Theon, que no era nada bueno con esas cosas, prefirió tomar las riendas de su caballo y moverse, acercándose a un grupo de caballeros que los acompañaría.
Royse bajo la mirada, aun manteniendo esa expresión de tristeza y decepción que claramente usaba cuando quería conseguir algo.
— Royse — Robb suspiró su nombre, alejándose de su caballo para acercarse a ella y poner una mano en su hombro — Te traeré algo ¿sí? Un ramo de flores silvestres o una piel para que tengas al menos guantes nuevos
— No quiero ramos o pieles, yo quiero ir
Robb tuvo que reprimir una sonrisa, le recordaba a Bran y Rickon que igualmente tenían deseos de hacer las cosas que ellos hacían para ser incluidos, eran niños siendo niños, pero cuando quería la castaña actuaba como otra niña. El problema era que, comparado a sus hermanitos, Robb no sabía decirle que no a Royse, así que pensó. No podía llevarla, por mucho que quisiera y pronto partirían, tenía que encontrar otra forma de contentarla, paso su mirada por su alrededor, buscando alguna opción hasta que sus ojos se fijaron en la loba que acompañaba a la chica.
— Ya lo tengo — dijo en voz alta, posando un dedo bajo la barbilla de la castaña y hacerla levantar la mirada a él, ofreciéndole una sonrisa — Deja que Sunlight venga conmigo, no eres tú, pero sí es una parte tuya. Es una gran cazadora y le vendrá bien estirar las patas, todo lo que cace será tuyo.
Vio en sus expresiones que estaba considerando la idea y esperaba aceptara, porque no tenía nada mejor que ofrecerle y el tiempo era poco, ya todos estaban moviéndose para partir.
— De acuerdo — aceptó a los casi dos minutos, haciendo de todas formas una pequeña mueca porque no estaba del todo conforme, pero peor era nada. — ¿Grey Wind se puede quedar conmigo, entonces? Ya que te la llevaras a ella
Robb bajó la mirada a su lobo que igualmente lo miró a él, como si supiera que estaban hablando de él y a su vez le daba su consentimiento, era tan fascinante como aterrador.
— Está bien, pero no lo mimes demasiado que después se vuelve caprichoso — le ofreció una sonrisa y dejo un beso en su frente antes de separarse — ya debemos reunirnos en grupo, volveremos en algunas horas. Vamos Sunlight
Obedientemente, la loba fue detrás del chico, intercambiando de lugar con su hermano que se acercó a la castaña. Royse observó tanto a Robb como a Jon subirse a lomos de sus caballos y avanzar hacia el resto de la comitiva de cacería. Los observó por algunos segundos hasta que finalmente suspiró, bajando su mirada a Grey Wind que estaba bien sentado a su lado.
— ¿Qué te parece si te buscamos algunas sobras, muchacho? — preguntó con una sonrisa, echando a andar en dirección a las cocinas.
(...)
Mientras Grey Wind comía el montón de sobras que las cocineras le habían dado Royse estaba recostada en su cama, leyendo un libro que tenía pendiente. Había terminado refugiándose en su habitación porque la idea de pasar por el salón donde estaban las mujeres le agotaba, Sansa estaría parloteando sobre su matrimonio con el dichoso príncipe y tendría sus aires de grandeza, lo lamentaba por Arya, pero no estaba dispuesta a recurrir al rescate de su hermanita, no sacrificando su paz.
Leer no era exactamente su actividad preferida, pero era mejor, le permitía distraerse y no pensar en lo divertida que debía ser una cacería, aunque casi y se estaba durmiendo. Habría caído dormida de no ser porque Grey Wind se levantó con cierta brusquedad y corrió a la puerta, rascando la misma a modo de pedir que la abriera.
— ¿Necesitas salir a hacer lo tuyo? — preguntó la castaña, levantándose la cama para ir a abrirle. Solo necesitaba abrir y dejarlo salir, ya volvería en su momento, pero cuando lo hizo el lobo no se movía, simplemente la miro fijamente. Algo inquieta frunció el ceño, ladeando la cabeza — ¿Quieres que vaya contigo? — y dicho eso Grey Wind salió — asumiré que eso es un sí
Salió de la habitación y apresuró el paso para mantener el ritmo del lobo. No sabía que era, pero sentía que algo sucedía y que por eso Grey Wind le había pedido que fuera con él, de una forma poco convencional. No estaba acostumbrada a que los huargos le pidieran acompañarlos, es decir, entendía cuando tenían hambre o necesitaban salir a hacer sus necesidades o cazar, era normal, pero comportamientos como ese, donde se paraban a mirarla a los ojos eran poco comunes y cuando sucedían era porque era importante.
Caminaron por pasillos hasta bajar al patio principal, a esa hora todos estaban ocupados con sus actividades y no se fijaban mucho en la joven Stark guiada por el lobo de Robb. Grey Wind la condujo en dirección al primer torreón, justamente a la torre rota.
Siendo que el cementerio estaba en esa dirección no era un lugar frecuentado, ella misma pasaba por ahí muy poco, solo estaba la torre rota que eran ruinas, nada interesante. Tal vez sí que había malinterpretado las miradas de Grey Wind y este solo quería salir a pasear. Soltó un suspiro dispuesta a detenerse y tal vez regresar adentro hasta que notó una manchita dorada moviéndose, haciendo que siguiera caminando. Pude verlo mejor, era uno de los huargos que aullaba y se movía inquieto hasta que Grey Wind se acercó y se puso a su lado.
Era eso, algo inquieta al pequeño lobo que alertó a su hermano, pero ¿qué?
Primero pensó en cuál de los lobos de sus hermanos se trataba, no podía ser Lady porque era la más pequeña y seguramente estaría cómodamente dormida en la habitación de Sansa. Nymeria, por otro lado, pese a que no se le permitía mantenerse pegada a Arya la loba buscaba estar al menos metros cerca, por lo que seguramente estaba sentada en la puerta del salón donde las damas se reunían. Shaggydog, el lobo de Rickon era de pelaje negro y eso dejaba por descarte que ese era el lobo de Bran, el no nombrado.
— ¿Qué sucede? — preguntó una vez estuvo al lado de ambos huargos, poniéndose de cuchillas para dejar caricias tras las orejas del más pequeño para calmarlo, pues seguía moviéndose de forma inquieta. — ¿Qué pasa?
El lobo lloriqueó mirando a un lugar fijo, mismo lugar que veía Grey Wind con atención y que por fin Roysr también observó. Había una especie de bulto en el suelo, a al menos 10 metros de donde estaban. Hizo una mueca y se incorporó para acercarse y ver que era, al parecer era lo que querían los huargos. Claro que conforme se acercó notó que no era solo un bulto, tenía cabello, brazos y piernas y medía cuando mucho un metro y veinte. Jadeó con impresión, en definitiva no era un bulto, era alguien y no cualquier persona. Se puso pálida y el corazón empezó a latirle con fuerza, sintiendo el pánico recorrerla.
— Dioses, Bran
Bueno, hola gentecita hermosa, casi un año sin verlos, 9 meses en realidad.
Yo se que merezco como mínimo un buen golpe en la cabeza por tardar tanto en actualizar la historia. Lo cierto es que me ha costado bastante poder continuarla no porque no me guste o no le tenga interés, sino porque la inspiración me ha abandonado y la universidad me ha consumido. He perdido la cuenta de las veces que abría el documento donde tengo Wolves o los de mis otras novelas y me he quedado en blanco. He tenido ideas que van y viene o que son sueltas o para más adelante en la historia. Finalmente, el señor me ha mirado a los ojos y la inspiración vino a mi este mes, así que tengo el agrado de presentarle el capitulo nueve del fanfic Wolves.
Extrañaba mucho escribir sobre Royse, Robb y el mundo de canción de hielo y fuego. Para quienes leyeron los libros notarán que usé el capítulo de Arya sobre los entrenamientos dirigidos por ser Rodrik y para quienes no pues es contenido extra. La narración la hice como una mezcla de perspectiva general y la de Royse, estoy algo fuera de práctica asi que si no quedó bien me disculpo, en verdad lo estoy intentando con todas mis fuerzas.
Este capítulo es un poquito más largo de lo usual y es el que más "saltos" tiene, pero porque quería abarcar un par más de escenas y no trabarme tanto en el futuro, desde aquí espero tener más inspiración y no colgarme tanto, no prometo nada porque este año egreso de la universidad lo que significa que o doy un examen para graduarme o debo hacer una tesis. Sea lo que sea al siguiente año procedería a trabajar lo que seguramente es más chupa almas que la universidad.
Hechos mis comentarios técnicos sobre la historia ¿como están? ¿que tal les ha tratado la vida? ¿tengo swifties por aquí muriendo por el eras tour como yo? porque no estoy soportando. ¿Fans de Bridgerton? ¿ansiosos por la temporada 3? Han pasado tantas cosas desde la última vez que actualice que me faltaría tiempo para contarles, y también palabras. Me encantaría poder leerlos, saber no solo sus opiniones del capitulo o la historia sino también de ustedes, si tienen gustos nuevos, cantantes favoritos nuevos, etc, etc. El mismo Wattpad ha tenido sus cambios y se que muchos han migrado a distintas plataformas pero hey, yo sigo aquí aun así que espero que también ustedes.
Bueno, sin mas que decirles y volviendo a agradecerles un montón todo su apoyo este tiempo, no puedo creer que pese a mi inactividad excesiva esta fanfic aún reciba tanto amor y apoyo, de verdad son maravillosos. No olviden de votar ⭐ y comentar 💬 que ambas cosas también me motivan a seguir, a mejorar la historia y a saber lo que les gusta y lo que no, además de crear una cercanía con ustedes. Espero y disfrutaran el capítulo, estoy abierta a sus opiniones y criticas constructivas, espero mi redacción no haya cambiado demasiado y se sienta vació. Me despido entonces.
Les mando un beso impreso.
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