Advertencias: Spoilers del manga.

No sé porqué, pero me gusta.
Me asusta, dios mío, eres divino
-Lana del rey, diet mountain.

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—¡¿Salieron en las noticias nacionales?!— Izumi estaba consternada—. Aquí dice que eran terroristas, ¿Cómo pueden seguir trabajando?.

—Lo que me sorprende es que no te enteraras de todo eso hace siete meses, ¿vives debajo de una piedra?— preguntó Kunikida.

—Estaba deprimida por la universidad y mis padres me llevaron a Manila de vacaciones…Eso no es importante, ¿cómo te libras de una acusación así?— insistió la joven.

—La división que regula los poderes sobrenaturales nos ayudó después de mostrar pruebas contundentes. Atsushi las envió a cada televisora mientras él libraba una batalla en el aeropuerto nacional— el castaño alzó ambas manos con entusiasmo—. Yo también hice cosas importantes, me escapé de la prisión más letal…

—¿Por qué estabas en prisión?— le siguió el juego de las preguntas.

—No debería sorprenderte que estuviera encarcelado, creo que es la única cosa que le creería— agregó el rubio.

—Te contaré en el camino, termina tu café— el vendado acarició su cabeza suavemente—. Ignora las feas palabras de Kunikida-kun, por eso no tiene novia.

—Tú también estás soltero, eso no tiene nada de malo— Izumi sonrió llevando la taza a sus labios bajó la mirada de Dazai, Kunikida la imitó para encubrir su risa.

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Bastó que Dazai viera el cadáver desfigurado para que determinara la causa de muerte. La quijada totalmente rota, los ojos con múltiples lesiones y el tórax abierto. Era mala idea relacionarse con la mafia.

—Un caso de homicidio…Ya sé quién lo hizo— llevó una mano a su mentón—. Izumi-chan, puedes mirar, ya está muerto.

—Prefiero no hacerlo— murmuró de espaldas a la escena “Estas semanas me he divertido en la agencia pero un caso así es horrible” pensó.

—Habrá que preguntarle a la mafia, lo de morder el pavimento es regular pero dada la gravedad de otras heridas me hace pensar que fue por un conflicto interno. Este tipo de tortura se usa con traidores y en busca de información— subió el cierre de la bolsa plastica que cubría el cuerpo—. ¿Tú qué opinas?.

—Que preguntarle a la mafia no es prudente, hicieron esto— la de ojos ámbar tembló del susto al sentir los brazos del más alto empujarla fuera de la morgue—. Escuché rumores de que la mafia del puerto tenía contactos en el gobierno.

—Escuchaste eso pero no de un caso de terrorismo mundial…la lógica no va contigo— sonrió apretando sus hombros—. No tengas miedo, no te pondré en peligro.

La joven frotó su entrecejo incómoda. Recientemente percibió que quizá ella era un problema para la agencia, así que trató de ayudar aceptando de buena gana un empleo para el que no tenía experiencia. A eso agreguemos que su especie de guardián es Dazai Osamu, el suicida encantador que la agencia detesta, no resulta en un ambiente laboral agradable.

Salieron del edificio casi corriendo para evitar la lluvia. Obviamente ni los largos pasos de Dazai los salvaron de las gotas que obligaban a los peatones a huir bajo un techo.

—Ahora mismo odio el odiar manejar— gruño el castaño.

—¿No sabes hacerlo?— Izumi buscó su celular para llamar un taxi sin prestar atención al auto que se acercaba. El mayor la sujetó con tanta fuerza que la forzó a tirar su dispositivo para evitar ser mojada por el vehículo— ¡Bastaba un aviso! ¡Se estrelló toda la pantalla!.

Esa era su intención, dejarla incomunicada—. Lo lamento, haré lo posible para darte uno nuevo.

“Malnacido atractivo” no expresó sus ideas y asintió con desilusión—. Ahí va mi próximo sueldo.

—Mira el lado bueno, no tienes celular.

—Eso es malo— dijo irritada.

—Lo sé, qué pena…ya llegó nuestro autobús— la empujó a la parada cercana donde ambos subieron goteando por la lluvia.

Izumi tomó asiento junto a la ventana revisando su celular, una gran mancha se pintó en la mitad de la pantalla además de el cristal quebrado “Quiero matarlo” pensó al verlo a su lado. Prestando más atención lucía ridículamente hermoso con el cabello mojado y algunas gotas cayendo por sus ondas castañas.

—Me disculpo por lo de tu celular, ya no me mires con esa expresión asesina…¡Mi corazón no soportaría ser odiado por una dama!— exclamó dramático.

—Olvídalo, fue un accidente— se rehusó a verlo nuevamente y giró hacía la ventanilla con la cara totalmente roja.

—Le diré a Atsushi que la inesperada lluvia no nos deja volver al trabajo, merecemos descanso— sonrió escribiendo el mensaje sin prestarle suficiente atención para ver sus orejas rosadas.

Al día siguiente la joven salió de casa esperando a su vecino pero este no dió señales de vida, por lo que Izumi llamó a su puerta un par de veces. “Pase” fue la respuesta desde adentro.

En la entrada encontró un montón de latas de cervezas y otras bebidas, todo estaba oscuro y sin celular se deslizó pegada a la pared hasta chocar con el interruptor—. ¿Te sientes bien?.

“Cuarto, ven aquí” era la voz del joven acompañada de tos. Dejando de lado los nervios por entrar por primera vez al cuarto de un chico, no, de un hombre, se apresuró a llegar solo para verlo cubierto hasta el cuello en su futón.

—Te enfermaste, ¿Necesitas algo?— preguntó la más joven.

—Solo dile a Kunikida-kun que fue su culpa por mandarme a trabajar— dijo con dificultad por la tos.

—Oye, Dazai deberías ir al doctor— le habló pero el otro no contestó porque ya estaba durmiendo—. No me estás ayudando.

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El olor de algo quemándose lo hizo fruncir el ceño, a lo lejos escuchó la voz de una mujer que repetía algo, pero que él no distinguía. Dió un lamento antes de rodar tirando la compresa en su cabeza.

“¿Quieres comer algo? preparé sopa y pollo con vegetales, pero esos se quemaron un poco” dijo esa suave voz.

—Deja de molestar, Jane…luego te llevaré a cenar— murmuró vagamente.

—¿Qué dijiste?— la castaña se acercó más para escucharlo mejor—. Oye, ya dormiste mucho, necesitas comer. Dazai, despierta…

—¿Dazai?— abrió los ojos con prisa para enderezarse—. Izumi-chan, ¿Por qué estás en mi departamento?.

—Te veías muy mal. No te preocupes, le mandé un mensaje a Atsushi desde tu celular para avisarle que estás enfermo y me llamó para preguntarme por tí…Al principio pensó que era una broma tuya, pero cuando hablamos se notaba angustiado.

El muchacho estiró los brazos bostezando—. Gracias, mi plan era faltar y ya.

Ambos se dirigieron a la cocina (que lucía mucho más limpia) para sentarse y comer la sopa que hizo la joven. Ninguno dijo nada, solo convivieron como dos compañeros cordiales.

El reloj de Izumi marcaba las seis cuarenta de la tarde, no fue a trabajar y ahora podía estar segura de algo: Le gustaba Dazai Osamu y le gustaba verlo dormir.

Notas de la autora:

Dazai pinche que castrozo, lo amo.

Ay no, debo admitir que el diseño del Dazai es divino, precioso. No tanto como el de Chuuya pero si es guapo y me asusta pero me gusta.

Si tienen dudas déjenmelas y les respondo. Gracias por leer.