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Bullying

Era un hermoso dia soleado y caluroso debido a que era verano.


El parqué Yoyogi fue el lugar escogido por todos para pasar el rato. Los niños se divertian jugando en el area de juegos, los adolescentes eligían andar en bicicleta o en patineta y los adultos solo paseaban u simplemente charlaban con sus amigos.


Los jugadores del Nankatsu habian decidido salir un rato del hotel (con permiso de su entrenador) y asi poder relajarse antes del proximo partido que era dentro de 4 dias. Estaban sentados en una banca comiendo sus helados y hablando de cualquier cosa.


―Por eso es que considero que los Jóvenes Titanes en acción son la peor serie de superhéroes de DC―Finalizo su argumentó.


―A mi nunca me gustó que molestarán a Robín―Dio su opinión el once pelinegro.


―Para el colmó, Cartoon Network luego pasaba publicidad sobre el bullying.―Conto el principito lamiendo su helado.


―Que hipócritas―Juzgo Carter menor.


En toda la conversación, el capitán no habia dicho una sola palabra acerca del tema. Esto era porque sufria de acoso escolar en Francia por ese motivo no le gustaba recordar eso y mucho menos en sus vacaciones.


―¿Tu que opinas, Tsubasa?―Salio de sus pensamientos al ser nombrado.


De repente la atención se habia centrado en él y lo observaban expectantes esperado que de su postura del tema.


―Tsubasa, ¿todo esta bien?―La preocupación en su mancuerda era evidente―Desde que empezamos a charlar sobre esto no dijiste nada, ¿ocurre algo en especial?―Puso las manos en su hombro intentando descifrar lo que le pasaba.


― Mm, Y-yo...―Su mente se quedo en blanco―No tengo idea―Bajo su mirada sintiendo frustración.


Sus compañeros miraron incrédulos al diez ante su respuesta no clara a la pregunta hecha por su enamorado.


―¿Estas seguro?―Lo interrogo su otro amigo castaño.


―Es que...―Visualizo al portero en busca de auxilió.


―Dicelos―Susurro en un tono medio fuerte.


Aunque fue en vano porque igual lo alcanzaron a escuchar.


―Decirnos... ¿qué?―Otra vez se concentraron todos en él.


Se sintió tensó. No sabia si contarles o no acerca de lo que le pasaba en la escuela, no era que no les tenia confianza, si no que era más porque se enterarán lo que sufria en el país europeo.


―Bien...les contaré―Suspiro con pesadez. Solo les contaría su experiencia del año pasado, porque ahi fue donde más la habia pasado mal―Todo empezó en el primer dia de clases del 2023―Empezo su relató.

Francia, París 2023


6:00 Am


Su alarma sono a la hora en la que fue programada la noche anterior en su teléfono, despertándolo en el proceso.


Abrió un poco sus ojos y luego los volvió a cerrar.


―¡Tiro de chilena!―Exclamo pateando su frazada.


―Buenos dias, ¡ou!―El adulto justo habia abierto la puerta de la habitación del niño cuando la tela cayo sobre su cabeza, cubriendolo por completó.


Se sentó en su cama frotándo su vista izquierda y se dio con la escena que se armo.


― Ay, ¿qué haces Mamá?―Consulto confundido―¿Por qué tienes mis 

cobijas?―Lo observo sin recordar lo que hizo anteriormente.


Se las quito frunciendo el ceño y riéndose.


―Ahi, hijo. Tu encerio eres incorregible―No tenia remedió.


Luego se levanto y dio un gran bostezo.


―¿Te dormiste muy tarde, verdad?―Puso sus manos en la cintura―Siempre haces lo mismo. Debes cambiar ese ámbito, jovencito―Lo regaño.


―Ay, es que tengo tengo sueño―Se quejo adormilado.


Negó con la cabeza con desaprobación y fue al closet donde el menor guardaba su ropa.


―Ve a darte un baño. Las vacaciones ya terminaron―Saco el uniforme y lo arrojo a al colchón.―Recuerda que hoy es tu primer dia de escuela―Le aviso con una sonrisa.


―¡Mi primer dia de escuela!―Se emocionado―¿En cual me incribiste, Mamá?―inquirió.


―En la misma de siempre―Respondio.


Su actitud cambio repentinamente.Tenia la esperanza de que este año no fuera a ver a sus compañeros de clases, pero al parecer de equivoco...


―Oh...ya veo.―Bajo su voz.


―¿Pasa algo?―Se percato del comportamiento.


― No, nada...―Forzo una sonrisa.


La verdad no queria preocupar a su madre, ya suficiente tenia con ser solo él y aportar dinero en la casa. No queria darle más problemas.


―Bueno. Duchate, lavate los dientes, vistete y baja a desayunar. ¿De acuerdo?―Le ordeno mientras salía del cuarto.


―Si, Mamá―Lo obedeció.


No le quedaba de otra.


Hizo lo que su madre le pidió y bajo a desayunar. Al terminar fue por su mochila mientras dejaba cargando su teléfono, ya que estaba prohibido llevarlo a la escuela.



Ya en el establecimiento,Tom estaciono el auto al frente y ambos salieron de el. La entrada estaba llena de niños acompañados de sus padres, algunos sacaban fotografías o les daban un gran abrazó, ya saben lo típico del primer dia de clases. A lo lejos el Misaki menor pudo ubicar a sus amigos que se encontraban charlando entre ellos, supuso que ya habian dejado a sus hijos.―


―Buenos dias a todos―Saludo acercándose a ellos con el infante siguiéndolo.


―Buenos dias, Tom―Devolvio el gesto el capitán francés.


―Por lo que veo ya dejaron a sus hijos.


―Si, entraron hace 4 minutos―Asintió la mujer.


―Buenos dias, Tsubasa. Veo que trajiste tu balón―Se agacho a su altura.


―Buenos dias, Tio Pierre. Si, asi es―Vio a su gran amigo con un poco de verguenza.


―Oye, Tom. ¿Cómo hiciste para que lo dejarán traer el balón a la escuela?―Le pregunto el delantero.


―Digamos que... 'hable' con el director―Sonrio con algo de nervios al recordar como habia sobornado al hombre con dinero, soló para que su niño pudiera traer al esférico a las clases.


―Ya veo...―Napoleón entendió el doble sentido que se escondia tras la palabra.


El japonés sintió un pequeño tirón en su manga llamando su atención.


―Nos vemos, Mamá―Se despidió del futbolista y se fue corriendo con su balón en sus píes.


―¡Adios, Amor. Cuidate!―Le gritó a la distancia.


Le mostró su credencial al que estaba encargado de estar en la puerta para mostrarle que era estudiante de ahi y luego, volteó hacia su madre con una sonrisa antes de adentrarse al lugar.


―No me digas que siempre se va de esa manera―Pierre miraba atónito por donde se fue su sobrino.


―Si―Una gótita corrió tras su cabeza.


Dentro del establecimiento.


―¿Tú creés que vaya a venir, Cedric?―Estaba preocupada de todavía no ver llegar a su amigo.


―Por supuesto que vendrá―Se fijo por la ventana y ahi lo vio―Mira, ahi viene.


La pelinegra se asomó emocionada pegando sus manos al vidrio. El castaño venia driblando de forma perfecta como siempre lo hacia.


―Sabia que traería su balón―Abrio la ventana―¡Hola, por aqui!―Gritó saludando con la mano.


―Hola, chicos. Buenos dias―Levantó la cabeza y sonrío.


Se apresuro a llegar a su salón para ir con su grupo.


―¡Amigos!―Abrio la puerta y se acerco a ellos.


―Hola, Tsubasa. ¿Qué tal tus 

vacaciones?―Le pregunto la niña.


―Estuvieron geniales. Mi tio Benji nos llevo a las Bahamas―Recordó con felicidad.


―Que bien. Yo fui a Hawaii―Contó el rubió.


―Al menos ustedes si pudieron viajar―Hizo un gestó de tristeza exagerado.


Siguieron charlando sobre lo que habia pasado durante el verano, cuando fueron interrumpidos.


―Hasta que nos volvemos a ver, Japonesito―Se congelo al oir esa voz―No pensé que tuvieras la valentía de volver.


―Derek, por favor no empiezes. Es el primer dia de clases―Retrocedio con temor.


―¿Y creés que eso a mi me importa? Entre más temprano empieze es mejor―Su sonrisa era malvada.


―¡Derek, deja de molestarlo!―Salio en su defensa.


―¡Tu no te metas, Azumi. Que este asunto es entre este Japones y yo!―La fulminó con la mirada.


―Me meto porque Tsubasa es mi amigo y no paras de fastidiarlo desde primer grado―No se dejo intimidar.


Iba a decir algo, pero el timbré indicando el comienzo de clases sonó.


―En el recreó no te salvas―Le susurró.


Ingresó el profesor y les ordeno que se acomodarán para empezar las presentaciones.


El orbes marrón se quedo preocupado ante lo dicho por su compañero.



A la mitad de la clase.


El profesor le preguntaba a sus alumnos sobre los paises de cada continente solo para resfrescarles la memoria.


―Tsubasa, dime que pais es este―Señalo con el bolígrafo en el mapa.


―Es Hungría―Lo identifico de inmediato.


―Excelente, muy bien―Lo felicito.


Sonrío por el alagó.


―Aparte de Japones, nerd. Pero como no, si en su país los exigen tanto que terminan los estudiantes por no soportar la presión y deciden puff―Hizo referencia al suicidio pasando su dedo por el cuello.


Las risas inundaron el salón, haciendo que el pequeño se sienta mal por esa broma hacia su nación con un tema tan delicado.


―¡Haber, silenció!―Les llamo la atención―Derek, que sea la ultima vez que haces esas bromas crueles hacia un compañero o a hacia alguna situación sensible. No permitiré ésas ofensas en mi clase, ¿Esta claro?―Hablo al unisonó.


―¡Si!―Recibió una respuesta colectiva.


―Ay, Profesor. Solo estaba bromeando―Intento justificarse―¿Verdad Japones?―Toco el hombro del otro.


Este soló lo miro por unos segundos para luego ignorarlo.


―Ahg, mejor sigamos con la clase―Rodo los ojos con molestia.


Decidió concentrarse en las hojas de su cuaderno fingiendo que aquel rubió no existía, que claro seguia molestándolo.


En el recreó.


Caminaba apresuradamente junto a su balón buscando a sus amigos y tratando a toda costa de no encontrarse con sus bravucones.


―¿A donde creés que vas, Japonesito?―Frenaron su paso―¿No te acuerdas de lo que te dije antes de que el profesor entrará al salón?―Lo intentó hacer rememorar.


―Derek, por favor. No me hagan nada―Su tono mostraba miedo.


―Me parece que eso es imposible. Eres nuestro juguete preferido y ahora queremos divertirnos contigo―Lo rodearon para que no tuviera escapatoria―Asi que empezemos―Se acercó peligrosamente a él.


Comenzaron con una serie de empujones contra el jugador de las inferiores del París Saint Germain mientras este pedia que se detuvieran.


―¡Ya dejenlo!―Llego al rescaté de su amigo Asiático.


―¡Vete, Cedric. Metete en tus propios asuntos!―Le dijo con enojó por su intervención.


―Escuchame bien, Derek. Si sigues molestando a Tsubasa, te romperé la cara y no me importa que sea el primer dia―Lo amenazo―Ahora, ¡larguense!―Los despidió con rabia.


Se fueron entre regañadientes y Napoleón menor suspiró.


―¿Estas bien, Tsubasa?―Lo observaba con preocupación.


Este solo se dedico a asentir.


―Ven, vamos a buscar a Azumi para que juguemos los tres―Tomo su mano y dirigió su caminó.


Iba a ser un largo dia...



Las clases finalizaron y con ello la hora de salida, por lo que todos los padres iban en busca de sus hijos.


―Hola, Tsubi. ¿Qué tal tu primer dia de clases?―Pregunto apenas su hijo abrió la puerta del auto y se sentaba mientras ponia su mochila en sus píes.


―Bien, supongo...―Se abrochó el cinturón de seguridad y coloco su balón en sus rodillas.


Notó la forma desanimada en que se lo dijo. Era obvió que algo habia pasado.


―Oye... ¿quieres ir a comer a Macdonald? te compro una cajita feliz―Intento animarlo.


Los ojos del castaño menor se iluminaron ante la propuesta.


―Si, si quiero ir―Se mostró entusiasmado con la idea.


―Entonces vamos―Sonrio ante el cambio de actitud.


Retrocedio un poco antes de salir conduciendo hacia la autopista.

―Eso fue todo lo que paso y no quiero mencionarles lo que ocurrió el resto del año―Finalizo su relató con tristeza.


El equipo estaba con impotencia por todo lo que habia tenido que pasar su amigo por culpa durante el periodo escolar.


―No puedo creér todo lo que te hicieron, Tsubasa―Apreto sus puños Ryo―Que abusivos.


―Si hubiera estado ahi, les daba una paliza de la que no se olvidarían―Hizo un gestó de pelea Hiroshi.


―No les hagas caso, Tsubasa. Solo te deben tener envidia―Se sentó a su lado el catorce.


―Es cierto―Concordo Makoto.


―Yo ya le dije muchas veces a Tsubasa que se defienda, pero no me hace caso―Le reprocho su mejor amigo.


―Es que no me gusta la violencia...―Se justifico.


―Pero aveces es necesaria―Contestó el castaño claro.


―Pero, Tsubasa. ¿Por que no le dices al tio Tom sobre lo que te hacen tus compañeros?―Le consulto Shingo.


―Es que mi Mamá ya tiene muchos problemas que no quiero sumarle uno más―Bajo su mirada.


Johnson menor puso una mano en su hombro en señal de apoyo y el otro le agradeció con una sonrisa.


―Tsubasa, odio tener que escuchar todo lo que sufriste pero no te preocupes. Prometo protegerte todo el tiempo que estemos juntos―Lo abrazó brindándole consuelo. 


―G-gracias, Taro―Sus mejillas se colorearon.


―Taro, tiene razón. No debes sentirte soló porque tienes nuestro apoyo y estaremos para ti para lo que necesites.―Dijo por todos el defensor.


Todos asintieron en señal de estar deacuerdo.


―Amigos...―Se alegro por el apoyo.


Talvez no tenga a casi nadie en Francia, pero al menos en su tierra natal habia encontrado a amigos que no sabia que tenia y eso lo hacia feliz.

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