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Capitulo 10: Dos minutos.

La cabeza de Marte habría sido aplastada si este no hubiese evadido el ataque girando en el suelo y alejándose de Yue Fei, dicho pisotón dejo un agujero en el suelo.
El romano se lanzó al ataque y logró conectar un golpe en la cara de su oponente, seguido de un rodillazo brutal y una patada giratoria; dicha patada dió de lleno pero sus otros dos ataques no sirvieron de nada.

Yue Fei se preparó y lanzó una nueva acometida, usando su mano para atacar con un golpe frontal al labio superior de Marte; apretó su manos e hizo sobresalir uno de sus falanges del dedo medio, dando de lleno en su oponente. Seguido de eso, dió un largo giro con su cadera y usó su talón para golpear la cien del Romano.

— ¡Yue Fei hace demostración de sus artes marciales chinas y Marte está recibiendo una paliza de dimensiones épicas! ¡A pesar de esos ataques feroces, el Romano no muere ni retrocede! — Gritó Heimdall.

— ¡Vamos Marte, debes ganar! —

— ¡Marte Marte Marte! —

En el palco humano, Brunhilde apretaba sus manos, rabiosa e histérica ante lo que estaba viendo; Yue Fei estaba alargando el combate de manera innecesaria en lugar de usar su última arma y dar cierre a todo esto. Se limitaba a darle una paliza con su cuerpo en lugar de usar su arma y acabar rápidamente.

— ¡Ese maldito humano! ¿¡Por qué todos los hombres son unos cabeza hueca!? — Chilló ella.

— ¡Hermana, Yue Fei está ganando, él sin duda está derrotando a Marte! — Exclamó Gëir señalando al campo de batalla.

— Lo está desgastando con su cuerpo para dar el golpe de gracia con su espada cuándo Marte finalmente no pueda más; es una estrategia un poco arriesgada pero podría funcionar.— Dijo Sasaki Kojiro desde su asiento. Aunque también podía ver qué en muchos escenarios, Yue moría ante Marte; 23 escenarios para ser específicos.

Yue Fei atacó nuevamente, lanzando una patada ascendente directo a la cara de Marte, per el Dios Romano atrapó la pierna de Yue en pleno viaje y arremetió con un golpe directo al pecho herido del humano quien soltó un alarido estridente de dolor cuando los dedos y uñas del Dios se enterraron en su carne abierta.
Marte atacó con un cabezazo a Yue Fei y como pudo le dió un soberbio golpe con su brazo herido; a pesar de no tener una mano, aún podía atacar con él.

Ambos oponentes se alejaron y Marte analizó el panorama, Yue Fei le estaba dando una arrastrada en combate cuerpo a cuerpo, sin duda sus ataques eran certeros y mortales. Él tenía que buscar una manera de sobreponerse a su oponente o sería consumido por su poder abrumador.
Marte sonrió por lo bajo y su cuerpo comenzó a emanar más humo, su piel se tornaba rojiza y su sonrisa de emoción se hacía cada vez más grande.

— ¡Humano, guerrero de China; eres maravilloso! ¡Tu habilidad en combate no tiene igual, me encantas! — Gritó él, y con un poderoso salto se lanzó como una bala hacía Yue Fei.

El chino quedó impactado ante el aumento de velocidad repentino del Romano, quién arremetió contra él de una manera feroz y agresiva. Marte no tenía un orden, ni siquiera sabía pelear adecuadamente incluso con todos sus años de entrenamiento, por lo cuál Yue Fei podía evadir a duras penas los ataques, pero eventualmente se iba haciendo cada vez más rápido y para el chino era más complicado evadir.

Los golpes de Marte comenzaron a conectar, daban de lleno en su oponente quién trastabillaba luego de semejante acometida, pero no podía rendirse ni darse por vencido en la contienda. Yue recibió un puñetazo directo en la cara, un rodillazo en el estómago y un brutal golpe en la herida abierta de su pero, pero el humano pudo sobreponerse con estoicismo; evadió un golpe y cuando tuvo la oportunidad, lanzó una soberbia patada justo en los testículos de Marte.
El puntazo de dolor fue tan bestial, que Marte cayó de rodillas al suelo gritando y aullando de dolor.

Pero Yue Fei no perdió la oportunidad de atacar y pateó la cabeza de Marte quién salió tirado unos cuantos metros.

— ¡Oi, ese golpe fue sucio! —

— ¡Maldito humano, eres un animal! —

La cascada y avalancha de odio cayó sobre el representante de la humanidad quién no perdió la oportunidad y nuevamente arremetió. Tomó un puñado de tierra y lo arrojó directo en los ojos del Dios, dejándolo ciego por unos instantes; fueron más que suficientes para que Marte pudiese recibir una lluvia de golpes por parte del humano.

¡La batalla se torna brutal, Marte ha estado comiendo el polvo y aunque pudo anteponerse por unos momentos, ha caído nuevamente! — Exclamó Heimdall, alto y fuerte, fascinado con el combate.

¡Cállate, maldito enano nórdico! — La salvaje y estridente voz del Romano resonó con furia, como el rugido de una bestia.— ¡Maldito humano, voy a matarte! — Y cuando finalmente se puso de pié, se podía apreciar su nueva forma.

— Marte...— Susurró Minerva.

— No lo había visto así desde...la caída de Vulcano — Rememoró Diana.

Yue Fei finalmente hizo uso de su última arma, una espada mediana de gran filo. El guerrero se preparó y no se dejó intimidar ante la furia del Díos.

Marte estaba rojo la lava, dejaba salir una nube de humo y vapor como si fuese un horno de presión y en su vista se podía ver realmente furioso. Yue Fei apretó su arma, y por primera vez, no se sentía aburrido ante una bestia que amenazaba con matarlo.

El Romano se lanzó al ataque y conectó un severo puñetazo con su brazo herido y cuándo el golpe impactó en Yue, este movió su espada tan rápido como el viento y logró cercenar el brazo de Marte de un tajo. Pero la victoria pasó desapercibida ante el hecho de que el impacto del golpe fue tan bestial que Yue perdió el aliento y una gran quemadura apareció en su pecho.

El Romano gruñó de dolor y rápidamente tomó la cabeza de Yue y la estampó contra el suelo, el cuerpo del chino abrió un enorme agujero en el suelo y de no ser por qué pudo pudo moverse a duras penas, su cabeza habría sido aplastada.
Yue no perdió el ritmo a pesar del daño, y lanzó nuevas acometidas con sus arma dando de lleno y cortando sin problemas.

Pero el Romano no se inmutaba ante los ataques seguía de pie listo para la batalla. Lanzó una patada alta a la cabeza de Yue y dió de lleno, haciendo que este se fuese de espaldas; pero en medio de una movida impresionante, Yue lanzó su arma al cielo, y lanzó una patada directo al cuerpo de Marte quién recibió el ataque y se echó hacía atrás por el dolor infligido, y justo en ese momento, Yue atrapó su arma y la movió hacía abajo con toda la fuerza de su cuerpo, cortando el cuerpo de Yue en dos mitades.

O por lo menos...lo intentó; Marte fue más veloz y pudo evadir este ataque que habría acabado con su vida.
Y justo en ese instante, Marte imitó el filo de una lanza con su mano y atravesó sin problemas el cuerpo de Yue Fei; apuñaló sin ninguna dificultad su estómago, haciendo que el chino vomitara sangre y a duras penas pudiese soltarse.

La sed de sangre de Marte era impresionante, estaba decidido y dispuesto a destruir a su oponente.

Yao Shi estaba realmente espantada de lo que estaba observando, su hijo había sido puesto en un campo de batalla y masacrado por una bestia. Por más que fuese consciente de la importancia de esto y que Yue jamás se habría rendido, ella añoraba que por favor se rindiera y al menos pudiese vivir.
Pero Yue no iba a caer, no iba a darse por vencido en el combate.

Sujetó su espada y a duras penas se mantuvo de pie, a pesar de todo el dolor que estaba enfrentando. A pesar de que estaba a punto de morir, no podía permitirse perder de una manera tan humillante.
Por él, por su madre, por su país, por la humanidad; él era el único, solamente él podía marcar un antes y un después.

Su característica barba de pinchos ya no existía, su cuerpo estaba destruido y su alma rota. Pero sus hermanos sabían que él no iba a morir, él jamás sería capaz de perder un combate.

Marte no era la excepción, a pesar de su estado de salvajismo y locura actual, estaba perdiendo mucha sangre por el brazo cercenado y todo el daño que había recibido era irreversible, el dolor estaba presente aunque la adrenalina y la euforia lo amortiguaron.
Su armadura, su porte y presencia; el maravilloso Marte, Dios de la guerra había sido destruido por un ser inferior, pero a pesar de eso... él realmente estaba feliz y sus hermanas podían verlo.

Ganaría, por él, por su nación, por los Dioses.

Fue entonces cuándo se percató, a unos metros de distancia aún quedaba un pedazo de su lanza divinas; un pequeño palo del tamaño de una espada pequeña con su hoja rota, pero que aún podía cortar. Sonriendo, miró a su oponente quién se había percatado de todo.

— Humano...¿Que te parece si nuestras armas se encuentran una última vez? — Propuso él con una sonrisa sádica y arrogante.

Yue Fei ladeó la cabeza y sonrió levemente, asintió con gusto y orgullo. El final estaba sellado, el siguiente golpe sería el definitivo.
Empuñó su espada con fuerza, respirando con agitación y luchando con todas sus fuerzas para seguir de pie ante su oponente.

— ¡No puedo creerlo! ¡Maldición! — Gritaba Brunhilde.

— Yue Fei aún tiene una oportunidad...todavía hay probabilidades.— Susurró Gëir. Hrist prefirió no decir nada.

En el palco Griego, todos miraban expectantes la situación que se avecinaba.

— ¿Q-Que...? ¿D-De v-verdad ellos van a...? — Ares era un manojo de balbuceos y palabras que no se podían entender.— Y-Ya veo por qué Marte es el Dios de la guerra más poderoso...—

— ¿Huh? ¿Aceptas que ni en un millón de años estarías a su altura? — Se burló Dionisio.

— ¡Cállate maldito borracho, jamás dije eso! — Se defendió el más grande.

Hermes sonrió por lo bajo, su mirada se oscureció visiblemente y una sádica expresión apareció en su cara; sin duda alguna, debía hablar con él cuando terminase este combate.

En el palco de los humanos, los hermanos de Yue Fei vieron fijamente el campo de batalla hasta que Zhang Xiang, temblando, susurró.

— L-La batalla del dragón contra el Tigre...— Y sus otros dos hermanos lo vieron con asombro.

— ¿Acaso será está la batalla que los sabios de China temían? ¿El cruce de bestias más poderosas de la creación? — Murmuró el gordo cervecero.

— Creo que la verdadera incógnita es...¿Cuál bestia será vencedora? — Terminó Zhang Xiang.

— ¡Ambos rivales se preparan para poner fin a este duelo! ¡El combate acabará con el poderoso choque de estos dos colosos de la guerra! —

尊貴武器 - 劍:龍之之旅。
[Arma Noble - Espada: Viaje del Dragón]

Δόρυ του Άρη:Δία τρυπάνι
[Lanza de Marte: Taladro de Júpiter]

Al grito de ambos guerreros, sus armas se encontraron en el aire, colisionando en un ataque que hizo temblar el campo de batalla. Una nube de polvo y humo se alzó, aparte de una pequeña explosión ardiente de fuego y vapor que hizo imposible ver la nueva colisión de ataques.
Tanto humanos como Dioses buscaban ver de manera desesperada lo que estaba ocurriendo ahí adentro sin poder ver en lo más mínimo que estaba sucediendo.

Minerva y Diana gritaban sin parar, los hermanos de Yue Fei también lo apoyaban a viva voz. Yao Shi no podía ver, estaba casi desmayada por la preocupación y la tensión, completamente desesperada y aterrada por el bienestar de su amado hijo.

Ambos oponentes lo daban todo en el combate, tanto Marte como Yue Fei se mantenían firmes y se negaban a darse por vencidos.

— ¡China contra Roma! ¡Dios contra hombre en un encuentro de proporciones milenarias que tendrá como resultado la supervivencia del más poderoso entre ambos! — Exclamaba Heimdall a viva voz.

— ¡Marte tienes que ganar! —

— ¡Yue Fei, no puede perder! ¡Yue Fei no conoce la derrota! —

— ¿El dragón de China devorará al tigre de Roma? ¿El tigre destruirá al dragón? ¡Estamos a punto de saberlo! — Resonó la voz del anunciante y como por arte de magia, la verdad salió a la luz, el verdadero ganador.

Yue Fei seguía de pié, como un enorme muro inamovible y delante de él, estaba Marte, levemente inclinado hacía adelante. El choque había ocasionado que ambos oponentes fuesen quemados nuevamente por el calor y fuego generados por el impacto y fricción.
Yue Fei vomitó una enorme cantidad de sangre, y en ese momento todo el mundo pudo ver; el brazo bueno de Yue Fei había explotado, dejando solo un montón de carne y huesos en tiras, y grande chorros de sangre que caían al suelo.

Yue Fei estaba completamente destruído, a diferencia de Marte quién si bien había sido afectado y la mitad de cara estaba totalmente calcinada, aún se mantenía respirando.

¡Marte sigue con vida, el Dios Romano aún no ha muerto! —

— ¡Yue Fei, maldición será mejor que no te mueras! — Vociferó uno de sus hermanos.

Pero ya era demasiado tarde, Yue Fei no podía moverse de ninguna manera, su cuerpo no respondía y el intenso dolor y sensación de calor creaban en él una agonía insoportable. Escupió sangre y alzó su cabeza para mirar a los ojos a su oponente por última vez en su existencia.

Por alguna razón, se sentía muy feliz. No pudo evitar sonreír, su alma se encontraba plena. Se quejó por el dolor y cayó con una rodilla doblada en el suelo, sin duda era una manera poco honorable de morir. Marte lo observó fijamente, y aunque no entendía realmente por qué, se sentía realmente contento.
Sujetó fuertemente su lanza de batalla y se acercó a su rival, listo para dar el último golpe que pondría fin al combate.

— Ya no puedo continuar... fuiste el vencedor.— Susurró Yue Fei con una enorme cantidad de dolor recorriendo su cuerpo.

— ¿Hmm? — Marte lo miró, escuchando atentamente a su oponente.

— Bestias, humanos, ejércitos... luche contra todos en vida y siempre gané, en todas y cada una de mis batallas, siempre vencí a todos mis rivales. Pero contigo fué diferente, luché con todo lo que tenía, deje salir el fuego de mi espíritu y al final...tu ganaste.— Yue Fei sonreía con alegría, su rostro emanaba una luz que hizo que a Marte también se le escapara una sonrisa.

Sus hermanos, su madre, las Valkyrias, la humanidad derramó lágrimas silenciosas al oírlo. Incluso ante la inminente muerte, Yue Fei era feliz.

Marte se detuvo a escasos metros de distancia y lo observó. Sintió mucho orgullo por su oponente y una gran admiración, puesto que en ningún momento dejó de luchar, no se rindió. En su vida enfrentó incontables rivales, pero el fuego y el espíritu de Yue Fei era algo que nunca logró ver en nadie más.

Al verlo, pudo verse a si mismo.

— Finalmente, he conocido la derrota, muchas gracias, Marte.— Y dicho esto, cerró sus ojos y abrió su "brazos" en señal de aceptación, había aceptado la derrota.

Marte alzó su lanza y sin dudar ni un segundo, puso fin a la batalla.

— Je...eres un tipo asombroso, sin importar nada, luchaste hasta el final.— Y dicho esto, lo hizo.

Su lanza viajó a toda velocidad y cortó el cuerpo de Yue Fei, desde su clavícula hasta su pectoral izquierdo. La sangre salió disparada y Yue Fei cayó al suelo en un medio de un charco de sangre rojiza.

Yo te doy las gracias, huma--

No... Yue Fei.”

Y ante esto, Marte se dió la vuelta y puso en alto su único brazo bueno, en señal de victoria y honor hacía los dioses. Las gradas de las divinidades lanzaron gritos de ovación y poder ante el resultado de combate, llenos de amor y orgullo por su representante.

“Gracias por darme, la mejor guerra.”

Roma gritaba y lanzaban sus bendiciones al Dios, Minerva y Diana se abrazaron y gritaron emocionadas.

— ¡Y así concluye la primera ronda, el ganado es....MAAAAAARRRRRTEEE! — Gritó Heimdall con energía y poder.

...

{Primer combate del Ragnarök}

Marte vs. Yue Fei
Ganador: Marte.
Técnica Decisiva: Lanza de Marte
1-0

SNVLOR.

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Y así damos final al primer combate del segundo Ragnarök, el poderoso Marte contra el invencible Yue Fei. Una batalla que sin duda estuvo llena de emoción y simbolismo por parte de ambos bandos.
Me gustaría dejar en claro que en este fanfic, busco mantenerme lo más fiel posible a los inicios del manga; Dioses contra humanos en batallas sangrientas que acaba cuando el rival esté completamente muerto.

No me lo toméis a mal, pero ningún perdedor o ganador saldrá totalmente ileso de sus combates, y creo que eso quedó claro con todo lo que Yue y Marte perdieron a lo largo de la batalla.
Pero bueno, muchas gracias por apoyar el proyecto y seguir hasta aquí conmigo y con esta magnífica obra.

En poco tiempo tendremos el inicio de la segunda ronda, la cuál también vendrá cargada de emociones y sentimientos por partes iguales. Además de que pronto liberaré la lista con los participantes de este nuevo Ragnarök; guerreros, genios, conquistadores y demás humanos que dejarán en alto el orgullo de la humanidad.

Sin más que decir, nos vemos pronto queridos.

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